mardi 12 novembre 2024

Viaje a Portugal, remontando el Duero



Buenas tardes, queridos lectores y amigos. Heme aquí de nuevo dispuesto a daros la brasa, la turra o el rollo, como queráis, para contaros mi aventura portuguesa. La historia es que vuestro seguro servidor hizo un crucero por el Duero y os voy a contar varias cosas.

Mi viaje empezó en  Oporto, nos embarcamos en un barco con todos las lujos (Sorokin no iba a ir en cualquier barquichuelo)

Estuve en Oporto hace años, pero quedé encantado como la ciudad había evolucionado en los últimos tiempos, convertida en una de las ciudades más bellas de Europa (y conozco a casi todas).

 Ambas riberas del Duero ofrecen entretenimiento en vivo durante el día y la noche. Como podéis ver, aquí os pongo unas fotos de la vista de Oporto desde Vilanova de Gaia.




Vilanova de Gaia, al otro lado del río Duero



Ambas ciudades están unidas por varios puentes. Como supogo que sabéis, el más impresionante es el puente Eiffel que se puede ver en la foto de cobertura.

La ciudad de Oporto es también un destino turístico, con sus calles en cuesta. Estuvimos en la Catedral, donde el exterior y la arquitectura no puede ser más románico 


 Su construcción data de los siglos XI y XII, cuando Portugal inició su tradición histórica. Posteriormente se añadieron elementos góticos y barrocos. El oro y la plata se reflejan en todas las partes, en los altares, en las capillas:




el


Otro edificio  destacado es la Bolsa de Comercio, con un interior magnífico



Después del primer día en Oporto, el barco empezó a remontar el  Duero. El Duero mantiene una considerable diferencia de nivel entre la parte española y la desembocadura en Portugal. Este desnivel es muy útil para la creación de centrales hidroeléctricas, pero no es fácil enfrentarse a una catarata en el barco, por eso son necesarias cinco esclusas entre Oporto y la frontera: Pocinho, Valeira, Regua, Carrapatelo y Crestuma. . El desnivel más profundo es el de Carrapatelo, que tiene un desnivel de 35 metros. 

El paso de la esclusa es impresionante, porque el barco pasa muy justo, unos centímetros entre el borde del barco y el borde de la esclusa.




  Esclusa de Carrapatelo







El Barco sigue hasta Regua, donde tuvimos que coger un autobús, para hacer un primer viaje hasta el Palacio de Mateus (sí, ese, ese, el del vino rosado Mateus, muy apreciado en Europa, pero que su servidor no aprecia demasiado) Eso sí, los jardines son magníficos.







El autobús continuó hasta un hotel rural.



Donde nos dieron de cenar, tras escuchar el discurso de la marquesa/propietaria


Eso sí, había un sujeto impresentable en el exterior del Hostal:


Bueno, mis queridos amigos: la próxima vez os cuento más cositas.

Besotes


samedi 5 octobre 2024

Pájaros en la boca de Samanta Schweblin

 


Mis queridos y sufridos lectores. Me vais a perdonar que vuelva otra vez con una reseña o torpe comentario sobre el último libro que he leído. Es que no se me ocurre otra cosa que hacer. Podría ir a la playa, cosa que me repatea, o podría entonar simpáticas canciones para ir aniquilando el espeso aburrimiento, que en el fondo es lo natural entre los aburridos, como vuestro amado/detestado bloguero (táchese lo que no corresponda). Pero en fin, vamos a ello. Os decía que acabo de leer un libro que me ha dejado bastante perplejo.

Samanta Schweblin es una de las escritoras de última generación argentina. Nació en 1978 en Buenos Aires, y en estos momentos según cuentan las crónicas vive en Berlin (supongo que con ese nombre no tendrá problemas con el alemán, no como menda, que llevo peleando con él desde hace mas de cuarenta años, y todavía no sé muy bien donde poner los genitivos cuando son necesarios), pero en fin, ese no es el objeto de este simulacro de blog.



Samanta Schweblin



Como ya os he dicho, nació en Buenos Aires, donde abundan los hombres invisibles, como se ve en mi foto y se idolatra a Gardel, como en esta escultura del Café Tortoni.




Pero a lo que vas, Sorokin, a los cuentos de la Schweblin. Os quedaréis pasmados y ojipláticos, porque, la verdad, son sorprendentes. No responden a ningún esquema literario establecido, aunque algunos son más comprensibles que otros. No son cuentos de terror, como los de Mariana Enríquez, aunque algunos, rozan levemente la posibilidad del terror, como en "Matar a un perro"


O "la pesada maleta de Benavides", aunque algunos sean simplemente sorprendentes, como en "la mariposas", donde un grupo de padres que esperan a sus hijos al salir de la escuela, se ven rodeados de mariposas




Otro que obedecería a un esquema más clásico es "la medida de las cosas", donde un joven rico se encapricha con una juguetería y, acogido por los dueños, se dedica a reordenar los artículos, con gran éxito al principio y gran fracaso al final, hasta que aparece su madre y la da unos buenos cachetes


También más comprensible, aunque profundamente angustioso  es "hacia la alegre civilización". En una estación de ferrocarril de provincias, el jefe de estación no quiere vender boletos al protagonista, que debe permanecer junto con otros que están en su misma situación. Los viajeros que no han podido viajar se dedican a trabajar en el campo del jefe de estación, que no deja detenerse a ningún tren.




En otro cuento, más de "podríamos llamar terror" un grupo de niños se dedican a cavar un hoyo. Un día, el hoyo aparece como un montón de tierra y los niños, desaparecen, aunque se oyen ruidos subterráneos.




El otro cuento que más me ha sorprendido es "El Olingiris", donde varias historias se mezclan: El Olingiris es un pez , que se supone que deja embarazada a una profesora particular. La profesora, y ahí empieza el lío, da clase a una asistenta. El trabajo de la cual, no es para contarlo. Os lo leéis, que da una grima especial 


Y hast aquí llego hoy, mis queridos amigotes, que me tengo que ir a la piscina. Venga, besotes de vuestro Sorokin

dimanche 1 septembre 2024

La ciudad y sus muros inciertos, de Haruki Murakami




 


La verdad, queridos lectores, es que vuestro seguro servidor y amado bloguero (menda lerenda) Tenía la siniestra intención de hablaros del último libro de Murakami desde hace varios meses, pero Google, que nos protege un montón para que no metamos el cuezo por trabajar demasiado y nos de un pataflús por parir con exceso, decidió que no me deja publicar. Vamos, que no me dejaba subir fotos, sobre todo ¿y qué es un blog de los aburridos sin fotos? pues un blog dos veces aburrido.

Bien, a lo que va vuestro amado Sorokin: a principios de verano tenía la siguiente panoplia para irme leyendo en los mesecillos de calor:




De esa lista, he decidido que Annie Ernaux, por muy Nobel que sea, es una plasta (venga, discútamenlo: Un libro sin capítulos, donde la protagonista empieza a mirarse el ombligo en la página uno y sigue sin un respiro hasta el final) Pero, en fin, tendré que leer algún otro.

El libro de la Enríquez, pues oye, lo que se espera de ella, terror y terror, y el de Victor Hugo lo tengo para solazarme poco a poco, sin abusar.
Total, que me queda Murakami, El mismo Haruki (es que le tengo mucha confianza), en el epílogo, confiesa que su libro , son al menos, dos libros. El primero lo dejó descansar durante dos años antes de lanzarse a completarlo con la segunda y tercera parte.

El protagonista es un joven de dieciséis años, que vive en una gran ciudad. 


y se enamorisca de una jovencita, bella y delicada (tal que esta, que me fascinó cuando estuve en Tokio)




Pero un día, la nena desaparece y nuestro protagonista no sabe qué hacer. Por fin, descubre que su amada se ha ido a una ciudad sin nombre, donde trabaja . Le deja entrar, pero en esa ciudad, hay que separarse de tu sombra, que queda almacenada en un depósito de sombras. La puerta la controla un guardián estricto, que no deja entrar a las sombras.




Nuestro protagonista se pone a trabajar para su chica, que no lo reconoce y se dedica a leer sueños, que están almacenados en una biblioteca.

En los límites de la ciudad, hay rebaños de unicornios que mueren a espuertas en invierno. Nuestro chico, aparentemente es feliz, hace planos de la ciudad desconocida, lee sueños y toma el té con su chica (nada más)



En los límites de la ciudad hay un lago (no me miréis mal, amigos , la foto es del palacio imperial de Tokio, es que tengo que dar salida a mi elenco de fotos). La única forma de salir de la ciudad es atravesando el lago, ya que en la puerta está el guardián con un hacha.

Pero nuestro chico, siente nostalgia de su sombra, que está en el almacén de sombras y que dice que se va a morir. Por fin, el muchacho se arma de valor y se va de la ciudad a través del lago.




Y con esto y un bizcocho, se acaba la primera parte.

En la seguda, nuestro protagonista, ya talludo y con su sombra, se va de nuevo a trabajar a la gran ciudad.
Pero no es feliz. Se despide de su empresa y se pone a buscar trabajo fuera de la ciudad.

Al fin, recibe una propuesta en una biblioteca de pueblo, que Murakami llama Zxx y que está, ni más ni menos que en la prefectura de Fukusima (¿os suena')



En Zxx hay una biblioteca, 




En la biblioteca entabla relación con su Director, el señor Koyasu. Todo un tipo cuyo secreto se sabrá al fin de esta segunda parte. Pero no te precipites, Sorokin, no digas nada que pueda ser un spoiler. Os lo leéis.

En la biblioteca hay siempre un joven lector, que lleva una camiseta "yellow Submarine" Y que será todo el jugo de la tercera parte del libro.

No os cuento más. A mí me gustó mucho. Si os gusta Murakami os lo leéis. Vale la pena

Muchos besitos



vendredi 26 juillet 2024

Historia de un cavatappi romano

 





Ya sé lo que me vais a decir, gurriatos. Que qué rayos es un "cavatappi". Pues nada, os lo digo de inmediato. Es un sacacorchos. O como se dice en francés, un "tirebouchons". Que se note que vuestro bloguero del alma es multilingüe. En este caso, se trata del siguiente sacacorchos, lleno de historia y aventuras:


Y con el cual, varios centenares de gloriosas botellas han sido abiertas, como, por ejemplo esta maravilla de vino armenio, botella que compré en Yerevan en una de mis últimas visitas.



En fin, ya sabéis que Noé, según la Biblia se emborrachó, después que su arca se embarrancara, nada menos que en el monte Ararat, en Armenia, o sea que el vino, a la fuerza tenía que ser armenio. No lo iban a traer de Margaux, que quedaba muy lejos.

Pero eso no es la historia de mi cavatappi. La historia empieza en Roma. Allá por el año 2003 o algo así, que es que me falla el memorión, que uno se va haciendo mayor. Fué en un viaje a la pomposamente llamada "ciudad eterna". En la que, por supuesto tiramos nuestras moneditas en la feunte de Trevi:


Y pudimos constatar que los gatos romanos están bien gordotes y convenientemente alimentados



Naturalmente, nos pegamos nuestras visitas, visto que era un viaje de placer, a diferencia de otras veces que vuestro seguro servidor ha ido a Roma a trabajar. Pero, en fin, que esta vez pude ver hasta el arco de Trajano (bueno, y si ese no es el de Trajano, seguro que es el arco de alguien, a ver, no iba a ser la gente que paseara por las calles la que construía arcos.) Hoy en día, los Arcos son de Albacete y construyen cuchillos en vez de arcos.



Pero, en fin, a lo que vamos, que en una de esas tardes, paseando por la plaza de España, que he aquí, de repente vimos una tienda de buenos vinos. Compramos un preciosa botella (de la que no tengo foto), creo acordarme que era Corvo de Salaparuta, pero en fin, no teníamos con qué abrirla, así que tuvimos que comprar el famoso cavatappi



Total, que el sacacorchos hizo su función, como debe ser, y acabó en mi maleta. Sabia decisión, ahora os     explico por qué. Pues si, acabó en Bruselas.  

Por aquel entonces yo tenía que ir frecuentemente a Alicante, bella ciudad, en la que vivían mis progenitores. Pero ¡Ay! en uno de los viajes de vuelta a Bruselas, en vez de meter el sacacorchos en la maleta, lo metí en el equipaje de mano. El control de seguridad, me dijo, nanay, esto no puede pasar


Alicante, la explanada


Alicante, el mercado

Total, que con todo el disgusto del mundo, no me quedó más remedio que dejarlo en tierra. ¿Y cómo? Pues se me ocurrió ir al quiosco del aeropuerto, y dejarles el cavatappi, despidiéndome de él con un cariñoso beso.

Pero, para mi sorpresa, en el siguiente viaje, meses después, al coger el avión de vuelta, se me ocurrió preguntar en el quiosco que qué habían hecho con mi cavatappi. ¡Y lo habían guardado! Maravilla, cuantísimas gracias les debo. Bueno, pues lo metí en la maleta para evitar otra vez el rollo, lo facturé, y aquí está ahora, en Bruselas.

Bien, no me despido sin antes hablaros de un libro interesante. Es de Patrick Modiano, premio Nobel de no sé qué año. Lo compré atraído por el el señuelo del nombre. La calle de las tiendas oscuras, (Via delle botighie oscure) es una de la calles más famosas de Roma, Está cerca del Capitolio  y  fue en su día donde estuvo la sede del Partido Comunista Italiano (el famoso PCI)






Pues bien, chasco, el libro pasa todo en París. La calle de las tiendas oscuras, no sale más que un vez, en la última página del libro. Pero, en fin, se deja leer.

Pues nada, aquí os dejo con las aventuras de mi cavatappi y os mando  un fuerte besote





lundi 27 mai 2024

El Museo Sorolla de Madrid, seguido de una interesante recomendación gastronómica

 


Mis queridos y fieles amigotes (bueno, y si sois infieles, tanto me da, allá vosotros con vuestros hombres y vuestras mujeres, ustedes veréis), os voy a contar que este verano estuve visitando en Madrid el Museo Sorolla. Museo digno de visitar, que hállase situado en el Paseo del General Martínez Campos, muy cerquita de la Castellana:



Ya sé que me vais a recriminar que haya tardado tanto en contároslo, pero en fin, ya se sabe que más vale tarde que nunca, además, no sé por qué, me ha apetecido contároslo ahora, más que nada porque no fuera a ser que un rayo destruyera el Museo y yo me hubiera quedado con mis fotos en la boca. Pero bueno, ahí le vamos gurriato. Fíjate tú por donde, el Museo está situado en la que fue su casa, que no era una chabola, como puede verse:


La casa tiene un agradable jardín, con su estanque y todo. Todo ello es un muestrario de la fama, celebridad y riqueza que consiguió el Maestro en vida:


Como supongo que todos sabéis, Sorolla nació en Valencia, pero se quedó huérfano desde muy chiquito, porque sus padres murieron en la famosa epidemia de cólera de finales del siglo XIX, así es que lo criaron unos tíos (en sentido, "familia", no "tíos" como si dijéramos unos mindundis) que querían que fuese cerrajero, pero el niño dijo que nanay, que él lo que quería era pintar. Total, que estudió dibujo y pintura en Valencia. Finalmente consiguió un premio de pintura en Madrid y empezó a coger carrerilla, se fué a Italia, a París, de vuelta a Italia y, por fin, se estableció en Madrid, en el casoplón de la foto.  Pasó por varias épocas pintando, aunque la más famosa por la que todos lo conocemos fue su época luminosa en Valencia, donde la luz juega de forma increíble. Pero vamos, Sorokin, que te enrollas con dos de humo, habla del Museo.

Su sala principal, donde resalta el "paseando por la playa":



Sorolla,. además fue retratista, y un montón de personajes de la época pasaron por su estudio, aunque en el Museo, lo que más resalta es el retrato de su mujer, Clotilde, vestida de noche


Y sin vestir, como en este desnudo sentado, aunque el desnudo más famoso, visto de espalda no está en el Museo:


pero, como ya os he contado (es que no me leéis, gurriatillos) sus mejores cuadros (por lo menos, son los que a mí me gustan más, eso es la ventaja de la crítica subjetiva) son los de su época luminosa y mediterránea, como "el baño del caballo"


"Después del baño":


Y el ultrafamoso   "el baño".


Del cual tengo, además un imán en mi nevera. No os pongo la foto. La puse al hablar de Egon Shiele. Pinchad aquí si os apetece, claro.

El museo tiene además alguna esculturas de su hija, Elena Sorolla, que aunque poco conocida era una buena escultora:




Y tras esa magnífica inclusión cultural y pictórica en el mundo de Don Joaquín (merece que se le trate de "don") or voy a hablar de un restaurante (vamos, ahora se llaman "gastrobares") que he descubierto en Madrid hace poco, no os inquietéis. 

Se trata del CIRKuK, que está en la Avenida de Bruselas (manda narices, salgo de Bruselas y me encuentro con otra Bruselas) en el Parque de la Avenidas:


Os recomiendo algunos platillos, como el "churrigorri de atún Balfego, churros, atún, polvo de tomate, mayokimchie y katsuobushi" (la imaginación al poder)



El "Carpaccio de calabacín, frutos secos, puré de tomatillo, aliño de sésamo y parmesano en lascas" (!Será por nombres!)



El "ceviche de lubina con leche de tigre, maíz cancha y mango" (este es más sencillito)


y estos langostinos en tempura



Os digo la verdad, que no se os atraganten los nombre, están todos buenísimos y ¡sorpresota! no son caros

Venga, Besotes que me voy a hacer unas espinacas.