mercredi 12 février 2020

Enero 2020 en Bruselas. Una exposición de Brancusi y una recomendación gastronómica




Mis muy queridos amigos (sí, os quiero, os quiero), os voy a contar un par de cosas que, tal vez sí, tal vez no, os pueden parecer interesantes. En primer lugar una exposición de obras de Brancusi, en el marco de la Europalia 2019, dedicada a Rumania (sí, la exposición abrió el año pasado, pero vuestro bloguero favorito -servidor, digo yo-, por fas o por nefas, no pudo ir hasta el mes de Enero)

La exposición se celebró (hablo en pasado, porque el 2 de Febrero terminó) en el Palacio de BozAr, en el centro de Bruselas, donde tienen lugar eventos de este tipo:




Bueno, la entrada no parece muy aparatosa, pero lo bueno es lo que hay dentro.

Constantin Brancusi, posiblemente el mejor escultor del siglo XX, nació en un pueblo de Rumania en 1876, hijo de campesinos. Trabajó como pastor y, posteriormente estudió bellas artes en Craiova y en Bucarest. La leyenda dice que se trasladó a París andando, tras pasar por Viena y ejercer múltiples oficios. En París estuvo lavando platos (entonces, mis amigos, no había lavavajillas) hasta que entró en el taller de escultura de Rodin, cosa que, ya por sí es un mérito. La influencia del maestro en esos primeros tiempos es muy grande, como puede verse en estas dos esculturas:

La primera es de Rodin:



La segunda es de Brancusi:



Pero abandonó pronto el taller de Rodin, diciendo que no había sitio para dos genios juntos y abrió su propio taller. De sus primeros tiempos es "el beso"



Esta que está en la Exposición es una de las muchas versiones que hizo de esta escultura, una de las cuales está en el cementerio de Montparnasse. 

En "la sabiduría de la tierra" se nota su estilo propio, influenciado por el arte africano:


En su taller se juntaban Modigliani, Erik Satie y otros iconos de su generación. En la exposición, hay un retrato que le hizo Modigliani:



Lo que demuestra que el buen Constantin, mejoró mucho con los años, a semejanza del buen vino, como puede constatarse en esta foto (que he robado de la Wikipedia, ojo, espero que no tenga copyright):




Con el tiempo creó su propio estilo inimitable, creando esculturas de bronce pulido hasta conseguir el brillo que las ha hecho famosas, como esta cabeza:



Al mismo tiempo, era un gran fotógrafo. Retrataba sus propias esculturas reflejando su brillo luminoso.



En la exposición pude ver algunas de sus esculturas más famosas, brillantes como cien soles (soy un exagerado, pero es verdad), como esta "Leda":



O la famosa cabeza de Mademoiselle Pogorny:


Impresionante. Brancusi tuvo un problema con la aduana de los Estados Unidos cuando llevaba sus obras para una exposición. Los aduaneros querían cobrar derechos de aduanas por las piezas, hasta que una sentencia aceptó que eran obras de arte (hay que ser ceporros, ea)

Otra de las obras más famosas es la "maiastra", un pájaro mítico rumano:



Brancusi no solo era escultor y fotógrafo, también quiso hacer sus pinitos de arquitecto, como cuando construyó la columna de la libertad, en Rumania, en honor de los rumanos caídos en la guerra del 14:


Lo pasamos muy bien. Es una lástima que ya, mis queridos amigos no podáis ir, porque cerró el 2 de Febrero, pero si podéis acudir a una exposición similar no lo dudéis.

Del otro tema que os quería hablar es del restaurante "La Taberne du Passage". Ese sigue abierto, o sea que si vais a Bruselas, podéis ir. Es un clásico de toda la vida. Está en la Galerie de la Reine (de ahí viene lo de "passage"):



Son famosos e impresionantes sus volovanes. O sea Vol-au-vents, que se pronuncia casi igual, pero si leéis la carta, es lo que dice. Cosas de los francófonos.


Puede haber casi una pechuga de pollo por volován, rodeada por un hojaldre fino, fino, como debe ser y una salsa espesa y con un gusto a mantequilla que puede resucitar un muerto. Eso sí, calorías incontables. Pero un día es un día. La patatas fritas que la acompañan son de las mejores de Bruselas:



Y bien, pues ya os he contado todo mi mes de Enero (vamos, no todo, lo más importante). Ahora os voy a mandar unos besotes y me voy a ir a cenar, que ya es hora.

Besotes