lundi 25 mars 2019

Tervuren. El Museo Real de África Central



El Museo Real de África Central (real viene de rey, no quiere decir que no sea imaginario), queridos amigos, está situado en Tervuren, a unos pocos kilómetros del centro de Bruselas. Se construyó por orden de Leopoldo II, rey de Bélgica, a fines del siglo XIX. Ya os hablé de Leopoldo (pinchad aquí si os viene en gana). Edificó un palacio con el solo fin de albergar sus piezas de colección traídas del Congo:




La historia del Congo está ligada con la colonización Europea de África. Los países de Europa que estaban en plena revolución industrial, necesitaban materias primas. ¿Y dónde estaban las materias primas? Pues sí, habéis acertado, en África. Francia, Inglaterra, Alemania (sí, sí, Alemania, hubo colonias alemanas en África) se lanzaron a colonizar el continente, aduciendo historias de mejorar la vida de los nativos, etc, etc. Iban a por Cobre, Plomo, Oro. Lo otro son excusas, claro. Aún hoy hay autores que proclaman la "obra civilizadora" y bla, bla, bla.

Leopoldo II no quiso quedarse atrás. Para empezar mandó a Henry Morton Stanley (el famoso Stanley de "Doctor Livingston, supongo") a explorar y de hecho apropiarse de todas las tierras en la ribera derecha del río Congo. Como consecuencia, se creó una especie de estado independiente, cuyo rey era solamente, Leopoldo. No era todavía el Congo Belga.




Henry Morton Stanley

Durante el reinado de Leopoldo, se produjeron abusos incontables, torturas, asesinatos, por parte de los belgas y sus subcontratistas. Es así. Está reconocido como el mayor genocidio de la época moderna. Tanto es así, que el gobierno belga de la época decidió quitarle el Congo a su rey y convertirlo en una colonia: el Congo Belga. Eso fue hacia 1908. El rey murió el año siguiente de pura rabia, se supone.

Leopoldo, mientras el Congo fue su exclusiva propiedad, mandó construir el Museo del Congo, el que hoy es el Museo Real de África Central. Hasta 1960, el museo dependía del Ministerio Belga de Colonias. Actualmente es una institución independiente en la que participan europeos y africanos.

El museo original estaba en el palacio, como ya he dicho. Se hizo una reforma importante, de manera que, aunque las salas principales siguen en el palacio, se entra por un edificio anexo:




El paso se hace por un subterráneo. Pagáis vuestra entrada, amigotes, y os ponéis a bajar y subir escaleras:



En la primera zona, antes del largo pasillo subterráneo, hay una serie de esculturas, muy de principios del Siglo XX que estaban en el museo original, pero que han sido apartadas porque se considera que son ofensivas para los congoleños: Un hombre leopardo, un esclavo y otros lugares comunes.


Tras el pasillo subterráneo se llega al meollo:



A un servidor, la sala que más le impactó es la de "rituales y ceremonias", llena de máscaras y esculturas originales:





Según explican, las máscaras se usaban para acontecimientos especiales, y en la mayor parte de los casos, se quemaban después. Evidentemente, esto no es posible para estas dos, que se las ve bien sólidas:

Este es un Nkisi. Su misión era atraer los muertos de vuelta al mundo. Los atraía con esos ganchos que lleva y los hacía reencarnarse. No sé si yo me fiaría de un elemento así.


En toda África Central se hacían ritos de iniciación para marcar el paso de la infancia a la edad adulta. Se aislaba a los quinceañeros se les explicaba lo que es la vida y ¡hala! . A mí me hubiera gustado también que me lo explicaran con detalle, porque todavía no lo he entendido:



Estos son Wayinda y Kakulu. Wayinda es la de la izquierda y es una mujer infiel. Kakulu es su marido y se le ve un poco tuerto del disgusto:



Hablando de maridos y mujeres, en el Museo hay cuadros de artistas congoleños contemporáneos, como este "Matrimonio forzado". Sus padres quieren forzar a la chica a casarse con un rico más bien viejales:


En la sala de música se exhiben, por ejemplo, los tambores reales de Ruanda. Eran un privilegio real. Hoy día, se han popularizado:



Pasando a la zona "Afropea" se pueden ver cosas como este semáforo, diseñado por una mujer. Está instalado en Kinshasa y gira para mostrar el verde o el rojo.




Otra zona que se encuentra el visitante es la de "paisajes y bio-diversidad". Magníficamente montados en un ambiente muy bien creado, una serie de animales disecados, como este Okapi:



O estos gorilas:




El elefante ha sido desde siempre una de las estrellas del museo, aunque según parece, son dos elefantes. La cabeza pertenece a uno y el cuerpo al otro:




Un caso terrible: el de la Perca del Nilo. Se llenó el Lago Victoria con una especie invasora, la Perca del Nilo. Todas las otras especies han desparecido. Se hace un comercio con estos peces absolutamente desagradable. Vienen aviones todas las semanas a cargar percas y llevarlas a Europa, (en especial a Rusia). A mí, personalmente, su carne me desagrada a tope y su sabor me produce arcadas, pero es un comercio con el cual se están llenando los bolsillos muchas multinacionales sin dejar ningún beneficio a los habitantes de la zona.




Bueno, algo menos repugnante. La sala de los cocodrilos es una de de las originales del Museo del Congo. Es muy aparente:



Y bien, queridos amigotes. Si tenéis oportunidad, no dejéis de visitar el Museo. es uno de lo mejores del mundo dedicados a África.

En saliendo, en una de las paredes del palacio os encontraréis esta escultura que no tiene firma,



pero que me ha parecido muy oportuna para estos momentos en el que algunos mentecatos andan proponiendo que se den armas a todos los hombres de bien. Bueno, pues esto es lo que se hace con las armas: matar.

Os voy a dejar, que me voy a cenar. Besotes, mis amigos.