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lundi 2 avril 2012

Dónde -y cómo- comer mejillones en Bruselas


 Pues bien, queridos amigos y demás gente que me escucháis, siguiendo con mis consejos, reseñas, trucos, lugares, enseñanzas y otras zarandajas sobre la vida en Bruselas, hoy he tenido una iluminación repentina y me he dicho... pero, Sorokin, cachondete, como es que tras casi cuatro años escribiendo esta tontuna de blog todavía no has contado nada a tus lectores reales o imaginarios (me encantan los lectores imaginarios) sobre el plato nacional belga. Yessir, los mejillones. Eso es así: los "moules frites" son considerados por todos los habitantes de este país como la representación más genuina de la cocina belga, pero ¡ah, queridos y respetados lectores! todo tiene su rito, su conocimiento y su liturgia que os desvelaré algunas líneas más abajo (si tenéis paciencia de leer, caray, y no os limitáis a ver las fotos y pasar a otra cosa).

Cierto que hay mejillones en España y muy buenos -de hecho, los mejores, más gordos y más coloradotes-, y que hay mil maneras de hacerlos. Y si no, podéis leer el blog del gran Apicius que tiene toda una serie de recetas dedicadas a los mejillones, pero aquí, son otra cosa. son algo así como la tortilla de patatas en España o la choucrout en Alsacia. No son platos muy sofisticados, pero todo el mundo los sabe hacer y siempre se discute sobre quien los hace mejor en el entorno familiar o en qué bareto te los dan mejor etc.

Si caéis por Bruselas por cualesquiera razón que sea, o si ya arrastráis vuestros sufridos cuerpos por la capital de Europa, seguro que alguien os dirá que los mejillones hay que ir a comerlos a Chez Léon, al ladito de la Grand Place:





Bueno, pues no. Vale que está muy bien situado, está lleno de turistas -sobre todo españoles y japoneses- tiene ambientillo, manteles a cuadros en las mesas y todo eso, pero si queréis comer mejillones de verdad, abstenéos, ¡Oh pecadores!. En fin si es por conocerlo podéis ir, pero sólo una vez (no os quedarán ganas de volver) Es caro, y la calidad lleva en sistemática caida bastantes años. Pero en fin, oye, allá vosotros que, como se dice en francés, sois adultos y estáis vacunados. Además, como decía no sé quién, si no conocemos lo mediocre, ¿cómo vamos a valorar lo bueno?

 Si no queréis alejaros mucho del centro, de la Grand Place y de la Bolsa, podéis ir al Pré-Salé, que está en la rue de Flandres, cerca de la Place St. Catherine. Los precios tampoco son una bicoca (estoy hablando de 21 euros por el kilo de bivalvos mejillonáceos), pero la atención es buena y los mejillones tambien. Por cierto, que no os la den con queso en ningún sitio, la ración estándar es un kilo de mejillones, porque hay sitios donde el precio es sorprendentemente bajo y luego te dan medio kilo, así que ojo. Leeros la letra pequeña.



Ya empezamos a habler de cosas serias si nos vamos alejando del centro y nos metemos en la Chaussée de Louvain. En un barrio más bien deprimido y bastante descascarillado está "La bonne humeur". A pesar de ese aspecto que veis en la foto, os puedo asegurar que dan unos mejillones de campeonato. Las patatas fritas también son excelentes.


Pero, en fin, os voy a contar el secreto mejor guardado de Bruselas. Los mejores mejillones los he comido en "la Terrasse", en el barrio (la Comuna, vaya) de Schaerbeek . Sorprendente, porque el patrón es turco y el cocinero es francés, pero son los más belgas de todos los mejillones belgas. Con su caldito con apio, sus inmejorables patatas fritas (los mejillones de la foto de cabecera son los de "la Terrasse"). Por cierto, el truco consiste en que, a medida que vas vaciando la cacerola, vas echando las patatas en el caldo. Delicioso (hay amigos que me dicen que es que me estoy volviendo belga). ¡Y sólo a 17 euros la cacerola de un kilo! Pero ¡ay!, la felicidad no puede ser eterna: sólo hacen mejillones el primer viernes y sábado de cada mes.

(Nota de Abril 2016:

La última información es que el patrón de "la Terrasse" ha decidido echar el cierre)



Ya os he contado un par de cosas importantes para comer mejillones como un belga: que te los sirven en una cacerola de un kilo, que llevan un caldo de  apio y vino blanco y que las patatas fritas hay que mojarlas en ese caldo. Ahora, os contaré otra cosa para que no quedéis como paletorros cuando vayáis a comer los moules en Bruselas. ¿Os habéis preguntado por qué aquí se sirven con sus dos valvas, mientras que, en general, en España se sirven solo con la valva inferior? Ahhhh, pues os lo explico. En primer lugar, debéis vaciar un mejillón o pescar uno que ya esté en la cazuela sin bicho (cosas que pasan). Acto seguido, con la mano izquierda (oye, si sois zurdos, pues al revés), cogéis una concha llena. Bueno, amigos argentinos NNNOOO, no es lo que estáis pensando, que os oigo telepáticamente echando risitas malévolas. Ustedes "agarran" la cáscara del bicho. Y todos, americanos y europeos, lo hacéis así:
 Con la otra mano, cogéis la concha vacía (¿otra vez las risitas?) y la utilizáis como una pinza, abriendo y cerrando las dos valvas con el índice y el pulgar:
Con esa improvisada pinza, sacáis al bicho de la otra concha y os lo lleváis a la boquita. Y así hasta acabar la cacerola. Fácil ¿eh? pues venga, ya podéis ir ensayando la próxima vez que comáis mejillones.

Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. Os voy a dejar que no he cenado. No tengo mejillones, pero me voy a empujar unas lentejas gloriosas. Ya os contaré.

Besotes

Actualización de Septiembre 2013

Pues bien, mis queridos amigotes, el tiempo pasa, y aparte de rellenar nuestras pieles de surcos como decía Shakespeare en un famoso soneto -que no os voy a copiar aquí, que bastante tenéis ya con el rollo que os estoy metiendo- nos enseña, nos educa y nos descubre cosas nuevas y más vale así, que si no es que nos hemos quedado hechos un pingajo. Total que, vale ya de rollo Sorokin, he descubierto un sitio nuevo para comer mejillones. Tan popular se ha hecho, que no quiero dejar a mis amigotes en la inopia. Ello no quiere decir que reniegue de los restaurantes de los que os he hablado antes, simplemente lo añado.

Se trata de "le Zinneke", tambien situado fuera del centro de Bruselas, en Schaerbeek, pero vamos hay un tranvía que pasa justamente delante.



Se presenta como "el templo del mejillón". Y verdaderamente, tiene un montón de formas de cocinarlos. 69, sin ir más lejos. Y como veis en la carta, la 69 lleva el significativo nombre de "mejillones eróticos"



La verdad es que a mí, lo que me picó la curiosidad fue el número 44 que se supone que son mejillones "a la vasca". Yo soñaba con los tigres de la calle Iturribide, pero no. Como aquí veis, la base es una preparación a la belga a la que le han añadido tomate y pimiento picante. No estaba malo, no. Y los mejillones son de categoría, bien gordotes:




En fin, bien, para los que les gusta arriesgarse, bien está, pero como decían mis acompañantes, un mejillón en Bélgica, hay que comérselo a la belga.

Como postre, os podéis pedir unos "cuberdons" (es el único sitio que he visto que los tengan). Es un bombón típico de la región de Tournai, relleno de frambuesa. En el Zinneke lo ponen con helado de frambuesa hasta formar una especie de ¿de qué? admito propuestas



Y venga, dejo de daros la brasa. Un nuevo besote un año después.