mardi 16 août 2016

Cosas que hacer en verano en la costa de Málaga


Naturalmente, mis queridos amigotes, no os quiero condicionar en absoluto sobre qué debéis hacer o qué no debéis si tenéis la suerte de ir a pasar el verano en las costas malaguesas (¿o se dice "malagueñas"? uno es que ya es medio guiri y empiezo a tropezar a veces con mi lengua materna). No. Si lo que os apetece es ir a buscar una abarrotada playa y empezar a discutir el "lebensraum", sobre si la sombrilla está en los milímetros cuadrados que le corresponden a la gente de la lado vuestro, mientras su niño os llena de arena cada vez que corre a la llamada de sus papás, pues oyes, es vuestro libre albedrío. Lo que yo propongo, son cosas adicionales y no exclusivas, con las que vuestro seguro servidor bloguero se ha regocijado y divertido durante este mes que he pasado en Sabinillas, en la provincia de Málaga. Por ejemplo, empecemos:

1. Subir en el teleférico de Benalmádena hasta la cima del monte Calamorro, a 700 m sobre el  nivel del mar:



Pero lo bueno es quedarse a ver el espectáculo que organizan con unas cuantas aves rapaces. Ojito, que solo hay dos pases al día en verano, a la una de la tarde y a las 20 horas. Bueno, las 20 horas en Julio. Ahora que los días se acortan, pues quién sabe. Pero vamos, que cuando compré los tickets nadie me avisó de los horarios. Los descubrí una vez arriba.



La primera parte del espectáculo consiste en soltar unos buitres leonados, que se van planeando hacia el cielo, mientras que los pobres humanos nos quedamos con la boca como un buzón.

Pero el punto fuerte son las águilas, como esta que sostiene el domador (¿se llamará domador?)(*):




También hay cóndores y otros bichos volantes, como un buho que se llama Olga (era buha)




El problema es que podéis acabar con la cabeza llena de pájaros:



Y es muy de desear que no tengan algún problema estomacal. En fin, lo mejor es que los veáis en directo en este bodrio de video que hizo mi amigote Lopezia:





(*) Me dicen personas muy bien informadas que se llaman "cetreros"

 2. Ir a la procesión de la virgen del Carmen:


Muy étnico y muy racial:





Hay procesiones de la virgen del Carmen el dieciséis de Julio en prácticamente todos los puertos de la región, pero claro, como vuestro bloguero estaba en Sabinillas, me fui a ver la de mi pueblo. Lo suyo es que se saque en procesión a la imagen desde la iglesia donde pasa todo el año, se lleve al puerto, se suba en un barco y se vuelva en ese mismo barco.

En nuestro caso, el barco tenía que salir del Puerto de la Duquesa, donde las bellas jóvenes del lugar ya estaban preparadas para tan grandioso acontecimiento:




Y efectivamente, la imagen salió, llevada a hombros por unos cuantos marineros (ya, ya lo veréis en el magnífico video que os pondré a continuación, paciencia)



Naturalmente, participar en la procesión no impide seguir la moda de tatuarse:



Pero ¡ay, Sorokin!, lo mejor es descubrir alguna mirada en la que no habías reparado, cuando revisas las fotos en tu casita;




Pues venga, que lo prometido es deuda. Os pongo el video que hicimos entre Lopezia y un servidor (es que somos uña y mugre, como dicen en México):




Y para acabar, pues como la procesión acaba en el castillo, que es donde está la iglesia, os propongo que os vayáis a cenar a "Anká Juanito", que tiene magníficos calamares, puntillitas, almejillas y otras delicias andalusíes. El patrón, además, no me digáis que no se parece al presidente François Hollande. Helo aquí, junto con un turista que pasaba por allí:






3. Visitar Tarifa y la playa de Bolonia:

Ya sé, ya sé lo que me vais a decir que eso no es la costa de Málaga, que eso es Cádiz. Totalmente cierto, os merecéis un diez en geografía. Pero bueno, está a muy pocos kilómetros, ciertamente al alcance de unos buenos conductores como vosotros (porque tren no hay, eso es así). Además, os podéis parar en el mirador que hay en la punta de Tarifa y contemplar la costa de Marruecos, a unos 14 Km, con el Monte Muza (Djebel Mussa) dominando el mundo entre el cielo y el mar (Sorokin, te pasas de rollista)




A mí me gustó mucho Tarifa. Una ciudad con mucha personalidad, mucho ambiente multicultural de buen rollo, muchos bares y bodegas... pero ¡ay! el problema es el viento, que sopla con ganas:



Tiene hasta una cerveza propia de Tarifa:


Luego, podéis seguir hasta la playa de Bolonia, playa de arena fina, donde hay una duna gigantesca que mide como treinta metros de altura y que sigue avanzando hacia el interior. Esos puntitos que se ven, son buenas (o malas, quién sabe) gentes escalando la duna:




Pero vuestro bloguero no fue a escalar dunas, ni montes Muza ni nada. Un servidor había quedado en Bolonia con mi amigo VILOHID, al que no veía desde hace como varias eras geológicas. Quedé en comer con él y su mujer en un hostal muy recomendable, el Hostal Ríos, donde además, me invitaron a comer y a departir durante horas sobre amigos comunes y esas cosas que se hacen cuando reencuentras alguien al que no veías hace mucho. Además, mi amigote es une experto cortador de lenguados. Como se ve aquí. lo hace con dos cucharas. Nada de tikismikis de palas para el pescado y esas tontunas:




Fue un día muy agradable. Prometo volver.


4. Descubrir el secreto mejor guardado de Manilva:

No es que no haya buenos restaurantes en Sabinillas. Los hay y muy buenos, como el  Marymar o el Dieguichi, pero el "Nautilus" tiene un encanto especial y se come muy bien por un precio muy razonable:


No está en el paseo marítimo, no está en el puerto, ni en el castillo. Está en una rotonda donde lo que se ve es una floristería y una urbanización de apartamentos. Pero no os lo debéis perder si vais por Sabinillas.

La patrona, que además es la cocinera, Magda, es rumana. Empezó en Rumania, estuvo diez años en Gibraltar y ahora está en Sabinillas.



Magda trabaja sin parar, desde la mañana hasta la noche. En el restaurante hay un cartel que dice que cierra a las once de la noche, pero nada. Te plantas pasadas las once y media y te dan de cenar.
Sus platos son todos excelentes. De hecho, un servidor hace años que no se atrevía a comer una ensaladilla rusa por el aquél de la mayonesa. Magda la hace ella misma


Su lubina al horno, sus gambas al horno con sal, sus pescaditos, todos son deliciosos


La ayudan Javier y unas chicas de lo más valientes. Ya digo, no os lo perdáis.


5, Leer a Petros Márkaris

Lo he descubierto esta primavera-verano, pero me ha gustado tanto que ya me he leído casi todos los episodios del comisario Kostas Jaritos. Con una mala uva típica griega, el comisario -que está todos los días de bronca con su mujer, Adrianí-, que se lleva fatal con su jefe, pero que en el fondo todos se quieren, desvela misterios en los que siempre hay un componente social: el problema de los emigrantes albaneses en Grecia, el de las minorías griegas en Turquía, etc. Os recomiendo sobre todo "liquidación final" (yo lo he leído en la traducción francesa que me ha gustado menos porque lima un poco la mala leche). Todo pasa en 2010. Kostas se ha comprado un Seat porque, según él, hay que comprar a un país hermano que está sufriendo la tenaza de los del norte. Naturalmente, hay un capítulo dedicado a la final del campeonato del mundo en la que todos -lógicamente- apoyan a España frente a los salvajes holandeses. El criminal, finalmente, es alguien que asesinaba banqueros y gente así. No digo yo que haya que imitarlo, dios me libre, pero denota el estado de espíritu de los griegos.




Y nada más, sino un besote. Me voy a Canadá el sábado. Ya os contaré.

15 commentaires:

  1. Muy interesante el vídeo que a su vez me llevó a otros que por lo que leo has intervenido en su filmación. De Málaga tengo un lindo recuerdo de sus playas, comiendo pescaditos fritos y tinto de verano.
    Saludos desde Argentina

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  2. Muy interesante el vídeo que a su vez me llevó a otros que por lo que leo has intervenido en su filmación. De Málaga tengo un lindo recuerdo de sus playas, comiendo pescaditos fritos y tinto de verano.
    Saludos desde Argentina

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    1. Me alegro que te guste el vídeo, Norma2, ese y los que has visto después, espero. Málaga, en efecto, es un lindo sitio para vivir: sol, pescaditos fritos, playa y buena gente.
      Saludos

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  3. ¡Madre mía, Sorokin, no paras quieto!!! Las procesiones no son lo mío, lo del teleférico sí me atrae más. Conozco Tarifa y la duna de Bolonia, estuve por allí hace unos añitos y es chula la zona. Lo del viento lo corroboro, era un poco desagradable. También he leido hace tiempo algún libro de Markaris, pero no recuerdo cuál y que me gustó.
    En fin, seguiré tus andanzas canadienses con fervor, ya lo sabes
    Besos

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    1. Hola Marian. Para mí las procesiones son un escaparate sociológico de cómo es una comunidad. Por eso, si puedo, no me las pierdo, como en 2011, cuando estuve en la procesión de los budistas en Kuala Lumpur (ya lo conté en el blog): muy interesante, en un país de mayoría musulmana, como es Malasia.
      Lo de no parar, es un poco como las bicicletas: si paras te caes, pero en fin ahora estoy mucho más estático que hace unos años, cuando mi segundo hogar en Bruselas era el aeropuerto.
      Ya os contaré qué tal en Canadá. Ya he estado varias veces por asuntos de trabajo, pero esta vez voy de vacaciones.
      Besos

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  4. Enhorabuena por las vacaciones. Hay que saber aprovechar los buenos momentos y las oportunidades lúdicas (Aaaagh!) del sitio. Yo no descartaría tampoco una inmersión en la playa a una hora punta, para verificar eso que has dicho de la lucha por el espacio playero rodeado de niños chillones. Mi solución es bajar a la playa a eso de las 9:30, aguas claras y tranquilas (el levante no ha empezado su jornada), una buena nadada, paseo por la arena donde rompen las olas para darme un masaje de pies. Cuando subo es cuando empieza a llenarse el asunto de sombrillas. Después vuelvo a bajar a eso de las 14:30, vuelvo a encontrar la playa con bastante sitio vacío. La mayoría se han ido a comer. Así que nueva nadada y paseo por la orilla mientras el agua y la arena hacen su trabajo. En fin, se trata de aprovechar los resquicios de relativa soledad. Si algún día llueve, casi mejor. Cómo dice mi amigo J.M. Romero (empedernido y solitario viajero) en su libro “Siempre al Oeste”: prefiero la soledad al buen tiempo. Ahora que somos mayores sabemos apreciar ciertas circunstancias. Fantástico el video y la visión de la bandera de UE ondeando deshilachada al viento (al principio, como aparece negra, la confundí con la de un barco pirata, reminiscencias de Salgari). Muy poética. Gracias por la información sobre bares y restaurantes. ¿La última toma era el puerto de Sabinillas? Peaso puerto, oye!

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    1. Hola Anónimo (aunque ya sé que eres Sebastian) Tienes razón, hay que aprovechar todas las oportunidades que nos da un sitio. Sobre todo, si son lúdicas, como dices. Pero en fin, como tú también dices, si algún día llueve casi mejor: el aullido del levante y el rugido de las olas dan un delicioso escalofrío en la columna vertebral (y ha habido días así en Sabinillas).
      Sí. La bandera de la UE deshilachada es una metáfora bastante aproximada de como están las cosas. Sorprendentemente, sin embargo, en la entrada a Sabinillas desde la carretera solo hay una gran bandera: La de la UE. Y todos, todos, los coches de Gibraltar (la zona está llena de gibraltareños) llevan el escudo de las doce estrellas.
      La última toma es del puerto de la Duquesa, en Sabinillas, efectivamente.

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  5. El tiempo siempre es poco,así que volveremos a las andadas y prometo enseñarte BAELO CLAUDIA espectacular y tan solo a 1Km, de Casa Rios no conviene agotar las posibilidades en una primera ocasión.

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    1. ¡Hecho, VILOHID! La próxima vez iremos a ver las ruinas romanas.

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  6. Una crónica jugosa, acabo de venir de Tarifa y me ha encantado, de hecho me quedé cerca de se mirador donde has tomado esa foto, en pleno parque natural Los Alcornocales, una pasada. De las playas, Bolonia está bien, pero me quedo con su vecina, Valdevaqueros, un poco más hippie. También me gustó mucho el ambiente de Tarifa,comparto tu opinión.
    Saludos

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    1. O sea que hemos estado muy cerca este verano, Claudia. La próxima vez quedamos y nos tomamos unas cervezas en Tarifa. Tendré que visitar los Alcornocales y Valdevaqueros la próxima vez. ¿No es esa playa que desde lejos se ve con el cielo cubierto por esos ingenios que sirven para hacer plancha a la vela?
      Saluditos

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  7. Buenos viajecitos te has marcado. Eso sí, haber escapado de Tarifa sin haber visitado Baelo Claudia... Pero como creo, por lo que leo más arriba, que vas a volver, cuando llegues al bunker, tápate los ojos... Cosa fea han puesto ahí.
    Besotes!!!

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    1. Cierto, Margari, tengo la sana intención de volver a Bolonia y esta vez no me pierdo Baela Claudia. Por cierto ¿qué hay en el bunker?
      Besotes

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  8. El centro de interpretación del conjunto arqueológico... Un atentado visual...
    http://www.mundocultural.net/baelo.htm
    Más besotes!!!

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    1. Ya he visto la foto y efectivamente me parece muy feo. He leído que era tan feo, tan feo que la Junta plantó árboles para taparlo. No me lo pienso perder la próxima vez.
      Besos

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