mardi 30 juin 2009

Couleur Café


Ya se termina Junio, Laus Deo, Hand'ullah y lo digo por todo el agua que nos ha caído encima. Pero tan húmedo mes ha querido terminar "en beauté" regalándonos para nuestro solaz un fin de semana con un solecete espléndido (hay quien dice que toda la semana fue buena aquí en Bruselas, yo como estaba remojándome en Viena, ni me enteré). Durante ese último fin de semana de Junio, tuvo lugar uno de los mayores acontecimientos musicales que suceden en este pueblo: el festival "Couleur Café". Unas setenta mil almas (como decía mi abuela) disfrutamos de diversas actuaciones, espectáculos, shows, comida (en Bélgica, como todos sabéis, si no hay comida la gente no va) y -algo nunca visto en Bruselas- ¡WC gratis! sin madame pipí ni treinta céntimos para entrar.


Aquí podéis ver una de las zonas principales de restauración

Yo fui el sábado. Naturalmente, llegué tarde, con lo que me perdí las primeras actuaciones (no fue mi culpa, pero cuando se va en grupo es lo que pasa), que empezaban a las cinco, pero lo que quedaba era lo mejor de la tarde: Cubanísimo, Alpha Blondie y Emir Kusturica y la No-Smoking Orchestra. Todo estuvo muy bien, salvo que la cerveza en los chiringuitos de bebida era Maes. Entre los innumerables chiringos de comida yo elegí uno libanés para calmar mis ansias y pasé olímpicamente del tenderete "español" donde la gente se atiborraba a paella, cuando tooooodos los levantinos saben que la paella no se come por la noche, que eso es cosa de guiris.


Emir Kusturica


Emir Kusturica y la No-Smoking Orchestra actuaron en el escenario central a eso de las nueve y media. Yo no me perdí ni una de sus piezas. Aunque no a todo el mundo le mola el estruendo balcánico-jazzístico-gitano, acompañado por fuertes mazazos de la tuba que organizan, a mi me gusta. Y además, joroba, uno va a ver cómo se desenvuelve con la guitarra un director de cine famoso. El público era mayoritariamente eslavo (dos belgas decían a mi lado: "ça se voit que c'est une autre culture"). Y vean, vean, queridos lectores lo que gritaba el público:






En fin, vaya que lo pasamos muy bien, que hizo hasta calor, que el WC era gratis y que, para mas regocijo, los autobuses nocturnos funcionaron la mar de bien al terminar el evento. Por una vez, y sin que sirva de precedente, debo felicitar a la STIB (nota par los no-bruselenses: Sociedad de Transportes Interurbanos de Bruselas).

mercredi 24 juin 2009

El verano vienés



Este año, el verano me ha sorprendido en Viena. Lo de "me ha sorprendido" es un decir, porque ya contaba yo con alguna experiencia sobre los veranos de por aquí y sus específicas características. En la foto del encabezamiento os he puesto una típica imagen veraniega vienesa. Puede apreciarse claramente que es verano y no el mes de febrero porque, en primer lugar, no hay nieve. En segundo lugar, el reloj de la calle muestra claramente que son las seis y media y todavía luce (es un decir) la luz diurna. Además, las buenas gentes que cruzan la calle no llevan pesados abrigos de piel, sino una alegre y distendida ropilla veraniega.

He tomado una importante decisión en esta nueva visita a Viena: seré mucho más moderado en mis críticas al Metro de Bruselas de ahora en adelante, porque después de la experiencia del día que llegué aquí, ha quedado muy claro que en cualesquier lugar cocinan habas hirviéndolas por inmersión en el líquido elemento.

Bueno, seré objetivo: el tren del aeropuerto es excelente. Llegas con tu maletilla rodante, compras tu billete, te subes al tren y tras escasos quince minutos estás en el centro, en la estación Landstrasse-Hauptsrasse. Pues vale, te dices, ahora cojo el Metro y al hotel. Miras alrededor tuyo y, efectivamente ves un cartel que dice U3 (que es la línea que quieres coger) y una flecha. La sigues, naturalmente, y te manda a la calle. Vaya. Afortunadamente, en la calle hay otra flecha que dice U3-U4. Pues nada, las sigues, arrastrando a tu rodante compañera. Y llegas a un barracón metálico de obra provisional en cuya entrada hay una respetable cola de otros seres aparentemente humanos que también arrastran sus maletas. Es que la máquina expendedora de billetes está en la misma entrada del barracón y, además, un letrero previene que ni se te ocurra entrar si no llevas tu billete. Vale, haces la cola -afortunadamente en ese momento no llovía- y, por fin, pasas a un pasadizo de obra, cuyo suelo metálico produce un divertido ruido al contacto de las ruedas de las maletas: ¡glon, glon, glon, cataglón! luego una escalera (cargas con tus veinte kilos, porque las ruedas se niegan a bajar escalones) y ¡oh!, al fin, un andén. Pero ¡ay! es de la línea U4, que no es la tuya. Otro letrero, al final del andén: U3. Vale, lo sigues, y te encuentras ¿dónde, querido amigo? ¿dónde?: en la puta calle otra vez. Bueno, que no quiero hacerlo muy pesado: dos vueltas a la manzana siguiendo nuevas flechas, un ascensor de bajada y otro de subida y, esta vez sí, el andén de la línea U3.

Pero eso no es nada, todo queda compensado por la alegría de la noche vienesa. Por ejemplo, aquí va una foto de la calle mayor de Landstrasse la noche de San Juan:


Animado ¿eh? Bueno, mañana me vuelvo a Bruselas


samedi 20 juin 2009

Frank Feldman


La historia me la ha mandado una amiga por correo electrónico. Como estaba en inglés, yo todo lo que hecho es traducirla al castellano. A mí me gustó mucho, si a vosotros no os gusta, queridos colegas y amiguetes, le podéis echar la culpa a la traducción, por supuesto, "Put the blame on me, Mame" como decía Rita Hayworth. Sin duda, aunque el original no lo dice, la historia sucede en Nueva York y el taxi es un checker amarillo (un taxi que no sea tal en NY es una atentado a la tradición tan grande como los cabs de colores que desde hace pocos años circulan por Londres). Y voy ya con el rollo:

Un hombre sale de su casa y para un taxi que pasa en ese momento. Se sube al taxi, y el taxista le dice: "vaya ojo, amigo, es usted como Frank".

El pasajero: ¿Frank, qué Frank?

El taxista: Frank Feldman, un tipo que todo lo hacía bien y en el momento justo. Como usted, que justamente cuando necesita un taxi, paso yo. Eso le pasaba a Frank Feldman siempre.

El pasajero: Bueno, supongo que todo el mundo tiene puntos flojos.

El taxista: No. Frank Feldman no. Era un atleta impresionante. Hubiera podido ganar el grand slam en tenis. Podía jugar al golf con los profesionales. Cantaba como un barítono de ópera y bailaba como una estrella de Broadway y, tenía que haberle oído usted tocar el piano. Un tipo impresionante.

El pasajero: Parece que era alguien muy especial...

El taxista: Y hay más... tenía una memoria como la de un ordenador. Se acordaba del cumpleaños de todo el mundo. Lo sabía todo sobre vino, qué platos le iban bien y qué tenedor usar en cada caso. Podía arreglarlo todo, no como yo que cuando cambio un fusible dejo toda la calle a oscuras. El lo hacía todo bien.

El pasajero: ¡Vaya tipo!

El taxista: Siempre sabía el camino más rápido para evitar los embotellamientos, no como yo, que siempre me acabo metiendo en uno. Frank nunca se equivocaba, sabía como tratar a una mujer y hacer que se sintiera bien, nunca le llevaba la contraria aunque estuviera equivocada. Sus trajes eran impecables, sus zapatos siempre brillaban. ¡Era el hombre perfecto! Nunca se equivocó. Nadie podrá nunca compararse con Frank Feldman.

El pasajero: Un hombre sorprendente. ¿Cómo lo conoció?

El taxista: Bueno, de hecho nunca lo conocí, ya murió. Yo lo que hice fue casarme con su jodida viuda.

mercredi 17 juin 2009

La Academia de St Josse (2)


"Au milieu du marasme tempétueux de la ville, un grand bâtiment du XIXe siècle abrite dans la sérénité de son architecture classique l’académie des Beaux-Arts de Saint-Josse-ten-Noode , large navire qui attend les vents pour prendre la mer. Carcasse grinçante dont les cordages dessinent des arabesques goudronnées qui disent les trésors de la culture et de l’imaginaire. L’équipage fourbit les écoutilles, brique le pont, range dans les cales les pigments et les huiles précieuses, la terre blanche fine de Ligurie, les toiles de lin des Flandres et les blocs de marbre."

Como es fácil de comprender, esta cosa tan fina, elegante y "distinguía", no la he escrito yo, que soy ignorante y que normalmente le pego unos zapatazos a la lengua de Molière que la dejo en tenguerengues. No. Tan barroco texto aparece sin firma en la primera página del sitio de la Academia en Internet, aunque me malicio que puede haber sido obra de nuestro amado y respetado director.

Bueno, a lo que vamos. A pesar de las dudas expresadas por algunos, la exposición salió aceptablemente bien. Hubo vino y espumosos e incluso zumos de tomate y pomelo. Vino bastante gente y nadie rompió nada, lo cual es de agradecer, sobre todo porque los de la cerámica habían llenado el suelo de trampas. Ellos sabrán por qué un vaso de cerámica estilo griego queda mejor en el suelo que encima de un pedestal o similar aprobado.

En la inauguración estuvieron todos los altos dignatarios de la comuna de St. Josse, que es una de las más chulas de Bruselas en plan cultural. Su alcalde (y digo "alcalde" y no "burgomaestre" como se dice en Bélgica, porque me suena a poesía épica medieval), un tal Jean Demmanez, además de alcalde es músico de Jazz. El festival "Sint Jazz-ten-Noode" es uno de los mejores de Bruselas: se celebra en Septiembre, así que ya estáis avisados.

Corto y cierro el rollo con algunas fotos más:



Una obra de Babette, premio de la Comuna.


Un trabajo de Sorokin, ni premio ni nada que se le parezca.

El numeroso público remojándose el gañote a la par que admirando tan destacados trabajos.


mardi 9 juin 2009

La Academia de St. Josse


Supongamos que estáis en Bruselas. Supogamos que ya os conocéis de memoria la Grand Place, el Sablon, el Atomium, el mercado de Midi y que estáis hartos de comer mejillones en el "Pré Salé" de la rue de Flandres aunque sean los mejores de Bruselas. ¿Estáis aburridos y sin nada que hacer los días, 12, 13, 14 y 15 de Junio? Pues en ese caso, siempre podéis ir a ver la exposición de trabajos de los alumnos de la academia de bellas artes de St Josse-Ten-Node en la rue Potagère 52. Oye, no perdéis nada, y más vale que vayáis ahora y no cuando las obras de arte expuestas valgan cifras astronómicas.

Además, ese fin de semana, ni hay Couleur Café (26-27-28), ni fête de la musique (el 21), ni siquiera la famosa fête de la cérise de Schaerbeek (el 28)

Yo ya lo he dicho, el que avisa no es traidor.

jeudi 4 juin 2009

Donde comer pescado y marisco en Berkeley




Bueno, queridos amigos, hoy os voy a dar una información que seguro que os será de suma utilidad si estáis en Berkeley y os apetece comer buen pescado. Tal vez porque estéis en San Francisco y hasta el gorro del Fisherman Wharf y su pestazo a cangrejo recién cocido, o tal vez estéis hartos de los chinos de Chinatown. O incluso, puede ser que andéis por el mismo Berkeley haciendo un curso de biología evolutiva en la universidad, o simplemente visitando la casa de Lillian Stern tal como la cuenta Paul Auster en Leviathan. Pues ya está, os vais a Spenger's y pelillos a la mar.

Lo que es harina de otro costal es llegar hasta allí; nosotros nos perdimos varias veces. Estábamos por cosas del curro en algún lugar de fuera de San Francisco y teníamos un coche de alquiler con todo y su GPS, pero ni modo. En el coche, que conducía mi colega López, el de la foto con el bacalao (el bacalao es el de arriba), íbamos cuatro: dos españoles, un italiano y un francés, así que democráticamente decidimos que el GPS iba a hablar en español. El caso es que, ya cerca de San Francisco, la autopista se divide en dos ramas absolutamente iguales, formando una Y griega, y la voz femenina del GPS canta: -"continúe por la ruta prinsipal". Como decía Carlo: "cosa dice la signora messicana?". Lógicamente, López tomó por la que no era, y ahí se armó el carajal. "Recalculando" decía "la signora messicana", pero no había salidas en varias millas (que son como kilómetros pero más largas).

Total, bueno, que mal que bien y tras perdernos otra vez cuando ya estábamos en Berkeley, llegamos al Spenger's (os hago notar que el coche que se ve en la foto no es el nuestro). Fuimos bien recibidos, porque al pedir una mesa a la recepcionista y oir los nombres españoles, esbozó amplia sonrisa y nos trató a cuerpo de rey (Naturalmente, Carlo y Jean-Claude fueron igualmente bien tratados a pesar de no ser hispanófonos).

Y, la cena, pues bien. Excelente pescado estilo americano, grandes raciones y buena guarnición. Yo comí unas rodajas de lubina del pacífico al horno, cosa no muy original, pero es que no me atreví a probar el Mahi-Mahi, que era el bicho exótico. Los otros se dedicaron a parrilladas variadas que alabaron convenientemente.

Lo duro fué volver al hotel después, pero eso es otra historia. El caso es que llegamos. Si no, no estaría aquí dándoos la brasa.

lundi 25 mai 2009

Roberto Bolaño, el emperador Maximiliano y los belgas

Pues aunque parezca lo contrario, el título no va de ninguna adivinanza del tipo de "¿En qué se parece un ventilador estropeado y una vieja cansada a un euro y medio?", etc. No. Es que he terminado de leer "Los detectives salvajes" de Bolaño. Me había leido antes el fenomenal tochaco del "2666" con sus mil páginas que devoré absolutamente fascinado, así que las seiscientas siete de este me han sabido a poco. Empecé arrastrando los pies y un poco confuso con la lluvia de nombres, personajes y sitios, pero al final me he quedado totalmente engolfado, hipnotizado y mesmerizado (ya sé, listillos, "mesmerizar" e "hipnotizar" son equivalentes, pero lo pongo porque me da la gana, que para eso escribo yo) por las aventuras de Arturo Belano y Ulises Lima.

Y ya os explico la relación entre Bolaño, el emperador y los belgas. En la página 600 cuenta:

"A veces nos perdemos por colinas peladas. A veces el camino discurre entre quebradas y riscos y luego bajamos otra vez al desierto. Por aquí estuvieron las tropas imperiales en 1865 y 1866. La sola mención del ejército de Maximiliano nos hace morirnos de risa. Belano y Lima, que ya antes de viajar a Sonora sabían algo de la historia del estado, dicen que hubo un coronel belga que intentó tomar Santa Teresa. Un belga al mando de un regimiento belga. Nos morimos de risa. Un regimiento belga-mexicano. Por supuesto se perdieron, aunque los historiadores de Santa Teresa prefieren creer que fueron las fuerzas vivas del pueblo quienes
los derrotaron."


En un total de 1600 páginas entre los dos libros de Bolaño, me parece que es la única vez que menciona a los belgas y no salen muy bien parados... en fin.

mercredi 20 mai 2009

Los huevos negros de Owakudani



Para evitar la guasa, que ya os oigo telepáticamente haciendo chanzas y chascarrillos de dudoso gusto, os diré, queridos amigotes, en primer lugar que Owakudani no es una persona. No. Según dicen los folletos para guiris, Owakudani quiere decir "la montaña que hierve" o algo por el estilo (es que mis conocimientos de japonés se limitan a "arigato", "sayonara", "sushi" y cosas así). Está en las laderas del volcán Hakone, conocido más que nada porque desde tal volcán, se supone que hay unas maravillosas vistas del monte Fuji. Digo se supone, porque si os pilla la niebla que a mí me pilló, os quedáis con dos palmos de narices. Pero en fin, tiene su encanto: geisers, fumarolas y un fuerte olor a azufre lo invaden todo; y en una especie de piscina humeante y maloliente se cuecen huevos que salen negros por efecto del azufre (de donde puede inferirse que en el infierno, de haber huevos, éstos serán neeeegros muy neeegros).

Lo que tiene su dificultad es llegar hasta allí, pero como sé, queridos lectores que sois unos aventureros sin remisión, a vosotros os resultará coser y cantar. Si vais desde Tokio, tenéis que coger un metro cualquiera hasta la estación de Shinjuku. Hasta ahí, todo chupado (vamos, salvo que no hayáis pagado el precio exacto por el billete y tengáis que explicaros con el controlador que hay a la salida). Vale, pues ya estáis en Shinjuku y como estaréis más despistados que un submarino en un barbecho, os doy la clave definitiva: hay que subir a la segunda planta de la estación , que es de donde sale el tren rápido, pomposamente llamado "Romance". Os váis a la primera ventanilla que veáis (seguramente no es la buena, pero es igual, los únicos que chapurrean un poco de inglés son los de las ventanillas) y pedís un ticket para la Odakyu line. Hay que comprar uno que incluye todo: cuatro o cinco trenes mas los billetes de vuelta. El "Romance" os lleva hasta Hakone Yumoto (fin de trayecto). De ahí sale otro tren hasta Gora. Es un tren de montaña, de lo más chulo, entre bosques y niebla (vaya tela. Algunos dicen que hay días sin niebla). En Gora, todavía tenéis que pillar otro tren: un tren de cremallera hasta Sounzan y ahí ¡al fin! cogéis el funicular hasta Owakudani.

Y nada, pues que los huevos negros se supone que alargan la vida y tal (cada huevo, siete años más de vida, dice un letrero en inglés en la caseta donde los venden). Yo me comí dos. No extraigo conclusiones, no vaya a gafarla.

Vale. Otro día os contaré otra cosa.

mercredi 6 mai 2009

México (1)


Yo, queridos cuatachos, estoy sentimentalmente muy unido a México. En los tiempos en los que yo vivía en Veracruz, entre las muchas conversaciones sobre españoles y mexicanos -habituales entre unos y otros- me acuerdo de una con una tal Toñita que, enardecida por el calor de la discusión me dijo "¡porque yo, amo a México!" y yo le respondí: "y yo también, Toñita, pero lo mío tiene más mérito, porque yo soy un gachupín".

Pues sí, tengo muchas razones para tener a México en el corazón (mostruosa cursilada, pero puesta con música de bolero quedaría bien; en el corazón, como todos sabemos lo que hay son arterias, ventrículos y aurículas e incluso alguna válvula que no siempre funciona bien). Allá dejé amigos del alma (un poco transas a veces, pero ¡tan simpáticos!), amores locos, una ahijada y todos mis palos de golf.

Por eso me entristece (me "atrista" dirían mis cuatachos) lo que está pasando México en estos años. Y no hablo de la gripe porcina (hablaré de eso en la siguiente entrega). Hablo de la orgía de muertos, asesinatos, desmanes, violaciones y desapariciones de mujeres que se han vuelto corrientes en los estados del norte, sobre todo. Echad una mirada a "2666" de Roberto Bolaño en su parte cuarta, cuando habla de las muertas de Santa Teresa (Ciudad Juárez), donde lo terrible es que se acepte lo monstruoso como una parte de lo cotidiano.

Es verdad que en México, la corrupción y la violencia han existido siempre, pero estaban mas o menos bajo control. Una vez, llegué desde Veracruz por carretera al DF, un laberinto del copón para los pobres paletos que llegábamos de fuera. Me equivoqué en un giro de calles y aparecieron como cinco o seis policías dándole a los silbatos: píííí, pííí.. paré, claro. Y ahí que me viene un poli diciendo : "ha cometido usted no menos de sinco infracsiones". Y, ¿pues cómo, agente?, "pues sííí, pues ¿no vió? ¡había sinco agentes dándole el alto!". Total, a infracción por agente. Pero, bueno, se solucionó como mandan los cánones: una mordida (cara, había que pagar a cinco) y al hotel.

No sé, me gustaría dar ánimos a mis amigos mexicanos para que tomen el asunto en mano, que se involucren, que no dejen que México se convierta en otra Colombia (si no lo es ya). Un gran abrazo a todos.

mercredi 22 avril 2009

El Jamón de Jerónimo

Un amor de jamón
Os voy a decir la verdad, queridos amigos. El remordimiento me acosa, me agrede, no me deja conciliar el sueño. Veo en mis peores pesadillas que, guiados por mis torpes consejos, algunos habéis empezado el último libro de Houellebecq y estáis a punto de llorar, gemir, miráis con ganas a la botella de aguarrás o a la caja de Rohypnol... la pereza y el hastío os invaden... ¡No puedo soportarlo! ¡Voy a deshacer el entuerto! ¡Voy a enmendar mi desatino! ¡Os voy a decir dónde se compra el mejor jamón de Madrid! Y, como es bien sabido, con una buena dosis de pata negra todo el mundo se recompone, vuelve a mirar con optimismo a la vida, los pajarillos cantan, las nubes se levantan... Si estáis en Madrid, precipitaos inmediatamente a la Plaza de San Cayetano, donde está el mercado de la Guindalera: en la semiesquina con la calle Eraso está la tienda de Jerónimo. Jerónimo es un tío simpático que, como digo, además tiene el mejor jamón de Madrid. Si no estáis en Madrid, aprovechad vuestro próximo paso por la capital para ir a su tienda. Ni Corte Inglés ni leches y, sobre todo no cometáis el espantoso error de comprar en el Duty Free de Barajas esa cosa inmunda que pretende también llamarse "jamón envasado al vacío" y que no es sino caca (para decirlo finamente) a precio de cabello púbico de meretriz (también para decirlo finamente) Jerónimo te lo corta con cuchillo jamonero, te lo envasa al vacío ¿que quieres trescientos gramos en dos sobres diferentes de 150 g? pues eso es lo que te hace ¿que los quieres en tres sobres de cien? pues también; y mientras te da palique. Mejor imposible. Hale, ya podéis abandonar la depresión.

samedi 11 avril 2009

Lecturas para estas vacaciones



Imaginarios lectores, es posible que estéis disfrutando (o vayais a disfrutar) de unas reparadoras y relajantes vacaciones y ¡qué mejor que acompañarlas de las adecuadas lecturas para cada uno de vosotros según su personalidad!

En primer lugar, para todos aquellos vosotros que sois unos incorregibles optimistas, que veis la vida de color de rosa, que os pasáis de risueños y, por consiguiente, estáis necesitando una depresión a ver si se os cura ese optimismo, os recomiendo "La possibilité d'une île" de Michel Houellebecq. ¡Depresión y mala leche asegurada! sobre todo si habéis pasado el cabo de las tormentas del medio siglo.

No voy a descubrir ahora que Houellebecq escribe de puturrú de bien: ese es el problema, una vez que te engolfas en el libro no hay menera de dejarlo, cuando lo propio para la salud mental del lector sería tirarlo directamente al fuego (o al mar, si estás en algún lugar de la costa). En fin, puede tener cierta gracia el cinismo con el que juzga a toda la "intelligentsia" francesa, pero la acumulación de mala hostia se hace pesada (los únicos que salva son los "elohimitas", transposición de la secta de los rahelianos). También puede tener su interés el hecho de que todo pase entre Almería y Lanzarote y, para los que detestan Madrid, la descripción que hace de las ruinas madrileñas tras las guerras mundiales puede suponer un encanto morboso.

En fin, vosotros veréis, "à vos risques et périls".


Otra visión del futuro es la que cuenta Margaret Atwood en "The handmaid's tale", pero esta es más llevadera. Todo sucede en una supuesta república de Gilead, tras una guerra mundial. El ambiente es agobiante, irrespirable, el fanatismo religioso lo controla todo; pero al menos, deja una puerta abierta a un futuro diferente. El hecho es que no es necesario deprimirse leyendo este libro. Lo que yo no sabía es que ya han escrito una obra de teatro sobre el tema (nada menos que Harold Pinter) y que han hecho una peli (con la difunta Natasha Richardson como protagonista). Yo, es que voy por libre: descubrí el libro en un estante de Waterstone's en Londres con la etiqueta de "Waterstone's recommends", etc.

Por cierto, también me he enterado que Houellebecq ha hecho él mismo, consigo mismo, una peli sobre su libro. Puede ser aterrador.

vendredi 3 avril 2009

Homenaje a George Harrison



Queridos amiguetes y colegas. No sé si conocéis este vídeo. Me lo ha mandado una amiga y me ha dejado con los ojillos haciendo chiribitas y alucinando coloritos. Supongo que mi amiga no se va a molestar porque lo difunda a tan selecta audiencia como sois (como "séis" decían en la Mancha) todos ustedes vosotros. Me he sentido en la obligación moral de hacéroslo llegar a todos porque es algo excepcional. No sé de dónde lo ha sacado, pero es la repera. Aunque la calidad no es muy buena, queda compensada por lo que hay dentro.

El vídeo va de la interpretación que hace un grupo de amigos de la canción My Sweet Lord de George Harrison en un concierto en su homenaje a los dos años de su muerte.

En la guitarra acústica está Eric Clapton aunque se le vea bastante borroso y un poco gordete. En la guitarra eléctrica el hijo de George Harrison, al piano Paul McCartney, en la primera batería Ringo Star, en la segunda batería Phil Collins, en la segunda guitarra eléctrica Tom Petty, al órgano e interpretantando la primera voz, Billy Preston.

Que lo "disfrutís", como dicen en Albacete

mardi 31 mars 2009

¿Comer en Tirana? ¡Fácil!





Supongamos, queridos amiguetes, colegas, parientes y otros elementos, que estáis en Tirana (por si algunos no lo saben, Tirana es la capital de Albania. Oye, que no he querido faltar a nadie, lo digo por si acaso). Supongamos que habéis llegado a media tarde de un día de fiesta. Os habéis dado una vuelta por la ciudad, e incluso habéis conseguido sobrevivir en los pasos de peatones a la divertida manera de conducir de los tiranillos (¿tiranillos? ¿tiraneses? ¿tiranuelos?, la verdad, tendré que consultar la Wikipedia a ver cómo se llaman), que se dedican a emular a Fernando Alonso por las calles de Tirana.

Habéis visto la estatua del héroe nacional y tal (un tal Skanderbeg), la mezquita que hay detrás y el par de edificios del mas puro estilo estalinista que bordean la plaza. Y, de repente, el estómago empieza a proferir gritos, ruidos incontrolables, aullidos que os hacen recordar que tenéis un hambre voraz... pero ¡ay!, no tenéis ni repajolera idea ni de dónde comer, ni qué comer. Pues ya está, la solución os la da Sorokin:

Buscad algún tenderete que venda "Byrek" (pronúnciese bÚrek, please). Cerca de la plaza hay varios. Los byrek son parecidos a la "Tyropita" de los griegos: un hojaldre con queso dentro. Pero, un hojaldre finísimo, delicioso, inolvidable.




Cuanto más delgado sea el byrek, mejor. Los gruesos pueden ser algo mazacotes, por eso es mejor comerse dos finitos que uno grueso. Y todo por 30 lek la pieza (40 céntimos de euro).

Hale, ya lo sabéis. No paséis hambre en Tirana.

dimanche 15 mars 2009

Viena



Voy a darme un pequeño descanso en el relato de los extraordinarios sucesos que me acontecieron en el sudeste asiático el mes pasado, queridos amiguetes y colegas. Ya, ya sé, tengo que contaros aún un par de cosas. He prometido hablar de langostas y lo haré, que yo no os he mentido nunca (bueno, casi nunca), pero el caso es que tras una larga pelea interior, una agonía anímica, una lucha titánica, me he decidido a daros una información que vale su peso en oro: os voy a decir cuál es el mejor hotel de Viena. Así, como suena. Me ha costado decíroslo, porque ahora os vais a apelotonar todos a mogollón para ir ahí, y puede ponerse difícil encontrar habitación a partir de vuestra invasión.

En fin, generoso que es uno. El hotel se llama "Embassy" y está en Landstrasse. Tiene una excelente relación calidad-precio y puedes hablar castellano sin problemas porque es de una cadena española. El cocinero es de Cádiz y te puede preparar unas tapas como Dios manda. Está cerca del centro: sólo tres estaciones de metro hasta Stephanplatz en la línea U3.

Por otro lado, en el bar, Noelia os puede poner una copas de Protos tinto que no se las salta un recaudador de impuestos. Noelia, además es pintora: la pintura del hotel que he puesto en el encabezamiento es suya. Mas en: http://quierovercuadrosnogoca.blogspot.com/2008/06/fotografias.html

En fin, que no me hagáis caso, no sea que suban los precios. De verdad, no me hagáis caso.

vendredi 6 mars 2009

OVNIs sobre Tailandia



Ya, ya lo sé, ilustres lectores, el plural de OVNI en español, no es OVNIs. Una estricta aplicación de las normas de nuestra venerable Academia de la Lengua, nos obligaría a escribir O.O.V.V.N.N.I.I., que es como se ecribe el plural de las siglas. Por eso, se escribe E.E.U.U. ó C.C.O.O. (de hecho, Ramón Urdaci hasta lo decía hablando). Pero, ¿alguien ha visto O.O.N.N.G.G., por ejemplo, como plural de ONG?, pues eso, que la correcta aplicación de la norma ha caído en desuso. Además, yo soy de pueblo, así que tengo ciertos privilegios. Pero bueno, cortemos la pera en dos (como se dice en francés), ni para ustedes ni para mí. Escribiré OVNI (sin "s") tanto en plural como en singular y, ustedes que sois más listos que el perro de un tullido, colegiréis por el contexto si es una cosa u otra.

Pero basta de insulsa cháchara y, al grano, Sorokin. La historia sucede en Tailandia en una noche tropical y en un restaurante de Patong, mientras deglutíamos unas sabrosas langostas (pero eso es otra historia que prometo contar otro día, no conviene mezclar temas). Miré al cielo, y ví un racimo de luces que se movían parsimoniosamente a ratos, más rápidas otros. Cruzándose, serenas, sin ruido. No pude menos que dar la voz de alarma: ¡"OVNI, OVNI"! ante el general despotorro de los camareros tailandeses que nos tranquilizaron diciendo algo como "Pam feng, no UFO, pam feng".

Y eso es, no son OVNI, son las linternas voladoras que lanzan los tai en algunas fiestas. Como veis en el vídeo, llevan un bloque de cera en el fondo del globo. Se prende fuego a la cera, se espera que el aire se caliente... y se van, se van, parece que llevándose nuestros malos rollos, nuestras cuitas y elevando nuestros pinches deseos hasta el cielo.

Y nostros, pobres miserables, nos quedamos en tierra con una piña colada o un planter's punch por todo consuelo.