mercredi 24 novembre 2021

El mercadillo de Navidad de Aquisgrán y el "Glühwein"

 


Ya os conté hace unos meses, queridas gentes (Nótese la astucia para no tener que hacer distinciones de género, porque no es posible decir "gentos" y "gentas": para mí todos y todas sois iguales  o igualas y os quiero) digo, que me distraigo, que ya os hablé de un viaje a Aquisgrán (Aachen, Aix-la-Chapelle, Aken) en los prehistóricos tiempos pre-pandemia. Y si no os acordáis, podéis pinchar aquí. 

Esta vez, el viaje tenía la emoción de los controles pandémicos, pero vuestro bloguero favorito, arrastrado por un grupo de amigotes (y amigotas), belgas (y belgos) se lió la manta a la cabezota (oigan, que yo gasto un 59 en boinas) y se fue con la panda a Alemania.



Salimos de Aubel, muy cerca de la tres fronteras (pinchad aquí si no os acordáis de mi estremecedor relato de hace unos años.)

En Aubel, paramos en la plaza del pueblo a visitar la feria de Navidad. Lo único interesante es ese chocolate con burbujas que proponen, para sorpresa del visitante:



Pero en fin, sin problema, nos tiramos a la carretera atravesando Holanda, para llegar a la frontera alemana (frontera que solo se nota porque las carreteras están más iluminadas y porque el amable Gobierno alemán tuvo la gentileza de enviarme un mensaje a mi teléfono.)




Una vez en Auqisgrán, dejé el coche en un Parking (el mismo de hace unos años, al lado de la Plaza) y nos lanzamos a la aventura. Para entrar al mercadillo (es un chiste llamarlo "mercadillo", porque más bien sería "mercadazo". Es uno de los más famosos de Alemania) enseñas el certificado de vacunación y te dan un brazalete, para que corretees a gusto (si no te pisa el gentío, de distancias nada)



El gentío lo llenaba todo:


También el interior de los bares estaba lleno. Ojo ¿Veis alguien con mascarilla?. Pero tal vez tenían la pulserita, seamos justos


La gente se agolpaba también en la escalera de entrada al "Rathof" (Ayuntamiento, no quiere decir "casa de ratas") 



La gracia, estaba en los chiringuitos, por supuesto.







Y si no hubiera salchichas a mansalva, no podríamos decir que esto es Alemania:




Pero ¡Oh! también hay otros productos típicamente alemanes ¿o no?:



Vale, vuestro seguro servidor que ya estaba hambriento, se decantó por un chiringuito donde vendían ¡lentejas!. Ya sabéis los que me conocéis un poco que yo soy un adicto a las lentejas.


La verdad, es que estaban buenísimas.. ¡y luego hablan mal de la cocina alemana!



El verdadero meollo de las ferias de Navidad en Alemania, es, sin embargo, el "Glühwein". Vino caliente con especias, como el que venden en este chiringuito, llamado como por azar, "Hexenhof" (la casa de las brujas)


Queda muy lindo en esos vasos, pero yo no probé: tenía todavía 120 Km que hacer al volante de vuelta a Bruselas.




Pero no sufráis por mi, En serio. Al día siguiente me hice un Glühwein en casita. Como sé que el tema os mola, os voy a poner la receta de lo que hice:

Hace falta una naranja, azúcar (yo la utilicé de caña, no sé si fue una buena opción), clavo, canela y, por supuesto vino tinto.
Visto que no existe el vino tinto alemán, usé vino chileno



En una taza de agua disolví el azúcar. Añadí un palo de canela, el jugo de la naranja.


.


Y el clavo encerrado en esa armadura medieval




Lo tuve calentando , al borde de la ebullición, durante quince minutos. Tras eso, añadí el vino:




Y otra vez calentando a fuego suave quince minutos  más



Bueno, ¿qué tal os parece mi "Glühwein"? No tiene el encanto de bebérselo en pleno follón, rodeado de brujas pero no estaba mal, de verdad.

Venga besotes, que me voy a cenar

15 commentaires:

  1. Eso de la "pulserita" y no tener que enseñar el certificado de vacunación me ha llegado al "alma"

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    1. Es cierto que es una muestra de lo bien que se organizan los alemanes. Eso sí, la colaboración de la gente es muy importante, porque si no se organizarían una colas de campeonato para que den la pulserita.

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  3. Ay madre! El gluglugluhwein, nombrecito eh? Me recuerda así a la queimada, o será por la asociación con las brujas, no se.
    Eres un valiente Sorokin, como te envidio tan cosmopolita, tan viajero, tan aventurero. Yo esto de la pandemia lo estoy llevando ya muy mal, necesito una panda de amigotes y amigotas como los tuyos, que me achuchen y me lleven así de aventura.
    El chocolate me intriga. Me encantaría probarlo.
    Un abrazo grande.

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    1. Hola Viena. Es cierto no se me había ocurrido relacionar el Glühwein con la queimada y, para mi gusto es mejor la queimada. Pero las brujas ahí están siempre.
      Muchas gracias por llamarme cosmopolita, pero en realidad, soy de pueblo. Lo que no sé es de qué pueblo, ese es el problema. Siento que lleves mal lo de la pandemia, pero sigues con tus clases ¿o no? en cualquier caso, ánimo, que esto se va a pasar. Esperemos
      Lo del chocolate, es cierto, no lo probé, pero yo creo que mejor ambas cosas por separado: el chocolate por un lado y las burbujas por otro.
      Un abrazo

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  4. Qué prácticos son los alemanes!!!! Me ha encantado el detalle de la pulserita……..claro que si hace mucho frío puede quedar tapada por la ropa o los guantes……No debía ser el caso el día que estuviste en Aquisgrán ya que hay quien va con el brazo al aire…..O no hacía frio o la gente se calentaba a base de Glühwein? O de las lentejas con salchicha, vaya usted a saber……
    En todo caso, gracias por la crónica. Qué gozada visitar un mercadillo de Navidad centroeuropeo y lleno de gente. Envidia nos das. Pero de la buena, eso sí.
    Te agradezco la receta para preparar el Glühwein. La verdad es que a mí el vino caliente no me entusiasma. Pero nunca está de más disponer de la receta por si aparece un alemán en nuestra vida
    Besotes de Isabel y abrazos de Sebastián

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    1. Hola Sebastián e Isabel, qué bueno recibir noticias vuestras en estos tiempos un poco extraños, cuando estamos cercados por las deltas, los ómicron y otras letras griegas, que espero que no sean muy malvadas en Manlléu.
      Lo de la pulserita es, desde luego un invento, aunque la verdad es que, yo llevaba la manga del jersey por encima. Eso sí, la tuve que enseñar en las colas de los chiringuitos y en la entrada del Ratkeller (donde tuve que ir a relajar mi vejiga, cosas de la vida).
      La verdad es que no hacía demasiado frío, pro lo mejor es que no llovía. Bueno, empezó a lloviznar de vuelta a Bruselas, por la autopista, pero sobreviví.
      Me han soplado algunas personas bienintencionadas que hubiera debido añadir jengibre a las especias del Glühwein. Lo haré así la próxima vez (que no va a ser dentro de mucho, puede que me haga uno esta noche)
      Besotes, amigotes

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  5. No tendrás la receta del chocolate con burbujas de Aubel?
    A mí me gustan tanto las burbujas como el chocolate......
    Estaba rica la mezcla o aconsejas degustar ambos productos por separado?
    Lo dicho, querido Sorokin, mando besos.
    isabel

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    1. Hola Isabel, pues te diré la verdad, no probé el chocolate con burbujas, y ahora me arrepiento. Voy a buscarlo por Bruselas y entonces te contaré.
      Besazos

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  6. Me uno al club de fans del chocolate con burbujas y también a esas lentejas con salchicha. Ya lo del vino especiado como que no.

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    1. Bien venida Esti. Yo del chocolate con burbujas no opino todavía hasta que no lo pruebe, De las lentejas con salchicha me declaro firme seguidor. Deberías probar el Glühwein. A lo mejor te gustaba.

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  7. Veo que la pandemia (o el pandemio,... que como es cosa malas quizás le quede mejor el género masculino) no fue obstáculo pasar disfrutar de una festiva jornada navideña al más puro estilo norte europeo,... permíteme que te copie la receta!

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    1. Hola, Norte. Por supuesto, puedes copiar la receta, peo te diré como a Sebastián, más arriba, alguna gente bien intencionada me dice que le falta un poco de jengibre. Estoy seguro que le va a hacer bien

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  8. Se me había pasado esta maravillosa reseña!!!
    Arriba el chocolate y las lentejas!!!!

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    1. Pues me alegro que hayas, por fin disfrutado de mi chocolate con burbujas y de las lentejas alemanas, querida buha

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