Mis queridas amigas, mis queridos amigos (que no se me enfade nadie, por eso no olvido ni a unas ni a otros. que no está el patio para bromas). heme aquí, sentado en mi teclado dispuesto a daros la brasa, el rollo, la turrada (como dicen en Bilbao), etc, con una nueva entrega de la movida esta de los aburridos, que ya hace más de un mes que no os he dicho nada. Encima, para más recochineo, os voy a contar el viaje que hice a Granada en Navidad. Ya sé, ya sé, llego como las palmas a Bogarra, como decía mi abuela, dos meses después de la fiesta. Por cierto, Bogarra existe y está en la provincia de Albacete, que me he estado informando. Supongo que el dicho implica que las palmas del domingo de ramos no llegaron a tiempo. Peo en fin, pelillos a la mar, me voy a dejar de excursus (nótese la palabra culterana) e ir al grano, que ya estuvo suave, como dicen en México.
Total, que fui a pasar la Navidad a Granada. Naturalmente, con la compañía de los cuentos de la Alhambra del genial Washington Irving:
No sé si los habéis leído, pero si no, os animo a hacerlo inmediatamente y sin dilación. Por supuesto, hay traducción a todos los idiomas, no es necesario que hagáis como menda, que se los leyó en la lengua en la que los escribió Washi (soy un iconoclasta y me permito tratarlo como amigote aunque haya doscientos años de diferencia entre él y yo).
Pero bueno, Sorokin, que te pierdes. Llegamos a Granada un 23 de diciembre, en coche desde el aeropuerto de Málaga, y el 24 nos fuimos ¡cómo no! a visitar la Alhambra. Como un servidor se maliciaba que eso iba a ser un especie de peregrinación de miles de personas, había reservado las entradas por Internet. Os aconsejo a todos ¡Oh amados lectores! (y amadas lectoras, rayos, que me cuelo) que hagáis lo mismo. Reservad con tiempo suficiente. No es barato, pero funciona.
La visita es guiada y en pequeños grupos. Nosotros, aparte de los bruselenses, éramos una pareja de Albacete ¡Yess, de Albacete! y una pareja argentina. La guía era italiana, pero hablaba un castellano perfecto. La visita empieza en el Generalife, con sus fuentecillas cantando juquetonas:
Y después, te vas a la Alhambra, que ofrece esas vistas desde ahí:
Vale, pues llegas a la Alhambra y tienes que entrar por el palacio que construyó Carlos V y que le pega al sitio menos que un rosario a un musulmán. Se dice que es una maravillosa arquitectura renacentista y tal, pero francamente, es un pegote (espero que la fiscalía no me denuncie por esa acusación al emperador, que tal como están las cosas por España, podría pasar):
La primera sala de la Alhambra que se visita es el Mexuar:
Y ya te quedas atontado al ver las maravillas que hacían los artistas musulmanes en columnas, paredes, capiteles y demás. Cierto que en Fez y Marraquech he visto cosas que intentan parecer algo así, pero no son lo mismo. A continuación, se pasa al patio de los Arrayanes, una de las imágenes más fotografiadas del mundo. Un servidor, no podía sustraerse a la tentación:
Por cierto, que yo no lo sabía, los arrayanes son esos arbustos que rodean la piscina. Tras las explicaciones de la guía y esas cosas, se pasa al patio de los leones:
Vale, no os cortéis de comentar que los leones son más bien chungos, porque lo son. Ya Washington Irving en su libro dice que son un engendro, y que probablemente los hicieron esclavos cristianos. No sé, pero a mí me recuerdan a los toros de Guisando, en Ávila, que tampoco parecen toros ni bicho conocido.
Las vistas desde algunas de las salas, son muy agradables. Tal vez ahí estuvieron Zayda, Zorayda y Zorahayda encerradas, como en el cuento de Washington Irving:
Pero la sala más fascinante es la que se llama "de los Abencerrajes". ¿Cómo se sostienen esos techos sin caerse durante siglos, a pesar del tiempo que ha pasado y de los terremotos que, de vez en cuando, sacuden Granada?
La leyenda dice que en esta sala, tras las luchas civiles entre Zegríes y Abencerrajes, el Sultán invitó a los Abencerrajes a un banquete y los liquidó sin compasión. Aunque el mismo Irving pone en duda la leyenda, Mariano Fortuny les dedicó uno de sus cuadros:
La historia romántica de los Abencerrajes, una familia venida de Oriente que luchó en Granada contra Zegríes y que, al final, fueron exterminados ha sido objeto de bastantes libros, poemas, etc. Chateaubriand, les dedicó una novela corta: "El último Abencerraje":
Para Chateaubriand, emigraron a Túnez tras la caída de Granada y, al cabo de los años, el último Abencerraje viaja a Granada disfrazado de persona normal. Lógicamente, se enamora de una noble dama cristiana, descendiente (toma ya) de Rodrigo Díaz de Vivar. No puede ser, ninguno renuncia a su religión, a pesar de la mediación (con Chateaubriand todo es posible) de un caballero francés, faltaría más. Al final, el chico se vuelve a África y muere solo en Túnez.
Vale, os cuento rápidamente, que no he cenado, lo que pasó en los días siguientes al 24. El día de Navidad, tras una visita rápida a los alrededores de la Catedral (estaba cerrada, rayos, no cuidan a sus fieles estos eclesiásticos)
Nos subimos piano, piano al Albaicín (la foto está tomada hacia abajo, pero la cuesta se las trae)
Muy interesante e instructivo visitar los bares de tapas, como este. Primero pides la bebida y luego te vas a elegir tu tapa, que está incluida en el precio. Es que, para los guiris, esto es como Jauja:
Un par de recomendaciones gastronómicas:
Tinta fina, en la calle Ángel Ganivet. No es barato, pero aunque sea un poco
Y unas puntillitas muy buenas para no estar en Málaga.
En la Plaza Nueva, un sitio fabuloso: Los Diamantes:
Raciones inolvidables, como estas gambas fritas (ya sé, ya sé que vais a decirme que qué hace ahí una Coca-Cola, pero son cosas que pasan)
Una última historieta, más bien desagradable. Como me temía que el 24 por la noche todo iba a estar cerrado, reservé por Internet, en una web que da en llamarse "El tenedor" una mesa y me mandaron a un restaurante que está donde Cristo perdió el gorro. El mismo día me mandaron un eMilio diciendo que no se me olvidara que tenía una cita, etc. Bueno, pues fuimos caminando caminando hasta el restaurante en cuestión y... estaba cerrado a cal y canto. No fuimos los únicos a los que nos tomaron la cabellera, una familia holandesa estaba en la misma situación, así que nos hicimos amigotes. Ellos se compraron una pizza y se fueron a su hotel, nosotros, al final, encontramos un sitio abierto en la calle Navas (no digo ni el nombre, no vale la pena, además no fue su culpa) Dos menús con lubina (véase la lubina) y una ración de jamón, ochentaycho euracos. Pero, al menos, cenamos
Y venga, que al blog hay que venir llorado, Un besote a todos
Graná es única. Gracias por compartirla
RépondreSupprimerGracias a tí, Tracy, por la visita y el comentario y, sí, Graná es única
SupprimerEso de la Nochebuena te vas a China y no te pasa. Menuda cena de pato Pekín nos dimos un 24 de diciembre que pasamos en la capital china... Con postre en el desaparecido mercadillo de Donghuamen (a los hoteles de cinco estrellas les molestaba). Hace muchísimo que no voy a Granada. Cuando fui a la Alhambra era una niña, pero recuerdo que se podía pasear libremente por el patio de los leones. Y tocarlos. Y hacerte una foto montada en ellos. Hace tiempo que tengo ganas de volver. Me has puesto los dientes largos.
RépondreSupprimerSaludos.
Llevo semanas quebrándome la sesera para tratar de recordar si en algún lugar del planeta había ido a algún restaurante en Nochebuena, y ni para atrás, no me sale nada. Supongo que he cenado siempre en casas, sea en la mía, sea de gorrón en alguna otra. En cuanto a los chinos, no me extraña nada. Después de cenar esa maravillosa lubina en Graná, buscamos un bar para tomar algo... pues nada, todo cerrado menos un chino del todo a cien, así es que le compramos una botella de tinto. Le dije a la china: -sois los únicos abiertos en toda Granada, a lo que dijo "es que los chinos somos muy tlabajadoles".
SupprimerYa ves. Saludetes.
¡Querido Sorokin! leerte me ha recordado un viajecito que hice hace a Granada tanto tanto tiempo... Y es que es una ciudad muy especial, hermosa la mires por donde la mires y la Alhambra una pequeña joya que cualquiera debería conocer
RépondreSupprimerPor cierto, manda narices con el "tenedor". Pero al menos parece que no os arruinó la noche
Besos
Pues sí, Marian, no nos arruinó la noche, pero por un pelo. Menos mal que encontramos un sitio abierto en el último minuto.
SupprimerBesos
Ante todo agradecerte que te hayas puesto en contacto con nosotros sobre tu reserva y tu mención en el blog.
RépondreSupprimerReferente a tu email en el que nos comentabas tu descontento con respecto a que tu reserva había sido confirmada y te encontraste con el restaurante cerrado lamentamos sinceramente lo ocurrido.
El sistema de ElTenedor está sujeto a la colaboración que hagan los restaurantes. En este caso concreto, el restaurante no había actualizado los días disponibles y los de cierre, esto explica el que no te pudieramos avisar que el restaurante estaba cerrado.
Entendemos que fue una situación puntual, aún así fue totalmente comprensible tu malestar por el día en que se produjo y por ello te compensamos el 25 de diciembre con 1000 Yums.
Los Yums son puntos de fidelidad que acumulas con cada reserva (100 Yums por cada reserva). con 1.000 Yums, puedes disfrutar 10€ de descuento en tu siguiente reserva. Con 2.000 Yums el descuento será de 25€. Más información sobre el programa de Yums aquí.
Te volvemos a pedir disculpas por esta última experiencia y esperamos sigas confiando en nosotros.
Si necesitas resolver tus dudas puedes chatear con uno de nuestros agentes visitando ElTenedor. Haz clic en el botón de Ayuda, situado arriba a la derecha, y elige la opción Chat Online.
Saludos gastronómicos,
El equipo de ElTenedor
Gracias por vuestra respuesta
SupprimerSaludos
Hola Isidro, gracias por la nueva entrega de “diario de un aburrido”. Ahí es nada, un 24 de Diciembre en la Alhambra, más no se puede pedir. Nos lo hemos pasado muy bien leyendo tus aventuras. Dice Isabel (y yo la apoyo) que, please, no tardes tanto en enviarnos la próxima entrega. La foto de la lubina con las gruesas patatas fritas es crudamente genial.
RépondreSupprimerAbrazos, Sebastián e Isabel.
Gracias por vuestra aprobación, Sebastián e Isabel, el problema es que no me pasan cosas a un ritmo suficiente para escrtibir más frecuentemente, pero vamos, lo intentaré.
SupprimerAbrazos
Qué buena pinta tienen esas almejas, la verdad. Y la crónica, como siempre, muy divertida e interesante. A mí los leoncitos no me parecen tan feos, pero será que los he visto tanto en fotos que ya me he acostumbrado, jajajaja.
RépondreSupprimerUn saludo
Sí, la verdad es que hemos visto tantas veces esos "leones" en foto, que ya los aceptamos como tales. Digamos, una especie nueva de leones, tal que "Felix leo alhambrensis S." ( la "S" es de Sorokin, of course, como Linneo que firmaba las especies que nombraba con una L.)
SupprimerSaludos, Claudia, un beso
Aviso a navegantes,pase las fiestas en Sevilla lleno de guiris,los restaurantes abiertos todos los dias,sobre todo los mas renombrados y ademas sin mala folla`.´
RépondreSupprimerVILOHID
Suena atractivo, pero... ¿todos los días, de verdad? ¿incluyendo Nochebuena? No sé, la vida me ha hecho un escéptico. Seguro que alguno cierra.
SupprimerAy, Granada, qué bonita es. Y qué bien se come. Tuviste muy mala suerte con la reserva de El Tenedor, yo lo he usado montones de veces y nunca he tenido ningún problema (y no soy comercial ni trabajo para ellos, lo juro).
RépondreSupprimerBueno, por lo menos los de "el tenedor" se han explicado y me han regalado un montón de "Yums" que no sé cuando los voy a utilizar, porque no creo que vuelva a Granada por el momento.
SupprimerClaro que alguno cierra pero los mas conocidos estaban abiertos y no existe la mala follá que es un invento granaino,no se si nazarí o abencerraje pero muy malo.Un abrazo
RépondreSupprimerVale. Para mí, la mala follá es un vino de la sierra de la Contraviesa que está muy bueno. No se encuentra fuera de Graná, le pasa lo que los de García de Verdevique. Hay que ir, por lo menos, a Motril para encontrarlos. Abrazos
Supprimerhola Sorokin! que placer visitarte y pasear contigo, preciosos lugares y muy completo tu tour fotografico, que se nos hace agua los picos!! saludosbuhos, un lujazo de entrada.
RépondreSupprimerGracias Buhos. Es un placer para mí veros por aquí y me alegro mucho que os haya gustado el paseo por Granada.
SupprimerUn abrazo
Olá, as imagens estão uma maravilha!
RépondreSupprimerBela partilha.
Adorei conhecer.
janicce.
Muito obrigado, Casa Madeira.
SupprimerAy Sorokin que me parto de risa, que ya últimamente, no sólo son interesantes las entradas que nos traes, sino leer todos los comentarios que suscitan. Lo de los yumpla umpla esos de regalo me han impresionado. Cierro el pico, vale.
RépondreSupprimerBueno, mira yo voy a Granada casi todos los años, creo que es la ciudad más bonita que hay y la más molona para ir de tapeo, una cerveza o un vermut y un pedazo tapa gratis que te deja maravillada. Yo siempre he tenido suerte en los sitios. Y ver la Alhambra al atardecer, es ya una adicción para mi, no voy cada año a verla, claro, la he visto un par de veces y ya. Es preciosa, impresionante y tan llena, no sé como decirlo, tan llena de embrujo.
Me contaron que "la Roja" que es lo que significa Alhambra, se llamaba así no por su color, sino porque su fundador, que usaba la henna con asiduidad, tenía una hermosa barba roja. Yo no lo sabía, aunque luego he investigado que es cierto, que es una de las hipótesis que se barajan para explicar el nombre, pero entonces me hizo bastante gracia, ya que también yo uso henna habitualmente.
Bueno, de nuevo un placer leerte.
Un abrazo.
Hola Viena, que gusto verte por aquí de nuevo. Sí, lo de los mil Yummies es muy útil, supongo, aunque no sé donde rayos los voy a gastar, teniendo en cuenta que no pienso por el momento volver a Graná, aunque, la verdad, estuvo muy bien. Es cierto, es una ciudad fabulosa y llena de embrujo, como tú bien dices. Lástima que haya tanto turista (como servidor, no me quiero otorgar otro título) que los precios andan a nivel de Bruselas. Bueno, no, en el Albaicín todo está más barato y las tapas van incluídas en el precio de la bebida.
SupprimerTambién hubo una discusión con la guía sobre por qué la Alhambra (Al hammrah) se llama así. Uno pensaría que es porque es rojiza, pero bueno, nos contaron otras explicaciones, entre las cuales estaba la tuya. De hecho, creo que Marrakech también la llaman "la roja" (Marrakech al hammrah). A lo mejor es que era el único color que distinguían, ja ja. Y parece que está bastante extendido eso de llamarle "roja" a las plazas, ahí está Khrasnaya Ploshad (la plaza roja de Moscú) aunque ahí también hay una explicación diferente, como que en su día se llamó "Krasivaya Ploshad" (la plaza bella) y alguien lo cambió por "roja". En fin, que me enrollo como las persianas.
Un placer leer tus comentarios.
Un beso