Estoy, mis queridos amigos, peleándome con Blogger a ver si consigo mandaros una nueva entrada para relataros algún nuevo suceso o acontecimiento que venga a despejar un poco la espesa nube de aburrimiento gris que se cierne sobre la maravillosa ciudad de Bruselas. Y no sólo es aburrida la nube porque si no, no merecería figurar en este diario, donde solo aburridos sucesos tienen lugar, sino porque está lloviendo sin parar desde hace una semana. Nos está saliendo musgo hasta en las uñas de los dedos gordos de los pies. Pero bien, parece que Blogger se apiada de vuestro bloguero predilecto y me está dejando cargar las fotos. Alabado sea Blogger.
Como sabéis (y si no lo sabéis os lo cuento), soy un gran aficionado a la buena literatura (y no se me pega nada, voto al chápiro) y a la buena cocina (que tambien se me atranca frecuentemente, ea, qué le vamos a hacer). Así es que no es de extrañar que cuando ví este bonito libro en la librería de la esquina, me lanzara veloz como el céfiro a comprarlo:
El libro tiene trescientas páginas y 144 recetas de cocina. Están ordenadas por escitor. Empieza con Gogol y sigue con Gontcharov, Dostoievsky y así hasta doce escritores. El orden puede parecer un poco arbitrario, pero ¡ah!, Sorokin que de vez en cuanto tiene atisbos de lucidez, ha colegido que están en orden alfabético cirílico. La "G" rusa viene antes de la "D" en el alfabeto cirílico. A ver, de algo le tiene que valer a uno los someros conocimientos de la lengua de estas buenas gentes.
Para cada escritor, el libro da una breve semblanza, un pasaje de alguna de sus obras donde aparece la comida y ¡las recetas! que a eso vamos.
Un servidor de todos ustedes vosotros se ha pegado bastantes viajes de trabajo por Rusia, Ucrania, Armenia, Kazakstán, etc... así es que, algo he participado en diversos eventos alimenticios por la región (aparte de helarme de frío en invierno y pegarme buenos resbalones en el hielo). Como es natural, de vez en cuando, nuestros amables huéspedes nos invitaban a comer, a cenar o incluso a merendar. Un buen ágape ruso empieza por una mesa a reventar de viandas diversas, así es que cuidado, novatos, no os hinchéis a la primera, porque luego viene la comida de verdad. Como un ilustrativo ejemplo, os pongo una foto de una comilona en el Hotel President de Moscú. Si os fijáis bien, ¡oh amigos!, la mesa está repleta y si os fijáis todavía más, podéis ver unos tarritos con bolitas rojas y negras: ¡a esos es a los que hay que lanzarse! despreciad salchichones, pepinillos y otras zarandajas.
Naturalmente, era una invitación de un organismo oficial ruso, se nota que hay pasta. En Armenia, la disposición de la mesa viene a ser parecida, pero ¡ay! faltan las bolitas rojas y negras:
La costumbre de llenar las mesas antes de empezar a comer, no os creáis, queridos amigotes que solo se da en las invitaciones en los grandes hoteles y restaurantes. Tambien en pleno campo se aplica el mismo procedimiento. La foto que sigue está tomada en un campamento que tiene la Academia de Ciencias Rusa en el norte de Ucrania:
Aunque la cocina, como puede verse no puede ser más sencilla. Aquí está el chef cocinando una "Ukha" (sopa de pescado de río):
Pero... ¡vale ya Sorokin, que te enrollas como las persianas! Cuenta de una vez tu experiencia culinaria siguiendo el libro de los grandes escritores rusos. Pues bien, amigos, me decidí a hacer una Kulebiaka de salmón, receta publicada en el capítulo dedicado a "Las almas muertas" de Gogol. Naturalmente, un componente esencial es el salmón. En el libro, ponen un salmón entero, vuestro bloguero, que es más modesto, se conformó con una tajada de unos 300 gramos:
El salmón se pone a cocer en una cacerola con mitad/mitad de vino blanco y agua, sal y pimienta. A fuego lentísimo. En francés eso se llama agua "fremissante", juro por Tutatis, que no sé como se dice en castellano. Vamos, que no tiene que burbujear el líquido:
Mientras, se cuecen unas espinacas. Bueno, la receta no dice más que que se ponen espinacas, no dice que haya que cocerlas, pero yo, tomé la libre decisión de cocerlas (eso es lo que se llama en términos hermenéuticos "libre albedrío")
Una vez cocido el salmón, en el jugo que ha quedado en la cacerola, se cuece arroz. Yo usé arroz rápido, que no está uno para florituras, qué rayos:
Una vez cocido el arroz, se le añade crema agria ("smetana"), una yema de huevo y el zumo de medio limón. Bueno, la verdad es que la crema que yo le puse era "light", con lo que ¡oh tragedia! quedó un poco líquido todo el conjunto del arroz, que se supone que es "pilaf":
Y ahora, viene la parte más importante: preparar el molde con la pasta. El libro da una receta para hacer la pasta, pero yo, opté por una pasta preparada de Herta. Es que para empezar no va uno a competir con Gogol. La puse en un molde, conservando el papel de horno en el que viene envuelta:
Debo hacer notar, amados lectores, que la cervezota que aparece en la foto no es parte de la receta, pero ayuda mucho a pasar el tiempo. Bien, pues una vez preparado el molde con la pasta, se van poniendo en capas sucesivas arroz, salmón desmigado, espinacas, unas rodajas de huevo duro:
Y se completa con una nueva capa hasta que se os acaben las existencias. Si habéis medido bien, os va a dar justito, justito:
Se cierra la pasta y se le hace un agujerito en la cúspide para que respire. Ya sé, ya sé, la forma no me queda muy linda, pero es que soy nulo para hacer paquetes, envoltorios de regalos y esas cosas. Es que en mi tiempo no había manualidades en la escuela:
Se unta con yema de huevo (el verbo francés para decir eso es precioso: "badigeonner") y se mete al horno. Yo la tuve como cincuenta minutos a unos 200º, al cabo de los cuales, apareció esta preciosidad:
Venga, decid que sí, que es bonita. Se le hace una salsita con lo que queda de caldo de cocer salmón y arroz, añadiendo crema y jugo de limón (bueno, como mi crema era muy líquida -qué bochorno- la espesé con un poco con maizena). No se lo digáis a nadie, porfi.
Y bueno, decir para terminar que estaba francamente buena.
PD: He visto que tienen el libro en Amazon.com, en caso que os animéis a pedirlo.
Besotes, amigachos. Feliz año nuevo a todos
Ya le dije, señor Sorokin, que este libro me parecía muy curioso, así que me lo apunto para ver si me pongo con la cocina rusa. Lo único que he preparado hasta ahora ha sido un bulibiak de pescado para una de las ya por desgracia desaparecidas cenas temáticas. Y me apunto también esta receta, que parece fácil, aunque tendré en cuenta lo que comentas de la crema, no la pondré light, y usaré arroz de verdad. Eso sí, ¿puedo cambiar la cerveza por una copa de vino?
RépondreSupprimerPor cierto, que yo, cuando voy a cenar, si los entrantes me gustan, los devoro, que nunca sabes lo que viene después y, además, suelen gustarme más los aperitivos que los platos. Rara que es una...
Besos
¡Y feliz año!
Feliz año nuevo para tí tambien, Dorothy. Con lo del bulibiak me has pillado en offside. No sé lo que es y en el libro tampoco hay ninguna receta. Picado de terrible curiosidad he preguntado en Google... y ¡lo único que me ha salido es un post tuyo de hace tres años donde hablas de la cena temática! Vamos, que me quedo con la duda de qué es. :-(
SupprimerSííí, puedes cambiar la cerveza por una copa de vino, pero lo suyo sería una copa de vodka "Russki standart", que aunque esté hecho en San Petersburgo (es que el genuino debe ser moscovita), es muy bueno.
Y devorar entrantes está bien, yo lo que digo es que conviene ser selectivo, porque si hay otros comensales y te entretienes con los pepinillos, antes que te des cuenta se han tragelado todo el caviar. :-)
Besos
¡Pues es verdad! Buscaré la receta cuando llegue a casa y te digo cómo se llama de verdad. Era como una empanada con gelatina y pescado, pero no recuerdo más...
SupprimerNo sufra usted, que sin caviar no me quedaría.
Pues si era una empanada, a lo mejor de parecía a la kulebiaka. Ya contarás.
SupprimerLe tengo cariño especial a los autores rusos porque tomé un curso de literatura rusa (¡en la que yo era la única que no leía ruso!) y nos leímos y debatimos todas las buenas obras. No hubiera estado mal añadir un curso de cocina de acompañamiento, con recetas como esta. La probaré. :) Un saludo
RépondreSupprimerHola Chic Soufflé, feliz 2013. A mí tambien me apasiona la literatura rusa, pero ¡ay! mi ruso es bastante rudimentario, así que yo tambien he tenido que leer a todos los autores traducidos. Vamos, salvo Nabukov, pero claro es que él escribió en inglés.
SupprimerPrueba la receta, es facilita, pero no uses nata "light" como yo, seguro que queda mejor.
Saludotes
Monsieur, que le veo como el Depardieu pidiendo la nacionalidad rusa a Putin! :-D
RépondreSupprimerEn serio, vaya pintaza tiene su plato, me gusta mucho el salmón de todas las formas posibles. En cuanto a la literatura rusa decirle que mi madre ha sido siempre una enamorada de la misma y que se lo ha trasmitido a sus dos churumbeles, mi adolescencia pasó por todas las grandes obras rusas.
Un abrazo Monsieur
¡Ah, Madame! el problema es que el Putincillo me cae un poco gordo. Podría tal vez llegar a un arreglo con él si suelta a las Pussy Riot, sobre todo a la morena que llevaba en el juicio una camiseta que decía "No pasarán". Pero sí me gusta Rusia. A pesar de las broncas que he tenido con los rusos en diversas reuniones de trabajo, en la calle nunca he tenido problemas con la gente. Y ¡qué le voy a decir de la literatura rusa! Lástima, como le he dicho a Chic Soufflé, que mi conocimiento del idioma me vale para ir en Metro, ir a los bares y los restaurantes y esas cosas, pero no para leer a Dostoievski. Lástima.
SupprimerUn abrazo Madame
Gracias por la receta, Sorokin, se ve sencillo de hacer y con buena pinta. Seguro que la probaré.
RépondreSupprimerUn abrazo.
Seguro que te gusta Ohma y seguro que te sale bien, "kulebiaka" en ruso quiere decir "empanada", o sea que fíjate, como en Galicia.
SupprimerUn abrazo. feliz 2013
Hoy, la muchachada de Blogger se está portando bien y me deja comentar. Creo que te voy a llevar la contraria Sorokin en lo de que no se te pega nada de la literatura o la cocina.
RépondreSupprimerTus entradas son divertidas y con un estilo muy personal, y la cocina, pues... ahí está la muestra.
Ya me gustaría recuperar las "uñas y dientes" de aquellos escritos viperinos con los que inicié mi andadura profesional en la prensa local. Hoy, ni dientes, y menos con uñas... ¡Bueno!
Caramba, Oteador, me alegro que los de Blogger te hayan dejado comentar, porque le has dado una buena dosis de vitaminas a mi ego. Muchas gracias.
Supprimer¿Donde se pueden encontrar tus escritos viperinos? Me gustaría echarles un ojo.
Esos artículos, firmados bajos los seudónimos de María de Molina (calle madrileña cercana a la sala RockOla) y Bibi de Ruzafa (unión de un travesti deslenguado y mi barrio), sólo se pueden encontrar en las hemerotecas: Diario de Valencia, Noticias al Día y Qué y Dónde.
SupprimerHe intentado mirar en la web del Diario de Valencia, pero me sale "Las Provincias" y solo hay datos de despues de 2006.
SupprimerSorokin, ahí tienen unas pinceladas de los dos periódicos: su nacimiento y su muerte.
SupprimerLo que has visto de Diario de Valencia en Las Provincias es cuando el marido de la directora de este periódico se quedó con la cabecera y los volvió a sacar, pero en esta ocasión claramente conservador.
http://elpais.com/diario/1981/06/28/sociedad/362527201_850215.html
http://elpais.com/diario/1981/08/13/sociedad/366501607_850215.html
http://elpais.com/diario/1984/07/08/sociedad/458085607_850215.html
Jobar, vaya movida, Oteador. Gracias por la información
SupprimerAh, pero qué delicioso libro y qué magnífico resultado, qué buena pinta, cerveza incluída. Ahora estoy con Dostoyevsky pero Gogol también me gusta.
RépondreSupprimerAhh, gracias por la información de las mesas del mundo… bueno saberlo.
Feliz 2013
Hola Claudia. Ya veo que has vuelto de tus vacaciones. Ya nos contarás. ¿Por donde vas con Dostoievski? ¿Ya te has leido "los hermanos Karamázov"? Yo lo encontré un libro maravilloso. Woody Allen decía que todo estaba ahí dentro y si no es todo, casi todo.
SupprimerAbrazos y Feliz 2013
Va a ser que me dejan comentar, ni me lo creo. Estoy pensando seriamente cambiarme, si tuviera tiempo de hacer traslados.
RépondreSupprimerBueno, a lo que voy, como dice Oteador, venga que no te pongas en plan modesto que ni literariamente hablando ni en gastronomía, tienes mala mano, no señor y esta receta me gusta mucho y ese libro voy a mirarlo ahora mismo en Amazon. No sé nada absolutamente de la cocina rusa, a excepción de una col rellena que tengo publicada, por cierto.
Siempre me quedo boba con toda la experiencia vital que has recopilado en tanto viaje.
Un beso
Pues como me alegro que la pandilla "Blogger" te haya dejado comentar, porque me subes la moral un montón, como el Oteador. Estoy seguro que la Kulebiaka en tus manos puede alcanzar un esplendor divino y el libro, además, tiene muchas otras recetas de un nivel de dificultad mayor, que estoy seguro que te proporcionarán una tonelada de satisfacción. Y ya me acuerdo, ya, de la col rellena, que intenté reproducir, con un fascinante fracaso como resultado :-(
SupprimerLo de los viajes, oye, pues sí son experiencia vital, pero el riesgo es que me convierta en una especie de abuelo cebolleta, dale que te pego con las batallitas.
Un beso
Que delicia!! por suerte se me ocurrió leerlo a la hora del almuerzo, así que no sufriré ;)
RépondreSupprimerAbrazos
Angela, la ventaja es que no has pasado hambre al ver la Kulebiaka, pero si te ha apetecido, yo creo que deberías hacerla otro día. Y si no es con salmón, vale con cualquiera de los pescados con los que hacen en Perú esos ceviches tan buenos :-)
SupprimerUn abrazo
Ma encantao verte en las fotillos. Qué comilonas por dios, a ver si en alguna de ellas me llevas en la maleta y yo tranquilo que paso inadvertida (sólo se darían cuenta porque acabo con todo lo de la mesa jiji).
RépondreSupprimerLa receta que nos muestras me recuerda mucho a unas empanadas que hacen por Lleida (panadons) rellenas de salmón y espinacas. ¿Quién descubriría que este pescado pegaba tan bien con esas verduras?!?!?
Saludines
Oye, yo encantado, Arantxi, el problema es que en todos los aeropuertos rusos te pasan las maletas por las máquinas de rayos X. ¿Y qué le digo yo al guardia?... no, si no son explosivos, señor guardia, es Arantxa, etc, etc...
Supprimer¡Anda! y en Lleida haciendo empanadas estilo ruso. A saber si se les ocurrió a los lleidatás (¿se dice así?) primero y algún ruso despistado se lo contó a Gogol para que lo pusiera en "las almas muertas".
Saludetes
De manera muy amena has despertado las ganas de probar ese plato tan apetitoso. MMMM se me hace aguas la boca. ¡Muy bueno! Saludos cordiales de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa María- Códoba.
RépondreSupprimerGracias por la visita y el comentario, S.A.D.E. Me alegro que les haya abierto el apetito la kulebiaka de Gogol.
SupprimerSaludos
Te lo digo en argentino:¿Sabés que la pifiaste con el arroz que usaste? Debiste emplear el arroz común, que es que se hubiera tomado toda la crema.
RépondreSupprimerTodo lo demás excelente, inclusive la manualidad. Aunque yo hubiera armado el pastel sobre una mesa y con el papel debajo, hubiera llevado papel y masa hacia el centro en 2 veces, rotándolo, luego lo hubiera cocinado sobre el papel así me ahorraba lavar la placa.
Saludos desde mi blog de NUTRICIÓN
http://siempreseraprimavera.blogspot.com
Ah, muchas gracias por el consejo, Norma2. Yo estaba echando la culpa a la crema light, pero si tú me dices que la culpa es del arroz, lo intentaré otra vez con arroz normal. Y lo de hacer la empanada enrollada, bueno, pues bien, tambien puedo intentarlo.
SupprimerSaludos
Hola! te escribo desde Venezuela y tengo una curiosidad. Ya que tú leíste el libro "A la mesa con los escritores rusos", por favor si pudieras decirme los nombres de los 12 escritores rusos que aparecen en el libro, es para una investigación personal, te lo agradecería!. Gracias de antemano y bien por la receta. Mi correo electrónico es: janetteaguilar26@hotmail.com, espero tu pronta respuesta.
RépondreSupprimerHola! te escribo desde Venezuela y tengo una curiosidad. Ya que tú leíste el libro "A la mesa con los escritores rusos", por favor si pudieras decirme los nombres de los 12 escritores rusos que aparecen en el libro, es para una investigación personal, te lo agradecería!. Gracias de antemano y bien por la receta. Mi correo electrónico es: janetteaguilar26@hotmail.com, espero tu pronta respuesta.
RépondreSupprimerHola Janette. Gracias por tu visita y tu comentario. No tengo el libro aquí y ahora porque no estoy en Bruselas, pero en cuanto vuelva te mando un correo con los detalles que me pides. Saludos
SupprimerEn San Petersburgo en vez de espinacas le ponen berza, pero por lo demas la receta es perfecta. Solo que ponen una capa de hojaldre rectangular abajo y otra encima, uniendolas con llema de huevo por los bordes.
RépondreSupprimerKapusta, spasiba por tu comentario. Lo de ponerle berza (kapusta) es interesante, Lo probaré la próxima vez. Lo de poner placas rectangulares puede ser una buena idea: quedaría más con la forma de una empanada gallega: cuadrada
SupprimerMuy bueno lo de las bolitas rojas y negras. Pintón, aunque pienso que al hervir el salmón y las espinacas, más 50' de horno el resultado no será muy jugoso!
RépondreSupprimerRealmente el problema estuvo en que el arroz quedó demasiado jugoso, justamente, por usar crema desnatada en vez de auténtica "smetana", o sea que seco no quedó, pero en fin, lo voy a hacer siguiendo tu receta. Ya te contaré
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