A SOROKIN LO ESCANEA UNA POLICIA IMPERTURBABLE-UNA MALETA QUE SE ESFUMA-UN HOTEL DE POSTIN REVOLUCIONARIO-¿DONDE COMPRAR CAMISETAS Y CALCETINES EN MOSCU? ¡EN EL METRO!
Queridos y amables lectores, ayer, mientras terminaba mi última botella de Russki Standart Vodka, me vino a la memoria el aeropuerto de Domodedovo (que es donde la compré, pardiez, que la memoria a veces hace cosas más o menos lógicas). Domodedovo (pronunciad "Damadiédava" para impresionar a vuestros interlocutores: Una de dos, o pensarán que sois unas personas muy viajadas o que sois unos soplagaitas; vosotros veréis de acuerdo con la cara que os pongan). Pues decía, que Domodedovo es el tercer (o cuarto, no sé, vamos el más nuevo) aeropuerto de Moscú. Está más lejos que Sheremetievo, pero tiene la ventaja que hay menos tráfico desde el centro y se tarda menos en llegar. ¡La de uñas de los pies que me he comido -las de las manos ya totalmente rapadas- en el taxi viendo que, a pesar de salir con cuatro horas de margen, iba a perder el avión por culpa de los monstruosos embotellamientos que hay en la ruta a Sheremetievo!.
Pues bien, en cierto momento hice como todo el mundo, coger los vuelos Bruselas-Moscú directos a Domodedovo. El control de pasaportes va más rápido también que en el otro aeropuerto, y los controles de objetos metálicos lo llevan unas mujeres policía, francamente de bastante buen ver, que cachean a todo el mundo -sea del sexo edad o condición que sea- tras pasar el arco detector. No es desagradable. No. Pero un día, que viajaba en "business" porque venía de otro viaje más largo, en vez de mis chicas policía, me hicieron pasar por un extraño ingenio que parecía un desmaterializador de "Star Trek". Al otro lado, la señorita guardia miraba una pantalla con ojos frios y calculadores. Pasé, me miró. Sus ojos no traslucieron ninguna emoción. Ahora ¡meses después! he comprendido que era un escáner de esos que te dejan en porretas puras y desde entonces no hago más que intentar recordar y descifrar la cara de la bella policía rusa. ¿Qué pensó? ¿Qué sintió? Aggggghhh. El recuerdo me corroe.
En otra ocasión, en Domodedovo me perdieron la maleta. Vamos, no me la perdieron, hubo otro pasajero que decidió que mi maleta era la suya y viceversa. Hasta que se dió cuenta pasó un día entero. El problema en un caso así es que todo el mundo se sacude la culpa. La línea aérea dice que verdes las han segado, que ella te ha llevado tu maleta y el aeropuerto dice que tampoco tienen nada que ver. Desde entonces, mi maleta está llena de pegatinas para que a nadie se le ocurra pensar que es la suya:
La "nueva" maleta de Sorokin pasando el control de rayos X
El caso es que te encuentras en Moscú con lo puesto y con la vaga promesa de que en veinticuatro horas van a tratar de encontrarla. Menos mal que en el hotel Metropol, que es donde tenía habitación, me dieron un cepillo de dientes y un peine. Por cierto, si tenéis la oportunidad cuando estéis en Moscú, no dejéis de visitar el Metropol aunque no os alojéis en él. Es un hotel cargado de historia, aparte de bello y decadente (Lenin tuvo su cuartel general en el Metropol durante un par de años), está al lado del teatro Bolshoi y a un tiro de piedra de la Plaza Roja.
Y, por si acaso (que el gran espíritu no lo permita) os encontráis en la misma situación que yo, sin maleta y gimoteando, no cometáis el error de ira a comprar una muda a cualquier gran almacén, como el Gum o el Tsum, que la vais a pagar a precio de cabello púbico de cocotte de luxe; id ¡al metro! Yes sir, en los pasos subterráneos de varias estaciones de metro hay cientos de tiendas de ocasión que tienen de todo. Ya sé, que no hablan más que ruso, pero para eso están los deditos, para señalar lo que quieres.
Para vuestra tranquilidad, amables lectores y queridos amigos que os preocupáis por mí: la maleta apareció al día siguiente. Besotes
Charlotte Gainsbourg. Night time intermission
Monsieur Sorokin, la de batallitas que puede generar una botella de vodka made in Rusia :-). Hablando en serio, eso de recorrer aeropuertos a menudo, es toda una odisea. Buena idea la de personalizar la maleta, yo también tuve que hacerlo, pues aterrizando en Montpellier por un viaje de trabajo me pasó lo siguiente (a continuación una batallita): en la cinta agarré pizpireta la que creía mi maleta, el mismo tamaño, marca y color... pero oh no el mismo peso¡¡ (yo viajo con la droguería a cuestas). Total que cuando llevaba medio metro alejada de la cinta, no puedo aguantarme más de las dudas pensando "pero si mi crema hidrante-regeneradora-reafirmante efecto lifting, pesa un quintal¡¡"... y abro la maleta y oh qué horror! unos calzoncillos blancos tamaño XL extendidos ante mis ojos¡¡ Me iba a dar algo, me quedé petrificada viendo esa horrible imagen y de pronto un señor por detrás ¡Mademoiselle, mademoiselle nous leur avons echangées!... Qué susto más grande, durante unos minutos pensé que estaba siendo víctima de un programa de cámara oculta o algo así.
RépondreSupprimerQué divertida anécdota, Madame Delikat, y qué suerte que el propietario de los calzoncillos XL estuviera todavía a mano en vez de salir disparado a Montpellier. Y ya debían ser grandes, ya, los gayumbos para pesar más que las cremas hidratante-regeneradoras-reafirmantes... ¿o era al revés?
RépondreSupprimerjaja al revés al revés, al ver que la maleta pesaba tan poco, debido a la ligereza del calzoncillo XL que allí dentro se escondía, fue que me vino el flash de abrirla inmediatamente. Cuando la facturé en Sevilla no podía con ella de su peso. Con los años he aprendido a llevar tallas mini de todas las cremacas.... jeje
RépondreSupprimerJa ja, y, claro supongo que presa de la viva sospecha de que las azafatas se habían embadurnado todas tus cremas durante el vuelo... :-)
RépondreSupprimerJaja, la verdad que no sé cómo haces para arrancarme casi siempre unas risas...
RépondreSupprimerEn cuanto a la duda que se te vino, luego de pasar por el escaner, puede terminar siendo una discusión bizantina (contigo mismo) nunca lo sabrás... sorry.
En cuanto a las maletas, siempre me digo que tengo que hacerle un distintivo, porque suele haber en un cinta unas 10 parecidas... lo malo, es que es de tela y no acepta pegatinas, y las cintitas de colores son tan cursis.
¡Saludos!
Qué bien que te rías, Claudia, la risa es salud.
RépondreSupprimerMi duda sobre qué pensó la rusa del escáner sé que me acompañará para siempre, aunque como la imaginación es libre, siempre puedo inventar diversas posibilidades y enfadarme o sonreír, según la que toque.
Oye, y ¿de qué color es la tela de tu maleta? Puedes usar pintura acrílica y, no sé, pintar en un flanco la torre Eiffel y el campo de Marte, por ejemplo. O la Cibeles...quedaría de lo más original :-)