mercredi 16 mars 2022

Ucrania

 

Hola, mis queridos amigos y lectores. Hoy, vuestro blog del aburrido va a abandonar el habitual tono jocoso y pretendidamente simpático con el que os comunico mis aventuras, mis lecturas, mis viajes y otras tontunas. La guerra de Ucrania está rompiendo en pedazos mi cansada sesera. 

Ya sé que en los últimos veinte treintaitantos años ha habido guerras para llenar páginas y páginas. No se me olvidan, pero esta es diferente para mí. Condeno sin paliativos todas las guerras vengan de donde vengan y sean donde sean. Siempre lo siento, la guerra no es solución de nada, pero en este caso, dos países y dos pueblos que amo, que conozco y que respeto, se están destrozando. Y está muy claro quien es el agresor y quien el agredido, por más que el sátrapa del Kremlin cuente historietas para justificar su invasión. Por eso, quiero hacer constar aquí mi solidaridad con el pueblo ucraniano. La bandera que os he puesto en el encabezamiento está copiada de una portada .de "The Economist", lo digo por si tiene copyright.

Kiev, en la que he estado un montón de veces, en la que he trabajado, hecho amigos, me he paseado por sus calles, me he caído, resbalando por la nieve, he ido al teatro, he comido en sus restaurantes, tomado cerveza en sus bares, está siendo machacada. Como homenaje, os pongo algunas fotos. Por ejemplo, la catedral:



La cúpula dorada de Sn Miguel:


Una iglesia mínima en un patio de vecindad:


Kiev era una ciudad magnífica, muy vivible, atravesada por el Río Dnieper



En la Golden Gate:


Con bares en barcos en la orilla del río y en la playa, 

Os hablé hace años de donde comprar caviar en Kiev, en el mercado de Besarabia y os puse una foto de la chica que lo vendía. A saber qué será de ella:



Como os he dicho, también he viajado mucho a Rusia. Ya os lo he contado varias veces en este blog. En una ocasión, un viernes por la tarde en Moscú. Me fui a cenar solo. Fui por la calle donde estaba el hotel, a orillas del Moscova, porque no tenía ganas de cruzar el puente y mi cuerpo fue a dar con un restaurante ucraniano, No me acuerdo del nombre. No sé si existirá todavía. Servían una chicas rubias, preciosas, que me trataron de lujo. Al terminar de cenar me regalaron un juguete que, por supuesto, conservo todavía
.

Pero para mí, lo fundamental es no caer en la rusofobia. El responsable es ese sátrapa que ocupa el Kremlin, no el pueblo ruso. En Moscú, he visto mucha gente excelente. No veo a esta chicas que tocaban al lado de la Plaza Roja invadiendo a nadie

.

Quién sabe si este sorchi gurriatillo con cara de niño habrá tenido que ir a Ucrania a invadir a sus hermanos eslavos. 


En Moscú todavía quedan calles on nombres del antiguo régimen, como esta "Calle del proletariado rojo", pero no os confundáis. El elemento Putin es un ultranacionalista, no un rojo:



Aunque la plaza roja se siga llamando "roja" (serios exegetas dicen que "Khrasnaya" en este caso no quiere decir roja, sino bella):




Subí al Kremlin en una ocasión. Está lleno de iglesias que, curiosamente, todas son catedrales:


En al Catedral de la Dormición de la Virgen, es donde hay unas pinturas magníficas.


Aunque el espíritu conquistador de los zares se ve más bien en este cañón:


No creo mucho en esas historias del espíritu eslavo, como también hay quien habla del espíritu racial hispano. Paparruchas. Yo, si queréis saber algo más en profundidad de los rusos, os recomiendo a Dostoievski. Como decía Woody Allen, "Todo está en los 'Hermanos Karamazov'"



Bueno, y con esa nota pedante os voy a dejar de daros la barra, que estoy llenando de lágrimas el teclado de mi ordenador.

Besotes

14 commentaires:

  1. Sólo se me ocurre decir ¡Qué pena! y ¡Malditas guerras!

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  2. Coincido contigo 😥
    Tristeza infinita....
    Gracias por tu trabajo tan interesante y a la vez respetuoso!

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    1. Es cierto, querida buha. Tristeza enorme. Gracias por decirme que mi trabajo ha sido respetuoso. Lo he intentado, no he querido que pareciera que el pueblo ruso apareciera como culpable.

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  3. ¡Vaya Sorokin! A mi también se me han saltado las lágrimas leyéndote y es que da todo tanta pena...
    Ver tus fotos me lleva a pensar en que independientemente de lo más valioso, que son las pérdidas humanas, cuanto patrimonio tan bello y tan valioso se está perdiendo para siempre, porque esas cosas, como las vidas humanas, son irrecuperables por mucho que después se reconstruyan. Eres un privilegiado, porque yo no he visitado nunca ninguno de los dos países y Ucrania ya nunca podrá ser una opción de viaje futuro, ya nunca podré conocer esa bella ciudad.
    Estoy de acuerdo contigo en todo, por supuesto no hay que caer en la rusofobia, la población no tiene la culpa de lo que ese loco decida hacer y haga. Los civiles al final son los que pagan el pato, todos los patos, los que sufren más, los que lo sufren en sus carnes.
    Todavía hoy me resulta increíble lo que está pasando, es como que no me lo creo, veo las imágenes y me cuesta creerlo, es horrible.
    Espero que termine pronto, lo deseo tanto...
    Besos

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    1. Tienes razón, Marian, aparte de las vidas humanas se está destruyendo un patrimonio histórico. Y en Ucrania saben de esto, porque ya los nazis se machacaron Kiev en la guerra mundial. ¿Sabes? cuando empecé el blog de los aburridos en 2008, elegí "Sorokin" como nombre de pluma como homenaje a rusos y ucranianos, y eso que soy manchego. En Rusia, me sentía como en mi casa, los mismo que en Ucrania. Por eso, hasta el último minuto no creí que el loco de Putin fuera a desencadenar una guerra total. Ojalá se acabe pronto.
      Besazos

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  4. Da tanta pena... Tantas vidas, tanto miedo, tanta destrucción... Como dice Marian, cuesta creerlo, pero sí, está sucediendo, por desgracia. Qué horror tiene que ser vivirlo, huir, perderlo todo... Espero que termine pronto, muy pronto.
    Besotes tristes hoy.

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    1. Sí, Margari, destrucción y muerte. ¿Y al final qué? Odio y más odio, esa es la consecuencia de las guerras. Y en este caso, entre pueblos hermanos. Es un poco como una guerra civil, pero aunque gane Putin y someta Ucrania, nunca habrá verdadera paz entre ellos: siempre recordarán las bombas rusas. Fíjate que desde que acabó la segunda guerra mundial en 1945, por aquí, todavía hay gente que odia a los alemanes. Una vez, en Praga, unos estudiantes alemanes me dijeron: "No nos quieren, no nos quieren, pero nosotros no hicimos nada... fue otra generación.."
      Esas cosas son difíciles de olvidar
      Besazos

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  5. Ay, Sorokin, cuánta razón tienes. Las guerras son producto de alargadas y poderosas fuerzas que van aumentado en intensidad hasta que llega el momento en que se vuelven incontrolables y explotan. Luego, todo vuelve a la calma y a la paz, para muchos definitiva, pero no sin convulsiones.
    Cuando esas fuerzas originadas y alimentadas por la voluntad humana se trasforman en impersonales no tienen en cuenta los dramas que generan, las muertes, las desgracias y los sufrimientos de cuantos caen en su rebufo.
    Y como muy bien dices, esta es casi una guerra civil, entre Estados eslavos. Lo que ocurre es que uno de ellos, Rusia, heredero del régimen zarista, utiliza con saña el mismo estilo despótico con el que la Rusia zarista trataba a los países limítrofes. Todo ello incrementado con la experiencia de 80 años de despiadada dictadura comunista.
    Lugar infértil para la compasión el corazón de las élites que controlan el aparato del Estado de esos países. En fin, malas perspectivas.
    Gracias por tus fotos y emotivas palabras y fotos, y por la perspectiva con que tratas el siempre delicado tema de las guerras, de quien las provoca y quienes las sufren.
    Alex Montana

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    1. Hola Alex Montana

      Sí, las guerras, como decía creo que era Clausewitz, son -desgraciadamente- la continuación de la política por otros medios. Hay fuerzas económicas, políticas, de poder, de prestigio, detrás de ellas empujándolas, pero que, además aparezca un loco como Putin, declarándolas es una catástrofe total. Y siempre es lo mismo, quienes mueren son el pueblo, los jóvenes, los niños mientras los que la han declarado, miran sentados en sus sillones. Por lo menos, los reyes medievales se ponían al frente de sus tropas, blandiendo una tizona o una maza y algunos, incluso caían en la batalla.
      Pero las guerras desde el siglo XX hasta ahora, son peores. Bombas, missiles, civiles machacados. Es tremendo y el problema es que nos estamos volviendo insensibles ante tanta muerte. Por eso, a mí, que conozco las partes contendientes, me impresiona mucho más. ¿Dónde estará la gente que conozco en Kiev y en Chernobil? Es un poco como si bombardearan Albacete, por ejemplo.
      Un abrazo

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  6. Yo también maldigo la guerra y a todos sus artífices. Es hora de que la humanidad evolucione algo. Las guerras debían ya ser inaceptables, sean las que sean.
    Maldigo también la simplificación de pensamiento a la que llevan, la propaganda, la división en bandos opuestos, definidos.
    Echo de menos algo de autocrítica en la información, no se llega a esto de la noche al día, la historia explica muchas cosas, pero la prensa propaganda no hace historia, es un flash que caduca de un día para otro, como si solo existiera la realidad de un instante y como si esa impronta fuera suficiente para los cerebros estúpidos que creen que somos.
    Echo de menos autocrítica en los pro-rusos, que justificando que Rusia se haya plantado ante una OTAN también invasora y amenazante, que justificando la necesidad de defender a otros pueblos que llevan años sufriendo un genocidio silencioso, se olviden de que Putin es un loco y en lo que respecta a esta guerra, un asesino.
    Odio este ruido y pocas nueces que Europa está vertiendo en el conflicto, no puede ser que obviemos la responsabilidad de haber llegado hasta aquí. No basta con la compasión y la solidaridad hacia el que sufre, es mucho mejor impedir que se tenga que poner en juego esa compasión.
    Malditas las guerras de los pueblos, todas las guerras.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, Viena. La guerra debería desaparecer para siempre, pero el alma humana, -o más bien, el alma de algunos humanos- es capaz de todas las estupideces posibles, sabiendo en muchos casos que sostener una actitud de odio se puede volver contra quien la practica. La gente se divide en bandos irreconciliables y, no solo los agresores y los agredidos, sino gente que mira desde fuera. Es tremendo justificar una agresión como la que está haciendo el criminal de Putin, con la excusa de que, "anda, que los otros también las han hecho terribles". No vale. Por eso yo he insistido que no hay que caer en la rusofobia.
      He visto un video de Pepe Mujica, el expresidente del Uruguay, uno de los pocos políticos honestos, que dice que esta guerra está creando esa conmoción porque es entre blancos europeos, que para muchos, la vida de los negritos o inditos no tiene el mismo valor. Puede ser, pero para los europeos es también una cuestión de proximidad. Para mí, además, como ya he dicho, dos pueblos que conozco, con los que he trabajado, reído... que me han fascinado, se están despedazando.
      Hay que parar esto, pero no veo que vaya a ser fácil y creo que dejará huellas terribles durante años.
      Un beso

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  7. Todas las guerras son crueles pero cuando conocemos el lugar, o vemos las imágenes... hay que ser muy duro para no estremecerse. Esos niños con sus nombres escritos en la espalda... no es para llorar, es para morir de pena.
    SAludos.

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    1. Gracias por tu comentario, Manuela. La verdad es que tras los últimos sucesos, matanzas a sangre fría, ataques a civiles, cada vez el horror va ganando intensidad. Esperemos que esto se acabe de una vez.
      Saludos

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