lundi 28 septembre 2020

Cocinando con Guillaume Musso: Una blanquette de ternera




Queridos e ilusionados lectores, heme aquí otra vez, metiéndome en medio de vuestros ordenadores, teléfonos astutos (digo yo que esa es la traducción correcta de "smart phones"), tabletas electrónicas y otros ingenios que la técnica ha puesto a nuestra disposición para no aburrirnos demasiado. Bueno, yo sí, me aburro, pero eso es estructural. Ya lo decía mi madre cuando era un chaval: "si te aburres, hijo, cómprate un mono". Y como nunca me compré un mono, pues aquí sigo, hecho un muermo.

En fin, que aquí estoy dispuesto a contaros  que he descubierto al escritor más vendido de Francia. Ya sé, ya sé, llego tarde, como las palmas a Bogarra, tres semanas después de la fiesta (otro acertado dicho de mi señora madre). Pues sí, Guillaume Musso es el autor más vendido en Francia.

Para empezar, me he leído "La vida secreta de los escritores":




Es una novela de intriga (es la especialidad de Musso), estructurada como se llama en francés en "mise en abîme", es decir, un relato dentro de otro que, a su vez, está dentro de otro. El relato principal sucede en una isla del Mediterráneo, a escasos kilómetros de la costa. En la isla, que el autor llama Beaumont, ha ido a refugiarse un escritor famoso, Nathan Fawles, autor de éxito que abandonó la escritura, de repente y sin explicar la razón.  Fawles vive retirado en una lujosa mansión al borde de un acantilado y se niega a dar entrevistas. Lo intenta visitar un escritor novel, que es el narrador de esta primera parte del libro.  Hay una serie de sucesos, crímenes y esas cosas, y no cuento más, os la leéis.

En la segunda parte, es el propio Musso que va a la isla tras los sucesos y se supone que escribe el libro. En la tercera, la más corta, por fin Guillaume Musso cuenta que la isla no existe, etcétera.





Pero, aparte de la intriga, lo fundamental es que Nathan Fawles hace una "blanquette" de ternera para una periodista que, por fin entra en su casa. Y, claro, vuestro amado bloguero se dijo: ¿No vas a hacer tú una blanquette,  Sorokincete? Y en eso estoy. Cierto que en Francia hay tantas recetas de blanquette como hogares, pero, en fin, yo me voy a limitar a hacer la que cuenta Musso.

Por supuesto, hace falta ternera (yo la compré en el supermercado de al lado de casa), ajo, perejil, harina, vino blanco (yo usé un Muscadet), caldo, que yo usé de bote, porque no tenía, pero si tenéis caldo de carne a mano, es mucho mejor y aceite de oliva virgen :






Lo primero es trocear la ternera en pedacitos pequeños:



La ternera se fríe en una cacerola con aceite de oliva:



La verdad es que yo hubiera debido utilizar una cocotte de fundición, pero la que tengo no me vale, porque en la última reforma de mi cocina puse una placa de inducción y, claro, la fundición pasa olímpicamente de calentarse. Pero, en fin, amiguetes, creo que hay "cocottes" que tienen el fondo de acero y que se usan en estos casos. No son baratas, pero en fin, si queréis hacerme un regalo, lo acepto. Vale, fuera bromas. Mientras se dora la ternera, pico ajo y perejil:




Lo añado en la olla. Vamos, Fawles también lo añade en la olla. Se añade una cucharada sopera de harina, un vaso bien cumplido de vino blanco y se cubre todo con caldo caliente.



Ahora viene el problema. Tiene que cocinarse a fuego muy suave. Fawles habla de una hora:



Y aquí llega el añadido sorokinesco. En el libro se la comen sin más. Un servidor que ha comido hasta en el templo de la blanquette en París, la brasserie Lipp, decidió que había que añadirle algo de gracia, así que pelé y corté en rodajas un puerro y una zanahoria:



Y las añadí al guiso. 




Total, dando vueltas de cuando en cuando, porque si no, se pega, y a fuego lentísimo , comprobé que el guiso estaba comible ¡dos horas después!



Aquí está el producto de nuestros trabajos (el de Nathan Fawles y el mío) Por supuesto, acompañado de un Saint Julien y pan para mojar:


En fin, tengo que admitir que estaba deliciosa, pero que no tenía el color blanco que debe tener una blanquette. Tal vez se me tostó un poco la harina. Ya me contaréis si  hacéis una vosotros, mis amados lectores. En fin, en todas las recetas que he leído en Internet insisten que está mucho mejor 24 horas después. Lo que pasa es que servidor tenía bastante hambre.

Bueno, corazones, besotes. Espero no haber sido muy plasta

20 commentaires:

  1. Muy fan del concepto "teléfono astuto". Al leer de qué va la novela de Musso me he acordado de una serie que se llama "La verdad sobre el caso Harry Quebert", también sobre un escritor retirado que recibe la visita de uno joven y con un misterio detrás, ¿tienen algo que ver la una con la otra?

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    1. No sabía que habían hecho una serie sobre el caso de Henry Quebert. Yo leí el libro en su momento y me sorprendieron los artilugios creativos de intriga de su autor. El último que ha escrito Joël Dicker, el autor es "el enigma de la habitación 622", todavía más lleno de vueltas y revueltas en el argumento. El de Musso es algo menos complicado, pero también se las trae.

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  2. Quiero creer querido amigo que mi blog y yo tuvimos algo que ver en tus lecturas y si no es así no importa.
    Impactante entrada y un plato muy rico ...Ni que lo hubiese cocinado el mismo Fowles!!!!

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    1. Es totalmente cierto, mi querida buha. Como te dije en el comentario que te hice a tu entrada de Agosto, cuando contaste tu lectura del libro de Musso, yo había oído muchas campanas sin haber oído nada serio. Tu artículo sobre la vida de los escritores me animó. Y ahora, aquí estoy, haciendo blanquettes como Fowles, Gracias

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  3. El plato tiene muy buena pinta. Yo en mi vida he conseguido hacer la ternera en menos de dos horas. Salvo que tenga prisa y la ponga en la olla rápida, pero ya no sabe igual. Con el autor no me he estrenado así que tomo buena nota de este libro.
    Besotes!!!

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    1. Hola Margari,

      O sea, que tu me confirmas que hacen falta al menos dos horas para que la ternera esté blandita y comestible. Bueno, si alguien se anima a regalarme una perola de fundición con fondo de acero, haré una nueva prueba. Desde luego, en olla express seguro que no es lo mismo,

      Y este es un buen libro para comenzar con Guillaume Musso. Después he leído otro, que era anterior y no me ha gustado tanto.

      Besazos

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  4. ¿Una isla del Mediterráneo? Me la llevo, sin duda, que es un tema que me apasiona. Y confieso el pecado de no haber leído tampoco a Musso. La blanquette... Confieso que no soy mucho de ternera guisada. A veces se me hace bola. Bueno, muchas veces se me hace bola. El color oscurete puede ser o bien porque se tostó mucho la harina o porque el caldo o el vino, sobre todo el caldo, tenían el tono subido. Igual preparo una blanquette pero con otra carne.

    Abrazotes.

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    1. Yo no me atrevo a decir que la "blanquette de veau" es el plato nacional francés, pero casi-casi, aunque, desde luego se puede hacer con pollo, con vaca y lo que se te ocurra. Con gallina se hace una especie de blanquette con arroz, la "poule au riz": Supongo que era el modo de cocinar las gallinas viejas, como en España se hacía (no sé si se sigue haciendo) la gallina en pepitoria, que estaba horas y horas en la cazuela.

      Y Musso me ha gustado. No es Pierre Lemaitre ni Philippe Claudel que son otro nivel, pero está entretenido. Y seguro que te gusta más que Houellebecq.

      Besazos

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  5. ¡Hola Sorokin! Tenía en mente que el escritor mas leído de novela negra francés era Lemaitre, a este solo conocía. La receta de la ternera no tiene mala pinta, pero dos horas... (bueno se puede guardar para ocasiones especiales). No me queda claro si el libro te gustó, si crees que mereció la pena, "blanquettes" aparte.
    Ya me dirás, que ya sabes que a mi la novela negra me pierde
    Besos

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    1. Hola Marian. Es cierto, Guillaume Musso es, y ha sido durante nueve años, el escritor (francés) más vendido en Francia. Y puntualizo lo de francés, porque según la prensa que adjunto, los escritores francófonos son solo el 21% del total de ventas: https://www.ouest-france.fr/culture/livres/guillaume-musso-reste-l-auteur-francais-le-plus-vendu-en-france-6692661#:~:text=Le%20romancier%20Guillaume%20Musso%20demeure,publi%C3%A9%20jeudi%20dans%20Le%20Figaro%20.
      La novela de la blanquette, sí, me gustó. Se lee rápido y es entretenida. Un poco retorcida la intriga, pero, en fin son las reglas del juego. Yo creo que te gustará.
      Un beso

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  6. Gracias, Sorokin, por tu nueva entrega.
    Me apunto la receta porque tiene una pinta buenísima y me encantan los guisos.
    Eso sí, la receta mejorada por ti. Me parece un acierto añadirle puerro y zanahoria. Por el sabor y sobretodo, por el color. Por algo dicen los chinos que para una comida comme il faut, se precisan alimentos de cinco colores..
    Además me gusta cocinar a deshoras, o sea, cuando me apetece. Y los guisos tienen eso, que mejoran con el tiempo, como los vinos.
    Así que, este otoño, blanquette a la sorokinesa!
    Besos con mascarilla desde la zona roja (según el gobierno belga).
    Isabel

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    1. Me alegro que te haya gustado, Isabel. Ya me contarás qué tal te queda la blanquette en zona roja. Y los chinos tienen toda la razón del mundo, hacen falta cinco colores por guisote, aunque no sé yo si en mi blanquette hay cinco. Bueno, si contamos el nombre, tal vez.
      Besos a los de la zona roja.

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  7. Hola Sorokin, esa última entrega ha tardado un poco más de la cuenta. Te lo digo con todo cariño. Uno se pregunta ¿Qué estará haciendo Sorokin? ¿Por dónde andará? En fin, cosas así.

    Bueno, finalmente todo llega.

    La foto de la blanquette te ha salido muy bien, despierta el apetito. Me apunto a tu innovación, la de añadirle puerro y zanahoria y después guardar el guiso para el día siguiente. Si se puede, claro, que casi nunca se puede.

    Gastronomía y literatura son dos temas que casan bien. Nada mejor que empezar una novela como “La vie secrète des écrivans” después de zamparse un buen guiso de blanquette.

    Son las 16:00 y hace sol, veo que en la playa no hay nadie, así que voy a remojarme los pies.

    Abrazos,

    Sebastián


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    1. Hola Sebastián. Me alegro que haga sol y no haya gente en la playa. Aquí, ni hace sol ni hay playa, como sabes.
      Y sí, es cierto, esta entrega se ha dilatado un poco, pero es que tengo la cabeza llena de pájaros (Por cierto, como hay muchos menos aviones dando la tabarra, los pájaros se han envalentonado. Hay muchos y hacen mucho ruido) Y zorros, de repente se ha llenado Woluwé de zorros. El otro día casi mato uno con el coche, se puso a cruzar la calle por la noche, con la cola enhiesta. Tuve que pegar un buen frenazo para no plancharlo.
      Y ánimo con la blanquette.
      Un abrazo

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  8. La literatura y el cine siempre nos ofrecen muy buenas recetas... ese blanquette de ternera debe estar delicioso y tu aportación /zanahoria y puerro) muy necesaría para darle alegría.

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    1. Me alegro que te haya gustado mi blanquette, Joan. Es magnífico tener la opinión de un gran cocinero, como tú. Y digo "mi" blanquette por que es la de Guillaume Musso con puerro y zanahoria sorokinescos.

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  9. Bueno, antes de nada confesarte que no leí nada de este hombre,... pero por lo que veo su protagonista es bastante austero en la cocina,... jajaja y lo digo porque me he tomado blanquettes con puerro, zanahoria, champiñones e incluso laurel.... no obstante creo que debemos romper una lanza en favor de Musso,... tal vez en su casa se hacía así,... ;-)
    Un abrazo!

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    1. La blanquette de Musso tiene la ventaja de que es fácil y sin complicaciones. Lo compensa con la bebida. Ahí es nada, el protagonista abre una botella de St Julien, así que, por mimetismo tuve que hacerlo yo también. Pero te diré la verdad, para el precio que tiene, no cabe duda que prefiero un Côtes du Rhône. O mejor, un Pago de Carraovejas de la Ribera del Duero.
      Un abrazo

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  10. Al comienzo procuro desangrar los pedazos de ternera en agua con hielo unas diez horas para que la blanqueta quede bien blanquita.
    Fabulosa entrada. Felicidades
    Un saludo

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    1. Muchas gracias por tu visita y tu comentario, Yolanda. Me das un magnífico consejo, que, desde luego voy a seguir la próxima vez que haga una blanquette.

      Saludos

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