Queridos, apreciados y simpáticos lectores (estoy seguro que sois todos bien simpáticos; no me imagino a alguien desagradable y antipático leyendo estas tontunas), digo e insisto, queridos y simpáticos lectores: He estado un par de semanas en Madrid pintando mi apartamento. Quiero decir, que vinieron los pintores y le pegaron una buena mano de pintura -que falta le hacía- , no que vuestro aburrido bloguero sacara sus acuarelas y se pusiera a a representar en un papel cada uno de sus rincones. Naturalmente, ello fue acompañado de una enorme actividad de mover muebles, cubrirlos con plásticos, etc, y... vaciar las estanterías de libros. Y ahí quería yo llegar, amigotes. En un rincón olvidado apareció esta joyita:
El libro lo había comprado en Veracruz en 1987, cuando yo vivía allá y, por quien sabe qué rayos, nunca lo leí, así es que, decidido a reparar ese error histórico-literario, me senté en uno de los sillones recubiertos de plástico, y me puse a ello. Me sacudió un torrente de electricidad extática cuando me metí con él e iban avanzando las páginas, casi despegadas y algo mugrientas. Me fascinaron los personajes, Justine, Melissa, Balthazar, Nessim... me metí en su mundo mientras iba cayendo una cervezota tras otra. ¡Qué novela, colegas! Además, la traducción me pareció muy buena aunque, como era norma en aquellos años, no figuraba el nombre del traductor.
A mí, además, la Alejandría de Durrell, me despertaba ecos veracruzanos. No solo porque la novela la compré allí, sino porque, salvadas las distancias y la época, un servidor encontraba semejanzas, ¿qué queréis?. Cuando el narrador habla de la Corniche de Alejandría, servidor recordaba el malecón de Veracruz:
El malecón de Veracruz en 1988
Cuando Balthazar dice que todas las alejandrinas son un poco Justine, yo pensé que eso me sonaba también a Veracruz. Pero, en fin, eso es circunstancial y no os voy a contar mi vida, qué rayos.
Vuestro amado bloguero pasó por Alejandría bastantes años ha. Yo era estudiante y el gobierno egipcio de la época nos había organizado una excursión colectiva a El Cairo. Desembarcamos en Alejandría, pero pasé sin romperla ni mancharla. Nos metieron en un autobús, y hale, al Cairo, a un hotel que nos habían reservado donde era difícil saber si había más cucarachas que policías secretos. Claro que, a los veinte años es hasta divertido pasarse la noche de cacerías cucarachiles. Sin embargo no se nos ocurrió darles zapatazos a los bigotudos que nos espiaban detrás de un periódico desplegado. Sabia decisión, proclamo.
Pero bueno, a lo que voy. Me fascinó la novela. La devoré. Después me he enterado que George Cukor había hecho una película, pero, por supuesto, me niego a verla. Lo único que me pareció interesante es que el papel de Justine lo interpretó Anouk Aimée. Vale, por lo menos en esta foto se parece algo a Justine:
De todas formas, todas las críticas que he leído ponen el film a bajar de un pollino.
Lleno de agudeza intelectual deduje que si "el cuarteto de Alejandría" se llama así es porque debe haber tres libros más, además de Justine. Perspicaz que es vuestro bloguero (pese a lo que digan algunos). Así es que me encaminé a "la casa del libro" de la calle Goya y se los pedí. Desconcierto, crisis, hasta que alguien, mirando en el ordenata me dijo que "el cuarteto" estaba clasificado entre los libros de historia. Sagaz pájaro el que lo había clasificado ahí, pero, en fin, los compré.
Y no me arrepiento. Me he sumergido en los cuatro libros en cuerpo y espíritu. No sé cómo había podido perderme hasta ahora una de las mejores obras del siglo XX. De verdad. Lo fascinante es que los tres primeros libros, Justine, Balthazar y Mountolive pasan en el mismo periodo de tiempo, solo que cada uno te cuenta la historia desde un punto de vista diferente. Te llevas algunos choques mentales serios cuando te tira Lawrence por tierra todo lo que habías creído entender en el libro precedente. Pursewarden, uno de los dos "alter ego" del narrador, lo explica: "... si quisieras... podrías ensayar un juego con cuatro cartas en forma de novela; atravesando cuatro historias con un eje común..."
De los cuatro libros, tres están relatados en primera persona, mientras que el tercero, Mountolive está escrito en forma canónica, con un narrador omnisciente (que todo lo sabe, rayos, dejadme a mí tambien de vez en cuando usar palabros culteranos). Es el único volumen que podría justificar clasificar el cuarteto entre los libros de historia. Interesante, cómo cuenta que el gobierno inglés de la época favoreció a los musulmanes frente a los cristianos coptos.
Hay un par de momentos en este libro que son fascinantes: Cuando Mountolive vuelve a ver a su ex-amante Leila, tras muchos años de separación y la desilusión y rechazo que le causa ver que se había vuelto una anciana, y la muerte de Naruz. Pero, en fin, no os voy contar mas spoilers.
Dije al principio que la traducción de Justine me pareció buenísima. Al comprar los libros modernos he comprendido por qué. La traductora es Aurora Bernárdez, la primera mujer de Julio Cortázar. También es la traductora de Balthazar. La traducción de "Mountolive", puede pasar; sin embargo, la traducción de "Clea" me ha dejado perplejo en varios pasajes. Es de Matilde Horne, a la que parece que le dieron un premio por ella. Pues vaya. Al primer tapón zurrapa: traduce "aeons" por "iones": jobar, un aeon es una era geológica y un ion es un átomo cargado de electricidad. Nada que ver. Así, ya puestos, me fuí a la librería inglesa y me compré el cuarteto en inglés:
Como véis, Oh amigotes, mi elenco no puede ser más completo:
En fin, ya sé que es ser un tiquis miquis ir verificando las traducciones que uno no entiende, pero un servidor es así de pejiguero, como cuando en "Clea", la traductora dice que estaba un hombre "espumando piedras". Rayos, ¿eso me suena a sopa de piedras? ¿en una cacerola? ¿en una sartén? Hala, vuestro bloguero se va al original y encuentra "skimming flat stones". Y eso, oh amiguetes, en español se dice: rebotando piedras en el agua:
Pero bueno, hay peores cosas en la vida. Para animaros, ahí va un listado de traducciones chuscas. Podéis verlo pinchando aquí.
Y ya puestos a hablar de traducciones, he aquí las traducciones al inglés que ví en una taberna de Madrid:
Los vegetales con mermelada no están mal, pero lo de los pernos (studs) con mayonesa, tampoco es moco de pavo.
Y ya para cerrar esta entrada, no me va a quedar más remedio que hablar de comida, cuchipandas y regocijos, qué diablos. Fuí para celebrar que mi apartamento ya estaba pintado a un restaurante que se ha puesto de moda tras un programa de esos de "pesadilla en la cocina", que yo no veo en Bruselas, pero de los que, mientras estuve en Madrrit, me chapé varios. Se trata de Sagar, en el barrio de la Guindalera:
Magnífico restaurante indostani (parece que no se puede decir ni "indio" ni "hindú", porque o se enfadan mis amigos de América Latina o los de La India).
Muy agradable y bien decorado, aunque bastante pequeño. Nosotros íbamos seis y nos hicieron un hueco un sábado por la tarde, aunque estaba todo reservado.
La dueña, encantadora, para animarnos a que fuéramos rápido porque necesitaba la mesa, nos hizo un precio especial por el menú. 25 euros/persona en vez de 35. Con entradas de pakoras, samosas, etc:
Pollo tandoori y otras viandas como plato fuerte:
En resumidas cuentas, salimos muy contentos. E incluso alguno de los comensales, como éste, que es de los que están siempre robando cámara, se hizo una foto con la dueña:
Bueno, amigotes, que ya estuvo suave, os dejo descansar de mis tontunas. Besotes a todos
PS de marzo 2016: Tras un par de años tirando a sosos (como debe ser en el mundo de un aburrido) me decidí a leer "el quinteto de Aviñón", otra monumental obra de Durrell. Si queréis participar en los sentimientos e impresiones que eso me dejó, no tenéis ¡Oh, amigotes! nada más que pinchar en este enlace.
Como no he leído ninguno de los libros que mencionas, te diré que lo que sí conozco es "Pesadilla en la cocina". Es hipnótico. Y me alegro que el Sagar vaya bien, los dueños parecían majos y eran víctimas de dos cocineros con pinta de mafiosos y muy pocas ganas de cocinar.
RépondreSupprimerHabrá que leerse "El cuarteto de Alejandría"...
Seguramente te será más fácil ir al Sagar (muy recomendable) que encontrar "el cuarteto de Alejandría", pero ya sabes, si vas a la casa del libro de Goya, dí que miren entre los libros de historia :)
SupprimerMe cuesta trabajo tomar a Lawrence Durrell en serio desde que leí "mi familia y otros animales" de su hermano Gerry. Me pareció el típico gruñón de la familia. En cambio, el libro de Gerald es una delicia.
RépondreSupprimerSaludos
Hola Luis.
SupprimerEstoy leyendo el libro de Gerald justamente ahora, tras haber terminado "el cuarteto" de su hermano. No puedo opinar demasiado porque solo estoy en el capítulo 4. Cierto que "Larry", como le llama, no sale muy bien parado al principio, pero bueno, era el hermano mayor y, sin duda, se creía con derecho a ser un poco el mandón de la familia. Pero en fin, ya te digo, lo estoy leyendo ahora.
Saludos
Está bien eso de recuperar...
RépondreSupprimer...de recuperar libros perdidos, ya con los lomos amarillentos. Pero es más importante que además de recuperárlos, te gusten. No me paso lo mismo cuando me tropecé (como ya te comenté) con François Mauriac. Menudo tostón. Aunque he de reconocer, que ya al final, tiene 2-3 capítulos que te enganchan. El resto se lo podía haber ahorrado.
RépondreSupprimerY cuando lo guardé, me encontré con otro: "La casa de la colina" de Erskine Caldwell, que compré allá por los 60 (tenía la manía de "ficharlos"). No lo había leído y, la verdad, me gusto.
No pienso hacer ni un sólo comentario sobre "pesadilla en la cocina", porque seguro que te cierran el blog, me meten el la cárcel por apología de cualquier cosa y...
¡Ah!, ahora estoy con el amigo (sic) Jorge Semprún y su "Netchaiev ha vuelto". No había leído nada de él y tenía curiosidad. De momento, con sólo dos capítulos, expectante.
RépondreSupprimerJa ja ja, Oteador. Es cierto, a partir de la sentencia francesa a la pobre bloguera esa a la que han condenado por decir lo que pensaba de un restaurante, hay que tener un cuidado loco con lo que se dice. O decir que "tó er mundo é güeno", claro.
SupprimerMauriac, ya te dije que tambien a mí me resultó un plomo, aunque como en su día lo leí en traducción española, uno nunca sabe si la culpa es del traductor. Y anda, que aquellos libros de la colección Reno, o no sé cómo se llamaban que estaban traducidos a trancas y barrancas: un amigo traductor me dijo que cuando no sabían algo, se lo saltaban. O sea, que Faulkner no era tan incomprensible como parecía.
De Jorge Semprún leí en su día el "Federico Sánchez" famoso y luego lo encontré aquí en la cinemateca de Bruselas haciendo una presentación de "la guerre est finie". Si te gusta lo de Netchaiev, avisa, y me lo leo yo tambien
Hace poco hice una limpieza en mi librero y metí ese libro para cambiarlo en la librería de viejo, No sé porqué razón no me latió, ni cómo llegó a mis manos. No es el tipo de literatura que me encante, más bien me gustan los que escriben en mi idioma, tampoco le hago el feo a los clásicos universales y uno que otro anglosajón; con los asiáticos no he probado mucho, pero ahí voy. Veré sí todavía está en los que dejé en el d.f. para rescatarlo y darle la prueba de las 20 páginas, pues tengo muchos pendientes que me interesan más.
RépondreSupprimerEN cuanto al restaurante qué envidia, eso que cerquita de tu casa haya comida india, es fabuloso. Ya quisiera que en este pueblo hubiera algo asiático digno de celebrar. Un abrazote amigote
Me encanta lo de la prueba de las veinte páginas, Carmen. Yo, normalmente les tengo que dar algo más. Digamos cincuenta. Sobre todo si acabo de leer algo radicalmente distinto. Espero que las veinte páginas de Justine te den ganas de seguir leyendo.
SupprimerPor supuesto, a mí tambien me gusta leer en mi idioma, aunque diría que el inglés o el francés son tambien un poco mi idioma, por eso empecé un poco frío con Lawrence Durrell traducido, pero la traducción de Aurora Bernárdez me enganchó.
En lo que no puedo leer en el idioma original, como la literatura rusa o alemana, me tengo que fiar del traductor, lo que no me ha impedido quedarme atrapado por Dostoievski o Bulgakov. Los alemanes, menos.
Bueno, y si en Cuernavaca no hay restaurantes indios, aprovecha tus viajes al df, que seguro que tiene que haber muchos.
Un abrazote, amiga
Interesante blog, me quedo por aquí. Besotes :)
RépondreSupprimerNos leemos!
Bienvenid@s. Podéis sentiros como en casa.
SupprimerBesotes
Yo idem. El Cuarteto lo leí a escondidas entre los doce y los trece. Marco profundamente mi juventud.
SupprimerLo mismo digo, Marcela, siéntete aquí como en casa
SupprimerHola Sorokin:
RépondreSupprimerPues esta vez si que no hallo tema. No conozco el autor, no soy políglota y ni siquiera he probado la comida indostaní,
Pero, como de costumbre, un placer venir, leer y aprender un poco de otros autores y otras culturas.
Saludos y un abrazo.
RRS
En cualquier caso, Xerófilo, eres bienvenido por aquí. Y te diré una cosa: si no conoces a Lawrence Durrell, te puedo decir que su hermano chico, Gerald, escribió un libro precioso que estoy terminando de leer ahora. Cuenta su estancia en Corfú cuando él era un niño,con toda la familia incluido su hermano Lawrence, el autor del "Cuarteto". Divertidísimo. Y además, habla un nmontón de zoología y cuenta las costumbres y vida de muchos animales de la isla. Estoy seguro que te gustaría. Se llama "Mi familia y otros animales", de Gerald Durrell. De verdad, me estoy riendo todo el rato leyendo el libro. Creo que, después, de adulto, fué un zoólogo reconocido.
SupprimerUn abrazo
Tendré que probar el libro y espero encontrarlo con la buena traducción. Que se agradece mucho para poder disfrrutar como se merecen estos libros. Lo de la comida indostaní no sé yo... Entra por los ojos pero yo no soy muy de probar, tengo que reconocerlo.
RépondreSupprimerY por cierto, lo del Quijote no es iniciativa mía. Es iniciativa de otra bloguera, Laky, de Libros que hay que leer. Ella fue la que nos animó a muchos a hacer una lectura conjunta del primer libro. En mi caso es relectura. Ya la disfruté hace años. Y ahora lo disfruto otra vez. Gracias por pasar por el blog. Y por aquí me quedo.
Besotes!!!
Hola Margari, bienvenida.
SupprimerLas traducciones del cuarteto, editadas por Pocket Edhasa son buenas para los dos primeros libros, Justine y Balthazar. La de Mountolive puede pasar, y la de Clea tiene algunos errores de bulto que, de todas maneras, no afectan demasiado al lenguaje en general. Se puden comprar los cuatro libros en un sólo bloque o comprarlos uno a uno. En fin, yo diría que, para empezar, te leas Justine a ver si te engancha.
Y yo tambien me quiero quedar en tu blog, pero no me deja Blogger. Vamos, que no me deja utilizar mi "nom de plume".
Besotes
Acabo de descubrir el diario de un aburrido que sabe elegir lecturas, comer bien, viajar y disfrutar del ocio... me quedo por aquí, un saludo!
RépondreSupprimerGracis por tu visita y tu comentario, kabu. Siéntete aquí como en casa. Un abrazote
SupprimerRecuerdo haber leído a los 15 años ," Monsieur, El Príncipe de Las Tinieblas " y me encantó. El cuarteto quedé en conseguirlo y pasó. Gracias a tí trataré de conseguirlo por estos lares.
RépondreSupprimerSusana de Argentina
Susana, gracias por tu comentario. Te diré la verdad, yo el que tengo pendiente es el quinteto de Avignon, pero es verdad, tengo que lanzarme a conseguirlo.
SupprimerHola Sorokin, me encanta tu blog
RépondreSupprimerHace tiempo leí Mi familia y otros animales y ayer mismo acabé El jardín de los dioses, son una delicia y ponen de muy buen humor, por eso tengo hace tiempo ganas de leer algo de "Larry" , y con tus entradas sobre El cuarteto de Alejandría ahora mucho más, así que con renovados bríos me pondré a buscarlo.
RépondreSupprimerY me encanta la comida india, indostaní, hindú, en fin....esa
Gracias, Karen, me alegra que te guste el blog. Pero, en fin, Larry es mucho más serio que su hermano, aunque estoy seguro que te gustará. Prueba a empezar con Justine y ya me contarás.
Supprimer"justine" y "clea" son muy interesantes El estilo a veces puede ser un poco demasiado barroco o manierista, valga la redundancia, pero aun asi esta muy bien Hay pensamientos muy inteligentes y una muy buena transmision de las sensaciones
RépondreSupprimerGracias por el comentario, Anónimo. Estoy totalmente de acuerdo contigo
SupprimerMe divierto muchísimo y aprendo también muchísimo.
RépondreSupprimerPor ventura hay libros, autores y obras a montones para descubrir pero y por SUERTE hay un solo y magnífico SOROKIN que nos lo enseñe😅
Mil gracias y un abrazobuho!!!
Muchas gracias, querida Buha, por tus elogiásticos (no sé si existe tal palabra, pero me gusta) comentarios, que me sonrojan de placer, hasta tal punto que los coches se paran en mi calle creyendo que mi cara es un semáforo en rojo.
SupprimerAbrazos sorokinescos