samedi 24 septembre 2016

Québec (2). La fascinante ciudad de Québec


Queridos amigos y amables lectores, voy a seguir con el rollo que empecé el otro día hablando de las ballenas de Tadoussac. Como dije, empecé al revés, contando el último acto de mi corto viaje a Québec (utilizo la ortografía francesa, porque soy un poco soplagaitas, pero se pronuncia QueBEC, con acento en la última sílaba. No me deis las gracias, uno es así). Pues bien, yendo por orden inverso, hoy os voy a contar mis aventuras en la ciudad de Québec. Como sabéis, una cosa es la región autónoma y otra la capital, pero se llaman igual. Vamos, como Albacete y su provincia, para que nos entendamos. La región de Québec, es francófona. Su historia comenzó en el siglo XVI, cuando Francisco I, rey de Francia, mandó a sus exploradores a ver si pillaba algo en América, como los ingleses y, por supuesto, los españoles que eran los amos del cotarro. Tras varias vicisitudes, los franceses crearon la llamada "nueva Francia", en continua pelea con los nativos hurones y algonquinos. No se colonizaron tierras, los franceses se dedicaron al comercio de pieles de castor y a pescar bacalao. Total, que los colonos ingleses, que eran muchos más, acabaron derrotándolos en una batalla que todavía se recuerda. Para más información, podéis pinchar aquí (en francés).

Vuestro seguro servidor y compañía llegamos desde Sherbrooke montados en nuestro dragón Fafner (le puse el nombre en homenaje a Julio Cortázar y sus "autonautas de la cosmopista") (1).



Llegamos bastante tarde y nos precipitamos al hotel, que tenía una magnífica piscina:



Pero, una vez bañados a toda velocidad, y sin escuchar los cantos de sirena que nos pedían seguir  en ese agradable charco (a pesar de los gritos de los numerosos niños que ahí se remojaban), nos lanzamos a conocer el centro de la ciudad.

Fascinante ciudad. Llena de vida, de ambiente, de gente de todas procedencias, de turistas de todo pelaje:







En la ciudad de Québec, por todas partes hay espectáculos de calle, titiriteros, cantantes:


cosa que está totalmente institucionalizada y favorecida:



Para completar ese ambiente bohemio y artista, hay un montón de calles llenas de pinturas:




Y, por supuesto, un montón de galerías de arte:





El centro de la ciudad tiene dos partes bien definidas, el viejo Québec, que está en lo alto de un cerro que domina el puerto y en el cual está el Chateau Frontenac, el símbolo de la ciudad que os he puesto en el encabezamiento del blog, y el puerto, el viejo puerto. Se puede ir a pié, por supuesto, entre los dos barrios, pero lo más cómodo es subirse al funicular. Aparte, se disfruta de unas vistas extraordinarias:



 Bajando en el funicular. Al fondo, el río San Lorenzo y el pueblo de Lévis, en la otra orilla


Todo Québec tiene un aire profundamente europeo, pero el Vieux Port es especialmente francés. Vamos, que os dejan aquí y si no fuera por el Château Frontenac que está en segundo plano, podríais pensar que estáis en Normandía o en Bretaña.



Cualquier callecita está llena de bares, de tiendas de recuerdos (eso es lo malo de la marejada turística):


Algunos bistrots en rincones del barrio son totalmente evocadores:




Y, por supuesto, como en toda zona turística del mundo entero, no podía faltar una referencia a Ibiza:




En resumen, una ciudad fascinante, la más francesa de toda América del norte. Si algo se le puede reprochar es que hay demasiados turistas, que es una especie de parque temático, pero es muy agradable, por lo menos en esta época del año. No sé cómo será cuando vengan las nieves, que vendrán.

Para terminar este post, os voy a recomendar un par de restaurantes. Uno en la ciudad alta, y otro en el puerto.

El 1640 está al lado de la plaza de armas, enfrente del Château Frontenac. Cualquiera diría que eso lo que va a dar es mala comida para turistas. Pues no. Está muy bien.


En nuestro caso, cayeron un rodaballo con salsa de papaya, excelente:


Y un tataki de atún a la oriental, con su ensaladita y sus granitos de sésamo. Recomendable:


El segundo, "Café du monde", tiene más "cachet". Está en el Vieux port: Ahí no va la barahúnda turística. Van los conocedores (oye, yo me enteré por el trip advisor, no pretendo ser un experto en Québec):


No es barato, no, pero, claro, si vas a por los pescados del día, es el riesgo que corres. Comimos un "vivaneau" sin saber lo que era, pero estaba tierno, fresco y sabroso. Luego me he enterado que un vivaneau es lo que se llama en español "pargo". Ni lo sabía yo ni lo sabía mi compañía francófona.



En cambio, un bloque de Fletan (¿os acordáis de la guerra por el fletan entre los pesqueros vascos y los canadienses allá por los años 90 del siglo pasado?)




estaba bastante fibroso. Demasiado hecho, pero el sitio vale la pena. Ojo, que si vais con alguien que tiene aspecto de ser menor, os van a poner pegas para darle una cervezota.


Pero en fin, ahí está el tema, que vuestro bloguero lo pasó mu bien, que Québec es una ciudad con un ambientazo monstruo. La próxima vez, os hablaré del resto del viaje. Vamos, si me lo aguantáis, que soy consciente de que soy bastante plasta.

Besotes, anyway

(1) Cortázar a su vez, había llamado "fafner" a su combi en homenaje al dragón del Anillo de los Nibelungos

21 commentaires:

  1. Qué bonitas las casas que parecen normandas... Yo quiero vivir en una casa así. Y soy muy fan de tu hotel con piscina, aunque menos de las columnas que la rodeaban, qué horterada más grande.
    Y del tataki de atún, mejor ni hablo, porque yo podría alimentarme a base de atún rojo, chocolate y queso.

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    1. Lo de las columnas es influencia centroeuropea. La más famosa piscina de hotel con columnas es la del Hotel Gällert de Budapest. No sé si viste una peli que se llamaba "Trotta". Ahí sale la piscina del Gällert.
      Tu dieta ideal está muy bien. Yo solo le añadiría unas lentejas estofadas. :)

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  2. As in the last two years, made reservations to spend una noche vieja quebecquoise (29/12-1/1) just the other night. Fabulous in winter, they do winter very well (and as in Spain the main group of tourists are relatives or natives returning for the holidays so people you can work with, as Margaret Thatcher would say). We always pass New Year's Eve at Le Veau d'Or on St. Jean. Ate very well on set menu which amounted to $70 for the two including house bottle of excellent red wine. Met gay couple at next table who took us around to some local spots where we were able to enjoy local music, company. Estupendo todo. Did you have an opportunity to visit J.A. Moisin on the same street? Hopefully so. Oldest epicerie in America. I realize this is like saying "the third tallest man in Japan" to a European, but for us it is notable. Have been to 1640 a few times. Have had mixed results, but yes, charming location. I have been in spring and in winter, give me winter. Next time try winter. Dog sledding! Ice hotels! Maple shacks! Who could ask for more???

    xx

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    1. That must be fabulous, a noche vieja quebecoise, with all dog sledding going forth and back in the streets of Québec, from a cabane à sucre to an igloo and so on. I think I will rather be in Manilva. No dog sledding, but many espetones de sardinas, which is not bad either. Really, I should have consulted you before going to Quebec. I did not know that you have the oldest epicerie in America (I have a doubt, when you say "in America" you refer -as all your compatriots- to the USA?, because I am almost sure that in Cuba, before the French arrived to Quebec there was épiceries and food stores and things like that) :)
      Anyway, thanks for your advice. I do not know if I would have the opportunity to visit Quebec again, but be sure that I will go to le Veau d'Or and to J.A.Moisin if I do.

      Big kisses

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  3. Preciosidad de ciudad! Pendiente estaré de tu próxima entrada, para que sigas poniéndome los dientes largos...
    Besotes!!!

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    1. Pues sí, Margari, Québec es una ciudad con una calidad de vida, un ambientazo y unas gentes magníficos. De hecho es una ciudad para vivir. Por lo menos en verano. No sé yo cuando lleguen las nieves.
      Besazos

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  4. Me encantan las ciudades y lugares con ambientes bohemios y artísticos, aunque las riadas de turistas me echa bastante para atrás. pero a veces son inevitables. Lo del bistrot me ha recordado al libro que leí no hace demasiado "UNA REVELACIÓN BRUTAL" de Louise Penny ambientado en Three Pines, una pequeña población de Quebec.
    Continuaré siguiendo de cerca tus andanzas
    Besos

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    1. Naturalmente, me he precipitado a Internet para buscar "Three Pines". Parece que es un sitio imaginario, algo así como el "Macondo" de García Márquez, pero que está situado en lo que llaman "los cantones del Este", es decir una zona al este de Montréal hasta la frontera con los USA. Pero, en fin, voy a buscar los libros de Louise Penny. Me interesa.
      Besotes

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  5. Madre mía, lo que me gustaría a mi Quebec, estoy segura. Ya me dejaste impactada con las ballenas y ahora, imagino ese ambiente bohemio y los artistas y titiriteros por la calle, el ambiente que relatas, todo me parece tan atractivo, que pienso apuntarme este lugar como sitio a visitar en cuanto pueda.
    Solía leer a una bloguera de Quebec, que contaba sobre sus paisajes, su clima y sus animalitos cotidianos, todo relatado desde su cocina y disfrutaba mucho, créeme, imaginando vivir en un sitio así. Incluso el invierno me parecía precioso.
    Ahora ya está decidido, tengo que ir y creo que para la excursión a las ballenas, elegiré la zodiac jajaja.
    Gracias por llevarnos un poquito de viaje, compartiendo con tan buenos relatos tus peripecias por el mundo.
    Un abrazo.


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    1. Segurísimo, Viena, segurísimo que te iba a encantar. No sé desde España, pero desde aquí y, por supuesto desde Francia, hay un montón de vuelos a buen precio a Montréal. Claro, que para ellos es un poco como América latina para nosotros. Todo el mundo tiene parientes por allí. Y es muy agradable, es vivible. Como decía un dibujo el otro día: una niña preguntaba a su madre, ¿Qué es un canadiense, mamá? y la respuesta: es como un estadounidense sin armas y con un seguro de enfermedad incluido para todos. Pues eso. Y esperemos que dure.
      Desde luego, si te atreves con una zodiac, es el mejor modo de ver las ballenas, a su nivel.
      Abrazotes

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  6. Hermosos lugares con su encanto artístico! Muy bellas fotografías. Espero poder viajar algún día hasta allá y poder conocer.

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    1. Me alegra que te hayan gustado los lugares y las fotografías, Julieta. Gracias por la visita y el comentario.

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  7. Qué ganas tengo de conocer Canadá y en especial esta ciudad. Me gusta el ambiente que describes. En cuanto a los pescados demasiado hechos, creo que es algo que se da en casi todo el mundo excepto en España, yo eso lo tengo clarito, jajaja. Qué maravilla.
    Saludos

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    1. Pues estoy seguro, Claudia, que desde Francia debe haber un montón de vuelos de bajo coste a Montréal. Para los franceses, Québec es como algo suyo, así es que anímate. Seguro que no te va a decepcionar.
      Y lo del pescado muy hecho, es cierto. Una vez, en Chez Paul, en el viejo puerto de Marsella pedí una lubina que yo había visto nadar en una de esas piscinas que tienen algunos restaurantes franceses. Dije "¡esa!" la sacaron y me la sirvieron a la brasa. Bueno, pues estaba más fibrosa que un serón de esparto. Eso sí, con hierbas aromáticas y tal y a un precio descomunal.
      Nunca máis,
      Saluditos

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  8. Multicultural, multilingüe, multigastronómico. Buen viaje, seguro que si.
    A seguir disfrutando.
    Yo a lo mío, muy monotemático. Preparando maletas. Me repito mucho en mi destino. Mis raíces.

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    1. ¡Celtiberus, celtiberus! desde San Juan, estás a no más de tres horas de Canadá, así que, venga con ello y vaya su merced a airearse un poco, que las raíces están bien, pero mucho y muy seguido pueden acabar cansando, Y lo digo yo, que no sé cuales son mis raices: ¿la llanura manchega? ¿los montes del Asón vistos desde la bahía? ¿el Madrid de los Austrias?

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  9. ¿Habrá algún sitio en el mundo en el que no haya un restaurante, una tienda, una calle o un bar llamados 'Ibiza'? Ainssss... En fin, que me ha encantado Quebec, aunque prefiero las ballenas (soy más de mar que las medusas), sobre todo esas callecitas estrechas flanqueadas por edificios de piedra. Sobre el pescado... Si me lo han pasado, lo devuelvo. Ahí soy un poco bastante malcriada.

    Besines

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    1. El tema del pescado, Dorothy, para mí es bastante peliagudo. Porque ¿cómo sé yo que la manera guay de prepararlo en un país que no conozco es así, muy hecho? Hay gente, por ejemplo, que si ven un manchita leve de color rojo al lado de la espina, lo devuelven y piden que se lo pasen más. Pero sí, el ladrillo de fletán estaba como para devolverlo. Una pena, en un sitio tan agradable.
      Besazos

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  10. Sí, sí, sigue! yo te aguanto!
    Saludos

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  11. Sí, sí, sigue! yo te aguanto!
    Saludos

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