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EL SOL QUE FUNCIONA AL REVES (O COMO TOMAR UNA CAIPIRINHA A LA SOMBRA) - SALVAMENTO DE PALOMAS COJAS - COMO SACARLE TREINTA REALES A LOS PARDILLOS - PERO... RELAJENSE, POR FAVOR, RELAJENSE.
Mis queridos comensales, colegas, compañeros y/o desocupados lectores en general. Se me está acumulando el trabajo. Todavía no he contado ni la cuarta parte de cosas con las que tenía que golpear vuestros atentos cerebros (oye, y si no estáis atentos, pues ustedes veréis, vosotros se lo pierden),sobre México y Brasil, cuando tengo que salir para Argentina. Así es que, se me apareció un zumbido en sueños y me chirrió: pooooonte laas piiiiilas, Sorokin, espabiiiiiila. y yo, como no quiero malos rollos con los zumbidos nocturnos, me he puesto a currar hoy mismo, desoyendo el sabio consejo que dice: "no hagas hoy lo que puedas dejar para mañana".
Así es que voy a contaros cuatro cosas vitales para sobrevivir en Copacabana. Como veis en la foto de cabecera, todo no es un camino de rosas: mirad, mirad, las negras nubes que cubren el cielo. Pero en fin, a veces sale el sol. Y ahí quería llegar yo, mira tú. Resulta que el sol, en Rio (y es de suponer que en todo el hemisferio Sur, aunque como no he estado en más sitios no lo puedo jurar, ya os diré cuando vuelva de Buenos Aires) hace su recorrido diurno al revés. Yessir, al revés: de derecha a izquierda del observador, no de izquierda a derecha como estamos acostumbrados. Es vital saber esto para saber cómo posicionarse en una sombrilla, sobre todo los heliófobos como menda, a los que nos gusta la sombrita y dejamos el sol para los guiris. Bueno, veamos, que no es el sol el que se mueve, no me toméis por la santa Inquisición juzgando a Galileo: me refiero el recorrido aparente, claro. Como en todas partes, el sol sale por el Este, pero hace su recorrido aparente por el norte:
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O sea, que un observador imparcial, con una caipirinha en la mano, lo ve moverse de derecha a izquierda. Detalle de la caipirinha:
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Bien, supongo que ya os ha quedado claro, mis queridos taruguillos, así es que ya os podéis dedicar a relajaros, como los bañistas de la foto:
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Servidor y sus colegas preferimos relajarnos, como ya he dicho, bajo una sombrilla con una caipirinha al alcance de la mano. Y, mientras estábamos en tan comprometida situación, acercósenos una paloma cojeando. ¡Pobre paloma!, exclamaron nuestros sensibles corazones. Y, de pronto, de la mesa de al lado, se levantaron dos garotas, (una más garota que la otra), con una tijeras en la mano y se pusieron a perseguir al pobre animal. El horror nos hizo estremecernos... ¿qué van a hacer, por Tutatis, qué van a hacerle al pobre bicho? Por fin, la capturaron, y con las tijeras, lo que hicieron fue cortar un hilo que se le había enredado en una pata, con lo que el pichón se puso a caminar como si tal cosa. Naturalmente, prorrumpimos en aplausos:
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Eso podía habernos alegrado ya todo el día, pero, pardiez, todavìa me esperaba una sorpresa. Durante todo el día nos habían acosado limpiabotas de ocasión, ofreciendo sus servicios. Servidor, los despachaba a todos con un "a mí me gustan así, polvorientos". Pero, hete aquí, que paseando entre la gente, se me acerca uno de ellos, me señala mi zapato derecho con insistencia: lo miro, y una sospechosa masa de color marrón lo cubría casi por entero. Merde!, exclamé (nunca mejor dicho), cuándo y como me habían proyectado tal cosa en mi calzado... en estas, el hombre ya me estaba limpiando el zapato con agua y jabón que tenía preparados. Cuando le quise dar cinco reales (dos euros), dijo que nanay, que eran treinta reales, mientras aparecían otros dos limpiabotas más diciendo que sí, que sí, que eran treinta reales. En fin, se los dí, porque estaban en mayoría y oye, mas vale treinta reales menos que que te lleven la cartera completa.
La verdad es que debía ser de los únicos que llevaban zapatos. Por eso la gente se pasea en chanclas, como puede verse:
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Pero vaya, pelillos a la mar. Desde ahora me miraré la punta de los zapatos en continuo, no sea que la costumbre se generalice. Y nada, si vais a Copacabana, relajaos, y, si acaso, tomaros una cervezota como estos amigos que aparecen aquí disfrutando de un día de fiesta.
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Vale, ya paro de escribir, que ya estuvo suave de daros la brasa. ¡Qué buena audiencia sois! ¡no me habéis interrumpido ni una vez! ¿Alguna pregunta?
Venga, besazos