samedi 29 novembre 2008
El espíritu de Viena
Sé, ilusionados lectores, que estábais ansiosos por alegraros la existencia con una nueva entrega de este bodrio. Hasta sé de algunos (lo sé por procedimientos extra-bloguísticos) que no podían conciliar el sueño sin tener al alcance de sus ojos una explicación de qué sucedió en Viena la semana pasada. El gran Sorokin ha decidido rizar el rizo, y no sólo regalar vuestros ojos, sino incluso vuestras orejas con los sonidos que andan sueltos por la calle de tan renombrada ciudad.
Sí, queridos amigotes (o enemigotes que alguno habrá) uno, que ha recorrido algún que otro pueblo, villorrio, aldehuela etc de la geografía del mundo mundial, nunca había visto esto. He visto los típicos indios disfrazados de Sioux y tocando "El Titanic" con la quena, acordeonistas varios masacrando el "Evenu Shalom Alehem", violinistas ejecutando (nunca mejor dicho) las cuatro estaciones de Vivaldi, xilófonos, marimbas, saxofones y hasta una arpista (no una "arpía", ojo) tocando -decentemente por cierto- en la calle Reyes Católicos de Alicante, pero un piano en mitad de la calle, para mí es una novedad.
Ahí os va este aprendiz de video para que podáis verlo ustedes vosotros tembién. Os contaré mas cosas otro día.
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Supongo queridos lectores-auditores que habréis reconocido, a pesar del ruido ambiente y de la indiferencia que muestran algunos pasantes, que lo que aporrea la pianista es la sonata "Waldstein" de LVB. Lo mejor, aunque no se ve bien el este vidio-bodrio hecho con mi chisme de hacer fotos, es la estufita eléctrica que tenía al lado del piano. Oyess, caían como tres graditos en la Kärtner Strasse.
RépondreSupprimer¿Somos todos europeos? yo creo que si, pero diferentes. Mientras en Valencia, ciudad de millón de habitantes, sede de la America´s Cup y la Formula 1, nos siguen visitando los domingos cuadrillas de gitanos con el Casio PT-889, para brindarnos una estupenda serenata a una mano, y sin cabra, que ahora es ilegal, mientras los vecinos les lanzan monedas (no se sabe si como ofrenda a la delicia que les dan a sus oídos o con saña para ver si les dan en el ojo)...en Viena un jovencita oriental pasa la tarde del domingo con su pianito sin pasar frío. Más o menos viene a ser lo mismo. Por cierto ¿que mira el señor de la derecha durante todo el concierto? ¿Es Rainman contando monedas?
RépondreSupprimerMuy agudo su comentario, querido PAU-055, muy agudo. Sus dotes de observación me dejan bastante patidifuso, porque es cierto, hay un extraño elemento que en vez de escuchar embobado la performance de la concertista, no hace mas que mirar al suelo. Tal vez pidiendo perdón al espíritu de Ludwig por el concienzudo asalto que está haciendo la oriental a su obra. En fin la próxima vez me fijaré mejor.
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