Lejos de mi de querer hacerle la competencia a mi admirado "falsarius chef", cuyo blog sigo fielmente (vaya, he querido poneros su dirección aquí, pero he tenido serias complicaciones informáticas: si busco entre los "bookmarks", este espantoso cacharro me cierra esta página, por lo que he renido que abandonar). Bueno, lo buscáis en Google. Pues iba diciendo, que no quiero hacerle le competencia, pero os voy a decir que hice ayer un risotto con vieiras que casi salen todos los vecinos de la escalera con pancartas laudatorias sólo de oler sus vapores. Ahí va:
300 g de blanco de vieira (los compro en el supermercado "Delhaize" de la esquina), una cebolla, un ajo, vino blanco (que no falte, ele, alegría), arroz precocido de ese que viene en sobres, aceite de oliva y mantequilla.
En una sartén (en "un" sartén como dirían mis amigos mexicanos), pongo aceite de oliva y sofrío (no mucho) el ajo machacado y la cebolla picada. Añado las vieiras. Cuando están doradas las saco, vierto un vaso de vino blanco (este era Sauvignon chileno, pero con un Albariño quedaría de escándalo, seguro) y dejo que el vino se evapore removiendo. Después pongo en la sartén el arroz y las vieiras y cuezo como cinco muntos. Lo dejo reposar otros tantos y le añado un taco de mantequilla salada (notad, astutos lectores, que hasta ahora no había añadido sal)
Luego, todo ello despareció alegremente en las profundidades de mi estómago. Un éxito.
Mejor que recetas sería (digo yo) una invitación a degustarla, incluyendo el pasaje, estancia, ropa de invierno y algún dinerillo para gastos misceláneos.
RépondreSupprimerSaludos "jubilado".
Yo también me apunto! ;-)
RépondreSupprimerBueno, bueno, como decía Cantinflas, "no se me arremolinen" que todo se andará, aunque yo creo que es preferible esperar a que el ardiente sol primaveral, que tan generosamente esparce sus rayos por tierras del norte de Europa, haga su aparición. Así nos evitaremos la ropa de invierno.
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