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Hola, queridos amigos, amiguetes, amigotes, ilusionados (o decepcionados) lectores, gente que pasábais por aquí y cualquiera otra tribu urbana que ha tenido la fortuna de caer en este blog. Allá vosotros ustedes si queréis seguir leyendo: "À vos risques et périls" (*), como cuentan que le dijo Sarko a la Bruni cuando ésta le comunicó que esperaban un enfant.
(*) Vosotros corréis el riesgo (NDT)
He pensado que aunque me quedan cosas que contaros de Córcega, voy a parar aquí. Tal vez siga una de estas décadas, pero por el momento "iam faetem" (ya huele), como dice la Biblia en la cosa esa de la resurreción de Lázaro (lo cual no le impidió al Mesías resucitar al tal Lázaro. Como decía aquel predicador: "Y Lázaro se levantó y andó.. ¡ANDUVO, jodido, ANDUVO!, clamaba el público... Bueno, dijo el cura: anduvo jodido unos días, pero luego ANDÓ la mar de bien")
Vale de chistes malos, Sorokin, que te estás desprestigiando delante de tu fiel público. En fin, sólo contaros que iba a hacer una entrada sobre la Córcega playera y marítima, pero me retengo. Solo deciros que vuestro bloguero favorito sufrió un violento ataque de las avispas asesinas en la playa salvaje de Lotu. Playa a la que solo se llega por mar, totalmente desierta salvo por los cuatro turistas y las avispas:
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Los infernales insectos la tomaron conmigo. No sé si por la colonia con olor a hoja de tomate, o por el traje de baño adornado con motivos florales. En fin, de ahora en adelante, he condenado ese traje de baño al ostracismo. He dicho.
Y bien, voy al tema: el último libro de Michel Houellebecq: "La carte et le territoire" (el mapa y el territorio, que hay que treducíroslo todo, taruguillos). No creo que se me pueda acusar de ser un adicto a Houellebecq, como ya os conté en otro post de hace un par de años. Verdaderamente, "La possibilité d'une île" era como para tirase por el balcón. En fin, os refiero a mi post de 2009. Después leí "Les particules elementaires" y me quedé con la misma sensación de depresión. La verdad, es que no tiene buena pinta el monsieur Michel: se le ve algo cansado:
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Pero "La carte et le territoire" me ha gustado. Y, sorprendentemente, no es deprimente (un poco "gore" sí, faltaría más). No os voy a contar el argumento, porque hay algunas sorpresas interesantes en su desarrollo. El libro tiene dos partes bien diferenciadas. La primera cuenta la vida y milagros de un artista fotógrafo y pintor. Está salpimentada de publicidad encubierta (a Houellebecq no le duele hablar con pelos y señales del supermercado de su calle -con su nombre-, de una marca de coches con todo y descripciones detalladas, de técnicas fotográficas, de la guía Michelin -convertida en protagonista-, etc). El autor aparece en "mise en abîme", como si fuera un personaje secundario en la novela ( Javier Cercas, por ejemplo usa la misma técnica en "Soldados de Salamina"). Lo interesante es que se pone a parir a sí mismo: borracho, gruñón, solitario...
De la segunda parte no os voy a hablar, porque os despanzurro la novela. Básteme deciros que es altamente original en su concepción. Ello sí, siempre hay cuñas publicitarias sobre objetos, cosas, etc, pero eso es lo que confiere al libro una cierta unidad. No sé, creo que os gustará, aunque solo sea como catálogo de productos de consumo (es broma. Michel, no te enfades)
Vale. Por hoy, ya estuvo suave. Un besazo a todos.