mercredi 5 octobre 2011
Córcega (1), Rayos, truenos, salmonetes y viñedos
Hola, buenas noches, queridos amigos, contertulios, colegas y otras gentes que andáis por ahí, por esos mundos del señor (ya veremos de que señor). Ya sé que estábais todos preguntándoos: ¿donde leñes anda Sorokin, que nos tiene más o menos tranquilos, sin darnos la brasa en los últimos días?. Pues nada, aquí estoy, así es que paciencia, que vuelvo al ataque. He estado en Córcega, disfrutando de unas merecidas vacaciones, que todo no va a ser ir a trabajar a Copacabana, a Buenos Aires, o a otros sitios de ese jaez. Total, como digo, que he vuelto de Córcega (por si no lo sabéis, es una isla en el Mediterráneo, no una calle de Barcelona). Córcega me recibió a golpe de truenos y centellas, como más o menos puede verse en este pseudo-vídeo:
Luego se tranquilizó, declarando un estado de soleamiento permanente. Si vuestro bloguero predilecto se pusiera en plan "cursilerías buendioseras", como podría decir Michel Houellebecq, os diría que la divinidad protectora de la isla quiso mostrarme su lado fiero para luego abrirme su corazón lleno de amor (por favor, música de Richard Clayderman). En fin, qué diablos, si los franceses son tan cursis como para llamar a Córcega "l'Ile de beauté", no sé porqué yo, un miserable manchego, me iba a reprimir. En fin, a lo que vamos, que se me va el santo al cielo. Yo ya conocía Córcega. Estuve pegándome una sesión de recorrido a velocidad supersónica hace unos años, así que esta vez me dije, "tranquilo, Sorokin" y me lo tomé con más calma.
Pero sí, es una isla bella, y sus gentes son duras pero amables. Un poco agresivas en las formas, como se ve en esta pegatina que ponen en sus coches:
Un tanto contradictorios a veces:
Pero siempre correctos con el forastero. Ya os contaré más cosas en otro post, porque como decía el clásico, lo bueno, si breve, dos veces breve (¿o no era así?). Hoy, me voy a limitar a hablaros de ¡Oh yes!, de viiino y de viñedosssss. Una sorpresa agradable, pardiez. Los vinos corsos, los que se beben en Córcega, son extraordinarios, pero ahí se quedan: esa gente se bebe toda su producción y exportan los vinillos de chichinabo.
Si pasáis por la zona este de la isla y paráis en Aleria, no dejeis de visitar una tienda de productos corsos: Mavela. Allí nos dieron todos los consejos necesarios para distinguir un vino de un caracol, por ejemplo.
Además de vino, tiene otras cosas, como unos simpáticos salchichones de burro:
No os pasméis, rediez, que sí, que son de burro y, de verdad, saben diferente. Yo ya había probado hace años, en Italia, la carne de burro (¿será por eso que...?). En fin, que están buenos. Eso sí, lo probé, y a otra cosa. Bueno, volvamos a los vinos. Los más conocidos son los de Patrimonio, al norte, cerca de St Florent. De Patrimonio nos recomendaron dos vinos:
Y de Ajaccio, uno:
Oyessss, buenísimos. No comparables a nada. Por el color y la apariencia, semejantes al Borgoña, pero por el sabor, no. Afrutados, con sabor a violeta, a fresas y a frambuesa. No se me ocurre compararlos a ningún vino que yo conozca.
La decepción, en cambio, fué el tema peces. Vuestro seguro servidor, que es un depredador de casi todos los pescados, se quedó con casi un palmo de narices.
Como se aprecia, la última vez que aquí el amigo vendió pescado debió ser cuando Córcega era todavía italiana (y de eso hablaremos otro día, os lo prometo)
En fin, en un supermercado de la zona encontré el pez que está en sazón: el salmonete. Delicioso bicho que la divinidad (vuelven las cursilerías buendioseras) ha puesto en las aguas mediterráneas para que los que empezamos a cansarnos de doraditas de piscifactorías nos relamamos con fruición
Vale, se acabó el rollo, mis amigos. Podéis iros a dormir, que ya estuvo suave. Ya seguiré otro día.
Un besazo
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Como siempre, me hacer arrancar alguna carcajada, sobre todo con la foto en la que se muestra el espíritu contradictorio de los corsos.
RépondreSupprimerLo de los vinos, ¡pardiez! (como vuesa mereced diría), qué buenas noticias corren por este lado del mundo, ya segrego jugos de imaginarme ese sabor afrutado que dices.
Saludos
No sé por donde empezar, es demasiada información por asimilar, el salchichón de burro, la tormenta, esa oficina de cambio sin cambio, el blanco piano de Richard Clayderman, el seudoterrorista de la pegatina de la bandera europea... Necesito un buen trago de alguno de esos vinos!
RépondreSupprimerSaludos Monsieur, que los dioses le mantengan esa agudeza visual por muchos años.
Ya te echábamos de menos por estos lugares... he leído la entrada tangencialmente (que es una forma tonta de decir rápido y sin enterarme mucho).
RépondreSupprimerAhora estoy cerrando un número de la revista especial, pero volveré sobre mis pasos.
Hola Claudia. Pues sí, los vinos corsos son muy buenos, pero ¡ojo! no todos. Ayer me dejé llevar por la nostalgia corsa y fuí a la supertienda de vinos de lujo que hay al lado de mi casa. La madame (sin connotaciones peyorativo-burdelescas) me recomendó uno que -según ella- era mejor que los que yo le conté. Tururú. Tururú y tururú. Para empezar, el tapón no era de corcho, sino de esa cosa sintética que hacen ahora. Tras los primeros sorbos, lo tuve que meter en la nevera, para podérmelo tragar. Y digo tragar, no degustar. Una lástima.
RépondreSupprimerUn saludo
Tiene razón, Madame Delikat. Hay demasiada información por metro cuadrado en esta última entrada. Es que, me pongo, me pongo y no veo la forma de parar. Mis deditos se animan solos, mi caletre les dicta tontuna tras tontuna y ellos ¡hala! siguen llenando líneas y líneas.
RépondreSupprimerEn fin, prometo ser más breve en el futuro.
Saludotes
Hola Oteador. Ya me darás la referencia del número de la revista, que a mí eso de leer escritos de los amigos me mola.
RépondreSupprimerHola Sorokin, de veras que se te echaba de menos por estos lares virtuales. Ya me preguntaba yo en qué nueva aventura andaríais, qué valija de viaje estaríais reclamando, y he aquí que apareces galleggiando (lo siento que me viene a la cabeza sólo el término italiano)la tormenta corsa con una copa de vino en una mano y un salchichón de burro en la otra.
RépondreSupprimerMuy divertida anécdota, e informativa como siempre.
Pues no voy a tener más remedio que repetirme Monsieur, porque andaba yo reponiéndome del salchichón de burro, de los pseudos que nos ha puesto, de la consulta a la wiki... Porque oiga, yo de ese surtido variado que tiene usted de lectores, soy de las taruguillas que muchas veces refiere, y claro, con tal despliegue de información, como dice Madame Delikat, a veces, yo confieso, tengo que irme a la wiki para saber de qué demonios está usted hablando. En fin, suma y sigue, decía que estaba ranqueando y levantándome, haciendo malabares para no caer (y no en el aburrimiento, sino en la deshonra de los tarugos), cuando va usted y me cambia la foto de cabecera, y ahí ya, me remató.
RépondreSupprimerUn beso, pero solo porque se trata de usted, que si no...
Hola Violeta.
RépondreSupprimerPues sí, esa es la verdad, estaba en Córcega disfrutando de los productos naturales de la isla, como los truenos, el salchichón de burro y el vino. Es cierto que de todo eso hay en otros sitios, pero, vamos, los de allá me han complacido mucho (bueno, los truenos no tanto)
Saludos
Viena, pero ¿cómo?, ¿has tenido que ir a la Wiki? Pues no veas como lo siento... no será para buscar "salmonetes", "salchichón" o "Córcega"... pero en fin, acepto la crítica que me llega de todas partes... San Vicente, Sevilla...
RépondreSupprimerLa próxima vez seré mas breve y... tal vez ponga un "dramatis personae" al empezar. Por ejemplo:
CORCEGA: Isla del Mediterráneo situada como por encima de Cerdeña y tal.
VINO: Producto extraido del mosto de uva fermentado. Se menciona en canciones folclóricas populares como "El vino que vende Asunción", etc. Lo inventó un tal Noé.
BURRO: mamífero cusdrúpedo, etc, etc...
Y así.
Lo del cambio de foto de cabecera ha sido porque hemos cambiado de estación, no por fastidiar. ;-))))
Y vale, un beso, aunque el tuyo sea reticente.
Me he tomado un respiro para ver cómo te ha ido por la belicosa Córcega. Un pueblo con mucho temperamento (como los bretones), pero como tu dices: …pero amables. Y en el tema se demuestra su carácter: se beben el bueno y exportan el peleón. No como otros (y en este caso me centro en los cítricos) que exportan los buenos y aquí nos quedamos con el “rebuig”.
RépondreSupprimer¡Bueno!, con lo de los vinos me has puesto los dientes más que largos… ya me han entrado ganas de darme una vuelta por la francesa (sic) Córcega y, de paso, parar en Cerdeña.
Te dejo el enlace a la revista, muy recomendable de leer cuando se padece insomnio:
http://www.phytoma.com/
Hola de nuevo, Oteador. He estado echando un ojo a tu revista. Me he sorprendido, porque a pesar de estar en Bruselas, no sabía que había una propuesta de reforma de la PAC en el aire. Interesante asunto que nos afecta a todos. Voy a ver si lo sigo de cerca aunque no sea mi rollo.
RépondreSupprimerNo dejes de visitar Córcega si tienes ocasión. Y en cuanto a Cerdeña, la tengo en mi lista de faltas. Junto con Chipre, son las dos grandes islas del Mediterráneo en las que no he estado.
Saludos