Amsterdam, queridos amigos, es la ciudad de las bicicletas. Bueno, no solo de las bicis, como ya os contaré si tenéis la extraordinaria paciencia de aguantar mis sinsorgadas, como dicen en Bilbao (NOTA: una sinsorgada es una sosería, propia de un sinsorgo, o sea, un soso. Es que servidor también ha vivido en Bilbao, como decía mi amigo Joan Benlloch: ¿y tú, dónde no has vivido?).
Bueno, sigo, que se me va la olla. Pues decía, que Amsterdam es la ciudad de las bicicletas. Se me ocurren varias razones, como que no tiene una
Vuestro bloguero se fue a pasar un fin de semana largo a esquivar bicicletas. Reservé un hotel al ladito de la estación (porque me fui en tren). El Ibis, que como veis aquí, está en pleno centro de Amsterdam, enfrente justo de donde salen los barquitos que dan paseos por los canales:
El problema, es que si por un lado da al canal, por otro da a la estación:
Pero bueno, las ventanas estaban bastante bien aisladas y los trenes no molestaron mucho. Si vais en tren, os lo recomiendo.
La primera impresión de Amsterdam (aunque para mí no es la primera, que ya he estado más veces), son las bicicletas y los canales.
Bicicletas, bicicletas, bicicletas:
Justamente, enfrente de la estación central, hay un aparcamiento de bicicletas impresionante:
En las calles más recónditas, bicicletas:
Otra cosa que resalta en Amsterdam, es el pestazo que hay a Hashish por las calles, vamos, que si no estás acostumbrado, te puede poner viendo chirivitas saltando por los prados, mientras Heidi canta "abuelito donde estás, etc".
El hashish se vende en los coffee shops, como este:
Cuidado, colegas, se supone que lo tienes que consumir en el mismo café, aunque de hecho todo el mundo lo fuma por las calles, vayan o no vayan en bicicleta.
Pero no solo de hashish vive el amsterdamense (¿se dice así?), el olor a queso está tambien por todas partes. Las tiendas que venden queso tienen todas las variedades, incluídas las modernotas, como Gouda (pronunciad, "juda", please) con pesto, con cominos, etc etc:
Pero bueno, lo suyo es pasearse por los bordes de los canales (sobre todo si tienes la suerte de que te haga un tiempo fantástico, como me pasó a mí) y tomar algo en las terrazas de los baretos:
Mientras la gente del lugar se pasea con sus barcos:
No os sorprendáis si veis algo así:
Pues sí, es un pisódromo, como los que había en París hace mil años. La verdad es que es un pisódromo machista. A las mesdames (Mevrouwen, en holandés), es obvio que no les vale, vamos, digo yo.
Por la noche, todo se anima, más incluso que a la luz del sol:
Como supongo que ya sabéis, otro de los atractivos típicos de Amsterdam es el llamado "Red Light District", que en castellano de toda la vida se diría "el barrio de las
Si tenéis tiempo, os aconsejo hacer un recorrido en barco por los canales. Los barcos salen de donde os he puesto en la primera foto, enfrente del Hotel Ibis. Lo bueno es que te llevan a ras de agua, con lo que la perspectiva es muy agradable:
Bueno, y antes de cerrar el tenderete, os voy a recomendar un par de sitios (o tres, qué rayos), donde podéis beber y si se tercia, comer.
El primero es "De Haven van Texel", muy cerquita de la estación:
Tienen una magnífica cerveza holandesa, nada que ver con la insípida Heineken;
Desde su ventana se ve el canal, mientras pasan los barquitos:
Se puede comer algo. Como era el mes de Mayo, los espárragos estaban en sazón, así que un servidor comió espárragos. La foto salió mal, rayos. así que no la pongo.
El segundo está algo más lejos, está en la calle Spuis. Se llama Haesje Claes:
Como veis en el mapa, está al lado del Hotel NH, o sea que tiene una variada clientela internacional
Y donde hay japoneses, podéis asegurar que hay buen pescado:
Aunque, una vez más, vuestro bloguero que es un vicioso, comió espárragos. Es que estaban deliciosos.
Y para terminar, el sitio definitivo: el Café Karspershoek, el más antiguo de Amsterdam, donde vuestro bloguero recalaba todas las noches antes de sumergirse en el Hotel:
Un café (se llama "café", pero es más bien una taberna, aunque hay de todo). es de 1606:
Y nada más, amigotes, me voy a cenar. Os envío un saludo desde la plaza del Dam:
Y os dejo con Jacques Brel, el gran Jacques Brel, Cantando "Dans le port d'Amsterdam"
No os voy a poner toda la letra. Me basta con la última estrofa:
Dans le port d'Amsterdam
Y a des marins qui boivent
Et qui boivent et reboivent
Et qui reboivent encore
Ils boivent à la santé
Des putains d'Amsterdam
De Hambourg ou d'ailleurs
Enfin ils boivent aux dames
Qui leur donnent leur joli corps
Qui leur donnent leur vertu
Pour une pièce en or
Et quand ils ont bien bu
Se plantent le nez au ciel
Se mouchent dans les étoiles
Et ils pissent comme je pleure
Sur les femmes infidèles
Dans le port d'Amsterdam
Dans le port d'Amsterdam
Y a des marins qui boivent
Et qui boivent et reboivent
Et qui reboivent encore
Ils boivent à la santé
Des putains d'Amsterdam
De Hambourg ou d'ailleurs
Enfin ils boivent aux dames
Qui leur donnent leur joli corps
Qui leur donnent leur vertu
Pour une pièce en or
Et quand ils ont bien bu
Se plantent le nez au ciel
Se mouchent dans les étoiles
Et ils pissent comme je pleure
Sur les femmes infidèles
Dans le port d'Amsterdam
Dans le port d'Amsterdam
(En el puerto de Amsterdam
hay marinos que beben
y que beben y que vuelven a beber
Beben a la salud
de las putas de Amsterdam
de Hamburgo o de cualquier sitio
Beben a las damas
que les dan su cuerpo
que les dan su virtud
por una moneda de oro
y cuando ya han bebido bastante
miran al cielo
echan los mocos a las estrellas
y mean, como yo lloro
por las mujeres infieles
En el puerto de Amsterdam
En el puerto de Amsterdam)
Pues después de esta magnífica entrada, incluso con recomendaciones y localizaciones, sólo queda sacarse el billete de avión.
RépondreSupprimerMuchísimas gracias.
Pues nada, Tracy, no lo dudes, sácate un billete de avión y a Amsterdam. Mejor ahora en primavera, porque en invierno es una ciudad muy húmeda. Gracias por la visita y el comentario.
SupprimerUn abrazo
Qué bonita es Amsterdam, qué ricos los quesos... aunque me gustaría más con menos bicicletas, ¡son una invasión!
RépondreSupprimerY me encanta eso de la singorgada, te lo copio desde ya.
Ja ja ja, Esti, lo de la sinsorgada es genial. Puedes usarlo sin moderación. Y menos bicicletas en Amsterdam es una entelequia
SupprimerEstuve por esas tierras hace unos años. Debo decir que una escapada que salió un poco mal, así que tengo pendiente regresar para ver si mejora el recuerdo agridulce que me dejó aquella visita. Lo que más me gustó, sin duda, fueron las tiendas de segunda mano. ¡Maldita política de equipaje de mano! Si no hubiera sido por ella habría llegado cargadita de ropa y zapatos de los años 40-50-60. Aún sueño con unos salones azules y una falda a lo 'Grease' que no pude traerme. Y la Casa de Ana Frank, que me dejó muy impresionada. Delf me pareció una maravilla, igual que los arenques de Volendam. Me anoto tus lugares, para el regreso. Sobre todo ese café-taberna tan auténtico.
RépondreSupprimerSaludetes.
Pues si no me lo dices, no me entero. ¿Tiendas de segunda mano? No tenía ni idea. Siento que tu visita no fuera todo lo bien que esperabas. Prueba a volver a ver qué tal (supongo que las tiendas de segunda mano seguirán en su sitio). Yo, fíjate, no conozco tampoco la casa de Ana Frank. Aunque he estado bastantes veces en Amsterdam, nunca se me ha ocurrido ir. Sí he estado en el Rijkmuseum y en el Stedelijk, pero en otras ocasiones. Esta vez hacía tan buen tiempo que no me apeteció meterme en los museos.
SupprimerSaluditos
Bueno, me uno al comentario de monsieur Beloch, ¿dónde no has vivido? Que suerte de clima, apenas si he estado algunas horas en Amsterdam y la recuerdo con menos gente, no me dio tiempo para una caladita pero me di un buen paseo. Apetece visitarla soleada. Saludos
RépondreSupprimerClaudia, tienes que volver. Y esta vez, con más tiempo y si es posible, con sol de primavera o verano. Me encanta lo de la caladita.
SupprimerSaludetes
hola! que hermoso viaje nos depara tu blog, lo haces ameno y muy instructivo , con unas magnificas imagenes! gracias, saludosbuhos.
RépondreSupprimerGracias buhos. Vuestras visitas y comentarios son siempre muy bien recibidos. Me alegro que os haya gustado el viaje
SupprimerSaludos
Tu maleta de viaje no se aburre, no... Otra ciudad que me encantaría visitar. Apunto bien los sitios que señalas.
RépondreSupprimerBesotes!!!
Hola Margari, es que soy como las bicicletas de Amsterdam: si paro me caigo. De verdad, creo que te encantaría, así es que no lo dudes, date un vuelta por Amsterdam cuando tengas ocasión.
SupprimerBesazos
Gracias Sorokin por esa incursión literaria en el corazón de Ámsterdam. Fantásticas fotos. Observo tu predilección por la vida nocturna y bohemia, como debe ser.
RépondreSupprimerAbrazos,
Sebastián
Pues sí, Sebastián, es que de noche se ve todo mejor. Se ve brillar el aura (o la carencia de aura) de las gentes con las que te cruzas. Claro, que hacen falta unas pequeñas dosis del olorcillo que se respira en Amsterdam.
SupprimerUn abrazo
Una gozada leerte, Sorokin. Como siempre.
RépondreSupprimerSe me ha hecho la boca agua cada vez que mencionabas los espárragos. Qué pena que no tengamos por aqui esta cultura esparraguil......... Con el gusto que da ver la variedad de espárragos frescos que se venden en los mercados centroeuropeos......
Aqui nos centramos en los enlatados. Que no están nada mal si son DO Navarra, todo sea dicho de paso.......
Aunque UNA VEZ, una sola, hace poquito, compré espárragos frescos al peso en un mercado de delicatessen. Bueno, bueno........pero qué buenos estaban!!!!!
También me ha alegrado constatar el buen tiempo del que disfrutaste. Realmente veraniego, excepto en la tienda de quesos, donde hay que abrigarse.
Sigue dsfrutando y sigue contándonos!
Besos,
i.
Gracias, Isabel. Como siempre, tus comentarios son muy bien recibidos. Lo de los espárragos tiene su miga (o su fibra) y ahí está todo el problema: hay que pelarlos, Y hay que pelarlos sin que queden fibras sueltas. Los buenos son cuando cortas el espárrago cocido con el cuchillo, en sentido perpendicular a la longitud del bicho, y el corte sale limpio, limpio. Como, sin duda, recuerdas, en Bélgica, los mejores son los de Malinas. En Holanda, no sé, pero estaban deliciosos. Con su salsita holandesa.
Supprimer¿Cuándo vais a venir a dar una vuelta por aquí?
Besos a los dos, a tí y a Sebastián
Ayyyy Amsterdam, ¡que ciudad tan bonita y que recuerdos me trae!! Estuve hace unos cinco añitos o así (puede que algo más). Me llamó mucho la atención el aparcamiento de bicis de enfrente de la estación y que se ve desde la calle. Hicimos una ruta turística por la ciudad con un guía en bicicleta y el típico paseo en barco por los canales. Lo de las bicis es tremendo, impresiona eso de tener que ir esquivándolas y lo de ver a las chicas exhibiéndose en los escaparates y el olorcillo que impregna toda la ciudad. Una ciudad curiosa
RépondreSupprimerBesos
Me alegro que Amsterdam te traiga buenos recuerdos, Marian. Ja ja, y ya veo que te impresionó a ti también el aparcamiento de bicis en la estación. Es verdad que cuando casi te arrollan las bicicletas enloquecidas, a veces se oye una conversación en español entre ciclistas. ¡"Paco, Paco, por donde voy, que me pierdo, etc etc"! pero, en fin, no son los peores, los hispanos son de lo más prudente. Los peores son los gigantones/gigantonas rubios/rubias que, todo lo que hacen es darle al timbre "drrring, drrring" sin mirar a quien machacan.
SupprimerBesotes
Más claro no lo podías haber dicho: "Vuestro bloguero se fue a pasar un fin de semana largo a esquivar bicicletas". Exacto... a esqivar bicicletas.
RépondreSupprimerSon las reinas y dueñas de Amsterdam. Tienen todos los derechos. Y el peatón, lo único que puede hacer, pues es eso... esquivarlas.Porque a la que te descuidas... allí hay una bicicleta, o tres o cientos.
Pero, si logramos sobrevivir a las bicicletas, la ciudad es un encanto que se deja disfrutar.
Es cierto. Vienen de todas partes y despendoladas. Cuando menos te lo esperas, oyes un Rrrrring rinnnng a tu espalda y tienes que dar un espectacular salto para que no te pasen por encima. Además, quedaría ridículo como epitafio: "murió víctima de una bicicleta". Pero sí, aparte de eso es una ciudad magnífica.
SupprimerMonsieur Sorokin qué buen paseo me ha regalado por Amsterdam, ciudad de la que guardo muy pero que muy buenos recuerdos. Y eso a pesar de que es la única ciudad en el mundo en donde me hicieron abrir el bolso para un semi-registro, supongo que por sospechosa, en un supermercado. Jamás me había pasado tal vergüenza, no lo digamos muy fuerte jajaja. Era española y algo hippie, es cierto, pero justo en Amsterdam que me pasara eso...
RépondreSupprimerOtro recuerdo del anecdotario es que pasamos por una calle de comercios en donde se escuchaba a Julio Iglesias jajaja, nosotros que nos sentíamos en el fin del mundo.
Quiero volver, de hecho, mi hija lo ha propuesto como mini vacaciones juntas para este año, así que si voy, me acordaré de ti y visitaré esa taberna-café o viceversa, que me ha molado mucho.
Un abrazo grande.
Viena, no te sientas especialmente agredida porque te hicieran abrir el bolso. No sé en qué año sería, pero la verdad es que hubo un tiempo que el deporte favorito de las españolas en general, era llevarse cosas de las tiendas. Cuando yo vivía en Londres (era mi primer trabajo serio, con veintipocos añitos) tenía una panda con un montón de "au pair" españolas. Bueno, pues organizábamos cenas con todo lo que se habían birlado en los supermercados. Ya sé, dábamos muy mala reputación a los Spanish, pero era casi como un deporte. Lo confieso ahora, que el delito ya ha caducado.
SupprimerY si vas este verano por Amsterdam avisa, aunque yo, seguramente esté por tierras andaluzas
Un gran abrazo
Gracias, siempre muy entretenido y educativo, además que promueve las ganas de viajar. ¿No se anima por usar Facebook?
RépondreSupprimerSaludos desde Perú
Angela
Hola, Angela. Gracias por tu comentario. ¿Tienes una dirección de Facebook? la buscaré.
SupprimerSaludos