dimanche 26 septembre 2010
De tapas por Madrid siguiendo a los blogs amigos
Pues sí queridos amigos, contertulios, colegas, cobradores de la luz, carteros, vendedores de alfombras persas y cualquier otra persona de buen (o mal) gusto que de vez en cuando dedica algunos minutos de su valioso tiempo a leer las pequeñas peripecias que os cuento aquí, sin que me de el mínimo atisbo de vergüenza. Hoy, mientras me calmo del mal humor que me produce que 1) hace un tiempo totalmente podrido en Bruselas, y 2) el disco duro de mi iMac G5 acaba de negarse a seguir trabajando (escribo desde el portátil), os voy a contar que estuve de tapas por Madrid hace una semana. Y no en cualquier sitio. ¡No!. Me dediqué a seguir los consejos de dos de mis blogs amigos.
Lo de ir de tapas (pinchos, botanas, etc) ha pasado ya a ser bastante popular en toda Europa (otra cosa es la calidad de las tapas que te den, por ejemplo, en Rotterdam), pero las mejores las dan al sur de los Pirineos. Total, que esta vez me dije: "Sorokin, siempre vas de tapas a los mismos sitios cuando vas a Madrid. ¿por qué no pruebas los consejos que te dan en tus blogs amigos?" Así es que, me lancé al asunto.
En primer lugar, os confesaré que la foto de cabecera no pertenece a ningún lugar de tapas, sino al restaurante "El pescador" de la calle Lista. Es un señuelo para animaros a entrar en el blog. Astuto ¿eh?. No he ido nunca, pero tiene un aspecto de "tonerre", como dicen en Bélgica (los belgas consideran que "de tonerre" -de trueno- es algo muy bueno, vaya usted a saber por qué)
El primer sitio al que fui, fue "Estado puro", siguiendo las recomendaciones de Claudia Hernández en su blog "Bitácora culinaria":
Es un sitio muy de moda en Madrid. Está en la plaza de Cánovas, nada menos que al lado del Hotel Palace y del Ritz. Sus tapas son lo que podríamos llamar "de diseño". Al fin y al cabo su chef es discípulo de Ferrán Adriá. Yo me lancé sobre una cazoleta de lentejas con foie gras, combinación de sabores sorprendente, pero que cuando le pillas el tranquillo está muy bien. Lástima que para cuando lo entiendes ya se te ha acabado. Las croquetas de jamón, excelentes, me reconciliaron con mis gustos plebeyos. La carta de vinos muy buena. Es un sitio caro, pero, claro, está de moda.
El segundo sitio que fuí (otro día, no me toméis por un Pantagruel de vía estrecha) fue Casa Lucas, una recomendación de Viena en su blog "Sabores de Viena":
Está en la Cava Baja, muy cerquita de la Plaza Mayor, pero no está contaminado por el espíritu comercial de darle a los turistas unos calamares y cobrárselos como si fueran caviar que tienen muchos bares de la zona. Aquí el estilo es diferente del "Estado puro", más asequible para los paladares comunes y, además, las tapas son bastante más voluminosas, lo que es de agradecer si no te quieres ir a dormir con el estómago vacío. Yo, que había comido bastante a mediodía, probé una ensalada de queso de cabra con tomate y casi no puedo terminármela. En resumen, muy bien, y una carta de vinos excelente.
Y, ea, mi fin de semana no me dió para más. La próxima vez seguiré mis investigaciones. Por el momento, la semana que viene me voy a México. Espero hacer nuevas averiguaciones gastronómicas por allá. Ya os contaré
samedi 4 septembre 2010
Honfleur
He pasado unos días (pocos, lo que podríamos llamar un fin de semana largo) en Honfleur, mi rincón preferido de Normandía. Por si acaso no sabéis exactamente donde está (oye, digo "por si acaso", que no os estoy llamando incultos ni nada, queridos lectores, que ya oigo a algunos indignados protestando como "por quién nos has tomado", etc...). Pues digo, que en el caso extraordinariamente improbable que alguno no lo localice exactamente en el mapa, ahí va uno. Ya sé que es un mapa bastante confuso, pero se ve donde está Honfleur:
Como veis, está al ladito de Deauville-Trouville, donde va todo el parisinerío fino (por llamarlos educadamente), pero tiene un estilo totalmente diferente. A Honfleur van "loh artihtah", con un cierto toque contracultural -aunque algunos vayan en su yate-, etc. Para empezar, no tiene un paseo donde se pueden lucir los últimos modelos de coches y eso, a los de Deauville los puede matar de rabia. Honfleur hay que pateárselo. La llaman "la ciudad de los pintores", porque verdaderamente es muy pintoresca.
En el mero centro está "Le vieux basin" (la dársena vieja), que es lo que aparece en la foto de cobertura. Es una dársena, porque en el siglo XVIII, hartos de que cuando subía y bajaba la marea los barcos se quedaban en seco y aquello olía además que apestaba, construyeron una esclusa a la entrada del puerto que mantiene el nivel de la dársena constante. El conjunto de edificios que rodea el "vieux basin" es de lo más auténtico, gracias a que en 1944 se libró de los bombardeos aliados, que se machacaron Caen, Rouen, El Havre y otras ciudades de los alrededores.
Los edificios del lado Oeste de la dársena forman un conjunto totalmente caótico, de casas que se aguantan unas a otras, de diversas alturas y colores:
El lado Este es, en cambio, más armónico. Los edificios son más modernos (salvo la iglesia que se ve en el centro de la foto, que hoy es un museo de la marina):
A mí, ¿qué quréis que os diga? me gusta más el otro lado. Por otra parte, desde el apartamento que alquilé, en pleno lado este, sobre el restaurante "Le Vieux Honfleur" se veía perfectamente bien la animación y la movidilla del Oeste:
No os voy a decir cómo lo conseguí, que luego lo mismo me lo pisáis para la próxima vez, pero, encima no era caro. Bastante más barato que un hotel, y te lo alquilan por fines de semana o por semanas enteras. La ventaja sobre un hotel, además, es que puedes ir a la pescadería, comprarte unas ostras o un rodaballo y una botella de Muscadet-sur-lie, y te los haces tú mismo.
El inconveniente, obvia decirlo, queda muy claro en la foto siguiente:
En cualquier caso, si os ataca violentamente la pereza, que ya sé que fregar la vajilla es una tarea de titanes, Honfleur está lleno de restaurantes, bares, salones de té, brasseries, creperías, confiterías, etc. Mi preferida es "La petite China", un salón de té al lado de la dársena, donde te puedes beber veinte o treinta clases de infusiones, fascinantes pasteles, cafés, sandwiches, etc.
Y, si tenéis suerte y no os llueve mucho, podeis dar una paseo por las galerías de arte de la zona alta, por el museo de pintura impresionista, o, incluso si os gustan los libros, he descubierto una librería de viejo, "Le bouquiniste":
Donde, fijaos, queridos amiguetes, encontré un libro que me compré inmediatamente. Un tratado escolar de Historia de España, de 1923:
Me lo estoy leyendo. Es muy interesante ver cómo se enfocaban hace ochenta años todas las conocidas historias de Viriato, Indíbil y Mandonio, Numancia, etc...
Y vale, os dejo que me estoy poniendo plasta. Otro día os contaré más cosas
"Il peut pleuvoir" Jacques Brel
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