vendredi 25 septembre 2009
Dia europeo de las lenguas extranjeras
Hoy es el día europeo de las lenguas extranjeras. Le he añadido lo de "extranjeras" al anuncio oficial, porque lo de "día europeo de las lenguas", me suena un tanto, ¿qué queréis que os diga?, a día de los lametones o chupeteos... Y entiendo por "extranjeras", las que no son la lengua materna. No le busquéis connotaciones políticas.
Es un tema apasionante, sobre todo para los que vivimos fuera de las fronteras de lo que llaman los catalanes "la pell de brau". Y aquél de vosotros que no haya tenido tropiezos con el tema, que tire el primer diccionario.
¿Cuántas risitas no habreis provocado al decir "je suis constipé", pensando que decíais que estábais acatarrados cuando quiere decir "estreñido"? O aquel otro amigo que pisó sin querer a una señora y le dijo "pardon, madame, je vous ai pisé" , ante el espanto de la buena mujer que movió espasmódicamente los zapatos tratando de sacudirse un imaginario pis. Pues eso.
En fin, para celebrar el día en cuestión, ahí va un vídeo sobre la necesidad en un mundo cada vez más pequeño de hablar y comprender lenguas extranjeras:
Considero ofensivo para sus mercedes explicarles el tema. Por eso, los que lo hayáis entendido, cortad aquí.
Para los zopencos ;-) que no lo habéis comprendido:
Es, sin duda, un novato del servicio de guardacostas alemán. Por el amigable golpe en el hombro que le da su jefe, se deduce que es su primer servicio. En eso, suena la radio, que dice:
"Mayday, mayday, we are SINKING" (nos hundimos)
El novato, confunde sinking con thinking (pensando), y con una angelical sonrisa les pregunta: "What are you THINKING about?"
Bueno, mis disculpas por la explicación. Lo de "zopencos" era una broma, kanieshna.
jeudi 17 septembre 2009
Los deportes de playa
Bueno, pues ya se está terminando el verano (me refiero en el hemisferio norte, queridos amigos del otro hemisferio, ya sé que ustedes recién están entrando en la primavera, así que les propongo que no lean este post hasta el próximo mes de Marzo si son capaces de retenerse). Bien, continúo. Como digo, se termina el verano. La playa es un vago recuerdo en el tiempo y en el espacio, así que he pensado que así, en frío, es el momento de analizar el apasionante asunto de los deportes de playa.
Para empezar, seamos racionales y dividamos la playa en tres partes diversas y diferentes:
Las dos partes fundamentales son, por este orden, el agua y la arena (o playa, propiamente dicha, aunque pueden ser tambien guijarrillos o incluso guijarros no tan "illos"). Si falta alguna de esas dos partes, queridos amigos, convencéos: lo que estáis viendo no es una playa. Puede ser el puerto de Estambul o el Sahara, u otra cosa así, pero que no os engañen, que no os cuenten milongas: eso no son playas. El cielo tambien tiene su importancia, porque si no se le ve podríamos estar, por ejemplo, en una caverna subterránea. Apasionante, pero no es una playa.
El agua es fundamental. Y yendo más allá, podríamos diferenciar dos partes en el agua: la superficie y las profundidades marinas. Como dijo un manchego socarrón, cuando alguien a la vista de un brillante mar, manifestó extasiado que el mar era maravilloso: "¡Y eso que sólo vemos la parte de arriba!". Tal reflexión me lleva a los deportes: los deportes de agua, pueden ser, en la superficie, o en los fondos marinos. En el primer caso, se retoza entre las olas y en el segundo, se pone uno unas gafas, un tubo, unas aletas y (nunca mejor dicho) ¡pelillos a la mar!
A mi me encanta lo de bucear, pero, la verdad es que todavía no he encontrado unas gafas en las que cada cinco minutos no tengas que vaciarles el agua que se acumula y no te deja ver. Debo ser un ceporro. Y lo de morder el tubo tambien tiene su gracia, acaban por dolerte todos los dientes. Pero en fin, es una forma magnífica de pasar el tiempo en la playa.
Los deportes de cielo, ni los voy a mencionar, porque eso de volar con un paracaídas arrastrado por una lancha que anda esquivando piernas de bañistas para no rebanárselas con la hélice, me produce más bien una cierta aversión.
Y llegamos a los deportes de playa, propiamente dichos. ¡Qué partidos de fútbol jugábamos en las playas del Sardinero durante la marea baja! Porque en marea alta no es posible. No se trata de atascarse en la arena, sino de tener una arena lisa y dura y blanda (no es un oxímoron, es la verdad, se entiende que tiene que ser consistente, no tierra). Con balones de plástico, los pies descalzos, las patadas no hacían heridos graves, si te caías no pasaba nada... Además, en el Cantábrico había que sudar un poco antes de entrar en el agua, tan fría, pero tan agradable cuando entrabas tras el ejercicio.
Y eso explica también la forma de jugar a las palas en el norte, tan diferente del Mediterráneo. Las palas eran la opción más lógica en marea alta para entrar en calor antes del baño. En fin, queridos lectores, os dejo juzgar por vosotros mismos. Así se juega en el Sardinero:
Y así en el Mediterráneo;
Oye, yo no digo que sea mejor el uno que el otro. Simplemente son diferentes. Hale, Hasta la próxima.
samedi 5 septembre 2009
La luna llena de ayer
Anoche estaba yo en la terraza de mi mansión, mirando la luna llena que aparecía entre bandadas de nubes llevadas por un viento del carajo. En los jirones de cielo que dejaban las nubes, a veces se podía ver a Júpiter (Por si no os habéis dado cuenta, Júpiter es esa cosa brillante que puede verse en el cielo nocturno cerca de la luna en estas fechas). Magia y tranquilidad. Calma. Agitada calma.
En el interior de la casa, todo estaba en penumbra (no en vano, la Comisión ha prohibido las lámparas incandescentes de 100 vatios). Pensé en ir a dormir. Con una vela en la mano, me aventuré por los pasillos oscuros de la casa. Un pijama (Georgie Dann nunca lo hubiera consentido), y al sobre.
Debían ser como las dos, o tal vez las tres de la mañana. Me desperté, inquieto. Creí oir un sonido, como de cántico. El sonido cambiaba de tono y crecía en intensidad, luego languidecía antes de recomenzar. Mi corazón se puso a latir de una forma bastante desacompasada, druk, druk, drrrudrru, drurrruk, pof, pof. Me costaba respirar. Uno es que nunca ha sido un valiente sin tacha, joroba. Una vez me dijo un taxista, cuando bajé en Malasaña acompañando a una maciza guayaba a la que se le caían los tirantes ante el rugir del personal, "recuerda, amigo: pelea ganada es salir corriendo". Desde entonces, ese ha sido mi motto.
Y entonces, entre sueños, la vi. Avanzaba hacia mi, como una presencia etérea e incorpórea. Me salvó la esposa del próximo primer ministro de Japón, que apareció en mi mesilla derecha. Me dijo que no tengo que preocuparme, que a ella la habían abducido varias veces, que había estado en Venus y ¡toma! ahora iba a ser la primera dama del Japón. Me tranquilizó.
Me desperté. Bebí un buen trago de agua. Encendí la luz (de menos de 100 vatios, no temáis, inquisidores). A la derecha de la cama había una especie de careta, de piel, agitándose nerviosa. Oyesss, la tiré a la basura, aprovechando que hoy venía Bruxelles Propreté.
mercredi 2 septembre 2009
¿Ya conoceis "La Taberna del Gourmet"?
Vaya por delante, queridos colegas y amigotes que sí, que admito que he estado un par de días en Alicante durante las pasadas vacaciones. Y lo digo, para evitar comentarios sarcásticos, como le pasó a mi amigo López, quien tras haber pasado un fin de semana en Knokke-het-Zoute, el sitio más "posh" y BCBG de la costa belga, al volver a Bruselas el lunes por la mañana quedó atrapado en monstruoso embotellamiento. Con una elevada dosis de stress llamó por el telefonino a su secretaria, una alemana más bien tirando a "non-conventional", de las que llevan un pañuelo palestino al cuello y se van de vacaciones en un viejo velero desvencijado por el Báltico, para decirle que llegaba tarde porque volvía de Knokke. La cortante respuesta de la secre fue: "And what the hell were YOU doing in Knokke?".
Bueno, pues eso, que he estado en Alicante, lo admito. Y voy a aprovechar para haceros una recomendación que no tiene precio. Hagáis lo que hagáis, vayáis donde vayáis, no os perdáis "La Taberna del Gourmet", porque vale la pena. Está en una de las calles más oscuras del centro de Alicante, pero ni caso. Su aspecto externo puede ser un poco sórdido, pero tanto da. Entrad y solazaos. No hay mucho sitio, es una taberna, pero una taberna suprema. Coged un sitio en la barra o en la barra lateral si no podéis sentaros y empezad a desgranar la carta. Verduras a la plancha, mariscos, unas ostras gigantes, jamón ibérico, escalivadas... No sigo porque no he cenado todavía y se me está cayendo la saliva por las comisuras. En fin, os pongo su dirección en la red para que comprobéis la carta y os pongáis rufos sólo de pensarlo.
La taberna del Gourmet
San Fernando 10 03002 Alicante
www.latabernadelgourmet.com
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