Pues sí, mis queridos lectores, heme aquí de nuevo reciclando mis pasados recuerdos en forma de fotos que hallábanse, ¡oh discretas, vergonzosas! ocultas en una caja de zapatos. Y nada como esta malvada pandemia, que nos tiene recluidos en casita, para hurgar y buscar recuerdos de antiguos viajes. Y hoy, vuestro amado bloguero Sorokin os va a hablar de Budapest. La cosa viene como muy oportuna, porque, finalmente, Hungría, junto con Polonia, se ha retractado (no, no es la vieja gracieta de "hacerse una "focto"). Digo, se ha retractado de su insensata actitud de intentar bloquear el presupuesto europeo, en estos tiempos de pandemia.
En los tiempos de los que datan estas fotos, servidor de todos ustedes, mis amigotes, iba con frecuencia a Budapest por asuntos de trabajo. Normalmente, los viajes duraban poco, pero en alguna ocasión me quedé algún fin de semana entero tras las reuniones, para ver Budapest. Estoy hablando de principios del siglo XXI, antes que los países de la región firmaran su adhesión a la Unión Europea, cosa que hicieron en 2004. y ¡oh, maravilla y casualidad! fue el año que me compré una cámara digital, o sea que todo antes de eso, para mí eran fotos que los franceses (siempre dados a encontrar palabros nuevos) llaman "argénticas", es decir con su carrete y su revelado en la tienda de la esquina, etc.
Pero, venga ya, que me enrollo cual persiana. Como sabéis, Budapest son dos ciudades, Buda (la más antigua) y Pest (la más moderna), separadas por el Danubio:
Es una ciudad magnífica, de una belleza espectacular y supongo que en estos últimos veinte años, habrán reparado todos los edificios que estaban un poco descascarillados. Pero los monumentos son los mismos.
El puente de las cadenas, que separa Buda de Pest y la Basílica de San Esteban, enfrente
Vista general de Pest desde Buda. Os he puesto la foto del Parlamento húngaro en
el encabezamiento de este simulacro de blog.
Subiendo a Buda, que está en una colina (hay -o había- un tren de cremallera), debéis ir, oh amigos al Bastión de los pescadores, donde está la iglesia que se da en llamar "de Matías", porque la última restauración la hizo el Rey Matías Corvino:
Parad un momento a ver la estatua de San Esteban, patrón de Hungría. Como nota interesante, os diré que eso que parece nieve sobre el Santo Rey, no lo es. Son ofrendas de las bestezuelas voladoras que damos en llamar "palomas" (como decía Woody Allen en una peli: son "ratas con alas". No le debían gustar mucho)
En Buda, debéis visitar el palacio, que es un museo, al mismo tiempo. No hice fotos del interior, válame San Tadeo, soy un cabeza de chorlito.
El Palacio (Budavari Palota), visto desde Pest a la puesta del sol
En Budapest hay un montón de fuentes termales. En la Isla Margarita hay incluso un balneario. Pero la isla, es en sí misma un remanso de paz (o era, a saber, en 2020):
Paisaje de Otoño en la isla.
Naturalmente, no podría pasar este post sin que el pesado de mi colega apareciera en una foto:
Bien, llegado es el momento de que os dé la turra erudita de la cual no puedo pasarme, porque uno es así.
Para tratar de entender un poco a los húngaros, hay que darse cuenta que han pasado de ser un reino bastante extenso, que cubría partes de Eslovaquia, de Croacia y, sobre todo de Rumania (Transilvania), como se ve en este mapa, a ser un pequeño país. Hungría era un Reino que formaba parte de Austria-Hungría. Su Rey era el mismito Emperador que tenía su sede en Viena, pero Budapest era la co-capital. El problema es que tuvieron ls malísima idea de entrar en la primera guerra mundial al lado de Alemania. Bueno, la historia es algo más compleja, porque fue Austria-Hungría quien empezó la guerra, solo que el Kaiser alemán saltó como un lobo aprovechando la ocasión.
En resumidas cuentas, a Budapest le pasa un poco lo que a Viena, que son grandes capitales sobredimensionadas para los que les ha quedado como país.
Y vale, a lo que voy, que es lo más importante. ¿Qué hay que beber en Hungría?. El mejor vino, sin duda es el Tokaji, de la región del mismo nombre, en la frontera con Eslovaquia (de hecho, también hay un Tokaji eslovaco)
Es un vino de aperitivo. Caro, pero un sabor semi dulce, que os hará pensar a un Jerez o un Porto, pero más seco. Os gustará si lo encontráis. Yo tuve que buscar mucho antes de encontrar la tienda húngara de Bruselas:
Otro, muy famoso es el Egri Bikavér. "Egri" viene de la región de Eger, al norte de Budapest. Bikavér quiere decir "sangre de toro".
En fin ,para conmemorar la firma de los presupuestos comunitarios por parte de Hungría, he hecho un Goulash. Ahí le vamos:
La receta más sencillita, que he encontrado en la red es con cebolla, tomate, pimiento verde, carne de ternera y Paprika (yo he usado Pimentón dulce, mucho mejor, faltaría más)
He cortado la cebolla en juliana y la he puesto a pochar (la receta dice en Margarina, puajjj, yo he usado aceite de girasol, para que el aceite de oliva no sea el ingrediente que da sabor)
He hecho un majado de pimentón, pimienta negra molida y sal gruesa:
He cortado la ternera en daditos, el tomate pelado y el pimiento y, una vez pochada la cebolla, los he añadido a la olla, junto con el majado de pimentón:
Cubro todo con agua caliente:
Y lo tengo hora y media dale que te pego, a fuego bajo. Corto una patata en trozos Y... ahí viene la creatividad sorokiniana... como no tenía Spätzli, que es lo que debe llevar, he cortado unos espaguetis en trozos y los ha añadido:
¡Heressia, heressia! clamarán los puristas de la inquisición. Oye, pues estaba muy bueno:
Y nada más, mis queridos amigos, que ya estuvo suave. Un besote enorme, y perdón por el rollo