vendredi 27 janvier 2012

LEONORA por Elena Poniatowska


Mis queridos amigos (renuncio a usar otros términos, no vaya a salir el de "amiguitos" que tanto ha dado que hablar estos dias), estoy seguro que me estábais echando de menos. Lo sé. Bueno, tambien es posible que respirárais aliviados, libres de los plastazos de Sorokin durante casi un mes. Pues la habéis liado, porque aquí estoy, de nuevo a la carga. La verdad es, que como no tenía grandes cosas que contar, salvo algunas soplatontunas, he preferido guardar un prudente silencio. Oye, que no se diga que hablo por hablar, como las cotorras. Pero me he dicho: ¡Sorokin! sal de tu marasmo, dí algo, tarugo. Entonces, me quedaban algunas opciones, como relatar viejas historietas o sucedidos; pero eso lleva un riesgo. Imagináos ¡Oh ilustres lectores! que me da por contaros lo buena que estaba la sopa "tarátor" (sopa de pepino y leche agria) que me comí la última vez que estuve en Sofia hace ya diez años... pues oyess, lo mismo vais a Sofia y ya no hacen tarátor, sino puritito McDonalds. O sea, opción descartada.

Así es que os voy a hablar de lo último que he leído, que eso siempre da de sí. Sobre todo si es un libro que me ha abierto un abanico de conocimientos que ¡oh, tarugo Sorokin! me eran más o menos ajenos. Como habéis visto en la foto de cabecera, se trata de "Leonora", por la Poniatowska. La conjunción de dos mexicanas de adopción. Descubrí el libro gracias a un post de Violeta, una gran bloguera, si bien un tanto irregular. ¡Violeta, vuelve! dinos algo. Confieso, que, al principio me lié entre Leonora Carrington, la protagonista del libro-novela de la Poniatowska y Dora Carrington, la escritora miembro del grupo de Bloomsbury, amiga de Lytton Strachey, Virginia Woolf, etc. Pronto salí de mi error tras devorar ansioso el libro de Elena Poniatowska, que se lee como un rayo, a pesar de lo grueso que es. Admito que, al principio, la Poniatowska me ponía un poco nervioso, porque escribe como habla, y habla en mexicano. Eso, para un castellano parlante puede ser algo incómodo. Ni Carlos Fuentes ni Octavio Paz, ni Juan Rulfo escriben tan "en mexicano". La razón tal vez sea que la Poniatowska no es mexicana de nacimiento, sino de adopción. En fin, ahí queda el guante lanzado para que alguien opine (si quiere, claro).

Pero lo fascinante es lo que cuenta, y lo cuenta de forma fluida, entrelazando diálogos, narraciones, realidad, ficción. La vida de Leonora Carrrington es, en sí misma una aventura. Hija del dueño de Imperial Chemical, abandonó su casita de lujo y se largó a París con los surrealistas. Fue compañera de Max Ernst, huyó de Francia durante la ocupación; llegó a España, donde enloqueció y la encerraron en un manicomio en Santander. De ahí pasó a Lisboa y, casada con un mexicano se fue a Nueva York donde se relacionó de nuevo con todos los surrealistas: Breton, Buñuel, otra vez Max Ernst. Se fue con su marido a México, donde se aburrió a morir sin sus amigotes, hasta que hizo nuevas amistades con la española Remedios Varo, se casó otra vez con un fotógrafo compañero de Robert Capa, y se hizo conocer como pintora. No congenió ni con Frida Kahlo, ni con Diego Ribera ni con ninguno de los muralistas mexicanos. .... Ello trae a colación un asunto que ya discutí hace un par de años cuando publiqué una nota sobre la exposición de Frida Kahlo en Bruselas: y la polémica subsiguiente con un par de amigos que se preguntaban si Frida no hubiera sido la pareja de Diego Ribera, y éste, un destacado miembro de una cierta izquierda, ella hubiera tenido la misma resonancia mundial. No voy a discutir los méritos de la Kahlo, a la que todos los mexicanos adoran y yo también (faltaría más), pero os dejo con un par de obras de la Carrington para que podáis comparar:



Es evidente que mientras que el mundo de la Kahlo tiene sus raices en el indigenismo y en su sufrimiento, la de la Carrington refleja sus raices europeas y un mundo interior casi enloquecido. También, para comparar, os pongo un par de pinturas de Remedios Varo, su gran amiga, que murió en 1963:

Ya me diréis qué pensáis. Pero no os perdáis el libro de la Poniatowska, vale la pena. Ahora me siento triste y desvalido porque me he quedado sin lectura

mardi 3 janvier 2012

Algunos consejos para sobrevivir la Navidad en Madrid




Queridos amigotes, amagotes, amogotes y otras maravillosas y pacientes gentes que tenéis el valor de leer las tontunas que mi mente me dicta de cuando en vez (de "vez en cuando", que viene a ser lo mismo, pero al revés). No sé si he tenido la delicadeza y la buena educación de contaros (y si no, pues ahí me disculpáis, que todos cometemos fallos) que he estado en Madrid unos días. Yesss. He ido para testimoniar el sorteo de la Lotería y cobrar mi parte. Lamentablemente, alguien ha decidido dar mi parte a otras gentes y dejarme a mí con dos velas. Ea, es la vida. Como dicen por aquí, "Le malheur des uns, c'est le bonheur des autres". Bien, pero pues ya estuvo.

Me he vuelto el día 28 porque me habían dicho que la nueva alcaldesa, una tal Botella (no Pepa, no, creo que Ana) iba a mandar a la policía casa por casa para ver si teníamos alguna imagen bendita, como del Sagrado Corazón y así, entronizada en nuestro salón y que, si no, nos iban a expulsar de Madrid. Total, que antes de que me sometiera la Santa Inquisición Botellera a un auto de fé, tomé las de Villadiego y me volví a Bruselas.

Ello, no me ha impedido tomar nota de algunas cosas que pueden ayudar a sobrellevar las duras vacaciones de Navidad en la Capitáh der Reino. Y aquí paso a detallároslas:

1) ¿Por qué no dejar la cena del 24 para otra fecha menos agobiada? ¿Eh? Que si crisis que si no, tooodas las pescaderías, las carnicerías, los grandes almacenes estaban rebosando gente comprando como locos el día 24. No se podía ni andar por las calles. Yo había prometido a mi bola (veracruzanismo por palomilla, pandilla, NDB -nota del bloguero-) que iba a cocinar una lubina estilo Apicius. Visité no menos de cinco pescaderías, donde los pobres peces estaban a cual más caro. Algunos, como el de la foto, claramente difuntos (véase la opacidad del ojo)



En fin, encontré una a un precio razonable en el último minuto, pero la próxima vez, hago la cena el 26. Y si no, ved como estaba la pescadería de El Corte Inglés el día 26 de Diciembre, vacía de gente, mientras que el 24 había colas de una hora:


2) No dejéis la compra de lotería para el ultimo minuto

Ya sé que para todos mis amables y amados lectores de fuera de España, esto puede parecer chocante, pero, en Navidad, toda Ejjjjpaña se vuelve loca comprando lotería. Eso es así. Es como las tormentas de otoño, las lluvias de Abril, el acné a los quince años o "los peces en el río" en los Grandes Almacenes por Navidad. Si no lo hacéis así, deberéis soportar grandes colas:



3) Ni se os ocurra ir a Casa Labra a comer uno de sus famosos pinchos de bacalao a eso de las dos de la tarde:



Casa Labra, al laíto de la Puerta del Sol es donde se supone que Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista hace ya un chingo de años. Hoy lo que dan son unos fabulosos pinchos de bacalao, tiernos, sin espinas, rebozados, una delicia, pero mejor ir en otro momento, no a las dos de la tarde de un día de vacaciones.

La propuesta alternativa es que vayáis a "La Trucha", cerca de la Plaza de Santa Ana. Otro sitio de toda la vida, pero menos agobiado:






Y ya me vale. En fin, si queréis ir por la tarde a algún sitio especial, os puedo recomendar el Geographic Pub. Estuvo de moda hace unos años, pero ahora está un poco olvidado. De todas manera está agradable para tomar una cervezota y ver la fascinante decoración, como de un museo de viajes exóticos:





Y si os apetece un restaurante étnico. podéis ir al INTI de oro, donde hacen bueeeenos ceviches:



Vale, amigotes. No os voy a contar nada más, salvo que si conducís, hay bebidas que pueden ayudaros en vuestra penosa tarea:




Feliz año 2012 a todos. Me han dicho de buena tinta que eso del fin del mundo es una intoxicación difundida por el Club Bilderberg en combinación con los fabricantes de ataúdes y confesionarios, así que, pelillos a la mar.

Os dejo con una imagen insólita. Un afilador. Hace como la tira de años que yo no veía uno. Antes iban con un carrito y una ocarina. Éste iba con una moto y no tenía ocarina.

Un besote a todos. FELIZ AÑO NUEVO