Pues bien, queridos amigos, conocidos, deudos, allegados, parientes (no sé si los deudos, los allegados o los parientes me leen, pero nada, yo erre que erre, a ver si se animan), henos aquí de nuevo, en los albores de este año que, esperemos que, al menos, no sea peor que el año pasado.
Vuestro amado bloguero, ávido lector, mediocre cocinero y decidido partidario de cantar canciones folclóricas cuando se tercia, ha decidido recuperar algunas lecturas que estaban olvidadas desde hace un chingo de años ("chingo": expresión mexicana que vale para casi todo. En este caso quiere decir "muchos años"). Así es que me he lanzado sobre Manuel Vázquez Montalbán:
Yo había leído en su día varias novelas del detective Pepe Carvalho, su personaje más famoso. Ahora, después de haber leído todos los libros del comisario Kostas Jaritos, de Petros Márkaris; los del teniente Mario Conde de Leonardo Padura y los del comisario chino Chen Cao, de Qiu Xaolong, me he dicho que hora era de recuperar a Carvalho. Total, que me he lanzado sobre "Los mares del sur":
La novela, escrita al fin de los años setenta, tiene más de fresco social sobre la Barcelona de la época que de intriga policiaca, pero se lee a velocidades de vértigo y con placer, aunque a veces el lenguaje sea algo barroco. Con un fondo de temas candentes por aquel entonces: la transición, los pactos de la Moncloa, la lucha de clases, el papel de la alta burguesía catalana, la especulación inmobiliaria. Vamos, que la he devorado.
Además, Carvalho es cocinero aficionado, como corresponde a un personaje de Vázquez Montalbán. En un momento dado, el detective le hace unas berenjenas con gambas a una mozuela con la que acaba de tener tormentosa relación en la cama, mientras ella dormía. Y, hete aquí, amiguetes, que aunque no había ninguna mozuela en mi catre en esos momentos, me puse a oficiar la receta. Para eso hace falta una berenjena, que le compré a la frutera turca de la que ya os hablé aquí (pinchen, gurriatos, pinchen) unos simulacros de gambas (que vaya usted a saber donde las pescaron) que le compré al pescatero marroquí y unas lonchas de jamón pomposamente tituladas "de Serrano" en el supermercado de la esquina.
Naturalmente, en homenaje a Carvalho, abrí una botella de Chablis. Carvalho siempre bebe lo que entonces se llamaba "chÁblis" con acento en la "a" que era un blanco seco de las bodegas Franco-españolas. Es que lo de las denominaciones de origen estaba todavía muy borroso:
Carvalho corta las berenjenas en rodajas de un centímetro y las sala:
En la foto se ven hasta los granos de sal que les eché ¿o no?.
Acto seguido, fríe un ajo entero:
Mientras, pela las gambas y le corta la cabeza, como un Robespierre cualquiera. Pone las cabezas a freir en el mismo aceite:
¿A que ya van tomando color de gambas?. Bueno, pues luego pone las cabezas fritas en un caldo corto
Y mientras estos interesantes eventos están sucediendo, seca las berenjenas una a una y las pone a freir en el aceite de las gambas:
Las saca una vez fritas y las escurre, a ver si sueltan el aceite. A continuación, sin que le tiemble el pulso, añade una cucharada de harina en la sartén, leche y el caldo de las gambas para hacer una bechamel:
No se ve como revuelvo porque tenía que hacer la foto, pero revuelvo, parbleu. Y ¿Ahora qué? Pues nada, en una cazuela de horno (es de barro de Pereruela, os aviso, que me la traje en mi maleta hace unos años), pero si no tenéis cazuela de Pereruela, podéis usar una fuente de Pyrex. Digo, que se me va el santo al cielo, se ponen capas: las berenjenas primero y encima las gambas peladas y el jamón (Confesión bochornosa: Carvalho pone tacos de jamón, pero como yo no tenía, desmigué las lonchas de "Serrano":
Se vierte la bechamel y se le añade queso rayado:
Y al horno. Carvalho no da indicaciones de cuanto tiempo ni a qué temperatura. Yo lo hice a ojo.
Obsérvese el ojo mirando a ver como evoluciona el invento:
Total, el resultado lo podéis ver en la foto de cobertura. El plato, más de cerca queda así:
Con lo que quedaba del Chablis pasó a vivir dentro de mi estómago. La verdad es que se nota que las gambas son bastante insípidas, pero si lo hacéis con gambas del Mediterráneo, seguro que queda de lujo.
Vale, amiguetes, me voy a cenar. Hoy no tengo berenjenas ni gambas. Tal vez me haga una alcachofas.
Besotes