vendredi 20 février 2015

"El peso de los secretos" de Aki Shimazaki




En esta lluviosa tarde de invierno bruselense, he pensado que os debía contar ¡Oh amigotes del alma! que he descubierto una escritora que me ha fascinado, embelesado, embrujado (y embarullado un poco, ya os contaré después) : Aki Shimazaki, una escritora japonesa (como su nombre indica, claro, si se llamara Dolores López, habría que pensarse si era japonesa o no) que vive en Canadá. Aunque nació en Japón, emigró al Canadá francófono en 1991. Escribe en francés. No sé si hay traducción al castellano de sus obras. Yo, al menos, no la conozco, pero ahí os dejo el tema, ya que todos mis lectores sois doctos, educados y literatos (no faltaría más), por si alguien quiere traducirla. Es facilito, su francés es sencillo, simple y directo. 


Aki Shimazaki

La obra de la que os voy a contar sus estresijos es una pentalogía (o sea, no me seais tarugos : que son cinco libros) que se llama "El peso de los secretos", bueno, en realidad se llama "le poids des secrets", pero para empezar he traducido el título. No está mal para una tarde de viernes ¿Eh? Pues venga, no critiquéis.



Cinco libros cortitos, de unas cien páginas cada uno, con capítulos también muy cortos, pero todos ellos con una gran carga de profundidad tras esa apariencia de sencillez, que puede hacer que os peguéis al libro como lapas a una roca sin poder soltarlo. La obra, sigue la estructura del "Cuarteto de Alejandría" de Lawrence Durrell, del que ya os hablé aquí (pinchad si os apetece). La historia es la misma, pero contada por cinco protagonistas diferentes, de tres generaciones diferentes, padres, hijos, abuelos. No hay orden en el relato, es un laberinto que tiene que reconstruir el lector.

En el libro primero, "Tsubaki" (Camelia), en la página veinte ya te han pegado un buen sobresalto. La abuela, que sobrevivió a la bomba atómica de Nagasaki, cuenta cómo fué el evento, y hace unas interesantes reflexiones. A la pregunta del nieto "abuela ¿por qué los americanos solo tiraron dos bombas?", ella contesta: "porque no tenían más". Cuando el nieto insiste sobre la crueldad de los americanos, la abuela, intentando ser ecuánime, habla de las exacciones que había cometido el ejército imperial en sus colonias asiáticas. Oye, leedlo, vale la pena.

La familia se había trasladado a Nagasaki para huir de los bombardeos de los B-29. Como se ve en el mapa, Nagasaki cae bastante a trasmano de Tokyo, pero el destino es así:




En el libro tres, "Tsubame" (Golondrina), Aki cuenta otro suceso estremecedor. En 1923 hubo un terremoto terrible, con miles de muertos. Sin que explique el porqué, los japoneses decidieron que los emigrantes coreanos (Corea era una colonia del Japón) habían estado robando y pillando en las casas destruidas y se desató una terrible caza de coreanos, con miles de coreanos linchados y muertos. Son cosas sobre las que la historia que conocemos ha pasado un poco de puntillas.

Pero no os voy a contar más, qué rayos. Os léeis el "quinteto" de la Shimazaki, si sois capaces de leer el francés facilito de Aki.

La verdad, con todos esos protagonistas y todos esos nombres que se parecen tanto entre sí, yo me tuve que hacer un esquema para no liarme mucho. Ya sé, es una guarrindongada, pero a lo mejor os ayuda a saber quién es quien:


Y ahora, amiguetes, no os vais a librar de la batallita sorokinesca que aplica en este caso. Un servidor, no conoce Nagasaki, pero estuvo en Kamakura (que es donde vive la tercera generación de los protagonistas del libro) durante uno de mis viajes a Tokyo (digo uno, porque fueron dos, oiga). La atracción principal es el Buda gigante (Daïbutsu, le llaman en los libros de Aki). Naturalmente, sin que yo sepa porqué, siempre hay un turista metiéndose enmedio de mis fotos:


Kamakura, es una ciudad pequeña, costera y agradable. Cuando uno se pasea por su calle principal, podría pensar que Japón no es ese monstruo ultramoderno que pretenden hacernos creer:



Eso sí, nadie sabe cómo pueden hacer imposible que solo se use el servicio (¿dispositivos electrónicos, redes de pesca?):



Ya estuvo suave, Voy a cortar aquí, no sin antes daros un toque gastronómico, por supuesto. Como sabéis, en los restaurantes japoneses se ponen bellas maquetas de los platos que uno puede disfrutar en su interior. Así es que, solo tienes que salir y señalar lo que quieres. Y ahora va la pregunta: ¿sois capaces de ver entre todos esos platillos uno que no tenga un aspecto japonés? Venga, vamos con ello, acepto apuestas:



Y nada más sino un besazo, colegas

dimanche 1 février 2015

1914-1918, la guerra que reventó Europa. Un libro y una chucrut alsaciana como conmemoración


Tropas alemanas en la Grand Place de Bruselas, 1914

La guerra 1914-1918 es un tema que me obsesiona: Fue una ruptura total con el mundo anterior, donde sí, había muertos, desastres, batallas, heridos, etc, pero el mundo nunca había conocido una guerra de estas dimensiones. Yo creo que los nuevos adelantos técnicos dedicados a exterminar personas pillaron a los propios protagonistas desprevenidos. Gases venenosos, tanques, explosivos de una capacidad desconocida hasta entonces, todo ello envuelto en barro, ratas, lluvia, muerte. Millones de muertos para nada.

Cierto que llego con un año de retraso al recuerdo de esta guerra que redefinió Europa y sentó las bases de nuevas catástrofes, como su continuación en 1939-1945. Pero, bueno, he decidido que no iba a pasar ni un mes más sin dedicarle una entrada al tema, que nos afecta de manera especial a los que vivimos en uno de los países víctimas del desastre, así es que aquí estoy, ¡Oh amigos!

Para empezar, os recomiendo una obra de Max Gallo, donde describe y analiza las causas que llevaron a la guerra:




Como francés, Gallo intenta analizar sobre todo las motivaciones de Francia para lanzarse a una aventura así. Hay que entender que en la guerra franco-prusiana de 1870, Francia había perdido Alsacia y parte de la Lorena. Ya os hablaré después de eso. El hecho es que, sin que nadie sepa por qué, los franceses estaban convencidos de que iban a aplastar a Alemania en pocos meses, casi, casi días. El juego de alianzas cambiantes que había tenido lugar a lo largo del Siglo XIX, había hecho de Rusia la aliada principal de Francia y, por eso los franceses estaban convencidos que en plan tenaza, unos por un lado y los otros por el otro, no podían ser derrotados.

El káiser y sus generales decidieron golpear los primeros, e invadieron Bélgica, para abrir boca. Las tropas alemanas, que entraron casi sin resistencia, se dedicaron a fusilar civiles belgas, acusándolos de ser francotiradores, como se ve en este cromo, producido por la propaganda alemana:




El hecho fué que franceses e ingleses consiguieron parar a los alemanes ya dentro de la frontera francesa. Entonces empezó una guerra de trincheras que duró cuatro años. Terrible guerra donde los avances o retrocesos se medían por metros y por un número terrible de muertos. El pintor inglés CRW Nevinson lo expresó en este cuadro tremendo (que, de hecho, estuvo prohibido en Inglaterra durante cierto tiempo)



Paths of Glory de CRW Nevinson

Con el mismo nombre, "Paths of Glory", Stanley Kubrick dirigió una película estremecedora en 1957. Los generales franceses, para conseguir un ascenso o una medalla, eran capaces de mandar a sus tropas a la muerte, o al pelotón de fusilamiento si se resistían:


Con un tema similar, el premio Goncourt del año pasado, publicó un libro impresionante:




No os lo perdáis, amigos. Vale la pena. Yo lo he leído en francés, pero está traducido al castellano como "Nos vemos allá arriba". Aparte de los sucesos que cuenta Lemaitre sobre la guerra, narra un fraude llevado a cabo en los cementerios militares de los años veinte. El fraude es cierto, aunque los protagonistas fueran diferentes.

Un servidor de todos vosotros-ustedes, amigos, estuvo hace ya años en el cementerio militar de Verdún. (La foto no la hice yo, que tampoco es uno tan mayor):



Pero, lo que más me impresionó fue una leyenda que hay en el monumento que se ve en la foto, donde dice -escrito en 1930- que esperaba que los millares de tumbas sirvieran para que nunca se volviera a repetir una tragedia igual. Toma ya, nueve años después todo volvía a empezar, pero en fin, ese es otro tema.

Como ya he dicho antes, una de las razones que empujaron a Francia a la guerra fue recuperar Alsacia, que había sido cedida a Alemania en 1870.


Hoy en día, Alsacia se pone como ejemplo de región europea. Es francesa porque se sienten franceses, pero de hecho hablan un dialecto del alemán. Un servidor, queridos amigos, ha ido muchas veces a su capital, Estrasburgo, tanto por motivos de trabajo, como de placer. Es una ciudad extremadamente agradable. De nuevo, en la vieja foto de hace veinte años, puede verse un turista que se ha metido por medio robando cámara. Son terribles, los turistas:




Pero en fin, como homenaje y recordatorio de los años terribles, he decidico cocinar una chucrut (rayos, no sé si la palabra española lleva acento o no. Hay quien la escribe "chucrút", pero, en fin, una Choucroute o, en alemán Sauerkraut).

Para empezar, yo me procuré una bolsa de chucrut precocida, con sus bayas de enebro (fundamentales), unas chuletas Kassler, unas salchichas polacas ahumadas y un par de salchichas de Frankfurt, amén de una botella de Riesling blanco:



Lo primero es pochar una cebolla bien picada (creo que eso se dice en "brunoise" ¿o no?) en una cacerola de fundición:



Añadí la chucrut y un vaso de Riesling:


La tuve cociendo como una hora con la cacerola tapada


Al cabo de una hora, añadí la chuleta y la salchicha polaca. Tras otra media hora, añadí la salchicha de Frankfurt. Otros veinte minutos, y hete aquí como queda el platillo:



Para beber, lo que quede del Riesling, por supuesto. Un poco de Mostaza, y bon appetit! Guten Appetite!

Os dejo con Kubrick y la escena del asalto a la trinchera enemiga de su film "Paths of Glory"