Mis queridos amigos y amigas, aunque en estos momentos me esté asando de calor en Andalucía, he decidido irme un poco hacia el Norte, y hablaros para despejarme un poco de los vapores calenturientos que invaden mi cerebro, mis intestinos, mis hígados, mis uñas, mis dientes y, en fin, todo mi cuerpo serrano, de Brujas (la ciudad, vaya, no de esas féminas malignas montadas en escobas y de las que mal que bien, todos tenemos alguna experiencia). Bueno, no sus enfadís, que también hay brujos, en masculino, no faltaría más.
Total, que a lo que voy, para empezar os hablaré de un libro casi desconocido para los propios belgas, "Brujas, la muerta", de uno de los escritores belgas más olvidados. Georges Rodenbach, que he aquí, en efigie:
Curioso que casi ninguno de mis amigotes belgas lo conocía. Injustamente olvidado, escribía en francés, y ello supuso que los flamencófonos lo despreciaran y que tuviera que irse a París para que alguien lo leyera, como ha pasado con tantos y tantos belgas francófonos,
El libro está publicado en español desde hace mil años. De hecho, esta edición de la colección Austral estaba en la biblioteca de mi padre, ya desaparecido (mi padre, que en gloria esté) y la biblioteca.
El tema dl libro es un clásico, un viudo que viene a vivir a Brujas, triste (el viudo y la ciudad). No sale apenas, hasta que encuentra una mujer que le recuerda a su difunta esposa y, claro se lía con ella. Es una actriz, lo que acaba siendo motivo de escándalo en una ciudad conservadora y pacata (a la española, dice el autor), con lo que la tragedia está servida. No os cuento más, no vaya a ser que se os ocurra leerlo, pero acaba mal.
En fin el cuadro es la maravillosa ciudad de Brujas que debéis conocer cuanto antes si no la conocéis, queridos amigotes y que ya no es "la muerta", que está bien viva y a reventar de turistas. Por ejemplo, la plaza, con la famosa torre de Brujas:
La Catedral:
El Ayuntamiento.
Vuestro bloguero del alma estuvo un fin de semana en un hotel que os recomiendo, el
Boutique Hotal, en pleno centro:
Con un buen buffet de desayuno:
Pero Brujas siempre es Brujas, lleno de rincones, bares, restaurantes.
y no todo es clásico, como estas esculturas al lado del Café del Teatro
Donde además está la famosa confitería
"aux merveilleux", donde fabrican unos pastelitos a base de merengue que están de chuparse los apéndices digitales:
Y, por supuesto, la cerveza, corriendo a ríos:
También os podéis pasear navegando por los canales.
Como restaurantes, os recomiendo
"de Vlaamsche Pot", con las mejores croquetas de crevettes del mundo mundial
Pero bueno, bien está por hoy, que hace mucho calor aq
uí, en Manilva