samedi 18 janvier 2020

Bajo el Volcán, de Malcolm Lowry



Queridos amigos, amiguetes, amigotes, parientes, deudos, allegados y demás gente con la que tengo el gusto de compartir las vivencias de un aburridote como yo. Para empezar, os voy a desear a todos que el año que acaba de comenzar, o sea el 20-20, que si luego leéis este artículo dentro de mil años, no sabéis a que año me refiero, os llene de buenos rollos, amores, disfrutes, aventuras, lecturas, sabrosos condumios y todas esas cosas que hacen que podamos soportar las agresiones a que a veces nos somete el día a día. He dicho.

Os voy a hablar de una de esas novelas míticas de las que casi todo el mundo ha oído hablar, pero que no muchos han leído: "Bajo el Volcán" de Malcolm Lowry, que está considerada como una de las diez mejores novelas escritas en inglés en el siglo XX.

Yo la leí traducida al español antes de irme a vivir a México, en 1986 (ya ha llovido, lo sé) y me dejó un tanto frío. Los nombres me sonaban a chino y lo único que retuve fue el problema del protagonista con el alcohol. La he vuelto a leer, esta vez en inglés, en su versión original y me ha impresionado. Os voy a decir la verdad, no es una novela fácil. Lowry,  él mismo un alcohólico, escribe con frases enormemente largas, barrocas, sin casi comas. Uno se ahoga a mitad de página, esperando que, por fin, llegue un punto y aparte. No hay. Pero vale la pena el esfuerzo, de verdad. Es como subir a una montaña en funicular o ir trepando por un sendero, es más duro, pero, al final te sientes mucho más satisfecho

El protagonista, el cónsul Geoffrey Firmin vive en Quauhnahuac, Que es el nombre original de Cuernavaca, en el estado de Morelos, al oeste de los dos grandes volcanes, el Ixtacíhuatl y el Popocatépetl:




Los volcanes son impresionantes. Vistos desde el aire, en un vuelo Veracruz-México, se ven así:





(hice la foto desde el avión, un día completamente despejado)

Vistos desde Cuernavaca, se ven como desde la Ciudad de México, el Ixta a la izquierda y el Popo a la derecha:



Malcolm Lowry, como digo, tiene un estilo denso. En muchos casos, heredero del "torrente de consciencia" (stream of consciousness) de James Joyce. Sobre todo cuando el protagonista es el cónsul. No se sabe si lo que cuenta es el pasado, el presente, lo que sueña en ese momento, su "delirium tremens" o qué. Al mismo tiempo es una historia de amor. Su mujer, Ivonne, lo ha abandonado cinco años antes de los sucesos que cuenta el libro, y, de repente vuelve a aparecer.  Enmedio están, además, Hugh, su hermanastro, aventurero y enamorado de Ivonne y Jacques Laruelle, un amigo de infancia del cónsul y que ha encontrado por casualidad en Quauhnahuac.

Pero la pelea del cónsul es con el alcohol. Él intenta volver con su ex-mujer y ella también, pero todo se interpone. Todo tiene un tono trágico y un final terrible. Si os leéis el libro entero (ánimo, gurriatos), os aconsejo que volváis  a leer el capítulo 1 una vez terminado. No es evidente, pero es el relato de Jacques Laruelle un año después de los sucesos. El capítulo 12, el último, es agobiante, estremecedor. El 11, parece que fue escrito después, pero en tiempo literario, están pasando simultáneamente. La búsqueda suicida de Ivonne en medio de un bosque sacudido por la tormenta y la muerte del cónsul en una cantina.

Ya lo he dicho, vale la pena el esfuerzo de leerlo y de descifrarlo. Por supuesto, hay varias traducciones al español. La que yo leí (que no encuentro por ningún lado) es de 1950, creo. Han publicado una nueva que pretende ser más fiel al texto original. Pinchad aquí, si queréis, claro.

Pero bueno, no me extiendo más, que tengo que hacerme un pisto, con su berenjena, su pimiento, tomate, cebolla y tal. Eso sí, para acabar, os voy a poner una fotos que demuestran que mi fascinación por los volcanes es bastante añeja.

Por ejemplo, esta foto en Madalena do Pico, en las islas Azores:




O esta del volcán de Fogo, en las islas de Cabo Verde:




Y ¿qué os parece el volcán Arenal en Costa Rica?




El Ararat, en Armenia. Es también un volcán extinto:



O el monte Fuji, visto desde mi hotel en Tokio:




Los géisers del volcán Hakone, en Japón:




También he estado en los volcanes españoles. Como el Teide:



O los volcanes de La Geria, en Lanzarote:





Bueno, espero no haber sido muy plasta. Me voy a cenar. Besazos