samedi 11 avril 2009

Lecturas para estas vacaciones



Imaginarios lectores, es posible que estéis disfrutando (o vayais a disfrutar) de unas reparadoras y relajantes vacaciones y ¡qué mejor que acompañarlas de las adecuadas lecturas para cada uno de vosotros según su personalidad!

En primer lugar, para todos aquellos vosotros que sois unos incorregibles optimistas, que veis la vida de color de rosa, que os pasáis de risueños y, por consiguiente, estáis necesitando una depresión a ver si se os cura ese optimismo, os recomiendo "La possibilité d'une île" de Michel Houellebecq. ¡Depresión y mala leche asegurada! sobre todo si habéis pasado el cabo de las tormentas del medio siglo.

No voy a descubrir ahora que Houellebecq escribe de puturrú de bien: ese es el problema, una vez que te engolfas en el libro no hay menera de dejarlo, cuando lo propio para la salud mental del lector sería tirarlo directamente al fuego (o al mar, si estás en algún lugar de la costa). En fin, puede tener cierta gracia el cinismo con el que juzga a toda la "intelligentsia" francesa, pero la acumulación de mala hostia se hace pesada (los únicos que salva son los "elohimitas", transposición de la secta de los rahelianos). También puede tener su interés el hecho de que todo pase entre Almería y Lanzarote y, para los que detestan Madrid, la descripción que hace de las ruinas madrileñas tras las guerras mundiales puede suponer un encanto morboso.

En fin, vosotros veréis, "à vos risques et périls".


Otra visión del futuro es la que cuenta Margaret Atwood en "The handmaid's tale", pero esta es más llevadera. Todo sucede en una supuesta república de Gilead, tras una guerra mundial. El ambiente es agobiante, irrespirable, el fanatismo religioso lo controla todo; pero al menos, deja una puerta abierta a un futuro diferente. El hecho es que no es necesario deprimirse leyendo este libro. Lo que yo no sabía es que ya han escrito una obra de teatro sobre el tema (nada menos que Harold Pinter) y que han hecho una peli (con la difunta Natasha Richardson como protagonista). Yo, es que voy por libre: descubrí el libro en un estante de Waterstone's en Londres con la etiqueta de "Waterstone's recommends", etc.

Por cierto, también me he enterado que Houellebecq ha hecho él mismo, consigo mismo, una peli sobre su libro. Puede ser aterrador.

2 commentaires:

  1. Tras una conversación extra bloguística en la taberna "Cazorla" de la calle Montesa (no digo de qué ciudad), he tenido que admitir que Houellebecq puede resultar entretenido a pesar de (o gracias a) su mala leche. Discutíamos de otra de sus novelas, "Les particules elementaires", escrita ocho años antes que "La possibilité d'une île". Y esos ocho años se notan. El escritor era más joven, sólo tenía cuarenta años, y una buena dosis de humor mezclada con la crítica despiadada de todo. En "La possibilité d'une île", el humor se ha esfumado y sólo le queda la mala hostia.
    De todas formas, ya lo dije, se lee de carrerilla en los dos casos porque es un gran escritor.

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  2. Estoy hasta las nalgas de libros deprimentes. Entre lo último que he leído destaca por lo contrario el cuento de Salman Rushdie, Harún y el mar de las historias; un tablón para mantener el ánimo a flote.

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