mardi 30 décembre 2008
Ostras al gratín
Una docena de ostras, grandes, como debe ser. Nada de menudencias. La primera tarea, queridos lectores es abrir las ostras, porque está demostrado que comerse las ostras sin abrir produce pesadez de estómago y, desde luego, un gran problema a la hora de ir al retrete al día siguiente. Ya sé que no es grano de anís, pero insisto, hay que abrirlas (también puedes pedir en la pescadería que te las den abiertas, pero no es lo mismo, porque se escorromoncian rápidamente y hay que papeárselas en no más de un par de horas tras la apertura)
Acto seguido, mezclad en un cuenco o plato sopero un par de cucharadas de queso blanco fresco (Ojo, para los que estáis leyendo esta sin par receta desde España: no queso de Burgos, no; queso fresco tipo "quark", "maquée", etc), medio vaso de vino blanco seco (no me pongáis un Chardonnay, que la jorobáis), un chorrito de zumo de limón, cebolleta picada, un poco (muy poco) de tomillo, sal y pimienta al gusto. Mezclad bien y cubrid una a una las ostras con el mejunje. Añadid raspaduras de emmental y poned la fuente al grill (juro que no sé cómo se dice "grill" en español, y no me digáis que "la parrilla" porque eso es para asar chuletillas de lechal). Cuando estén doradas, se sacan y se comen. A ver si no para qué se ha dado uno tanto trabajo...
lundi 22 décembre 2008
Felices fiestas
Bueno, queridos lectores reales o imaginarios. Acaba de empezar la gran temporada de fiestas de fin de año. Como es costumbre desde hace unos cuantos milenios, el invierno empezó ayer (en el hemisferio norte, of course), dando la señal para empezar las fiestas. Hoy es el turno de la lotería (a ver si nos toca a todos), en dos días es nochebuena, etc. A mí, lo que más me molaba en mi infancia (porque el gran Sorokin, lo crean o no, también ha tenido infancia) era el día de Reyes. Poníamos los zapatos en el mirador de casa y dejábamos paja para los camellos y una botella de coñac para sus majestades los reyes. Me acuerdo un año que cuando fuimos a buscar los regalos por la mañana, la botella de Centenario Terry estaba por la mitad y mi madre decía con sorna : ¡caray con los reyes magos! mientras miraba subrepticiamente al pater familias.
En fin, que me distraigo de mi discurso. Bueno, pues como ya sabéis que Sorokin es un incorrecto político, iconoclasta y descreído os he puesto un video bacaladero-remix de música navideña (llegad hasta el final, porque empieza muy suave) para felicitaros las fiestas. Pero, ah, pero un corresponsal puertorriqueño, sin duda algún amigo de Celtiberus me ha mandado un correo extra-bloguístico pidiéndome que incluya un tierno villancico tradicional en su isla y deseándonos a todos (yo incluído, no sé si me lo merezco) unas felices fiestas. Ahora, vamos a ver si funciona esto del "embedded" de You Tube. Ahí va, ahí me lanzo a lo desconocido:
Felices fiestas una vez mas
vendredi 19 décembre 2008
Keith Jarrett
Pues ayer me he enterado de que Keith Jarrett es blanco, pero blanco güerito, como dirían en México. Ya lo sé, soy un ceporro inculto. La verdad es que no lo había visto nunca en directo . De hecho, sólo lo había oído en disco. No os voy a contar los escarceos eróticos que me he marcado mientras sonaba en mi tocadiscos el concierto de Colonia (o sea, "The Köln Concert", que todo hay que explicarlo aquí) porque por un lado no me quiero tirar faroles y por el otro, lo mismo hay tiernas criaturas leyendo mi blog.
En las fotos del disco en cuestión (en "custión" diría un profesor gallego que tuve años ha) luce un pelo "Angela Davis" que induce a error. Es decir, que sin duda quería parecer negro, como Fernando Fernán Gómez quería parecer judío en una película de cuyo nombre no me acuerdo. Pero ayer vi un largometraje en Mezzo-TV. "Keith Jarrett the art of improvisation" se llama, y ahí salía con su pelo y su color de piel. Si tiene ustedes oportunidad de verlo no se lo pierdan, o sea vaya, y si les mola este rollo del jazz clásico.
Para animaros, os pongo un video que me he agenciado del "solo concert". Si no os gusta, no admito reclamaciones.
dimanche 14 décembre 2008
¡Cómo pasa el tiempo!
Como decía Apollinaire:
Passent les jours
et passent les semaines
ni temps passé
ni les amours reviennent
sous le pont Mirabeau
coule la Seine...
et passent les semaines
ni temps passé
ni les amours reviennent
sous le pont Mirabeau
coule la Seine...
Pues este alarde de erudición poética viene a cuento porque, ¡oh amados lectores! os he abandonado durante más de una semana sin darme cuenta. Además, aquí en Bruselas ni hay puente Mirabeau ni fluye el Sena. Todo lo más, tenemos el Woluwé, al que puede mirar con desprecio hasta el Manzanares. También hay puentes, como el que os he puesto en la foto: un puente sobre el Woluwé (que no os riais, jobar, que es cierto).
Bueno, pues decía que me he olvidado del blog durante casi diez días. Valga en mi descargo que algunas veces he tenido olvidos peores. Me acuerdo (viene la batallita, el que no lo soporte que descuelgue) de una vez que le regalé dos veces el mismo libro a la misma moza. El libro (de eso me acuerdo) era "Cuentos únicos" de Editorial Siruela, selecionados por Javier Marías. ¿Os imagináis la cara de mi amiga?: "...pero... ¡esto ya me los has regalado hace unos meses!".
A ver, inteligentes lectores, ¿cómo hubiérais reaccionado?:
No somos nada.
Bueno, pues decía que me he olvidado del blog durante casi diez días. Valga en mi descargo que algunas veces he tenido olvidos peores. Me acuerdo (viene la batallita, el que no lo soporte que descuelgue) de una vez que le regalé dos veces el mismo libro a la misma moza. El libro (de eso me acuerdo) era "Cuentos únicos" de Editorial Siruela, selecionados por Javier Marías. ¿Os imagináis la cara de mi amiga?: "...pero... ¡esto ya me los has regalado hace unos meses!".
A ver, inteligentes lectores, ¿cómo hubiérais reaccionado?:
- ¡Ay, perdona, te he confundido con...(X)!
- Es que para mí siempre eres como si fueras una nueva aventura...
- Como no me dijiste si te gustó, me s'ha olvidao ... ¿Te lo has leído?
- Bueno, es que ni he mirado el libro que te he comprado
No somos nada.
samedi 6 décembre 2008
Sushi en la bahía de Tokio
Bueno, pacientes lectores (a los impacientes no los saludo, porque supongo que ya habrán desconectado a estas alturas del mensaje), voy a cambiar de tema porque el blog se está deslizando por una peligrosa rampa hacia temas cada vez más esotéricos: asturianos voladores, chemtrails, gobiernos mundiales en la sombra, gigantes en la Biblia, etc. Así que vuelvo a lo mío, a lo de comer.
Y voy a hablar de comida japonesa que quiérase o no, está de moda por todo el orbe planetario. Supongo que ya sabréis perfectamente distinguir un sushi de un sashimi y de un maki y que no confundiréis un soba con un udon (que yo sé de unos amigos que se chaparon varios kilos de espaguetis fríos sin querer por confundirse). Es importante saber qué es cada cosa y para qué sirve, que a los japoneses les ha llevado eso varios siglos y no vamos a venir los asturianos, valencianos y otros quídam a enmendarles la plana.
Y claro, viene a cuento la anécdota de turno (os creiais que ibais a libraros, ¡ingenuos!). Estaba yo invitado a cenar con un grupo de amigos en uno de esos barquitos-restaurantes que te dan una vuelta por la bahía de Tokio mientras te atiborran de todas las especialidades de la zona. Primero, una sopa de miso,después un caldero individual humeante con trozos de algún ave, luego un sushi y para terminar un témpura (palabra esdrújula, amigotes, palabra esdrújula). Yo, que soy un paleto que se las da de listo porque manejo medio bien los palillos, preparé la salsa de soja para el sushi, con su wasabi y tal. Un éxito. Pero en esto, viene el témpura y yo, apresurado, cogí con mis palillos un pedazo de algo convenientemente rebozado, of course, y me dirigía a mojarlo en la salsa del sushi cuando un alarido espantoso, horrible, desgarrador paralizó mi mano. ¡NOOOOOO! gritó la camarera mientras se precipitaba hacia mí: "This sauce for sushi, not for témpura".
Menos me mal que me detuvo a tiempo. Acto seguido trajo la salsa de témpura y ... sabéis un secreto colegas: sabía exactamente igual que la del sushi.
Y voy a hablar de comida japonesa que quiérase o no, está de moda por todo el orbe planetario. Supongo que ya sabréis perfectamente distinguir un sushi de un sashimi y de un maki y que no confundiréis un soba con un udon (que yo sé de unos amigos que se chaparon varios kilos de espaguetis fríos sin querer por confundirse). Es importante saber qué es cada cosa y para qué sirve, que a los japoneses les ha llevado eso varios siglos y no vamos a venir los asturianos, valencianos y otros quídam a enmendarles la plana.
Y claro, viene a cuento la anécdota de turno (os creiais que ibais a libraros, ¡ingenuos!). Estaba yo invitado a cenar con un grupo de amigos en uno de esos barquitos-restaurantes que te dan una vuelta por la bahía de Tokio mientras te atiborran de todas las especialidades de la zona. Primero, una sopa de miso,después un caldero individual humeante con trozos de algún ave, luego un sushi y para terminar un témpura (palabra esdrújula, amigotes, palabra esdrújula). Yo, que soy un paleto que se las da de listo porque manejo medio bien los palillos, preparé la salsa de soja para el sushi, con su wasabi y tal. Un éxito. Pero en esto, viene el témpura y yo, apresurado, cogí con mis palillos un pedazo de algo convenientemente rebozado, of course, y me dirigía a mojarlo en la salsa del sushi cuando un alarido espantoso, horrible, desgarrador paralizó mi mano. ¡NOOOOOO! gritó la camarera mientras se precipitaba hacia mí: "This sauce for sushi, not for témpura".
Menos me mal que me detuvo a tiempo. Acto seguido trajo la salsa de témpura y ... sabéis un secreto colegas: sabía exactamente igual que la del sushi.
mercredi 3 décembre 2008
¿Miedo? ¿Quien dijo miedo?
Respeto, precaución, sorpresa ante lo desconocido, sí, pero miedo, miedo... sólo un poquito de pánico, incontrolable pánico, o sea, nada serio doctor.
Hoy, dado el hecho de que tengo un día bastante depre (es que ha hecho un sol esplendoroso en Bruselas y uno no está acostumbrado. Lo que uno espera es niebla, lluvia, "grisaille", etc) os voy a relatar, amables y pacientes lectores, un hecho verídico que me aconteció en Viena la semana pasada: No era muy tarde, tal vez las diez, pero no había nadie en la calle principal del barrio donde estaba mi hotel. La luz de los escaparates, triste y un poco cutre iluminaba la acera. Cada rato (largo) pasaba un coche. Me paré en una bocacalle para ver si podía cruzar (estúpida precaución, como digo no había nadie), y como a unos doscientos metros vi venir un personaje. Corpulento, abrigo negro desabrochado que dejaba ver un chaleco tambien negro con botones, una camisa blanca, sombrero negro y barba. Pensé, je, je, el judío errante.
Crucé la calle y seguí unos pasos por la acera. Mi mirada se detuvo un momento en un escaparate de ropa seudo-hippy. Unos segundos apenas. Levanté la vista... Y él estaba allí, mirándome con ojos glaucos. Lo juro. Venía por la dirección opuesta de dónde yo lo había visto.
Miré al suelo, apreté el paso con el corazón en un puño, blom, blom, blom y no paré hasta el hotel. Las cosas que no tienen explicación, no tienen explicación. Una copa de Blau Portughesich me ayudó a volver en mí. No dormí bien.
samedi 29 novembre 2008
El espíritu de Viena
Sé, ilusionados lectores, que estábais ansiosos por alegraros la existencia con una nueva entrega de este bodrio. Hasta sé de algunos (lo sé por procedimientos extra-bloguísticos) que no podían conciliar el sueño sin tener al alcance de sus ojos una explicación de qué sucedió en Viena la semana pasada. El gran Sorokin ha decidido rizar el rizo, y no sólo regalar vuestros ojos, sino incluso vuestras orejas con los sonidos que andan sueltos por la calle de tan renombrada ciudad.
Sí, queridos amigotes (o enemigotes que alguno habrá) uno, que ha recorrido algún que otro pueblo, villorrio, aldehuela etc de la geografía del mundo mundial, nunca había visto esto. He visto los típicos indios disfrazados de Sioux y tocando "El Titanic" con la quena, acordeonistas varios masacrando el "Evenu Shalom Alehem", violinistas ejecutando (nunca mejor dicho) las cuatro estaciones de Vivaldi, xilófonos, marimbas, saxofones y hasta una arpista (no una "arpía", ojo) tocando -decentemente por cierto- en la calle Reyes Católicos de Alicante, pero un piano en mitad de la calle, para mí es una novedad.
Ahí os va este aprendiz de video para que podáis verlo ustedes vosotros tembién. Os contaré mas cosas otro día.
samedi 22 novembre 2008
Viena
Bueno, queridos e insistentes lectores (válame Dios, que paciencia tenéis ustedes), os abandono por una semana. Si. Me voy a Viena pero volveré, como dijo Rajoy al salir de la Moncloa el otro día. No pienso perderme la obligada visita al "Zwölf Apostellkeller" (como si dijéramos, el Mesón de los doce apóstoles) a deglutir un escalope vienés con ensalada de patatas (suena horrible en español, pero si lo dices en alemán "Wienerschnitzel mit Kartoffelnsalat", suena mejor, y lo importante es que es una verdadera delicia)
Y claro, no puedo menos que contaros una historieta: una de las veces fuí con mi colega Michel, que lo que quería era un codillo. En fin, dijo: "moi, je veux un jamboneau", pero claro es que tiene la particularidad (compartida con otros sesenta millones de personas) de ser francés. Yo, que así me aporreen no reconozco que no sé algo, leí en la carta "Schweinbraten" y vi que era el único plato que empezaba por "Schwein...", le dije, está aquí, es eso. El pobre Michel se confió, pero la cara que puso de odio y sorpresa cuando le trajeron dos lonchas de una especie de mortadela rodeada, eso sí, de chucrut no se me olvidará nunca.
En fin, en peores me he visto.
vendredi 21 novembre 2008
Los misterios de la Biblia
Bueno, queridos amigotes, gracias a los comentarios que me han dedicado dos de mis sorpresivos lectores (el hecho de que haya alguien que lea este bodrio ya me llena de perplejidad), PAU-055 y RLH, tal vez separados por cientos de kilómetros entre ellos, pero tan coincidentes en espíritu (son las cosas de la globalización, como decía Celtiberus en uno de sus primeros mensajes) me anima a contar alguna tontuna más, no relacionada con la cocina (que, qué carallo, es de lo que me gusta escribir).
Bueno, pues he estado echando una mirada a la Biblia que tomé prestada en un hotel de Londres (es que a las que ponen en las mesillas de los hoteles de países católicos les castran el Antiguo Testamento, ellos sabrán por qué) y, como es lógico, he empezado por el Génesis (para algunos incultos, eso no es sólo el grupo de música de Phil Collins, sino el primer libro de la Biblia). Y ya empezamos creando misterios en el #4.15: "Si alguien mata a Caín, sufrirá mi venganza siete veces" , y digo yo... ¿quién?, si no me fallan las cuentas, en la tierra sólo había tres personas: Adán, Eva y... Caín (porque él ya le había achantado el resuello a su hermanico) y en el #4.17: "Caín se acostó con su mujer y esta quedó embarazada y parió a Enoch" .... ¿Su mujer? y ¿de dónde ha salido?. Insisto, no me salen las cuentas.
Pero ahí no acaba la cosa, en el #6.4 viene el famoso rollo de los gigantes: "los Nephilim (parece que quiere decir "gigantes" en hebreo, NDB: Nota Del Bloguero) habitaban la tierra en esos días , y también después, cuando los hijos de Dios buscaron a las hijas de los hombres y tuvieron hijos con ellos..." Ahí, ya la hemos liado ¿de dónde han venido? ¿quien son hijos de Dios y quien no?...
Bien, vale, no sigo. Sólo decir que para probar que siguen existiendo gigantes he puesto dos fotos en las que se pueden ver dos de ellos. Las fotos están separadas unos cuarenta años, pero su aspecto desaliñado no cambia.
mercredi 19 novembre 2008
A vueltas con los "Chemtrails"
Uno, que es un enteradillo ha visto circular por el cibermundo (¿A que sí? ¿A que "cibermundo" os ha gustado como palabreja?), estremecedoras teorías sobre el riego de extraños productos a que someten a toda la humanidad desde el cielo:
http://en.wikipedia.org/wiki/Chemtrail_conspiracy_theory
Todo ello, por supuesto orquestado por una mano negra y tal. Yo sé de buena fuente, digna de todo crédito, de qué va este rollo: el gobierno mundial en la sombra, los siete sabios de Sion, los rosacruces y algunos consejeros de Berlusconi se han puesto de acuerdo para controlar el incremento brutal de población de la tierra: seis mil millones y subiendo. Con tal fin todos, pero todos, los aviones comerciales que parecen tan inocentes llevan en el combustible un aditivo que es el más poderoso anticonceptivo que se conoce: el sulfato de no-metil pirulina. Y llevan años regándonos con eso.
¿No os pasa, ingenuos lectorcillos, que tras nueve horas de duro trabajo de oficina, otro par de horas sacrificándoos tomando cañas con los colegas -por mantener las buenas relaciones- llegáis a vuestras casas, y en vez de uniros en trepidante e ilusionada coyunda con vuestra pareja con la que lleváis quince años, lo que queréis es iros a dormir? Pues es por eso, no lo dudéis.
Y no digo más, que si me controlan los de "Echelon" me van a censurar
lundi 17 novembre 2008
Ararat
Hoy me ha sentado la comida fatal. He ido a un hindú que ha agredido mi delicado estómago de forma torticera (me encanta el palabro éste y lo uso para demostrar que Felipe González no tiene la exclusiva, faltaría mas). Total que no voy a hablar de comida, porque se me soliviantan las jarrias. Voy a hablar del Ararat. Estoy terminando un librillo de un holandés, un tal Frank Westerman, que se llama así y, como sus mercedes habrán adivinado, trata del monte en cuestión y sus aventuras para intentar subir. Os lo recomiendo, ilusos lectores, es muy ameno.
Yo le tengo apego al Ararat. He estado tres veces en Armenia, y resulta imponente verlo desde Yerevan (cuando se le ve, que a veces se oculta tras espesa capa de nubes, puede que angustiado por el mar de gruas que se alza en la capital de Armenia, decidida a convertirse en un nuevo Manhattan). En fin los armenios sabrán, que no en vano -como ellos dicen- son los primeros pobladores de la tierra tras el diluvio.
Una de las veces fui en el mes de Octubre, mes de lujo, ya os diré por qué. La vuelta, via Londres, era el dia catorce, y ahí está el busilis, el catorce es el cumpleaños de este aprendiz de bloguero. Tras la cosa esa de facturar las maletas y tal, paso al control de pasaportes. En la cabina había dos guardias (femeninas, oiga, que a veces el castellano tiene esas ambigüedades), una rubicunda y corpulenta y otra pequeñita, morena y un poco narigona. Cogieron mi pasaporte, lo miraron con cara hosca, intercambiaron frases en ruso con gesto adusto entre ellas, me miraron otra vez... y yo, pues un poco asustado, a ver. Por fin, las dos, al mismo tiempo abrieron una amplísima sonrisa, y dijeron al unísono: HAPPY BIRTHDAY TO YOU!
¿Hay o no hay razón para que me guste Armenia?
dimanche 16 novembre 2008
Murakami
Bueno, pues ahora que ya le voy cogiendo el tranquillo a esto del Blog, me voy a dar el gustazo de hablar de Murakami. Empiezo con dos pelotas: a mí me gustan las novelas de Murakami. Ya sé que es una afirmación arriesgada, sobre todo en medios "divinos" que consideran inaceptable algo que le gusta a la masa. Ouchh, qué vulgaridad, qué horterada. Pues sí, me gusta Murakami.
Descubrí por casualidad, en el Waterstone's que está en la esquina de Oxford Street con Totenham Court Road hace seis años. Uno entra ahí con un cierto sentimiento reverencial, antes de empujarse unas pintas en el Cambridge Pub y un vino en en el "All Bar One" de Cambridge Circus (desgraciadamente transformado en un restaurante de cocina "mediterránea"). Y los buenos chicos de Waterstone's, para ayudarnos a los paletos, entre sus estantes sin fin de vez en cuando ponen una etiqueta: "Waterstone's recommends" dirigida a unos pocos títulos. Así compré "Norwegian wood", el primer libro que leí del colega Haruki. Desde entonces, los he leído todos. Unos me han gustado mas que otros. A veces me ha puesto de mala leche, pero siempre me ha dado momentos de placer y de reflexión, que es lo que uno busca en la lectura (por lo menos, yo).
En fin, seguiré otro día, que me estoy poniendo plasta
jeudi 13 novembre 2008
Hoy toca cine
Bueno, pues ya estuvo suave, como dirían mis amigos mexicanos, de hablar de comida y de bebida. Hoy, voy a hablar de cine. Os he puesto en el encabezamineto, queridos lectores imaginarios, un fotograma de una famosa película de Marisol, llamada "Un rayo de luz barre la tómbola". Como véis, aparece Marisol en animado diálogo con Antonio Casal. Desafortunadamente, no tengo banda sonora del diálogo original en español, pero una anónima contribuyente de Lowell (Massachussets) me ha mandado la versión inglesa del mismo, que según ella reza así:
"Just whistle if you need me, you know how to do that, dont'you?, put your lips together and blow"
Para aquellos que desconozcáis la bella lengua de Faulkner, os traduzco:
"Nos ha tocado el premio gordo de la tómbola, ¿nos quedamos con la batería de cocina o prefieres el lote de productos de "la vaca que ríe?"
Vivir para ver
vendredi 7 novembre 2008
El vino en la milla de oro
Hállome estos días en una ciudad cuyo nombre no voy a mencionar. Hale, os chincháis. Sólo os diré que está de este lado del Atlántico, sobre mas o menos el paralelo 40 y que tiene un capitost@ de la Comunidad Autónoma que, que yo sepa es el único político en activo que ha dicho el 5 de noviembre que hubiera prefrido que ganara Mc Cain.
Bueno, pues en este pueblo hay una zona llamada "La milla de oro". Allí sientan sus lujosas tiendas joyeros famosos, modistos de altísima reputación (ojo, "reputación" no es un taco, que os conozco), etc, etc.
Y mira tú por donde, hay una tienda de vino. Una lujosa tienda de vino. Todo maderas nobles, las paredes llenas de botellas de todo el mundo. Y los precios... los precios. Os diré, llevado de mis aficiones fuí a mirar el rincón (oculto) donde está el vino de Toro y, sorpresa, ahí surge mi duda:
¿Cómo puede ser que el "Dehesa Gago" de Toro valga 8,50 euros si yo lo compro en De Coninck en Stockel (a 1500 Km de aquí) a 7 euros?
Ahí os dejo el problema, queridos amiguitos, espero bvuestras hipótesis al respecto.
Bueno, pues en este pueblo hay una zona llamada "La milla de oro". Allí sientan sus lujosas tiendas joyeros famosos, modistos de altísima reputación (ojo, "reputación" no es un taco, que os conozco), etc, etc.
Y mira tú por donde, hay una tienda de vino. Una lujosa tienda de vino. Todo maderas nobles, las paredes llenas de botellas de todo el mundo. Y los precios... los precios. Os diré, llevado de mis aficiones fuí a mirar el rincón (oculto) donde está el vino de Toro y, sorpresa, ahí surge mi duda:
¿Cómo puede ser que el "Dehesa Gago" de Toro valga 8,50 euros si yo lo compro en De Coninck en Stockel (a 1500 Km de aquí) a 7 euros?
Ahí os dejo el problema, queridos amiguitos, espero bvuestras hipótesis al respecto.
samedi 1 novembre 2008
Una receta
Lejos de mi de querer hacerle la competencia a mi admirado "falsarius chef", cuyo blog sigo fielmente (vaya, he querido poneros su dirección aquí, pero he tenido serias complicaciones informáticas: si busco entre los "bookmarks", este espantoso cacharro me cierra esta página, por lo que he renido que abandonar). Bueno, lo buscáis en Google. Pues iba diciendo, que no quiero hacerle le competencia, pero os voy a decir que hice ayer un risotto con vieiras que casi salen todos los vecinos de la escalera con pancartas laudatorias sólo de oler sus vapores. Ahí va:
300 g de blanco de vieira (los compro en el supermercado "Delhaize" de la esquina), una cebolla, un ajo, vino blanco (que no falte, ele, alegría), arroz precocido de ese que viene en sobres, aceite de oliva y mantequilla.
En una sartén (en "un" sartén como dirían mis amigos mexicanos), pongo aceite de oliva y sofrío (no mucho) el ajo machacado y la cebolla picada. Añado las vieiras. Cuando están doradas las saco, vierto un vaso de vino blanco (este era Sauvignon chileno, pero con un Albariño quedaría de escándalo, seguro) y dejo que el vino se evapore removiendo. Después pongo en la sartén el arroz y las vieiras y cuezo como cinco muntos. Lo dejo reposar otros tantos y le añado un taco de mantequilla salada (notad, astutos lectores, que hasta ahora no había añadido sal)
Luego, todo ello despareció alegremente en las profundidades de mi estómago. Un éxito.
300 g de blanco de vieira (los compro en el supermercado "Delhaize" de la esquina), una cebolla, un ajo, vino blanco (que no falte, ele, alegría), arroz precocido de ese que viene en sobres, aceite de oliva y mantequilla.
En una sartén (en "un" sartén como dirían mis amigos mexicanos), pongo aceite de oliva y sofrío (no mucho) el ajo machacado y la cebolla picada. Añado las vieiras. Cuando están doradas las saco, vierto un vaso de vino blanco (este era Sauvignon chileno, pero con un Albariño quedaría de escándalo, seguro) y dejo que el vino se evapore removiendo. Después pongo en la sartén el arroz y las vieiras y cuezo como cinco muntos. Lo dejo reposar otros tantos y le añado un taco de mantequilla salada (notad, astutos lectores, que hasta ahora no había añadido sal)
Luego, todo ello despareció alegremente en las profundidades de mi estómago. Un éxito.
lundi 27 octobre 2008
No veais lo que me ha costado volver a encontrar la forma de escribir algo en mi blog. "Mi" blog, sí, sí, pero no había manera de entrar. En fin, novatadas.
Pues bien, ya estoy dentro y todo lo que se me ocurre decir es que no tengo nada que decir. ¡Con todo lo que está cayendo por ahí! ¡Brutales crisis financieras! ¡Guerras en Afganistán e Iraq! ¡Las bolsas que se hunden como pedruscos en pozos! ¡Amy Winehouse otra vez ingresada en una clínica! ¡Mi última botella de Finca Sobreño sabía a corcho que tumba!... no voy a cometer la tontuna de decir que todas las tragedias anteriores no son tales, pero lo de la botella de Sobreño me ha hundido en la depresión. Vas a la cava a buscarla, la subes con cariño y con mimo, le pelas con un cuchillo de Ikea la envoltura metálica que lleva el corcho, preparas tu mejor sacacorchos (un Brabantia, porque no encuentro el "cavatappi" que compré en Roma en 2003), te relames mientras giras la palomilla del invento, sacas el tapón y... y... ¡no es posible, no es posible! no te lo terminas de creer, acercas el corcho a tu nariz... quieres negar la realidad, te sirves una copa y... sí, está "bouchonné". Efluvios de corcho invaden tu cocina, se desplazan hasta el salón, invaden tu dormitorio...
En fin, no os voy a entristecer más. El Sobreño, tinto de Toro de 2006, se fué por el desagüe del fregadero. Todavía no me he recuperado.
Pues bien, ya estoy dentro y todo lo que se me ocurre decir es que no tengo nada que decir. ¡Con todo lo que está cayendo por ahí! ¡Brutales crisis financieras! ¡Guerras en Afganistán e Iraq! ¡Las bolsas que se hunden como pedruscos en pozos! ¡Amy Winehouse otra vez ingresada en una clínica! ¡Mi última botella de Finca Sobreño sabía a corcho que tumba!... no voy a cometer la tontuna de decir que todas las tragedias anteriores no son tales, pero lo de la botella de Sobreño me ha hundido en la depresión. Vas a la cava a buscarla, la subes con cariño y con mimo, le pelas con un cuchillo de Ikea la envoltura metálica que lleva el corcho, preparas tu mejor sacacorchos (un Brabantia, porque no encuentro el "cavatappi" que compré en Roma en 2003), te relames mientras giras la palomilla del invento, sacas el tapón y... y... ¡no es posible, no es posible! no te lo terminas de creer, acercas el corcho a tu nariz... quieres negar la realidad, te sirves una copa y... sí, está "bouchonné". Efluvios de corcho invaden tu cocina, se desplazan hasta el salón, invaden tu dormitorio...
En fin, no os voy a entristecer más. El Sobreño, tinto de Toro de 2006, se fué por el desagüe del fregadero. Todavía no me he recuperado.
dimanche 26 octobre 2008
Mi blog
Acabo de abrir un blog. Toma ya. Naturalmente, todavía no tengo ni la más remota idea de qué voy a poner en el blog, pero mola cantidad. Ahí es nada: si quieres, puedes consultar mi blog, etc, etc.. No sé, uno de estos días os contaré algo estoy seguro, pero hoy bastante tengo con las fromalidades estas de "ponga aquí su foto", "díganos quien es vuecencia", bla, bla, bla. En fin, para no dejar esto así, os voy a poner un autorretrato bañándome en maravilloso estanque.