dimanche 16 novembre 2008
Murakami
Bueno, pues ahora que ya le voy cogiendo el tranquillo a esto del Blog, me voy a dar el gustazo de hablar de Murakami. Empiezo con dos pelotas: a mí me gustan las novelas de Murakami. Ya sé que es una afirmación arriesgada, sobre todo en medios "divinos" que consideran inaceptable algo que le gusta a la masa. Ouchh, qué vulgaridad, qué horterada. Pues sí, me gusta Murakami.
Descubrí por casualidad, en el Waterstone's que está en la esquina de Oxford Street con Totenham Court Road hace seis años. Uno entra ahí con un cierto sentimiento reverencial, antes de empujarse unas pintas en el Cambridge Pub y un vino en en el "All Bar One" de Cambridge Circus (desgraciadamente transformado en un restaurante de cocina "mediterránea"). Y los buenos chicos de Waterstone's, para ayudarnos a los paletos, entre sus estantes sin fin de vez en cuando ponen una etiqueta: "Waterstone's recommends" dirigida a unos pocos títulos. Así compré "Norwegian wood", el primer libro que leí del colega Haruki. Desde entonces, los he leído todos. Unos me han gustado mas que otros. A veces me ha puesto de mala leche, pero siempre me ha dado momentos de placer y de reflexión, que es lo que uno busca en la lectura (por lo menos, yo).
En fin, seguiré otro día, que me estoy poniendo plasta
Comentario: ninguno, pero por educación y aprecio a quien se tomó la molestia de escribir la nota, algo diré.
RépondreSupprimerNo conozco casi nada del autor ni de su obra, si acaso algunos de sus periplos por este mundo incluyendo su parada en EEUU, y poco más.
Confieso mi admiración y sana envidia por los que a estas alturas de la vida todavían tienen la suerte, o la bien cultivada costumbre, de seguir leyendo. Fui ávido consumidor de lectura en la infancia, adolescencia y temprana juventud. Desde "Las aventuras de Gullermo" y sus proscritos, pasando "Sandokan", y terminando por "Cuerpos y almas". Las circunstancias mas tarde cambiaron las aficiones, por las obligaciones. Cuando me senté en mi silla de retirado (va a hacer tres años ya)reflexioné sobre el futuro, intenté retomar aquella buena costumbre desempolvando los viejos libros que trajera conmigo al Nuevo Mundo cuando todavía no cobraban sobrepeso en el equipaje. Lo intenté de nuevo con los socio-formadores (La Montaña Mágica, La Pperla, Cuerpos y almas, etc) pero resultó demasiada fatigosa la escalada a esas viejas cumbres. Me refugié entonces en el comtumbrismo regional (Sotileza, Peñas Arriba, La Casa de la Troya, etc) y tampoco pude con ello. El último intento fue un regalo, "El Descanso del Guerrero" y pudo mas el descanso que el guerrero. Mis felicitaciones a los que siguen intentando aprender mas, yo ya me conformo con disfrutar de lo que la vida sencilla puede ofrecer dia a dia. En esta etapa mas que leer me apetece escribir, aun a sabiendas de que nadie leerá lo escrito, pero echando a volar los pensamientos que bullen por la azotea.
¡Ea, basta ya de zarandajas! Mi amigo, que disfrutes las lecturas y todo lo bueno que te ofrece la vida ahora que eres mas libre.
Querido Celtibero, gracias por tu comentario, hombre. Yo nunca abandoné la literatura: te permite vivir mil vidas que no has vivido y que nunca vas a vivir, abrirte al mundo, aprender... En fin, para decirlo todo, me he aprendido casi de memoria las 1080 recetas de cocina de Simone Ortega, y eso tiene su mérito. Hoy, sin ir más lejos, lo he visto traducido al francés en la librería de la FNAC.
RépondreSupprimerAlfredo dixit. Empiezo por Tokio Blues, ya te contare
RépondreSupprimer"Tokio blues" es el título que le han puesto en español a "Norwegian wood", yo creo que te gustará. Es la que tiene menos componentes "fantásticos" y más de la vida cotidiana en el Japón de los años ochenta.
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