Pues aunque parezca lo contrario, el título no va de ninguna adivinanza del tipo de "¿En qué se parece un ventilador estropeado y una vieja cansada a un euro y medio?", etc. No. Es que he terminado de leer "Los detectives salvajes" de Bolaño. Me había leido antes el fenomenal tochaco del "2666" con sus mil páginas que devoré absolutamente fascinado, así que las seiscientas siete de este me han sabido a poco. Empecé arrastrando los pies y un poco confuso con la lluvia de nombres, personajes y sitios, pero al final me he quedado totalmente engolfado, hipnotizado y mesmerizado (ya sé, listillos, "mesmerizar" e "hipnotizar" son equivalentes, pero lo pongo porque me da la gana, que para eso escribo yo) por las aventuras de Arturo Belano y Ulises Lima.
Y ya os explico la relación entre Bolaño, el emperador y los belgas. En la página 600 cuenta:
"A veces nos perdemos por colinas peladas. A veces el camino discurre entre quebradas y riscos y luego bajamos otra vez al desierto. Por aquí estuvieron las tropas imperiales en 1865 y 1866. La sola mención del ejército de Maximiliano nos hace morirnos de risa. Belano y Lima, que ya antes de viajar a Sonora sabían algo de la historia del estado, dicen que hubo un coronel belga que intentó tomar Santa Teresa. Un belga al mando de un regimiento belga. Nos morimos de risa. Un regimiento belga-mexicano. Por supuesto se perdieron, aunque los historiadores de Santa Teresa prefieren creer que fueron las fuerzas vivas del pueblo quienes
los derrotaron."
En un total de 1600 páginas entre los dos libros de Bolaño, me parece que es la única vez que menciona a los belgas y no salen muy bien parados... en fin.
Mi amigo Sebastián me manda por correo extra-bloguístico este comentario que os copio porque vale la pena leerlo:
RépondreSupprimer"Efectivamente, de Bolaño podría decirse lo que se decía del Ford Mustang en aquella época pero referido a escritores: hay escritores buenos y hay escritores malos y después está Roberto Bolaño.
Como me leí también sus dos libros de un tirón, ahora tendré que volver a leerlos para disfrutar de la literatura con más calma.
Aparte la portada de "Detectives…" que parecen un grupo de chulos bailadores de tango argentino, lo que hay dentro, es a pesar de todas las incongruencias narrativas, literatura visceral en estado puro; ni siquiera importa el tema, la falta de estructura, los saltos mortales por la sociología y la geografía mexicana, los personajes que no vienen a cuento, los protagonistas que parecen fantasmas etc. y es que probablemente no tenía tiempo de entrar en esas pequeñeces cuando se está escribiendo para la historia.
En fin, me quedé pasmado y con su 2666 prosiguió mi pasmo. Después, viéndole en fotos, comprendí que vivía para la literatura, que su salud personal debía importarle poco. Menos mal que consiguió ver publicada "Detectives…" antes de morir. Algo es algo. Una pequeña gran satisfacción.
Sorprendentemente nadie habla de él. La literatura y los escritores españoles actuales, esos y esas que publican cada año, lo ignoran, no hablan jamás de él y la verdad no me sorprende. Hay un abismo literario entre ellos. Así que lo silencian. Omertá, no sea que les vaya a quitar protagonismo.
Entre otras cosas tiene también: Nocturno de Chile y Historia de la literatura Nazi en América".
Sólo he leido "2666" de este gran escritor, pero casi que me animo a hincarle el diente a éste que recomiendas... pero cuando liquide las cientos de lecturas pendientes.Ultimamente sólo leo ensayo y ya es hora de meterme en una buena fabulación.
RépondreSupprimerSi te gustó 2666, te gustará. Pero no te dejes liar al principio por la enorme barahúnda de personajes, sitios, nombres, saltos en el tiempo, historias... que acaban formando un todo cohesionado, aunque a veces no lo parezca. Yo, a mitad del libro pensé que era inferior a 2666, pero cuando lo acabé, no lo tuve tan claro.
RépondreSupprimerIsidro,gracias por mencionar este libro.Yo aún no he tenido el placer de conocer Méjico,pero en mi adolescencia me cautivaba Méjico cuando escuchaba a mis amigos que pasaban temporadas en Chiapas con los zapatistas y volvían contandome lo duro y maravilloso del país. También recuerdo la conferencia que dió una periodista de La Jornada, de Méjico en mi ciudad. Ella solo había publicado su entrevista con el Subcomandante Marcos ,pero en nuestra ingenua aurora de juventud admirábamos que en Méjico existiera un periódico como la Jornada y una mujer tan cercana a la "revolución" como ella. También tuve la referencia de 1ª mano de mi madre que debido a su profesión de bailarina viajó al DF con frecuencia...pero nadie a sabido relatarme tan bién Méjico como lo ha hecho Bolaño. Yo me leí Los Detectives Salvajes hace 3años ,y me daba la sensación de estar recorriendo DF de su mano,creo que es le libro con más manchas y usado y manoseado que tengo. Me lo llevaba a todas partes. Después de este 2666, creo que conozco un poco más Méjico ,y eso que aún no he estado allí.
RépondreSupprimerPues no veas, Nancy, como me alegro que mi entrada sobre Bolaño te haya originado toda esa serie de recuerdos y sentimientos sobre México (los mexicanos lo escriben con "x". aunque se pronuncia como "j", o mejor, como "h" aspirada). Los dos libros de Bolaño retratan una parte de realidad sobre México, pero hay muchas más. México es un país enorme -el mayor de habla castellana- con un montón de matices y contrastes. Un país donde la revolución es institucional, como reza el nombre del PRI, donde la magia corre por las calles... un pais apasionante, en suma.
RépondreSupprimerNo sé si has leído "La muerte de Artemio Cruz" de Carlos Fuentes (para mí, su mejor libro) o, por supuesto, el enorme "Pedro Páramo" de Juan Rulfo, como ejemplos de otras visiones de la realidad mexicana. Y no te rías al leer que digo que Pedro Páramo es una visión de la "realidad", siendo un libro mágico, lleno de fantasmas y apariciones, porque en México eso es real también.
Ah, qué bien. Yo empecé con "Los dectectives..." y en este momento me leo 2666, y la verdad, no quiero que se termine, (Sí, me faltan aún 400 páginas, de 1000) Sin duda Bolaño es un autor singular, sorprendente y,con el que además te puedes reír.
RépondreSupprimerMe alegro que te guste, Claudia. Si te quedan 400 páginas, todavía tienes por delante muy buenos momentos de lectura.
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