Mis queridos y fieles amigotes (bueno, y si sois infieles, tanto me da, allá vosotros con vuestros hombres y vuestras mujeres, ustedes veréis), os voy a contar que este verano estuve visitando en Madrid el Museo Sorolla. Museo digno de visitar, que hállase situado en el Paseo del General Martínez Campos, muy cerquita de la Castellana:
Ya sé que me vais a recriminar que haya tardado tanto en contároslo, pero en fin, ya se sabe que más vale tarde que nunca, además, no sé por qué, me ha apetecido contároslo ahora, más que nada porque no fuera a ser que un rayo destruyera el Museo y yo me hubiera quedado con mis fotos en la boca. Pero bueno, ahí le vamos gurriato. Fíjate tú por donde, el Museo está situado en la que fue su casa, que no era una chabola, como puede verse:
La casa tiene un agradable jardín, con su estanque y todo. Todo ello es un muestrario de la fama, celebridad y riqueza que consiguió el Maestro en vida:
Como supongo que todos sabéis, Sorolla nació en Valencia, pero se quedó huérfano desde muy chiquito, porque sus padres murieron en la famosa epidemia de cólera de finales del siglo XIX, así es que lo criaron unos tíos (en sentido, "familia", no "tíos" como si dijéramos unos mindundis) que querían que fuese cerrajero, pero el niño dijo que nanay, que él lo que quería era pintar. Total, que estudió dibujo y pintura en Valencia. Finalmente consiguió un premio de pintura en Madrid y empezó a coger carrerilla, se fué a Italia, a París, de vuelta a Italia y, por fin, se estableció en Madrid, en el casoplón de la foto. Pasó por varias épocas pintando, aunque la más famosa por la que todos lo conocemos fue su época luminosa en Valencia, donde la luz juega de forma increíble. Pero vamos, Sorokin, que te enrollas con dos de humo, habla del Museo.
Su sala principal, donde resalta el "paseando por la playa":
Sorolla,. además fue retratista, y un montón de personajes de la época pasaron por su estudio, aunque en el Museo, lo que más resalta es el retrato de su mujer, Clotilde, vestida de noche
Y sin vestir, como en este desnudo sentado, aunque el desnudo más famoso, visto de espalda no está en el Museo:
pero, como ya os he contado (es que no me leéis, gurriatillos) sus mejores cuadros (por lo menos, son los que a mí me gustan más, eso es la ventaja de la crítica subjetiva) son los de su época luminosa y mediterránea, como "el baño del caballo"
"Después del baño":
Y el ultrafamoso "el baño".
Del cual tengo, además un imán en mi nevera. No os pongo la foto. La puse al hablar de Egon Shiele.
Pinchad aquí si os apetece, claro.
El museo tiene además alguna esculturas de su hija, Elena Sorolla, que aunque poco conocida era una buena escultora:
Y tras esa magnífica inclusión cultural y pictórica en el mundo de Don Joaquín (merece que se le trate de "don") or voy a hablar de un restaurante (vamos, ahora se llaman "gastrobares") que he descubierto en Madrid hace poco, no os inquietéis.
Se trata del
CIRKuK, que está en la Avenida de Bruselas (manda narices, salgo de Bruselas y me encuentro con otra Bruselas) en el Parque de la Avenidas:
Os recomiendo algunos platillos, como el "churrigorri de atún Balfego, churros, atún, polvo de tomate, mayokimchie y katsuobushi" (la imaginación al poder)
El "Carpaccio de calabacín, frutos secos, puré de tomatillo, aliño de sésamo y parmesano en lascas" (!Será por nombres!)
El "ceviche de lubina con leche de tigre, maíz cancha y mango" (este es más sencillito)
y estos langostinos en tempura
Os digo la verdad, que no se os atraganten los nombre, están todos buenísimos y ¡sorpresota! no son caros
Venga, Besotes que me voy a hacer unas espinacas.
Hace ya algunos años que vi el Museo Sorolla y me gustó mucho , no sólo lo expuesto, sino el edificio.
RépondreSupprimerEse Gastrobar, no lo conozco, pero me lo apuno para la próxima vez que vaya a los Madriles.
Es cierto, Tracy, la casa es impresionante, es más que un ‘casoplón’ como se dice ahora, es un palacio.
SupprimerEl Gastrobar es de lo mejor que he descubierto en Madrid en mi último viaje
No conocía la obra de este pintor . Gracias por presentárnoslo.
RépondreSupprimerLa comida riquísima por lo que veo! no entendí lo de los churros ¿Acaso en un plato salado?
Saludos
Me alegro de haberte descubierto la obra de Sorolla, Norma, es un pintor magnífico.
SupprimerEn cuanto a los churros, la verdad es que son sorprendentes y no son dulces.
Un beso
¡Hola! he pasado por el Museo Sorolla muchas veces, nunca he entrado y eso que me gusta el arte y me gustan los cuadros de Sorolla (mi preferido te diré que es el de después del baño, me fascinan esas pinceladas sobre le lienzo y esos colores).
RépondreSupprimerRespecto a ese Restaurante que descubriste en el barrio de la Concepción, pues pinta genial, la pena es que me pilla en el otro lado de Madrid, no es una zona por la que yo suela ir, pero lo tendré en cuenta por si acaso se da la opción
Veo que de vez en cuando vienes por los Madriles, ¡que bien!
Besos
Hola Marian.
SupprimerLa próxima vez que pases por el Museo Sorolla, deberías entrar, te gustará un montón todo lo expuesto, pero no solo eso, como dice Tracy, el edificio es precioso, lleno de rincones, salones, escaleras… vamos que estoy seguro que te gustará.
Y el restaurante, pues si tienes ocasión, también vale la pena
Besos
Me encantó. Tomo nota para mi siguiente viaje a Madrid. Abrazos desde Lima. Angela.
RépondreSupprimerHola Angela, qué bueno verte de nuevo por aquí.
SupprimerEstoy seguro que el Museo te encantará. No te lo pierdas cuando vayas a Madrid.
Abrazos
A mi tambien me gusto mucho el museo Sorolla cunado, hace ya anios lo visité.
RépondreSupprimerHola, desconocido y anónimo comentarista. Me alegro un montón que te gustara el Museo Sorolla. Yo estoy decidido a volver
SupprimerVisité el Museo Sorolla hace años y no sólo me encantó, sino que me entusiasmó.
RépondreSupprimerQué maravilla de museo y qué lujo poder visitar la casa donde vivió con su familia.
Siempre recomiendo una visita cuando alguien me dice que va a Madrid.
La obra que se expone es magnífica y abundante, pero....qué me dices del comedor o incluso de la humilde cocina?
Me entran ganas de volver a visitar el Museo Sorolla.
El espacio gastronómico que recomiendas me parece menos apetitoso, aunque nunca se sabe. Y es que a mí, eso de los nombres largos me da algo de pereza. Soy más bien tipo lubina a la sal o un buen pescado al horno. Clásica, vamos........
Un besazo,
Isabel
Cómo me alegra que te entusiasmara el museo Sorolla. A mí, como ya digo, me pareció magnífico, pero con lo que me cuentas , es evidente que tengo que volver a visitarlo, porque me perdí la cocina y el comedor, y por lo que dices, deben ser dignos de ver.
SupprimerEn cuanto a mi recomendación gastronómica, puedo comprender que prefieras una lubina a la sal, pero te puedo asegurar que esos platillos de exóticos nombres estaban deliciosos. Aunque muy voluminosos no eran, esa es la verdad: era más largo el nombre que la cantidad de alimento. Pero deberías probar si vas a Madrid.
Besazos
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RépondreSupprimerInterssant. Merci
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