lundi 27 mai 2024

El Museo Sorolla de Madrid, seguido de una interesante recomendación gastronómica

 


Mis queridos y fieles amigotes (bueno, y si sois infieles, tanto me da, allá vosotros con vuestros hombres y vuestras mujeres, ustedes veréis), os voy a contar que este verano estuve visitando en Madrid el Museo Sorolla. Museo digno de visitar, que hállase situado en el Paseo del General Martínez Campos, muy cerquita de la Castellana:



Ya sé que me vais a recriminar que haya tardado tanto en contároslo, pero en fin, ya se sabe que más vale tarde que nunca, además, no sé por qué, me ha apetecido contároslo ahora, más que nada porque no fuera a ser que un rayo destruyera el Museo y yo me hubiera quedado con mis fotos en la boca. Pero bueno, ahí le vamos gurriato. Fíjate tú por donde, el Museo está situado en la que fue su casa, que no era una chabola, como puede verse:


La casa tiene un agradable jardín, con su estanque y todo. Todo ello es un muestrario de la fama, celebridad y riqueza que consiguió el Maestro en vida:


Como supongo que todos sabéis, Sorolla nació en Valencia, pero se quedó huérfano desde muy chiquito, porque sus padres murieron en la famosa epidemia de cólera de finales del siglo XIX, así es que lo criaron unos tíos (en sentido, "familia", no "tíos" como si dijéramos unos mindundis) que querían que fuese cerrajero, pero el niño dijo que nanay, que él lo que quería era pintar. Total, que estudió dibujo y pintura en Valencia. Finalmente consiguió un premio de pintura en Madrid y empezó a coger carrerilla, se fué a Italia, a París, de vuelta a Italia y, por fin, se estableció en Madrid, en el casoplón de la foto.  Pasó por varias épocas pintando, aunque la más famosa por la que todos lo conocemos fue su época luminosa en Valencia, donde la luz juega de forma increíble. Pero vamos, Sorokin, que te enrollas con dos de humo, habla del Museo.

Su sala principal, donde resalta el "paseando por la playa":



Sorolla,. además fue retratista, y un montón de personajes de la época pasaron por su estudio, aunque en el Museo, lo que más resalta es el retrato de su mujer, Clotilde, vestida de noche


Y sin vestir, como en este desnudo sentado, aunque el desnudo más famoso, visto de espalda no está en el Museo:


pero, como ya os he contado (es que no me leéis, gurriatillos) sus mejores cuadros (por lo menos, son los que a mí me gustan más, eso es la ventaja de la crítica subjetiva) son los de su época luminosa y mediterránea, como "el baño del caballo"


"Después del baño":


Y el ultrafamoso   "el baño".


Del cual tengo, además un imán en mi nevera. No os pongo la foto. La puse al hablar de Egon Shiele. Pinchad aquí si os apetece, claro.

El museo tiene además alguna esculturas de su hija, Elena Sorolla, que aunque poco conocida era una buena escultora:




Y tras esa magnífica inclusión cultural y pictórica en el mundo de Don Joaquín (merece que se le trate de "don") or voy a hablar de un restaurante (vamos, ahora se llaman "gastrobares") que he descubierto en Madrid hace poco, no os inquietéis. 

Se trata del CIRKuK, que está en la Avenida de Bruselas (manda narices, salgo de Bruselas y me encuentro con otra Bruselas) en el Parque de la Avenidas:


Os recomiendo algunos platillos, como el "churrigorri de atún Balfego, churros, atún, polvo de tomate, mayokimchie y katsuobushi" (la imaginación al poder)



El "Carpaccio de calabacín, frutos secos, puré de tomatillo, aliño de sésamo y parmesano en lascas" (!Será por nombres!)



El "ceviche de lubina con leche de tigre, maíz cancha y mango" (este es más sencillito)


y estos langostinos en tempura



Os digo la verdad, que no se os atraganten los nombre, están todos buenísimos y ¡sorpresota! no son caros

Venga, Besotes que me voy a hacer unas espinacas.