mercredi 18 janvier 2017
Sobre inundaciones, lodos y aguas hediondas. Fin de año en Manilva
Vuestro seguro servidor y simpático bloguero (yo mismo, y si no estáis de acuerdo, podéis hacérmelo saber poniendo un adecuado comentario, por ejemplo "¡Sorokin, no te pases, que tu sabes que eres un plasta!, etc") ha pasado el fin de este año en Manilva. Como sabéis ¡Oh amigotes! Manilva está en la provincia de Málaga. Ya os he hablado en otras ocasiones de tan agradable sitio (pinchad aquí, vamos, si queréis). Pero en fin, esta vez, ese supuesto cambio climático que Míster Trompa, digo Trump y el primo de Rajoy dicen que no existe, ha decidido verter varios miles de litros por centímetro cuadrado sobre la zona. En fin, ya lo habréis visto en las informaciones de la prensa.
Total, que las aguas se desataron y se dedicarton a cambiar un poco la apariencia de la zona, como este pequeño destrozo en la playa de Sabinillas:
Llevándose por delante, muros, caminos, cauces habitualmente secos, arbolicos y lo que se les pusiera enfrente:
Y digo las aguas, pero en su mayor parte eran lodos:
Total, que el buen Sorokin se fue a ver los desmanes en directo, que no vale con que te cuenten las cosas, que uno es un escéptico por naturaleza. Y si no era verdad lo de las aguas, poder mandarle un mensaje a Mister Trump diciendo que tiene más razón que un arcángel rubio y con mechones, que no hay cambio climático, que todo era un cuento de los malvados medios de información.
Pero ¡ay! -o como dirían los franceses, hélas!-, la verdad es que había agua, había barro, había desmanes y lodos malolientes. Estoy casi por creer que Trump se equivoca. Por lo menos las gentes del lugar me han contado que no habían visto cosa similar en su vida.
Obsérvese, la huella del barro en un trastero no muy afectado, que los había mucho peores:
Y el descontrol y desbarajuste que dejó como huella en el trastero en cuestión:
Pero bueno, tras duras sesiones de limpieza, con las botas llenas de barro, las mangueras de agua a presión funcionando a todo trapo y otras actividades limpiadoras, ello se fué subsanando poquito a poco. Con una sonrisa, como todos los habitantes de la zona.
Para compensaros de esas noticias un poco grisáceas y tirando a tristonas, os voy a relatar el último descubrimiento que he hecho en Manilva. Bueno, el descubrimiento no lo ha hecho un servidor, que me lo contaron unos amigos que hicimos en Estepona, Sonia y Justin. Les mandaré copia de este bodrio para que sus espíritus se llenen de alegría al leer que escuché sus recomendaciones. Se trata de los "baños de la hedionda". Están en la sierra entre Manilva y Casares, aunque realmente pertenecen al municipio de Casares. Parece ser, cuentan, que ya los explotaban los romanos y que el mismísimo Julio César metió sus reales pinreles en tan acuático lugar mientras iba a luchar contra, no se sabe bien quién, si Pompeyo o los elefantes de Aníbal. Pero vamos, que sí, que se lavó sus patas ahí. Son aguas sulfurosas. De ahí viene lo de "hediondas".
Pues nada, amigos, si estáis por la región y os decidís a meter también vuatros pinreles en tan históricos baños, os voy a dar unos consejillos:
No confundir con la "plaza de los baños romanos" que está al lado del castillo de la Duquesa en Manilva. Pero si os habéis dejado liar y estáis en el castillo, el camino es el siguiente:
Os volvéis hacia Sabinillas. En la primera rotonda de la carretera, al laíto del supermercado Lidl, cogéis a la izquierda y, dale que te pego, dale que te pego seguís conduciendo (asumo que váis en coche) hasta ver el puente de la Autopista de pago, la AP7. Un señor puente, lo que llaman los alemanes un "Talbrücke". La carretera pasa por debajo y justo ahí, os topáis con el río Manilva:
Justo ahí hay un restaurante que, por supuesto, a principios de enero estaba cerrado a cal y canto. Se llama el "Roman Oasis" y mucho me malicio que es más bien un asunto para guiris. Es que uno, a veces se huele las cosas:
En fin, si me leéis en verano, Oh amiguetes, tal vez os apetezca entrar, pero si queréis entrar en esta época del año, tendréis que forzar la verja o saltar el muro.
Un poco más allá, te avisan de que ¡cuidadín, cuidadín! estás entrando en un recinto histórico, etc.
La cerretera ha desparecido, y en su lugar, hay un camino donde sí, cabe un coche, pero no os lo recomiendo. Dejáis el coche a la entrada. Pronto aparecen las ruinas de un balneario en ruinas (os lo he puesto en la foto de cobertura) y varias casas derruídas:
Por fin, en un remanso del río, aparece un edificio blanco (bueno, edificio es mucho decir, una construcción blanca) de la cual mana el río:
Entrad. En enero estábamos solos, solos, solanas. En verano, seguramente no es así. Por si acaso, te explican lo que debes y lo que no debes hacer:
En sus paredes, el verde musgo sobre blanco marca los colores de la bandera andaluza. Lindo detalle ¿a poco no?, como dirían en México:
El interior de la caseta muestra dos escaleras para descender a la piscina, que está cubierta. Un enorme pestazo a azufre te dice que sí, que están ahí las aguas hediondas:
Así es que ahí podeis remojar vuestros piececillos e incluso bañaros enteros si ello os complace, sintiendo todavía el olorcillo a los pies de Julio César.
Y si no, os podéis meter en el agua remansada que hay en la descarga de la piscina, como esta turista:
Ahí, el olor a azufre es mucho menos fuerte.
En fin, para acabar la jornada "en beauté", podéis volver al castillo de la duquesa, a Manilva y visitar el restaurante "casa Antonio". De muchos menos perendengues e historietas que el Roman Oasis, pero con un pescado que está fresquísimo. Lo pescan ellos. En enero, tenían gambitas "blancas", tiernas, tiernas, que se fríen enteras, rebozadas en un suave toque de harina, a la andaluza. Se comen, "a puñaos" enteras. Son inolvidables, pero mucho me temo que hay pocos meses del año en los que está autorizada la pesca:
Y bien, os dejo. Lo siento, pero os dejo. Me voy a cenar. Que la fuerza os acompañe.
Besotes
Ay, la fritura malagueña... Es lo más. Aunque el cazón me gusta más en Cádiz. Por estos lares hemos estado desayunando y comiendo con las noticias sobre las inundaciones en Andalucía durante semanas. Ahora ya no, porque ahora hace frío y, por lo visto, eso es toda una noticia.
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SupprimerLa verdad es que el cazón no es uno de mis bichos preferidos, sobre todo en adobo. Prefiero la rosada o el abadejo, pero en fin, la verdad es que Manilva ya casi es Cádiz, son solo (sin tilde, que me cruje la Academia) unos veinte kilómetros a la frontera.
Lo del frío debe ser la monda. Aquí tambien hace fresquete, pero como dicen los canadienses: ¡si sabréis lo que es frío!
Los destrozos que ha provocado estas inundaciones. Y ver tu casa así... Esto tiene que ser...
RépondreSupprimerY esos baños no los conocía. Pero ahora con este fresquito no creo que me anime. Quizás más adelante, si me animo a ir otra vez por tierras malagueñas.
Besotes!!!
Lo de las inundaciones ha sido el tema de conversación generalizado en Manilva todos estos días, claro. Lo curioso es que el agua elige sus víctimas: hay casas que ni ha tocado y hay otras prácticamente anegadas de barro y lodo. Pero la gente se ha puesto a currar muy rápido y muy bien. Para que luego algunos hablen mal de los andaluces.
SupprimerBesazos
Bendita climatología que te ha traído otra vez por aquí.
RépondreSupprimerUn abrazo.
Muchas gracias, Tracy. De todas formas hubiera vuelto aunque no hubiera inundaciones.
SupprimerAbrazos
Merci beaucoup pour la mention! En attendant de voir revoir bientôt et partager d'autres decouvertes.
RépondreSupprimerSuper Blog! Sonia et Justin
Enfin, c'est nous qui vous remercions, Sonia et Justin. L'information était très bonne.
SupprimerOn se reverra et on échangera des nouvelles informations.
Bonne soirée
¡Vaya fin de año! Para el cambio de 2017 a 2018 casi mejor que huyas al desierto, me han comentadpo que allí no hay inundaciones ni lodos... En fin... A ver la próxima vez que vayas a Málaga tienes buen tiempo y, además, puedes visitar todo lo que quieras.
RépondreSupprimerAbrazos
Bueno, digamos que fue un fin de año diferente. Visto en la distancia fue incluso épica la lucha contra el barro y muy interesantes las conversaciones con las gentes del lugar. Todos, por supuesto, tenían algo que contar sobre el asunto. Y el pescado seguía estando fresssco fresssco.
SupprimerNo sé, me pensaré lo del desierto para el año que viene :)
Un abrazo
Buenos días Sorokin! Bom domingo para você e sua família! Vim bordar este recadinho para vocês me desculpando pela ausência. Estou confeccionando adereços para o carnaval e em breve publicarei novidades para vocês!
RépondreSupprimerAbraços em todos,
Fiquem com Deus
♥Hilda's Bordados♥
Obrigado, Hilda
SupprimerFique com Deus vocé tambem
Joe pues si que elegiste bien l FECHA , o quizás es un dato a tener en cuenta para no coincidir contigo en espacio y tiempo jejejeje
RépondreSupprimerVenga un beso
Es la maldición del cuatro -y digo del cuatro, LaCuarent, no del cuarenta-. El cuatro de noviembre me rompo el húmero, el cuatro de diciembre se inunda todo y el cuatro de enero me abren el maletero del coche y me roban cuatro (4) botellas de Alhambra 1925. Y todo eso pasaba en Manilva, así es que el cuatro de febrero me quedo en Bruselas.
SupprimerOtro beso para tí.
.¡Bueno!, parece que Galicia se seca, y el sureste se inunda.Por estos lares llevamos dos meses de "ahora lluevo, ahora también"... y las arenas de las playas ni están, ni se las espera.
RépondreSupprimerPero, menos mal que todavía se puede hacer un alto en el camino para tomar unos buenos pescaditos o gamba blanca.
Por si acaso, parece que los científicos de USA están copiando todos los datos históricos sobre el cambio climático, porque temen que los de Trump los borren de los ordenadores oficiales. Pero bueno, que no hay cambio climático, que eso de que Galicia sea seca y el Mediterráneo se inunda son tontunas.
SupprimerMenso mal, como tú dices, que todavía hay pescaditos y gambas blancas
Me queda un poco lejos, pero igual gracias por tu información. Eso sí, en mi paso por Málaga recuerdo los pescaditos fritos y el tinto de verano en la Cala del Moral.
RépondreSupprimerSaludos
¡Qué bueno, Norma2! Me alegro mucho que te gustaran los pescaditos de la Cala del Moral. La próxima vez que vengas (nunca hay que decir "nunca"), te llegas hasta Manilva y pruebas las gambas "blancas". Ya verás qué ricas:
SupprimerSaludos
Excelentes artículos, historias y fotos. Abrazos.
RépondreSupprimerAngela
Gracias, Angela. Como siempre, me alegro mucho que te hayan gustado.
SupprimerAbrazos
Querido señor:
RépondreSupprimerLeyendo su blog me han entrado unas ganas irrefrenables de viajar, de ver, de experimentar, saborear, oler, comer, beber, visitar, entender, comprender.
En definitiva, vivir.
Quería darle las gracias,de heho mil y una gracias por todo lo que comprarte y regala en este blog.
Es un regalo para lectores como yo.
Es un poco difícil encontrar buenas historias y personas que las expliquen tan bien como usted.
Muchas gracias por cada una de sus palabraa.
Una lectora más
Milena
Milena, las alabanzas que me dedicas me apabullan, me hacen engordar de satisfacción, me hacen enrojecer de gusto. Yo soy el que te da las gracias por todo eso que me dices. Entre que hoy hace sol en Bruselas y que acabo de leer tu comentario, se me presenta el día con un brillo especial.
SupprimerGracias.