lundi 7 mai 2012
Chagall, otro judío errante
Hace un par de semanas ¡Oh queridos lectores! las circunstancias me obligaron a pasar unos cortos días en la Villa y Corte de Madrid. Obligación, que -para qué voy a negarlo- es para mí como suave bálsamo primaveral que acaricia mi cansado esqueleto. Aparte de que en "los madriles" siempre me sienta a gusto pase lo que pase, por encima de malos rollos, alcaldesas embotelladas y otras zarandajas, esta vez aproveché para ir a ver la exposición de Marc Chagall, exposición que os recomiendo con vehemencia si tenéis la oportunidad de ir a verla, amigotes. Se acaba el 20 de Mayo, así es que ya podéis poneros el turbo si queréis ir.
La exposición está dividida en dos partes. La primera, en el Museo Thyssen-Bornemisza, cubre las primeras etapas de Chagall, en su Rusia natal -Vitebsk y San Petersburgo-, su primera estancia en París, su vuelta a Vitebsk tras la revolución de 1917, y de nuevo París hasta que tuvo que salir corriendo a América para escapar a los pogroms que les tenían preparados a los judíos en la Francia de Vichy. La segunda parte está en la sede de Caja Madrid, al lado de la Puerta del Sol y cubre el resto de su obra, tras la guerra.
Las pinturas que os pongo a continuación, son el producto de la actividad ilegal y secreta de vuestro amado bloguero Sorokin, que tuvo que desafiar a unas marujonas de uniforme que se lanzaban sobre los inocentes fotógrafos -como un servidor- al grito de ¡NO SE PUEDEN HACER FOTOS! Qué susto, pardiez. Para conseguir, pues, las imágenes que siguen, recurrí a la táctica Anacleto agente secreto: la Canon en el bolsillo, con el interruptor en "On", sin flash y sacada subrepticiamente cuando las brujas no miraban. Y el gusto que da delinquir... inefable. Sorprendentemente, en la sede de Caja Madrid, en vez de señoritas Rotenmeyer había guardas de seguridad y resultaron más fáciles de burlar. Cosas de la vida.
La exposición es muy completa. Se puede seguir perfectamente la evolución de Chagall, desde sus primeras obras, realistas, pero donde el color adquiere carácter de protagonista total, como en estos tonos rojos fuertemente agresivos que usa en la pintura de su hija y su mujer comiendo frutos del bosque:
O el desnudo en rojo enmarcado por tonos verdes, pintura de su primera época. He leído que la modelo era su hermana. Será, si ellos lo dicen.
En muchas pinturas de esta época, aparecen temas judíos y paisajes de su Vitebsk natal, así como gallos, vacas, cabras, todavía como tales, sin mezclas humano-animal que aparecieron después. Lamentablemente, las más conocidas eran las que más vigiladas estaban por las marujonas, así que me quedé a dos velas y sin poder fotografiarlas, salvo ésta: "Soledad"
O esta, "la casa azul":
Tampoco pude fotografiar las incursiones de Chagall en el cubismo (en realidad, sólo eran un par de pinturas). Nunca se autoincluyó en ninguna corriente pictórica de las que arrasaban en el París de entreguerras. Por su uso del color y su trazo deliberadamente grosero fue asociado a los "fauves". Como digo, tuvo veleidades cubistas y luego los surrealistas lo consideraron como suyo, aunque él seguía a su aire.
No parece que los críticos se pongan muy de acuerdo sobre qué sentido tienen esos animales que aparecen en las pinturas de su primera época, aunque cuando se convierten en bestias antropomorfas, como aquí, en "la danza", se percibe un simbolismo más claramente sexual. Hombre, caramba, viendo una señora desnuda y un toro con un violín al lado, uno va comprendiendo por donde van los tiros.
O como aquí, otro toro violinista y otra señora desnuda:
En resumen, la exposición vale la pena. Yo disfruté como un tonto con un pincel y he tomado la decisión de mandar los colores pastel al guano e intentar usar también tonos salvajes en mis próximos gurrapatos pictóricos. Pero no debe ser nada fácil, pese a lo que pueda parecer.
Para terminar este post, no puede faltar una nota alimenticia, que además, viene al caso. Me llevaron a un restaurante ruso en Collado Villalba. Probablemente, el más ruso de todos los resturantes rusos de la provincia. Se llama "Strogonov" y, como podéis ver por la foto, uno se siente como si estuviera en algún lugar de la madre Rusia. Otra cosa es encontrarlo, porque está bien escondido en un rincón inverosímil. En fin pinchando aquí, viene un mapa de la zona.
Aparte los platos típicos como bitochki, blinis, caviar (de arenque, vaya, aunque también hay del de verdad, pero se paga), me encantó el borsch. No sólo por que era bastante verdadero, sino porque tiene un color totalmente chagalesco. ¿O no?:
Bueno, ya estuvo bien por hoy. No os perdáis Chagall si podéis. Un besote
¡Excelente post, Sorokin, y muy buenas fotos a pesar de que fueron tomadas clandestinamente!
RépondreSupprimerSaludos.
Perdón, salió repetido.
RépondreSupprimerHola Sorokin:
RépondreSupprimerCoincido totalmente con Violeta. Informativo e ilustrativo. La fotos realmente buenas.
Motivas a averiguar más del autor.
Espero que presentes por acá los resultados de tus experimentos pictóricos.
Saludos
RRS
Querido Sorokin, comparo plenamente tu sentimiento balsámico que significa vistar Madrid, pese a todo el contexto que sabiamente has descrito con unas tres palabras.
RépondreSupprimerAl leer lo de la exposición me ha dado penita, porque m e la voy a perder y se ve que es una gozada. Me gusta mucho Chagal… y tengo vuelo para junio… a no ser que pase un milagro y la alarguen un mes más… eso a veces pasa.
Del ruso, la verdad es que el color de lo que has tomado es absolutamente chagallesco…
Abrazos
Gracias Violeta y Xerófilo por sus comentarios elogiosos. Fue muy divertido tomar las fotos clandestinamente, mirando de reojo, esperando el momento que las guardianas estuvieran distraídas y ¡zas! sacar la cámara del bolsillo. La verdad es que solo he seleccionado las fotos que salieron decentes, porque otras cuantas salieron movidas a causa de la precipitación del momento.
RépondreSupprimerSaludos
Hola Claudia. Lástima que te pierdas la exposición, porque de verdad vale la pena. Y si te gusta Chagall, mucho más. En fin, no sé, pues quién sabe, a lo mejor la prolongan. La verdad es que el día que fuí yo, no había mucha gente. En el Thyssen estaba anunciado que las visitas se harían por turnos, pero qué va, pasé sin esperar. En Caja Madrid, ya sí que no estábamos más que cuatro gatos. Justo es decir que era jueves. Tal vez en fin de semana haya más gente.
RépondreSupprimerUn abrazo
¡Chagall bien vale una fiesta!
RépondreSupprimer:-)
Totalmente de acuerdo, Gata vagabunda.
RépondreSupprimerMonsieur, se va a quedar muerto, lo primero y menos raro, estuve en la expo hace un mes y medio más o menos, ni que decir tiene que me encantó.
RépondreSupprimerPero es que también he estado en ese restaurante ruso, hace ya muchos años, dios puede ser el 2004 ¿ ?, andaba yo de novia con un irlandés residente en Madrid, y mis fines de semana transcurrían en el AVE. Madre mía las vueltas que da la vida! :-)
No sé si ver la exposición (o las) es un festival para las neuronas no no. Pero lo cierto es que sales con una alegría en el cuerpo que no se puede aguantar. Porque incluso la tragedia la sabe tratar con esperanza.
RépondreSupprimerVolvería otra vez a ver las dos exposiciones, sobre todo la del exilio americano.
¡Y qué vida tan intensa que tuvo el gacho!
Lo único que se me ocurre decir, Madame, es que el mundo es un pañuelo, cosa no muy original sin duda. Que haya estado en la expo de Chagall, me parece muy natural. Sé de otros amigotes que han estado. Basta con amar la pintura, tener el espíritu ojo avizor, enterarse que la exposición existe y no estar demasiado lejos de Madrrriz.
RépondreSupprimerAhora bien, lo que sí es una sorrrpresa es que conozca el "Strogonov". O séase, que ya existía en 2004.. pensaba que era más moderno. Supongo que la llevaría el Irish, porque encontrarlo, así a pelo, es toda una aventura. :-)
Tienes razón, Oteador, sales de la exposición con un montón de alegría en el cuerpo y el espíritu. Y desde luego, el amigo Chagall tuvo una vida bien intensa en todos los sentidos, tanto positivos como negativos. En fin, judío, ruso, pintor, periodo de entreguerras... parece terreno propicio para una vida agitada.
RépondreSupprimerBuena selección de eventos, ambos conocidos por el que este escribe, con bastante querencia el segundo
RépondreSupprimerVaya, don Alfredo, ¡no me diga su merced que tambien conocía el restaurante ruso de Collado Villalba! Debo ser el único mono sobre la faz del planeta que no lo conocía.
RépondreSupprimerMagnifico paseo por la exposición Sorokin, que deja con muchas ganas de acercarse a Madrid a verla.
RépondreSupprimerEs verdad, como dice también Oteador, que la pintura de este hombre alegra y eso es una de sus peculiaridades, al menos lo que a mi me parece, que siendo su obra tan simbólica, transmita alegría. El simbolismo en otros casos, sobre todo el de connotaciones religiosas suele resultar inquietante. Sin embargo en este caso, es alegre. Supongo que todo se debe al color, así que hace usted bien en cambiar de tercios y pasarse a los alegres, que como decía el propio Chagall, los colores son amantes de sus contrarios y muy amigos de sus cercanos, bueno, algo así, pero que quería decir que todos se llevaban bien y se atraían y se besaban y se revolcaban y etc. etc.
Veo también que has combinado perfectamente la marca de agua con los cuadros, todo un detalle para que no resalte como un pegote. Se aprecia el gesto.
El ruso sin embargo, lo encuentro "muy encendido" y cerradito, pero seguro que se come muy bien.
Un abrazo
Hola Viena ¿Ya recuperada del curso de cocina japonesa?
RépondreSupprimerSi puedes pasarte por Madrid a ver la expo de Chagall, no lo dudes, vale la pena. En mi opinión, el color de Chagall tiene parte de sus orígenes en la estética rusa. Un pais enorme, cubierto de nieve una gran parte del año, con el blanco dominando el paisaje, necesita colores fuertes para destacar entre esa masa blanca. Por eso las iglesias rusas están pintadas de brillantes colores, como aquí, en esta foto que hice en Moscú:
http://www.flickr.com/photos/isidro2007/2226951212/in/set-72157603810123828
Una iglesia normal, sin nada especial. De ahí que el restaurante ruso de Collado Villalba respete totalmente esa estética. Es como, por ejemplo, los Yolki-Polki de Moscú: paredes de madera, colores vivos.
Y entre tanto, por aquí, por Bruselas, el color es el gris. :-/
Un beso
Sorokin, ten cuidadín que un día te cortan la mano! Madre mía si supieran los del museo jajaja. No conozco mucho este artista.. la verdad es que soy poco de arte pero eso no quita que no me guste. Te diré más, yo pinto... bueno pintaba. Ahora hace mucho que no lo hago pero me pasa coo te ha pasado a tique es ver cuadros y me entran ganas de pintar pero es que en un pisillo como el que vivo no sé ni dónde hacerlo aixxxx.
RépondreSupprimer¿un restaurante ruso en Madrid? ole! tomaré nota de este bonito lugar, gracias por el plano!
Ay, qué daño, cortarme una mano, Arantxi. Espero que no se atrevan. Por otra parte no acabo de entender la prohibición de hacer fotos si las haces sin flash. Que sí, que el flash puede dañar la pintura, aunque también una ardiente mirada puede hacer fundir los pigmentos, digo yo.
RépondreSupprimerY, mujer, para hacer acuarelas, que es lo más sencillito, basta con una caja de acuarelas (tres colores bastan, luego mezclas), un cuaderno de papel Arches, por ejemplo, y un pincel. Y lo metes todo debajo de la cama (la ventaja es que así, además, los ladrones no tienen sitio donde esconderse y no tienes que mirar todas las noches a ver si hay alguno) :-p
Saludotes
Tes photos de tableaux me dérangent un peu, j'avoue alors j'ai fouillé un peu et je trouve sur le web des choses intéressantes :
RépondreSupprimerhttp://www.slate.fr/story/34107/musees-plaidoyer-pour-le-no-photo
et la vision de wikipédia
http://fr.wikipedia.org/wiki/Photographie_des_%C5%93uvres_d%27art
et la discussion fascinante au sujet de l'atricle
http://fr.wikipedia.org/wiki/Discussion:Photographie_des_%C5%93uvres_d'art
http://culturevisuelle.org/icones/1416
surtout la discusion après est intéressante.
et puis j'ai glissé là - c'est marrant :
http://stanbul2000.wordpress.com/2010/07/26/26-juillet-met-life/
Ej que yo pinto al óleo y con caballete....
RépondreSupprimeres más complicao ;-)
Cher anonyme, Très intéressants tes repères sur les photos aux tableaux (et en général aux oeuvres d'art). Je pourrait être d'accord si c'était une question d'avoir peur que la reproduction ne respecte l'oeuvre original par changement de point de vue, couleurs, etc... Mais non, ils le font pour pure et simple cupidité et pour vendre des reproductions aux pigeons à des prix terribles et qui parfois ne reproduisent pas les couleurs originales, etc etc.
RépondreSupprimerMais, enfin, si je prends au sérieux l’article de Jean-Marc Proust dans le premier lien que tu as montré, il faut dire que sans aucune doute, ce certain Proust est un snob de ceux qui considèrent que la culture doit être le privilège d’un petit group d’initiés et qui déteste que (ce cite) “une cohorte de touristes armés de smartphones” photographie les –disons- peintures de Degas dans le Musée d’Orsay. Et ben, alors, pourquoi montrer ses tableaux dans un Musée et ne pas les garder sous dix clefs pour la seule vision d’un group de gens élus par la divinité, capable de comprendre la merveille des peintures?
Non. La culture est pour tous et si nous voulons photographier une peinture ou faire un arrangement rock d’une symphonie de Beethoven, nous avons les droit, nous, pauvres bloggers, etc.
Attention, anonyme, ce que je viens de dire ne vas pas du tout contre toi. Toi, tu as soulevé le sujet et fait la recherche, ce qui est très bien. Merci. Je m’adresse aux gens comme Jean-Marc Proust.
Un gros bisou
Arantxi, ¡qué nivel!, ¡al óleo! ¿Has probado el acrílico? es mucho más sencillo que el óleo y te permirte casi las mismas variaciones y libertades. Además, tambien se puede guardar debajo de la cama porque no huele, como el óleo. :-)))
RépondreSupprimerMaravilloso post. Qué bien me viene, con el calor que te torras que estamos teniendo, un poquito de Chagall!
RépondreSupprimer¿En Sevilla hace calor, Oh, Divina? Pues que suerte tienen ustedes vosotros, porque en Bruselas llueve y hace frío. Me alegro en cualquier caso que las pinturas de Chagall hayan ayudado a su divinidad a soportar tamaña crisis calórica.
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