UNA EXCURSION EN BARCO. LA PRIMERA OBRA DE VICTOR HORTA. EL "ART NOUVEAU" EN BRUSELAS. LOS FANTASMAS DEL LAVADERO. UN BUEN TÉ PARA TERMINAR TAN EMOCIONANTE JORNADA.
La historia empieza en Punta del Este, Uruguay, en un barquito que iba desde el puerto hasta la isla de Lobos, como ya os conté, ¡oh, queridos amigos! en una entrada de esta especie de simulacro de blog. Podéis releerla si eso os da un gusto y placer adicional en esta lluviosa mañana de Domingo pinchando aquí. Mientras el barquichuelo saltaba entre las olas del Atlántico austral, entablamos conversación con una pareja mexicana que sentábase al lado. Al saber que veníamos de Bruselas, nos contaron que él, era descendiente de la familia Autrique, de Bruselas y nos hablaron de la casa que había sido la casa familiar a principios del siglo XX. Una casa emblemática que había sido restaurada recientemente y para cuya inauguración habían invitado a todos los descendientes de la rama familiar, incluídos ellos. Oye, yo puse cara de enteradillo, aunque era la primera vez que oía hablar de tal casa, pero tomé en lo más profundo de mi interior la decisión de ir a visitar la casa en cuanto volviera a Bruselas. Bien. Ha pasado un año y medio, pero diversos sucesos, eventos e inconvenientes, entre los que hay que listar (¡qué remedio!) la Sorokinesca pereza estructural que me acosa desde mi más tierna juventud, me han impedido cumplir mi autopromesa hasta la semana pasada. Pero, al fin, ¡lo hice, lo hice! la he visitado.
La casa está en el número 266 de la Chaussée de Hatch, en la comuna de Schaerbeek, en Bruselas. Una comuna que se ha degradado bastante en los últimos años, pero que todavía conserva zonas nobles, como la Avenida Luis Bertrand que podéis ver al lado de la casa Autrique en la foto de Google.
La casa es la primera obra seria de Victor Horta, el arquitecto más famoso de Bélgica, a quien podéis ver aquí, reflexionando sobre que horterada (no escandalizarse, please, "horterada" en el sentido de obra de Horta) iba a acometer en los próximos minutos.
Horta fue el rey del "Art Nouveau" a principios del siglo XX y su obra es conocida y admirada en todo el mundo mundial, pero no fué el único arquitecto de la época que se dedicó al tema en Bélgica. De hecho, Bruselas, una ciudad rica en aquellos entonces, fué considerada como la capital mundial del Art Nouveau. Lamentablemente, al paso de los años y el paso de las modas, muchas de las obras de Horta fueron machacadas y destruidas, para construir mamarrachadas supuestamente "modernas", como el edificio que aparece en el dibujo precedente: la "casa del pueblo", sede del partido socialista, que fue demolida en 1947 para construir un edificio sin gracia ni cachet. Eso sí que fueron, realmente, horteradas en sentido peyorativo.
Pero bien, a lo que voy, que el otro día fuí a visitar la casa Autrique, restaurada en 1998 con un gran respeto por la idea original. Se puede visitar de miércoles a domingo y la entrada cuesta seis euros, pero vaya, bien empleados están. La recepción (en la foto) ya tiene un toque misterioso, medio en penumbra. Y eso que fuera hacía un sol magnífico (magnífico para Bruselas, quiero decir, claro)
La escalera con un vitral art nouveau, es en cambio mucho más luminosa.
La cocina en el semisótano. Dan ganas de ir a hacer algún guisote con esa maravilla de utensilios históricos.
El dormitorio, en la primera planta. Parece que sus dueños se están preparando para ir a la cama, con ese camisón estratégicamente puesto encima del lecho conyugal.
El desván de la casa está poblado de fantasmas. Os aconsejo si váis a visitarlo que os preparéis para importantes emociones. Bien, para empezar os diré que yo filmé un video en el cual aparecen los fantasmas, pero mi vídeo, y no es broma, ha desaparecido, tragado por Google. ¡Oh, my God! En cuanto publique este bodrio voy a volver a buscarlo y, si reaparece, lo pondré.
Mientras, para terminar tan interesante día, podéis ir a tomar un té a un salón de té que acaba de abrir en la Avenida Luis Bertrand, al ladito mismo de la casa Autrique. Bueno, yo tomé un café (descafeinado, que si no, no duermo), pero tienen muchas clases de té. A destacar una magnífica tarta de zanahoria, con un toque de canela que me hizo resucitar.
Bueno, os dejo, que voy a buscar mi vídeo. Un besote
¡¡¡He encontrado el vídeo!!!. Los fantasmas han decidido que querían aparecer en público. Aquí os dejo con ellos.
Qué bien, estos fantasmas conservan aún la belleza de sus cuerpos. La verdad que la cocinita es tan cuchi que apetece cocinar, sí señor-
RépondreSupprimerMe encanta esta serie de su ciudad señor Sorokin, y esa tarta de zanahoria ha hecho volar mi imaginación.
Saludos
Caray con los fantasmas! :-)
RépondreSupprimerMe encanta el Art Nouveau y una vez que tuve más tiempo libre en Bruselas que una cabra en el monte, me diseñé un Horta-itinerario. Que recuerde, visité el museo del cómic diseñado por él, y ya aproveché y me recreé en su contenido, la estación de metro dedicada a él, el centro comercial City 2 (aunque se incendió y lo restauraron enterito), dos hoteles, la casa que vuesa merced menciona y por supuesto el Museo de Horta. Total que quedé impregnada del espíritu nouveau. También me pasé por la estrecha fachada de la Masion Saint Cyr, de su discípulo Strauven, que seguramente vuesa merced conoce bien.
Me quedo con esos gastro tips para compartirlos con mis amiguetes allí. Gracias por las recomendaciones :-)
Pues sí, Claudia, ya me gustaría a mí llegar a fantasma en la misma forma que están los de la casa Autrique. ¿Cuchi se puede aplicar también a una cocina de 1900? bueno, pues me lo aprendo: la cocina de la casa Autrique es cuchi, un poco oscura, pero cuchi.
RépondreSupprimerLa tarta de zanahoria, desde luego, fabulosa. Pienso repetir.
Saluditos
Vaya, Madame, resulta que su merced es una experta en Monsieur Horta, y yo aquí balbuceando frases inconexas sobre el Art Nouveau bruselense. Chapeau!. Y es cierto, parece que las construcciones de Horta tenían algo de mal fario. Si la casa del pueblo la destruyó la incultura paleta de unos memos, la que menciona su merced, City 2 o "Inno", era el almacén "l'Innovation" y fué víctima del fuego por allá por 1968, creo.
RépondreSupprimerAunque no es de Horta, sino de un vienés, Hoffmann, mi próximo objetivo es visitar el Palacio Stoclet, una intrusión de la Wiener Werkstätte en Bruselas, con un famoso friso pintado por Klimt. He pasado muchas veces delante de él (está en plena Avenida de Tervuren) pero no he entrado nunca.
Como siempre Monsieur Sorokin un relato muy interesante.
RépondreSupprimerSolo tengo que decir que la cocina de gas que se ve, creo que es de bien entrado el siglo XX y por sus mandos me atrevo decir que bien pasodos los 50, aunque la primera cocina de gas se ideo en 1830 +/-.
Tal vez en Bélgica estuvieran más avanzados, ya que el gas ciudad tiene a sus espaldas unos 200 años, al principio como alumbrado de las calles, a las casas llegó bastante más tarde, al menos en España.
La casa parece muy interesante, la guardilla se ve preciosa, la verdad que me gusta trastear en almacenes de cosas antiguas.
Saludos
Buenos dias, Apicius. Tiene toda la razón, la cocina de gas es indudablemente mucho más moderna que la casa -de hecho, sin duda es más moderna que la cocina de carbón que tenía mi abuela en su casa- pero da el pego porque no desentona con el ambiente general. Supongo que durante la restauración es lo que encontraron más a mano.
RépondreSupprimerSaludos
Sorokin, si sigue esto, voy a incluir Bruselas en mi agenda de viajes para pronto, esta serie está consiguiendo que me entren muchas ganas de visitar estos tesorillos menos conocidos.
RépondreSupprimerLo que me ha dejado un poco desconcertada es el asunto de la cocina de gas, porque digo yo, que los restauradores deben estar muy al tanto de estas cosas, si son o no son auténticas, y entonces me pregunto ¿por qué hacen cosas así? Es como si estuvieran dando por supuesto que el personal no se entera, lo que resulta un tanto irritante.
Ya sé que queda bien, pero a mi me gusta pensar que cuando visito lugares así, lo es está es al menos reproducción de lo que estaba. Bueno, creo que el pastel de zanahoria podría compensar el mosqueo, por lo que dices, estaba bastante bien.
Un abrazo.
Hola Viena. No te quepa duda que Bruselas tiene muchas cosas interesantes que ver, aunque no sea Paris ni Londres.
RépondreSupprimerMe he estado documentando sobre la restauración de la casa Autrique en un libro (de papel, lamentablemente no hay versión electrónica a la que te pueda referir). El hecho es que parece que fué una restauración extremadamente difícil (duró siete años) porque la casa estaba totalmente hecha polvo: los sucesivos ocupantes la habían cambiado hasta hacerla irreconocible. Instalación eléctrica nueva, calefacción, etc. Además, los planos de la casa se habían perdido. Por otra parte, la Comuna de Schaerbeek que es quien financiaba la movida, quería que la cocina fuera operacional para hacer festejos de vez en cuando. Total, el resultado es lo que es, y no queda mal, la verdad.
Un abrazo
Ya quisiera yo tener el culo que tienen esos fantasmas! Culazos! Vaya con la casa, esconde rincones bien bonitos sobre todo el de la cocina.. ¿la alquilan? Qué casualidades tiene la vida, vas a Uruguay y acabas hablando de Bruselas con unos mejicanos..
RépondreSupprimerUn saludín Sorkin (¡rima!)
Hola Arantxi. De verdad, que yo espero seriamente que cuando llegue a mi estado fantasmático, tendré una forma parecida a los fantasmas de la casa Autrique.
RépondreSupprimerEs cierto, que el mundo es un pañuelo. Anda, que encontrar en Uruguay unos mexicanos descendientes de la familia Autrique de Bruselas, se las trae. Se lo conté el día de la visita a las chicas de la recepción y les encantó la historieta, aunque casi no me creen porque lo que más les extrañó es que hubiera focas en el Uruguay.
Me he estrujado la cabeza para enviarte unos saludos que rimen con Arantxi y he fracasado. Así pues, simplemente, Saludetes
Tarta de zanahora con canela... muy apetecible. De zanahoria y chocolate hacía yo, hace siglos, una tarta que estaba muy rica también.
RépondreSupprimerSaludos.
Pues, Landahlauts, estoy seguro que con chocolate tambien tiene que estar buena la tarta de zanahoria
RépondreSupprimerMuy buenas sugerencias y una buena idea el traer a este Diario al padre (o no) del Art Nouveau. Salvando las diferencias, Horta me recuerda mucho a Gaudi, pero mucho más sensual, más carnal en sus propuestas. Habfrá que ir a Bruselas, que no sé por qué la tengo un poco de lado. Bueno, Bruselas y toda Bélgica... y eso que siempre ha estado cerca de Ámsterdam.
RépondreSupprimerGracias por la recomendación del restaurante cercano a la Plaza Navona... nos gustó. Aunque, de los 3 que había en esa calle, no estoy seguro de que fuera ese. El dueño del que fuimos, había estado trabajando antes en el Orso 80, a unos metros del suyo.
Pues si vienes a Bruselas, Oteador, avisa que nos daremos algún homenaje en algún sitio especial, de esos que solo se saben los de aquí.
RépondreSupprimerMe alegro que te lo hayas pasado bien en Roma. La verdad es que yo estuve en la Mamma dell'Orso en 2003, o sea que la pobre señora lo mismo se ha jubilado. Viendo en Google Maps, yo creo que, efectivamente el restaurante ahora se llama Orso'80. Lo suyo era pedir antipasto y empezaban a traerte cosas, a traerte cosas hasta que no podías más. Entonces, la mamma empezaba a abroncarte: "mangiare, mangiare, mangiare NIENTE!". Unas japonesas en la mesa de al lado no comprendían el folclore de la situación y casi se pusieron a llorar.
Por supuesto Sorokin que te daré un toque. Hoy he entrado para ver las recomendaciones que hacías sobre Madrid estas Navidades, el 14 estamos por allí para echarle una ojeada a Marc Chagall.
RépondreSupprimerQué bien, nada menos que el 14 de Abril y Chagall, Oteador. También puedes echar un ojo a los sitios que recomendaban Claudia y Viena hace año y pico y que copié en:
RépondreSupprimerhttp://diriodeunaburrido.blogspot.com.es/2010/09/de-tapas-por-madrid-siguiendo-los-blogs.html
Pero en fin, en Madrid sitios para mover el bigote y dar trabajo al hígado no faltan. Ya nos contarás.
Bueno, lo del 14 de Abril es porque celebramos nuestro aniversario de boda: 36 años.
RépondreSupprimerGracias por el segundo enlace.
Pues felicidades. Que lo paséis bien y disfrutéis del aniversario.
RépondreSupprimerJean Baptiste Autrique, mi bisabuelo, cruzó el Atlántico a finales del siglo XIX. Él era pariente directo del dueño original, Eugene Autrique, de la casa que encargó su construcción a Victor Horta. Los descendientes de Jean Baptiste ya cuentan con integrantes de la 6a generación en México y todos muy orgullosos de la ascendencia Belga. Muchos conocemos la Maison Autrique y algunos estuvimos en la inauguración de la misma. El principal promotor del reencuentro entre parientes de América y de Bélgica fue mi padre, y logró reunir un día antes de la inauguración a la mayoría de los Autrique belgas que no se conocían entre ellos en la Maison Autrique. Te felicito por esta publicación.
RépondreSupprimerSaludos de Carmen y Juan, que fuimos los mexicanos que estuvimos contigo en el viaje en lancha para ver las focas en el islote frente en Punta del Este.
¡Buenos días, Juan! ¡Qué bueno que encontraste este artículo del blog sobre la casa de tu familia! La verdad es que había tenido la intención de enviártelo cuando lo publiqué, pero el hecho es que no encontré la tarjeta con tu dirección que nos diste en Uruguay. Le conté la historia de nuestro encuentro a la chica que estaba en la recepción, ya que ella me dijo que tambien era de la familia y, claro, tambien se acordaba de la fiesta que hicieron en la inauguración.
SupprimerSaludos a tí y a Carmen.