vendredi 10 décembre 2010
Aventuras de un "gashego" en Uruguay
Dejadme aclarar un par de cosas: el "gashego" soy yo aunque haya nacido en plena llanura manchega. En fin, todos los españoles somos gallegos en Uruguay y en Argentina, o sea que lo mío no tiene mérito. Lo de "aventuras" es, indiscutiblemente, una licencia poética, porque sitio más tranquilo que Uruguay es difícil encontrar en la superficie de este planeta (y posiblemente de algún otro). Bueno, algún riesgo hay, como os explicaré más adelante: no se me impacientéis, que las cosas de palacio van despacio. También es cierto que el negro Ireneo violó a la Maga en un conventillo de Montevideo, pero hace bastante de eso. Si consideramos que la Maga tenía quince años cuando la violaron, que debía tener unos veinte cuando se encontró con Horacio Oliveira en París y que tan romántico evento debía tener lugar hacia 1957, ello significa que hace como cincuenta y pico años del suceso. Ni modo de reconocerla por la calle a estas alturas. Además, Cortázar ya nos dejó hace años, o sea que ni le podemos preguntar.
Bien colegas, pues tras este torrente de erudición cortazariana (me comprenderéis que me haya puesto a releer "Rayuela" en estas circinstancias), paso a relataros cositas.
En fin, permitidme que vuelva por un momento a "Rayuela": cuando la Maga cuenta que le disgustan las recovas de la plaza Independencia de Montevideo. La verdad es que he tenido que ir al diccionario de argentinismos para saber lo que era una recova y he creído entender que es como un soportal. El Palacio Salvo (en la foto), el edificio más notable de Montevieo, sí tiene soportales:
Pero, a mí no me molestaron mucho. Me parecieron mucho peor las barbaridades que han hecho en la plaza metiendo unos edificios más feos que picio, como este que está detrás de la estatua de Artigas:
En fin, allá cada uno, que no va a ser un gashego quien diga cómo tienen que ser los edificios, coño.
Y vale, ya os voy a hablar de los peligros que acechan al visitante en Uruguay. El más grave es para vuestra tarjeta Visa. Si apreciáis en algo vuestro balance mensual, no se os ocurra pasar por la calle Sarandi de Montevideo. Y si pasáis, no miréis las tiendas de joyas, joroba. Sobre todo si, ¡oh queridos amigos!, sois del género femenino o váis acompañados por un espécimen de tal género; porque las amatistas uruguayas son la remonda, cierto es. Y luego empieza el rollete de "no estamos gastando, estamos ahorrando", "¿sabes cuánto costaría una piedra así en Europa"?, etc, etc. No digáis que no os he avisado. Evitad esta tienda en concreto:
Además, el dueño es encantador, o sea que daros por hodidos si os atrevéis a entrar.
Otro riesgo bastante memo es que os pase lo que a mí. Había alquilado un coche en Punta del Este para ir a Montevideo. Plas, plas, 140 Km y ¡hale! ya has llegado. Y ¿dónde meto el coche ahora en pleno centro? pues en un parking, pardiez. Buscas un parking, llegas, se hacen cargo del coche, les das las llaves a cambio de un recibo y te vas a disfrutar de Montevideo. Magnífico. vuelves varias horas después, enseñas tu recibo... y viene la pregunta fatal: ¿número de placa?. Mierda, pues ni la más repajolera idea. Ya os podéis imaginar el diálogo subsiguiente: "Pues es así, pequeñito, como de color oscuro, etc, etc.". Menos mal que deben estar acostumbrados a ese tipo de desaguisados, porque apareció al cabo de quince minutos.
Y, para acabar, ojo con la conducción por las carreteras, no porque la gente esté loca al volante como en Buenos Aires ni porque sean peligrosas. Es que hay un letrero que dice: "Obligatorio el uso de las luces bajas 24 horas al día". Menda, interpretó que las "luces bajas" son las luces de posición. Pues no. No Sir. Son las luces normales, así que la poli me detuvo on my way back to Punta del Este y me leyeron la cartilla cuidadosamente, explicándome lo que eran las tales "luces bajas". Menos mal que me fui de rositas, simplemente con una bronca (Y uno ya está acostumbrado a las broncas).
Pero bueno, en resumen, Uruguay es un pais magnífico y tranquilo y Montevideo es una ciudad para vivir, mas que para visitar, con playas limpias y tranquilas al laíto mismo del centro. Y además podéis relajaros como estos bañistas de Punta del Este. Otro día os hablaré de ellos:
Un saludote a todos
Otro día? me dejó usted con las ganas! y si me pongo con Rayuela?
RépondreSupprimerBueno, creo que sabré esperar el resto del relato, ese que habla de los restaurantes que ha visitado,las parrilladas que se metió entre pecho y espalda... y por cierto las amatistas eran considerablemente hermosotas? lo digo porsiaca , es que me dijeron que la amatista era mi piedra , como lo podría ser un cacho granito que lo tengo mas al alcance, pero me dijeron que la amatista y seria una buena excusa para convencer a mi compi de que un paseo por punta del este a lo Valeria Mazza con amatista incluida estaría bien.
Diós releyendo creo que debo dejar los Gintonic para relajarme mientras leo relatos y otras andanzas...
Abrazos y bienvenido al cibermundo
¡Hola Mai!
RépondreSupprimerLas amatistas eran increíbles, de verdazzz. Y en la joyería ésta de la foto, tenían algunas talladas con cientos de facetas (o sea, no se si eran cientos, que la verdad es que de piedras yo no entiendo, pero eran muchas) Y el buen hombre las tenía solas, sin engarzar o montadas en anillos y sortijas. En serio: no vayasssss, y no lies a tu compi. Mira, yo una vez compré en el Atlas una geoda de amatistas marroquís por apenas nada. Pues eso, si te van las amatistas, las de Atlas valen mil veces menos. Ya sé, ya sé, no es lo mismo, pero el efecto psicofántico y tal debe ser el mismo, digo yo.
Un fuerte abrazo. Yo, no necesito el gintonic, con la jetlag y un buen Côtes du Rhône, me vale. Estoy flotando.
Todos gashegos, es verdad, tengo buenos amigos argentinos y así te van cogiendo (perdón, agarrando)confianza, pasas de gashego a gashego de mierda y de ahí en otro paso a ¡gorda! o ¡hijadepuuu.!!! Todo en relación al cariño que te tienen jajaja. Bueno, pero esto ya lo sabe todo el mundo, porque como decía el otro día otro amigo: ¡Quién no tiene un argentino en su vida! Adorables.
RépondreSupprimerPero vayamos por pasos, que lo que nos das es un índice suculento.
Sobre Cortázar confieso, por lo bajini si se quiere: ¿Y a mi que Rayuela no me pareció el súmmum que a todo el mundo le parece?
Quizás por esas cosas del momento en el que se lee o algo así, pero me muestro mucho más animada con Benedetti. Claro que de poder viajar assllá, con la ambientación y tal, reelería con gusto.
Me llama la atención lo de las luces bajas (las amatistas las paso de largo) ¿Por qué hay que tener todo el día las luces? Y a propósito, justo una amiga de por asllá, se parte de risa cuando me escucha llamar a las luces largas, "la entera", porque mi padre las llama así de toda la vida y así se me quedó. Cada dos por tres, cuando me relajo, me sale lo de dar la entera y esta amiga se ríe, le suena rarísimo. ¿Has oído alguna vez esa expresión?
Uf, te dejo descansar. Seguiremos departiendo.
Un abrazo.
Querido Sortokin, te informo que en Venezuela también se e dice gallego a todos los españoles. Jajaa, al verdad que es un poco a posta, por jod... digo yo.
RépondreSupprimerMe encantan esas postales con las que nos retratas las ciudades por donde pasas. Por otro lado, tampoco me disgustaron las recovas.
Saludos
Ja ja ja, Viena, muy buena tu escala de como te van cogiendo (agarrando, perdón) cariño los argentinos. En fin, la verdad es que los he encontrado muchísimo menos pedantes y "emmerdeurs" a los que están allá que a los que se han venido a vivir a Europa. Cosas de la emigración, supongo.
RépondreSupprimerRayuela, me gustó mucho la primera vez que la leí, sin fisuras. En esta relectura, la he mirado con un ojo algo más crítico y la primera impresión (volvemos sobre el tema) es que le sobra un montón de citas pedantes sobre ciento y la madre de autores, escritores, músicos, etc. Eso nos iba mucho entonces (yo tenía un amigo que siempre que nos iba a largar una pedantería -"como dice Habermass, etc, etc"- se le ensanchaban las aletas de la nariz, tomaba aire, nos miraba con conmiseración y luego largaba el rollo).
La segunda impresión es que no es Cortázar el que es pedante de por sí, sino que quiere transmitirnos que Oliveira es un pedante, pero, en fin, las citas están ahí. La novela, de todas formas, tienes cosas sensacionales. Reléete el capítulo de la aventura que se marca Horacio con Berthe Trépat y pártete de risa. O la ruptura de Horacio con la Maga y deja que se te salten las lágrimas. En fin, no voy a decubrir que Cortázar es un gran escritor.
Lo de las luces es ciertamente sorprendente. Es obligatorio también en Escandinavia y en Hungría, por ejemplo... Pero, ¿en Uruguay? ¿Por qué, si hay una luz fabulosa? Ja ja, y lo de la luz "entera" no lo había oído nunca.
Un abrazo
Hola Claudia. Vaya, ya veo que el "galleguismo" llega bastante al norte. En México, en cambio, somos "gachupines" palabra, según dicen, de origen azteca. Voy a tener que ir a darme una vuelta por Venezuela cuando tenga tiempo.
RépondreSupprimerUn abrazo
Hola Sorokin:
RépondreSupprimerQue bueno que te fue bien en tus vacaciones.
A mí Uruguay me hace pensar sobre todo en Alfredo Zitarrosa. Leí "Rayuela" hace demasiados años, más que releerla se me antoja más leer otras obras de Cortázar.
No sé cómo me imaginaba Uruguay, pero me extraña la aparente ausencia de construcciones antiguas en esas plazas. ¿O están en otras fotos?
Además ¿Dónde estaba el lobo marino? ¿Es un zoológico? La pregunta es porque una amiga de por acá vive cerca de una marina, y el otro día nos mostró una foto de un lobo que había ido a asolearse ahí, así que no se me hace imposible que éste fuera silvestre.
Me gusta lo que dices "... una ciudad para vivir, más que para visitar." Algo parecido al lugar en el que vivo, incluso por la playa, aunque estoy seguro de que la vida cultural en Montevideo debe valer bastante la pena (La Paz, por ser ciudad pequeña, tiene muy pocas opciones en ese sentido).
En fin, un saludo y aguardamos lo que sigue.
RRS
Hola Xerófilo.
RépondreSupprimerSí, si hay construcciones antiguas. Quedan edificios coloniales en otras zonas, como el barrio viejo, pero la gran expansión de Montevideo tuvo lugar con el gran crecimiento económico de los años 30, así que hay muy buenos edificios modernistas y "art deco". Lástima que en los 60 construyeran (como en muchas otras ciudades del mundo) unos bloques de concreto y vidrio bastante feos.
El lobo marino está libre. La foto es en el puerto de Punta del Este. Ya lo contaré en otra entrada: hay una isla a pocos kilómetros de ahí, la "Isla de Lobos", donde hay la segunda reserva mundial de lobos marinos, focas y elefantes marinos: 200.000! Fui en una lancha e hice fotos que ya enseñaré.
Saludos
Monsieur Sorokin, sabía yo que después de su gran viaje, nos iba a traer una visión caleidoscópica y magnífica de los pueblos y ciudades que visitara. Un relato descriptivo de lo más entretenido, sin pedanterías :-) algunas.
RépondreSupprimerMe hace gracia lo del verbo "coger", aquí en el sur se utiliza mucho y no veas lo difícil que era que no se me escapara un "cogimos" o "cogeme" por aquí o allá salpicado en mi conversación. Tiene narices que tenga ese significado.
No conozco Uruguay y confundo mucho su acento con el argentino, la única cosa que me decían los argentinos que podría ayudarme a diferenciarlos, es que ellos van con la cachimba esa de mate colgada siempre del cuello. De hecho hace unos días vi a una chica con su matera colgada y me dije "vaya sera uruguaya". Debe ser un fascinante país por lo que describe, pero tengo que reconocer que el conocimiento que tengo de él viene más por algunos de sus escritores que por otra cosa.
Por cierto, lo de las luces también ocurre en Croacia y te caía bien gorda sin no las llevabas puestas.
Bienvenido y a seguir contándonos cosas, seguro que hay muchos relatos "aburridos" en el tintero.
Pues sí, Madame Delikat, lo de "coger" es bastante peliagudo en toda América Latina. En México contaban el chiste del español que llega al aeropuerto y pregunta "¿cómo se coge un taxi aquí?" y la respuesta: "pues éste... no sé... tal vez por el tubo de escape".
RépondreSupprimerCon lo de los uruguayos y los argentinos ya metí la pata en Punta del Este, cuando dije en el hotel que me parecían más amables que los argentinos (cosa totalmente cierta) y me miraron con sorna diciendo: "pues acá, somos todos argentinos". No sé, me parece que tienen un acento todavía más exagerado con las "elles". Los uruguayos dicen "la plashsha", mientras que los argentinos dicen "la plaslla". A lo mejor era al revés, que sho sha metí la pata una vez, como he dicho antes.
¿Entonce todos los que andan por Buenos Aires con su termo, su mate y su bombilla por la cashe son urugashos? Vale. Lo tendré en cuenta para mi próximo viaje.
Saludetes
Jaja me encanta lo del tubo de escape.
RépondreSupprimerLo del mate colgado fue lo que me dijeron, ahora bien, no quiero llevarlo a un nuevo piciazo, se haya puesto de moda esta costumbre también en tierras argentinas y la liemos ya parda total, y acabe vuesa merced con la matera incrustada sabe dios dónde...
Ummm. Muchas gracias por el nuevo consejo, Madame. Trataré de evitar nuevos planchazos, que siempre son desagradables, sobre todo si uno acaba con el mate, como dice vuesa merced, incrustado en ...bueno no quiero ni imaginar dónde. :-)
RépondreSupprimerDinos, ¿qué tipo de piedra acabaste comprando??? jijiji
RépondreSupprimerPues el edificio ese que comentas no es que sea horroroso en sí, sino que no pega para nada en ese lugar!!!
Por cierto no nos cuentas nada culinario! Ya explicarás ;-)
Hola Arantxi.
RépondreSupprimerSólo diré que una Amatista de no sé cuántos millones de kilates y miles de facetas (yo es que no entiendo de piedras) cuesta menos que una cena para dos en un buen restaurante de Bruselas, en serio.
Yo creo que el edificio en cuestión, además de no pegar nada ahí, es feo (o a mí no me gusta, vaya). Me refiero, por supuesto, a ese bloque de vidrio que aparece detrás del caballo de Artigas, héroe de la independencia del Uruguay.
Ya, ya contaré cosas sobre alimentos. Y digo alimentos, porque la cocina no puede ser más simple, tanto en Uruguay como en Argentina. Una parrilla de leña o carbón y carne. Eso sí, ¡vaya carne!
Estas cosas no se hacen, Mr. Sorokin. Menos mal que uno, a sus años, todavía conserva la dentadura en su posición y lugar original, porque de lo contrario, con todas esas aventuras y desventuras de un "gashego por los uruguays", estaría a cuatro patas buscando los postizos por el suelo.
RépondreSupprimerSe agradecen, y mucho, todos esos consejos. Porque cuando uno va de turista, como que se relaja un poco, y no piensa en ninguna de esas cosas.
Sobre el "Rayuela", creo que pienso igual que Viena. Este verano, en Lanuza, nos alojamos en un hotel rural y la habitación se llamana Julio Cortázar, por supuesto la novela estaba sobre el escritorio, y me paso lo mismo que cuando la leí en el 68: sí, pero no.
Hola Oteador.
RépondreSupprimerMe alegro verte por aquí (iba a decir por el Uruguay, pero no, que ya estoy de vuelta en la fría Bruselas).
¿En un hotel de Lanuza tienen "Rayuela" en la mesilla como si de la Biblia se tratara? ¡Qué culto a Cortázar!
Te digo lo mismo que le dije a Viena. A mí sí me gustó la primera vez que la leí, pero ahora le encuentro un transfondo pedante y pretencioso que ya no está de moda. De todas formas la releí para meterme en harina, igual que he releído a Benedetti, porque sólo con las "Lonely Planet" y las "guías del trotamundos" te quedas un poco a dos velas.
Saludos
Mejora
RépondreSupprimerLo intento, amable comunicante anónimo, lo intento. Gracias por tan escueto y desinteresado consejo. Tal vez si extendieras tu amabilidad a concretar un poco más en qué y cómo, sería mucho más útil tu comentario
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