samedi 4 septembre 2010
Honfleur
He pasado unos días (pocos, lo que podríamos llamar un fin de semana largo) en Honfleur, mi rincón preferido de Normandía. Por si acaso no sabéis exactamente donde está (oye, digo "por si acaso", que no os estoy llamando incultos ni nada, queridos lectores, que ya oigo a algunos indignados protestando como "por quién nos has tomado", etc...). Pues digo, que en el caso extraordinariamente improbable que alguno no lo localice exactamente en el mapa, ahí va uno. Ya sé que es un mapa bastante confuso, pero se ve donde está Honfleur:
Como veis, está al ladito de Deauville-Trouville, donde va todo el parisinerío fino (por llamarlos educadamente), pero tiene un estilo totalmente diferente. A Honfleur van "loh artihtah", con un cierto toque contracultural -aunque algunos vayan en su yate-, etc. Para empezar, no tiene un paseo donde se pueden lucir los últimos modelos de coches y eso, a los de Deauville los puede matar de rabia. Honfleur hay que pateárselo. La llaman "la ciudad de los pintores", porque verdaderamente es muy pintoresca.
En el mero centro está "Le vieux basin" (la dársena vieja), que es lo que aparece en la foto de cobertura. Es una dársena, porque en el siglo XVIII, hartos de que cuando subía y bajaba la marea los barcos se quedaban en seco y aquello olía además que apestaba, construyeron una esclusa a la entrada del puerto que mantiene el nivel de la dársena constante. El conjunto de edificios que rodea el "vieux basin" es de lo más auténtico, gracias a que en 1944 se libró de los bombardeos aliados, que se machacaron Caen, Rouen, El Havre y otras ciudades de los alrededores.
Los edificios del lado Oeste de la dársena forman un conjunto totalmente caótico, de casas que se aguantan unas a otras, de diversas alturas y colores:
El lado Este es, en cambio, más armónico. Los edificios son más modernos (salvo la iglesia que se ve en el centro de la foto, que hoy es un museo de la marina):
A mí, ¿qué quréis que os diga? me gusta más el otro lado. Por otra parte, desde el apartamento que alquilé, en pleno lado este, sobre el restaurante "Le Vieux Honfleur" se veía perfectamente bien la animación y la movidilla del Oeste:
No os voy a decir cómo lo conseguí, que luego lo mismo me lo pisáis para la próxima vez, pero, encima no era caro. Bastante más barato que un hotel, y te lo alquilan por fines de semana o por semanas enteras. La ventaja sobre un hotel, además, es que puedes ir a la pescadería, comprarte unas ostras o un rodaballo y una botella de Muscadet-sur-lie, y te los haces tú mismo.
El inconveniente, obvia decirlo, queda muy claro en la foto siguiente:
En cualquier caso, si os ataca violentamente la pereza, que ya sé que fregar la vajilla es una tarea de titanes, Honfleur está lleno de restaurantes, bares, salones de té, brasseries, creperías, confiterías, etc. Mi preferida es "La petite China", un salón de té al lado de la dársena, donde te puedes beber veinte o treinta clases de infusiones, fascinantes pasteles, cafés, sandwiches, etc.
Y, si tenéis suerte y no os llueve mucho, podeis dar una paseo por las galerías de arte de la zona alta, por el museo de pintura impresionista, o, incluso si os gustan los libros, he descubierto una librería de viejo, "Le bouquiniste":
Donde, fijaos, queridos amiguetes, encontré un libro que me compré inmediatamente. Un tratado escolar de Historia de España, de 1923:
Me lo estoy leyendo. Es muy interesante ver cómo se enfocaban hace ochenta años todas las conocidas historias de Viriato, Indíbil y Mandonio, Numancia, etc...
Y vale, os dejo que me estoy poniendo plasta. Otro día os contaré más cosas
"Il peut pleuvoir" Jacques Brel
Ah, la verdad se me han puesto los colmillitos largos: por el viaje, el pisito tan cuchi (venezolanismo que quiere decir cuco), lo de las otras y la champaña, los pasteles...etc.
RépondreSupprimerQué delicia.
Hola Claudia. Me ha gustado lo de "cuchi", me lo guardo para utilizarlo adecuadamente en el futuro. Pues sí, Honfleur es muy cuchi (¿lo puedo decir para una ciudad también?). El único problema es que llueve bastante, pero en fin, a los que nos hemos criado en el norte de España, eso tampoco nos molesta demasiado. De hecho, si sin saber dónde estás, te encuentras en mitad de una carretera rural en Normandía, rodeado de vegetación, con el cielo gris, casas de piedra y una fina lluvia, seguro que no sabes si eso es Cantabria, Asturias, Galicia, Normandía o Irlanda.
RépondreSupprimerPues cierto, cierto, no lo puedo decir, porque me da pereza subir a la buhardilla, desmantelar la tienda de campaña y mirarlo, pero para mí que he estado incluso haciendo noche ahí. Estuve hace muchos años en esa parte, recorriendo todos esos pueblos en tienda y cada noche, anotábamos en la lona de la tienda, una canadiense color naranja divina, el nombre del pueblo en donde dormíamos. Pasamos el estrecho y bueno, recorrimos Europa ¡Cuando habían aduanas! Es mi viaje de referencia, ningún otro viaje se ha podido comparar a aquel, yo salía de mi pueblo Orihuela y no había viajado más allá de Murcia y ¡ala! me fui por ahí a la aventura. Fue genial. Luego estuve algunos años viajando a Europa pero ya no hice el viaje de sorpresa de aquella primera vez, sin prisas, sin plan establecido.
RépondreSupprimerBueno, me pongo nostálgica, entre el gusanillo de las vacaciones de este año que todavía tengo el viaje en la mente y ahora estos recuerdos.
El apartamento coqueto debía ser una delicia, pero entiendo que lavar los platos fuera tarea algo "atravesá", en serio la cabeza toca ¿no?
Me gustan mucho las entradas de viajes y lugares, descritos así, con su pescadería y todo, su librería y ¡qué hallazgo! Yo disfruto estas cosas, en realidad tengo debilidad por tres tipos de locales: los viveros de flores o floristerías, las jugueterías y las librerías, en cualquiera de ellos soy un peligro, me gasto lo que lleve encima. Así que un hallazgo así, de una librería de usado, me pierde.
Gracias por compartir todo esto.
Un beso.
Hola Viena. Es a tí a quien hay que darle las gracias por compartir esos recuerdos tan entrañables de tu viaje "iniciático". ¡Qué bueno lo de anotar en la lona de la tienda el nombre del sitio donde pasabas la noche!
RépondreSupprimerYo, te voy a decir la verdad, nunca tuve una tienda de campaña, pero cuando era estudiante en París, nos juntábamos cuatro amiguetes y nos íbamos en el coche que tenía uno de ellos a recorrer lo que entonces era una aventura y hoy para mí es mi casa: Bélgica, Holanda, Alemania, incluso cruzábamos el canal para ir a Oxford. Siempre en pensiones, YMCA's, etc. Inolvidable. Es como los primeros amores, a los que siempre se recuerda con esa nostalgia que el tiempo no puede borrar.
Un abrazo
Claro que puedes decir que "una ciudad es cuchi", claro, normalmente serían ciudades pequeñas claro, o pueblos.
RépondreSupprimerAhhh, magnífico. Entonces, Honfleur es cuchi. No es muy grande, la gente es encantadora y los coches sobran. ;-)
RépondreSupprimerMmm Normandía, qué hermosa región, como me tomaría yo ahora mismo una crêpe au calvados aux pommes bien calentita (se nota que estoy a dieta?).
RépondreSupprimerMe ha encantado este post Monsieur Sorokin,está repleto de buena información para realizar un viaje hacía esa zona, apuntes interesantes que ninguna guía, por muy underground que sea, te muestra.
Por cierto, ya tiene otra foto más para la colección de pescaderías del mundo ;-)
¡Ah, Madame Delikat! Una buena crêpe al Calvados es francamente lo mejor para una buena dieta, qué diablos. Y si viene después de una galette au sarrazin rellena de jamón y queso, todavía mejor. Sí, decididamente yo tambien me tengo que poner a dieta.
RépondreSupprimerLa verdad es que, en Normandía no he sido muy díscolo con el tema alimentario y calórico: ostritas, cigalitas, rodaballo, bueyes de mar (tourteaux, para entendernos), preferentemente hembras para que tengan mucho coral y poder mezclar lo que está en el caparazón con bien de vino blanco... como se ve, todo muy razonablemente hipocalórico ;-)
Bienvenida sea la proteína Monsieur Sorokin, engorda poco y calma el hambre ;-)
RépondreSupprimerAinsi-soit-il, Madame Delikat, Aaaamén.
RépondreSupprimerHola:
RépondreSupprimerLlevo un par de días viendo y releyendo lo que nos presentas, y aquí está el resumen de lo que reflexioné.
Lo primero es que la primera foto es muy buena, como una postal. Se entiende que se considere una ciudad “pintoresca”.
Pero lo que presentas me hizo pensar también en como “lo mismo” se puede ver tan distinto. La diferencia, por ejemplo, con las pescaderías o librerías de viejo que conozco; por cierto, ¿qué peces son los de la parte izquierda? Aparte de grandes se ven "gordos", no me resultan para nada familiares.
También me llamó la atención la mención que haces a que esta ciudad no fue bombardeada en la 2ª guerra mundial. Me hace pensar que, tristemente, esa es una precisión que debe hacerse en muchos lugares del mundo, es decir, si hubo un antes y después o, simplemente, se salvaron.
Bueno, lo anterior en parte es porque me llamaron la atención los edificios del lado oeste. Y es que aunque su altura y ancho son diferentes, me parecieron uniformes y, por lo mismo, como que de la misma época, casi diría que del siglo pasado ¿será así? ¿serán de la otra posguerra? Además es chistoso que los dos primeros pisos luzcan tan alegres, mientras la parte superior parece más bien deslavada.
La iglesia-museo (que está muy bonita) tiene una arquitectura muy particular. Me imagino que el museo debe tener cosas interesantes. Me pregunto si tendrá cosas de los vikingos, y es que por ahí llegaron a entrar hacia el interior de Francia ¿no?
Qué bonita vista la del lugar en que te quedaste, aunque se me hace que si alguien va ahí y se pone a “triangular” las fotografías, van a descubrir el secreto de su ubicación con cierta facilidad.
Se agradece que sigas compartiendo tus vivencias.
Saludos.
RRS
Hola Xerófilo. Gracias por tus comentarios, como siempre muy acertados.
RépondreSupprimerTienes razón que hay muchas diferencias entre las pescaderías y las librerías de viejo de diferentes países. De todas formas, puedo decirte que en Francia, y en general en Europa, no todas las librerías de ocasión son tan limpias y bien ordenadas como esta de Honfleur. De la pescadería, te diré que los peces "gordos" que aparecen a la izquierda son lo que llaman los franceses "doradas reales" y que en España se llaman "besugos". Al horno están bien buenos.
Lo de los bombardeos de la segunda guerra mundial, en Europa es bien cierto. Pocas ciudades se escaparon de las bombas de uno u otro lado. Casos como el de Honfleur son excepcionales. Bueno, o París o Roma, que tambien se libraron, pero en Alemania, por ejemplo, no quedó ni una. Por eso, si comparas las ciudades de Suiza con las alemanas de la misma época, Como Berna con Nüremberg, las suizas se ven como mas viejas, porque las alemanas están todas reconstruídas.
Los edificios del lado Oeste son del siglo XVIII. No sé qué pasó con los que había entes de eso, la verdad. En el museo, lo que hay son mayormente recuerdos de los navegantes de la zona, mapas, etc. Y mi apartamento, sí, estaba al lado del museo, sobre el restaurante que se ve en la foto.
Saludos
Un lugar precioso. Me encantó esa librería con pinta de biblioteca casera (aunque ya quisiera yo disponer de ese espacio para la mía).
RépondreSupprimerA mi la lluvia es lo que me cuesta... pero creo que merece la pena.
Saludos.
Hola Landahlauts. Me alegro que te haya gustado Honfleur. No te creas, a veces no llueve y, lo que es maravilloso, es estar a 20º a medio día en pleno Agosto. Ya sé que en Granada eso puede parecer como para congelarse, pero yo es que no soporto "la caló".
RépondreSupprimerSaludos
No pues no, me gusta tu viaje, pero definitivamente sólo en caso de mucha necesidad cocinaría en ese pedacito de cocina, sólo verlo me causa angustia.
RépondreSupprimerPor otro lado me gustaría saber cuales serían las historias de Viriato, Indíbil y Mandonio, etc. ¿Será algo muy pero muy decrépito y anacrónico?
Saludos
Hola Carmen, gracias por pasarte por aquí en plenas fiestas del bicentenario.
RépondreSupprimerTienes razón, la cocinita es bastante ridícula, pero al menos funcionaba todo. Lo peor no era cocinar, era lavar los platos y los cacharros con la cabeza tocando contra el techo. Para cocinar un rodaballo al horno, la cosa no era tan complicada. Hace falta una sartén ("un" sartén, como le dicen ustedes en México) para freír un poco de echalotte con mantequilla y verterlo sobre el pescado, vino blanco (también para añadirlo al rodaballo), y... al horno.
Viriato, Indíbil y Mandonio, son un poco los héroes fundacionales de la Historia de España. En el siglo III antes de Cristo se rebelaron contra los romanos que estaban invadiendo la península ibérica. Naturalmente, acabaron asesinados (Viriato) o crucificados (los otros dos)