mardi 17 décembre 2013

Costa Rica, pura vida(1) La selva tropical



Ya supongo, mis queridos amigotes, amiguetes, seguidores, lectores -reales o imaginarios- que estábais francamente inquietos por el gran vacío que os ha dejado vuestro bloguero favorito durante más de un mes. Os imagino anhelantes "¿volverá Sorokin? ¿se lo habrá comido una comadreja comanditaria?". Pues no, aquí estoy, dispuesto a daros la brasa una vez más, sin importarme fechas ni navideños eventos. El hecho es que me he ido unos días a Costa Rica. Maravilloso lugar del que he vuelto fascinado, aunque por poco no vuelvo, gracias a las líneas aéreas, a los controles de pasaportes gringos y a algún que otro problema.

El hecho es que la agencia de viajes decidió que lo más barato para ir a Costa Rica es ir a través los EEUU. El viaje de ida me lo organizaron via Newark (el tercer aeropuerto de Nueva York). Y bueno, no estuvo mal, aparte de que había que pasar cinco horas en el aeropuerto y que el control de seguridad se ensañó con vuestro bloguero favorito. Tuve que pasar tres veces el pórtico ese que te deja en cueros, y para colmo, me hicieron la prueba de la parafina en las manos para ver si había disparado un arma. Como la última vez que lo hice fue en la mili hace la tira de tiempo, dió -lógicamente- negativo y pude pasar. De todas maneras, me supuso una gran inyección de moral, porque a un servidor siempre lo acosan  mendigos y peticionarios de lo que sea, aunque haya doscientas personas disponibles, con lo que siempre pienso que tengo la mayor cara de pardillo del universo mundo. Así es que, que alguien me tome por un malvado pistolero me llenó de satisfacción.

Bueno, y desde Newark, además, pudimos ver la nueva torre del WTC:




La vuelta fue mucho peor. Estaba previsto ir Costa Rica-Houston-Washington-Bruselas. Pero ¡ay! el control de pasaportes de Houston se comió todo el tiempo necesario para la conexión, así es que perdimos el avión. Nos buscaron otro vuelo a Washington con conexión al último vuelo del día a Bruselas. Pero, hete aquí como nos recibieron en la puerta de salida:


Para no hacéroslo largo, estuvimos 24 horas en Washington -nevado- y al fin pudimos volver. Pero eso sí, las maletas no. Y todavía siguen por ahí.

NB: las maletas aparecieron al cabo de una semana, menos mal.

Pero todo eso son nimiedades, apéndices capilares al océano. Costa Rica es una maravilla que merece la pena aunque tengas que perder diez aviones. El día que llegamos, tras pasar la noche en San José, nos llevaron en una "buseta" hasta donde se puede llegar por carretera al Parque Nacional de Tortuguero:


En Cariarí, hay que coger un barco, lancha o barquichuelo para ir a donde tenemos que ir: Tortuguero.


El recorrido por los canales te deja fascinado. Uno se creería en el Amazonas, en pleno mundo salvaje, rodeados por montañas de jungla tropical, de la cual, a veces salen algunos bichos como este que vimos





El pueblo de Tortuguero parece un decorado de película del Amazonas. Nos alojamos en un "lodge" (Laguna Lodge) que es un conjunto de bungalows de madera rodeados por la selva:






Todo muy natural, agradable y cómodo.



Como estábamos hechos polvo tras el cambio horario, dormimos como angelotes... hasta las cinco de la mañana. Un aullido terrorífico llenó la selva. Un ruido inhumano, terminado en una especie de ladrido y una tos violenta. ¡Horror! ¿serán los jaguares -que los hay-?
 Pues no, nos dijeron que son los monos aulladores. Y desde luego, aullan que se las pelan. Los oí. pero no los ví. Le hice esta foto a uno de ellos luego, por la mañana:



De todas formas, había que levantarse a las cinco para ir a recorrer los canales del parque nacional. A esas horas es cuando hay más bichos:


A veces los canales ("caños") se estrechan hasta casi no dejar pasar el barquito. Arboles, lianas, manglares. La semejanza con el Amazonas no es fortuita. Nuestro guía, Carlos, nos dijo que hay más especies vegetales y animales en Tortuguero que en todo el Amazonas.















Bueno, estas eran solo unas pocas. Vamos, las que vuestro bloguero favorito consiguió fotografiar. Nada, nada, os vais a Costa Rica (altamente recomendado) y me mandáis vuestras fotos, a ver quien tiene las mejores.

Vosotros, oh amables lectores, os estáreis preguntando -con toda razón- por qué se llama "tortuguero" el parque nacional. Bueno, pues es bien sencillo, porque en la playa con la que linda el parque, vienen a desovar las tortugas verdes del Caribe. Plantan sus huevos en la arena y se van. Pasados un par de meses, los huevos rompen, y las tortuguitas salen corriendo que se las pelan hacia el mar. Tuvimos la enorme suerte de ver una nidada romper los huevos (fue por casualidad, estábamos paseando por la playa) y fue una maravilla, cómo se afanan, como locas, buscando el mar:




Hice este video, un tanto chapuza:





Y bien, eso fue la primera etapa del viaje a Costa Rica. Como decía Carlos, nuestro guía, éramos un grupo con buen Karma:




Pero no os creais, oh amigos que os voy a dejar con dos palmos de narices, Seguiré contándoos mis aventuras en Costa Rica. No faltaría más.

Besotes