Tengo que deciros, queridos amigos que hoy es un gran día. Sí. Un gran día. El blog que os ha estado aburriendo y contagiando muermo, cumple un lustro. Todo empezó el 28 de Octubre de 2008, vuestro seguro amuermado aburrido, estaba tan sonado que no se le ocurrió otra cosa que escribir algo para transmitir su insoportable spleen. O eso, o darse sin medida a la zarzaparrilla con cola. Y hete aquí que, tonteando, tonteando, llevo cinco años haciendo felices/infelices (táchese lo que no corresponda) a mis queridos amigotes.
Para celebrar tan señalada fecha, y teniendo en cuenta que nuestro gran Apicius, con cuya amistad me honro, ha convocado el IV Concurso gastronómico, he decidido poneros una recetilla y enviarla al concurso. ¿Y qué mejor que un gran favorito de la cocina tailandesa? El famoso Tom Kha Kai, que constituye el regocijo y el placer gastronómico de pequeños y mayores en toda la redondez del planeta (del planeta que puede permitirse comer, claro, porque no quiero ofender a todos los que no pueden llevarse un bocado al estómago en cualquier parte del mundo, que los hay -y muchos-. Una vergüenza para todos los que sí podemos. Pero eso es otro tema que se nos va de las manos. Iam parlerém) Por el momento, Sorokincito, pon tu receta y deja esos temas para otro momento.
Como ya os he contado en otras ocasiones (pinchad aquí, vamos si os apetece), he estado en Tailandia un par de veces por motivos de trabajo, pero también he estado en vacaciones. Pasé una temporada en Febrero de 2009, en el sur. Paseando por los lugares de culto de la península, disfrutando de las playas, del buen carácter de la gente, de algunas diarreas inevitables, de las puestas de sol y, por supuesto, de la comida tailandesa. Cierto, que yo me centré más en los agradables bichillos que navegan por el Mar de Andamán y el Mar de China (de hecho ya os he contado una historieta sobre las langostas de Patong):
Ello no impide que también se consuma pollo, como podéis ver aquí:
Ni que se use la salsa de curry verde y leche de coco, como en esa cazuela en un buffet de desayuno en Surat Thani (bueno, también había croissants. Es que estos tailandeses son muy eclécticos)
Pero no voy a seguir sin dejar un homenaje aquí y ahora a mi elefanta: Tom-Tom. Me dio muy buenos momentos en Sairung. Tenía 34 añitos, me dijeron los cuidadores, y era gentil y agradable:
(la elefanta es la más alta)
Aparte de ser una elefanta de carreras, fue muy educada. Me contaba mi amigo Fernando que cuando él hizo un recorrido similar, los elefantes se metieron en un río, con el agua hasta los pies de los pasajeros. Y en esto, el elefante de delante, levantó la cola y dejó caer una enormes boñigas que flotaban, llevadas por la corriente. Bueno, pues Tom-Tom no cometió una grosería semejante. Cierto que le gustaba correr. De salida, íbamos los terceros, pero no paró hasta adelantar al elefante que aparece aquí en segundo lugar. Cuesta abajo y sin cinturón de seguridad, impresiona un poco.
En fin, al terminar la obsequié con unos plátanos, que se comió con cáscara y todo.
Un saludo cariñoso, Tom-Tom. Lo nuestro fue muy bonito, pero duró poco. Que te vaya bien. Un beso en la trompa.
Y ya vale de exordios y rollos, Os voy a contar la receta del Tom Kha Kai, que te enrollas, Sorokin:
Vais a necesitar:
-Una pechuga de pollo troceada
-Una cebolla morada:
-Un tomate verde:
-Leche de coco y curry verde:
-Una ramitas de cilantro
-Para acompañar, podéis poner arroz tailandés al jazmín:
A fuego lento, en una cacerola, pochar la cebolla finamente picada y añadir el tomate verde troceado y sin piel. Dejar que cueza unos diez minutos.
Añadir dos cucharadas de café de curry y los trozos de pollo. Cocer unos cinco minutos:
Añadir la leche de coco y remover hasta que se mezcle bien. Cocer a fuego suave unos cuarenta y cinco minutos.
Pasado este tiempo, añadir unas ramitas de cilantro y cocer unos cinco minutos más. Tras eso, el pollo está listo. Ahora, tenéis dos opciones: dejarlo así, o sacar el pollo y continuar a espesar la salsa. En el primer caso, que es el que yo hice, queda la genuina “Tom Kha Kai”, que, de hecho es una sopa. En el segundo, podéis añadir verduras y usarlo como plato de resistencia.
En los dos casos, poner al lado el arroz tailandés, como se ve en la foto de cobertura.
Bueno, pues, como veis, es un plato bien sencillo, que voy a darme el gustazo de presentar al concurso de Apicius, que además, este año incluye a mi gran amiga Viena como jurado (Viena, que no te estoy haciendo la pelota, que es que es así)