Como quien no quiere la cosa, queridos lectores, amables seguidores, ocasionales mirones y otras diversas gentes que habéis caido por este capítulo de la aburrida vida de un servidor de ustedes vosotros, ha pasado otro año desde el mes de Diciembre de hace un año (yo es que para contar, soy un lince). Vamos, que esto va a una velocidad descomunal, como un relámpago atravesando las más escondidas volutas de la desgastada sesera sorokiniana. Como es tradicional es estas fechas, las ciudades se llenan de lucecitas de variados colores, suenan musiquillas acarameladas en los altavoces de los grandes almacenes y la gente se dispone a gastar el poco dinero que les ha dejado la crisis.
En Bruselas, este año, la sensación ha sido el abeto cubista que han instalado en la Grand Place, rompiendo la tradición de cortar un gran abeto de las Ardenas y llenarlo de luces y guirnaldas. La ciudadanía bruselense, incluídos los miles de gentes de aluvión que vivoteamos por aquí, se ha dividido radicalmente entre los que les gusta la versión cibernética del árbol de Navidad y los que opinan descaradamente que es una mamarrachada. En fin, queridos amigos, Sorokin os va a dar la oportunidad de que opinéis, aunque estéis a miles de kilómetros de este ciberárbol. Para empezar, os diré que es un abeto multicolor, que, a diferencia de los abetos ardeneses, puede cambiar de color a voluntatd del astuto programador de abetos. Puede ser malva-violeta-rosa-fucsia (un servidor, a diferencia del varón típico, conoce el tono que las mujeres llaman "fucsia"):
O de un naranja con resonancias típicamente valencianas:
E incluso de otros colores y variantes que os presentaré ¡Oh, queridos lectores! en un video que encontaréis al final del post, no os impacientéis. De todas formas, no sé por qué rayos se indigna parte del personal, si ya hace años que otros árboles metálicos se han apropiado de otros rincones de la capital, como este abeto, que podríamos llamar "bólico" que lleva varios años apareciendo en la esquina de la calle Georges Henri:
Pero este año han aparecido, además, otras inquietantes bolas en el centro de Bruselas, en la mismísima Avenue Louise. Con lo cual ya esta clara la competencia de volúmenes geométricos: cubos contra esferas. A ustedes vosotros de decidir:
Swedenborg decía que las almas son esféricas (claro, que Swedenborg era capaz de decir cualquier cosa) y, por otra parte, la esfera es la forma perfecta porque la geometría nos dice que presenta el área mínima para un volumen dado (aunque como decía Guillermo Brown: "Jometría", ¿para qué sirve la "jometría"?). En fin, vosotro veréis. ¿esferas o cubos?
Desmintiendo la versión dada por algunos que habían difundido la especie de que no se había puesto un auténtico árbol de Navidad en la Grand Place para no molestar a los musulmanes (como si el abeto fuera signo religioso de nada), al ladito mismo del ciberabeto se ha colocado un Belén. Miradlo bien, oh gentes, y decidme, please, qué le veis de diferente:
¡Bingo!, efectivamente, faltan la mula y el buey. Se ve que el ERE del Bendito XVI eliminando a los pobres animales del nacimiento ha sido ya tenido en cuenta.
Además de estas manifestaciones festivas de cubos, esferas, belenes, lucecillas y tal, en el centro de la capital se ha abierto la tradicional feria de Navidad, llena de tenderetes con productos de la región, caballitos, norias y otras sanas diversiones para que se expandan el espíritu, el estómago y el hígado. Este año, entre los típicos alimentos de la zona, hay no menos de tres tenderetes vendiendo churros:
Al lado de la Grand Place
Enfrente de la Bolsa
En la Place St Catherine
No sé, habría que analizar cuál de ellos expende los más genuinos churros de Bruselas. Como podéis comprobar, en el primero venden, además, gaufres, en el el segundo dan Glühwein... así es que yo me quedaría con el tercero, el de la Place St Catherine. Además, la churrera es la que tiene el aire más hispánico:
Y vale ya de decir tontunas. Para acabar este post, os vais a aguantar y tragaros lo que estoy leyendo por estas fechas. Leer los posts de Sorokin es duro, amiguetes. Pues bien, os diré que como "Cincuenta sombras de Grey" me resultó bastante plasta, como una mezcla de Corín Tellado, "Californication" de David Duchovny y el Marqués de Sade y la abandoné hacia la página cien (y ya aguanté, pardiez), decidí retomar la lectura del Génesis. Yes, please, del Génesis. ¿Queréis aventuras, sexo, violencia, traiciones, pasiones? pues es vuestro libro. Yo es que tengo una de esas biblias que ponen los Gedeones en las mesillas de los hoteles en Inglaterra. Ya hice un primer comentario, allá por 2008, en los primeros vagidos de este aburrido blog, pero he seguido leyendo con cuatro años de retraso. Aparte las historias de Cáin y Abel, de los gigantes que poblaban la tierra, etc, me ha fascinado la historia de Abraham (ojito, que siguen spoilers): Abraham se va con su mujer, Sarah -que además era prima suya- a Egipto, pero disimula y le dice al faraón que es su hermana, con lo que el tal faraón la mete en su harem (¿era o no era Abraham tolerante?), pero la Sarah -dice el Génesis- les pega no sé qué enfermedad a todos los egipcios (?). Total, que los expulsan. Sarah, evidentemente, tambien muy tolerante le dice a su marido que por qué no se fornica a su esclava Agar. Abraham, encantado, lo hace y le nace un hijo, un tal Ismael. Pero ¡ay, las mujeres!, Sarah cambia el disco y dice que los expulse. Total, Abraham, evidentemente un calzonazos, manda a los dos al desierto:
Dibujo de Gustavo Doré: Abraham expulsa a Agar e Ismael
Otra aventura magnífica es la de Lot y sus hijas. Lot ha salido corriendo de Sodoma para evitar el riego de azufre fundido que ha enviado Yahvé sobre la ciudad. Su mujer se convierte en estatua de sal por mirar donde nadie le manda y Lot se queda solo con las nenas. Pero las niñas, que debían ser bastante ardientes (se les pegó lo del azufre, tal vez). Deciden fornicarse a su papá. Lo emborrachan y yacen con él una tras otra. Fino ¿eh?. Eso son pornoaventuras y no las tonterías de las cincuenta sombras de Grey.
G. Doré: Lot huyendo de Sodoma