dimanche 2 décembre 2018

Tiempos de Swing, de Zadie Smith



Descubrí el libro de Zadie Smith, queridas gentes, en un comentario que me hizo Esti a mi entrada sobre Chimamanda Ngozi. Así es que, ni corto ni perezoso (a pesar de que perezoso sí soy, para qué voy a decir lo contrario) lo fui a buscar a mi librera de cabecera, al ladito de mi casa. Me ha venido de maravilla, porque con la gripe que me ha invadido, llevo tres días encerrado en casa, sin salir, así que he tenido todo el tiempo del mundo para terminarlo, a pesar de que son cuatrocientas páginas, con un tipo de letra decididamente enano. Habrá que investigar si Penguin Books está financiado por General Óptica, dado ese interés que tienen en acabar con nuestros ojitos.

Zadie Smith es una escritora británica, mestiza (que no, que no suene mal, que es que se dice así) de padre blanco y madre jamaicana:



Zadie Smith


Leyendo el libro (me niego a llamarlo "novela", debe ser mi contaminación con el francés: una "nouvelle" aparte de una noticia, es una historia corta), uno se percata fácilmente a pesar de ser un zote, como servidor, que la protagonista, tal como la describe, se  parece a ella como una gota de agua a otra. 

El libro está dividido en varias partes, aunque no están ordenadas de forma lineal. La infancia y la adolescencia de la protagonista (cuyo nombre nunca aparece) y su amiga del alma, Tracey, pasa en un barrio desfavorecido de Londres, hacia Chalk Farm, no lejos de Kilburn ni de Hampstead:



Kilburn es el primer barrio donde un servidor de todos vosotros ¡Oh amigotes! vivió en Londres cuando estuve trabajando como becario. Kilburn, entonces era un barrio mayormente irlandés. De hecho el tendero de la lado de mi casa, no me dejaba comprar whisky escocés: "Yu shudn boi scoch wisky, you shud boi iiiiirish wisky" (noten, amigotes que estoy tratando de imitar el acento irlandés) Es muy posible que haya cambiado, pero en fin, después me mudé a Finchley Road, que es mucho más fino.

No hice fotos en la época, así que os vais a conformar con una foto de Southampton Road, que no está muy lejos:



Y la puerta del pub, que puede ser perfectamente, donde iba la protagonista a tomar copas:



Y vamos con el libro, que es que me enrollo con dos de humo. La protagonista tiene una amiga, Tracey. Van las dos a unas clases de baile, pero mientras que Tracey lo hace muy bien, la protagonista es mucho más zote. En un momento del libro, la protagonista dice que su amiga le recuerda a Jeni Le Gon, bailarina de claqué. Eso me ha servido para hacer este dibujo de Tracey, basándome en una foto de la Le Gon:





Vale, si no os gusta, saltad al párrafo siguiente. Ya os he dicho (es que no os acordáis de nada, gurriatos) que el libro está dividido en capítulos cortos en los que se alternan las épocas del relato. Para mí, los capítulos que tratan de la adolescencia de ambas, son los más interesantes. Las peleas entre ellas, las peleas con sus familias, totalmente inadaptadas, Tracey, con un padre ausente, la otra con una madre muy politizada, que estudia, se informa y acaba como diputada en los comunes, pero no le hace ni caso a su hija. Luego os contaré más, pero por el momento, os diré que lo primero que me vino a la cabeza es el libro de Elena Ferrante, "La amiga estupenda", que acababa de leer. Las similitudes son evidentes: dos amigas: una muy fuerte psicológicamente y muy buena para todo, y la otra, la protagonista en los dos casos (Lenú en el libro de la Ferrante, la innombrable en el de la Smith), más débil y sensible y decididamente fascinada por la otra:



No voy a insistir más en la comparación, porque acabo de empezar el segundo libro de la saga de Lenú y su amiga.

En cuanto a las aventuras de Zadie Smith, ya digo que la infancia/adolescencia de las dos es lo que más me ha gustado. Zadie (la voy a llamar así, porque no se sabe su nombre), triunfa en la vida, de una forma un poco repentina y no muy bien aclarada. Y termina como ayudante de una intérprete pop, "Aimée", en la que unos ven a Madonna y otros a Angelina Jolie. Aimée es muy rica y quiere financiar  una escuela para niñas en un país africano (Gambia, dicen algunos cronistas) Naturalmente, todo acaba como el rosario de la aurora.

El libro es muy bueno y se lee de un tirón, aunque sea gracias a la gripe. Tiene momentos cómicos, trágicos y algunos muy chocantes, como cuando Tracey ve al padre de su amiga en una postura muy especial. Ya me diréis cuando la leáis.

Para acabar, y para celebrar que he empezado el segundo tomo de las aventuras de Lenú, os voy a poner unas fotos que hice en Nápoles, donde viven todos los personajes de Elena Ferrante:





Y de Amalfi, donde celebra su noche de bodas en el libro segundo la amiga de Lenú:



Voy a parar un momento para buscar un video que os quiero poner. Ahora vuelvo

Vale, ya estoy aquí: este es el video de "Ali baba goes to town", donde dice Zadie que Tracey se parece a Jeni Le Gon.




Venga, besotes voy a tomarme un Paracetamol

Post scriptum de 2020: Queridos amigotes, dos años después tengo que corregir mi opinión sobre Elena Ferrante, como podéis verificar pinchando aquí
Mi radical cambio ha sido debido al hecho que ya he leído el tomo cuarto, y es sin duda el mejor.

Besotes

samedi 10 novembre 2018

Valonia. La región del centro: los ascensores de barcos y la colegiata de Nivelles


Mis queridos amigos: en este día húmedo y pútrido, con los grises cielos abiertos en plan catarata con que nos obsequia Bruselas hoy, vuestro seguro servidor ha decidido que dónde voy a estar mejor que en mi casita, en seco (por fuera, claro, que por dentro me estoy metiendo para dentro una húmeda cerveza trapista) y contándoos algunas cosas que os podrían interesar. De hecho, un amigote (él sabe quién es), me dijo el otro día, en plan peticiones del oyente que contara más cosas de Bélgica. Así es que, ahí le vamos, colegas.

Como sabéis, Bélgica consta de tres regiones federales: Flandes; la región francófona, también conocida como Valonia, y Bruselas capital. La mayoría de turistas y visitantes extranjeros, si tienen unos pocos días, visitan Flandes y Bruselas, pero poca gente se aventura en Valonia, porque piensan que no tiene nada interesante. ¡Oh, qué tremendo error! Para empezar, y haciendo un poco de Pepito Grillo, os contaré que Valonia es la cuna de Bélgica. Tras Waterloo, las potencias de la época, cedieron todo lo que ahora es Bélgica a los Países bajos. Ello condujo a que los francófonos del sur se rebelaran y armaran una guerra de independencia que terminó en 1830 con el reconocimiento de Bélgica como estado. Flandes, por diferencias con los holandeses, se sumó a la iniciativa. Y ello, mira tú por donde, gracias a las minas de carbón de Valonia, la convirtió en el primer país del continente donde se produjo la revolución industrial (tras Inglaterra, desde luego). Valonia tenía las fundiciones y las minas y Flandes tenía vacas.

Y bien, todo ello necesitaba transportar el carbón a los puertos y a las fundiciones. Se construyeron canales, pero aunque el país es bastante llano, hay desniveles importantes. Durante todo el siglo XIX se estuvieron evaluando las posibilidades de construir esclusas, pero hasta el fin del siglo, no se acometió las construcción. Y fueron los ocupantes alemanes durante la guerra 1914-1918, quienes completaron la primera serie de elevadores en 1917, en lo que ahora se llama "canal del centro histórico":





Hoy en día, el canal histórico solo se dedica a visitas turísticas, porque los ascensores del canal, han sido reemplazados por un gran ascensor en el nuevo canal del centro:
 Me vais a perdonar por esta guarrada de dibujito, pero la idea es simplemente que veáis las diferencias de nivel que hay que salvar.

Los ascensores antiguos, son patrimonio de la humanidad de la UNESCO, y la verdad es que son casi contemporáneos de la torre Eiffel. Este es el número tres:




Funcionan por la mera fuerza hidráulica. Dos tanques paralelos, mientras uno se llena, el otro se vacía, cosas de la física: el que se vacía sube, y el que se llena, baja:



Las visitas se hacen entre el número tres y el número dos. Los turistas nos metemos en un barco, y subimos en el elevador:


Como podéis observar, no hay guiris entre los turistas, son todos de por aquí.

En un punto del recorrido aparece el nuevo elevador, que contrasta fuertemente con el paisaje que le rodea:


Impresionante mole que puede subir (y bajar, claro) barcos de hasta unas 1300 Toneladas. Esta vez, se hace mediante tracción mecánica.


El nuevo elevador entró en servicio en 2004 y hasta 2016 fue el mayor del mundo, año en que los chinos construyeron uno más grande en la presa de las tres gargantas. En todo caso, es una magnífica realización de los ingenieros belgas.

Un barco entra en el tanque:



Y la maquinaria lo eleva hasta el nivel superior:


Para aclarar las cosas, amiguetes, he preparado un bodrio de vídeo de esos que os suelo poner:



Bueno, me voy saltar mil años para atrás, que ya estuvo bien de técnica y os voy a hablar de la Colegiata de Santa Gertrudis, en Nivelles, muy cerquita de los elevadores, pero sin nada que ver: 





La Colegiata fue consagrada en 1046, con la presencia del Emperador Enrique III (ya sé, seguro que no os acordáis, a lo mejor erais muy jóvenes). Es de estilo románico Otoniano y es una de las mayores iglesias románicas de Europa. La fachada fue destruida durante la segunda guerra mundial y ha sido recientemente reconstruida:



En fin, reconstruida es mucho aventurar, porque antes de su destrucción, la fachada era así:


Pero en fin, ¡qué sabrían estos románicos!, hacer una fachada tan sosa. Hay que enseñarles cómo se hace, qué rayos y decidir qué es lo que parece románico y qué no.

El interior, sin embargo, está preservado como era, amplio, abierto, simple:



Hice la foto durante una visita guiada, en la que el guía explica su rollo (eso cuesta dinero, y servidor no pagó ni un euro). Podéis ver que las visitantes son multiculturales, lo cual es bueno.

Observad la simplicidad del ábside:


Dentro, hay cosas muy interesantes, como esta virgen del siglo XV,  de autor desconocido:


Algunas capillas laterales, umbrías, acogedoras:




O este retablo en mármol de Juan de Tonon, de 1623:




 Como la iglesia, el claustro es de una limpieza de líneas impresionante:



Aunque en un rincón haya alguna tumba para recordarnos que "Pulvis eris ed in pulverem reverteris".
Muy adecuado para estas fechas.



Y ya lo dejo, mis amigos. Creo que ya os he dado bastante la brasa. Me voy a cenar. Además, ha dejado de llover. Besotes.

mardi 16 octobre 2018

"Medio sol amarillo" y "El hibisco púrpura" de Chimamanda Ngozi Adichie


Pues veréis, amigos queridos, un servidor de todos ustedes ha descubierto a Chimamanda Ngozi a través del blog de Dorothy con tacones. Y ha sido un descubrimiento magnífico. Me ha captado, me ha fascinado, me ha dejado ojiplático y pieligallínico. Me vais a perdonar que me invente los palabros, pero es que, la verdad, creo que es el mejor libro que he leído en los últimos diez o quince años, probablemente desde que leí "El maestro y Margarita" de Mikhail Bulgakov.

Chimamanda es una joven nigeriana, que vive en Estados Unidos, después de haber pasado su infancia en África. Feminista militante y brillante polemista:



(la foto la he sacado de Internet, así que espero que no tenga copyright)

Devoré el libro este verano:


Y como digo, me fascinó. La acción se sitúa en Biafra en los años sesenta del siglo XX. En aquella época, las colonias europeas de África se estaban descolonizando bajo la mirada de las potencias coloniales. Gran Bretaña, en el caso de Nigeria. Nigeria, como otros nuevos países africanos, albergaba varias etnias diferentes. Los Igbos (Ibos se llamaban entonces), originarios de la región de Biafra, cristianos, fueron en principio la etnia que controlaba el país, hasta que los musulmanes del norte los expulsaron del gobierno. Tras una serie de vicisitudes, Biafra proclama la independencia. El resultado está en los libros de historia. Siguió una dolorosa guerra civil en el que el único apoyo que tuvo Biafra, y más bien ligero, fue por parte de Francia (y ya sabemos como le gustaba a de Gaulle chinchar a los anglos). Al final, Biafra dejó de existir,  pero las imágenes de los niños biafreños con el vientre hinchado por la desnutrición, siguen siendo proverbiales.

El libro de Chimamanda va "in crescendo" desde la vida tranquila y amable en la universidad, hasta el desastre final, con un tono quedo, controlado, cotidiano, sin aspavientos. Uno se siente inmerso en esa catástrofe, que, a pesar de lo que está pasando, a ratos tiene un soplo de vida normal, amores, rencillas, personajes maravillosos que no podemos sino comprender y amar. Vamos, una maravilla.

Con ese registro en mi cabezota (mi "cabecica" decía mi madre), me fui a buscar más libros de la Chimamanda. En Bruselas, siempre voy a la librería inglesa "Waterstone's". Como normalmente mi vida se desarrolla en francés y en español, busco libros en inglés, para no perder el tino con la lengua de Faulkner. Encontré el primer libro que escribió la joven Chimamanda: "El hibisco púrpura":




 Y me lo llevé a la terraza del Metropol, mientras tomaba un café:


 Es su primer libro, y se nota. Todavía se nota un escritora en ciernes. Si no hubiera leído antes "Medio sol amarillo", me hubiera parecido muy bueno, pero, claro, no resiste la comparación. La acción, esta vez, aunque el libro lo escribió antes, pasa en Biafra, años después de la guerra, ya parte de Nigeria. Es muy interesante y absorbe, pero los personajes son muy esquemáticos, casi de cartón piedra. Un padre fanático cristiano que pega a sus hijos si piensa que están pecando, etc. Bueno, debo decir la verdad, es absorbente. No pude dejarlo, pero está a años luz del Medio sol amarillo.

Y con eso, por el momento, dejo a Chimamanda, aun siendo un fan absoluto suyo, pero lo libros que escribió en EEUU, como "Americanah", no me interesan demasiado (por el momento)

Y bien, pues bueno ¿Y qué hago ahora? pues os voy a poner una receta. Ya sé que no viene a cuento, pero me es igual. Ya sabéis que soy un disperso, y que no me concentro, o por lo menos, eso decían mis profesores, así es que, voy con la receta, que no tiene nada que ver con Nigeria ni con Biafra ni con nada de lo que os he contado. La he aprendido en el blog "Sabores de Viena", de mi gran amiga Viena.

Ensalada de higos y naranjas al estilo de Viena

La receta original, es mejor que la leáis en su blog pinchando aquí, pero bueno, ahí voy con mi versión:

Hacen falta higos, una naranja, un limón, aceite de oliva, feta, azúcar, rúcola, y, en mi versión Sake, en la buena, anís (es que yo no tenía anís a mano, así que compensé el gusto del anís con pimienta rosa de Madagascar):




Corté los higos por la mitad:



Puse la mitad del azúcar en una sartén. Y la calenté:



Mientras tanto, corté la naranja en rodajas:




Y puse los higos a cocerse cuando el azúcar empezó a caramelizarse. Primero de un lado y luego del otro:



Una vez cocidos los higos, añadí el resto del azúcar y puse las rodajas de naranja:


Se saca todo cuando ya están hechas y se ponen en una fuente. En la sartén ("el" sartén, dicen en México), añado un ajo picado, aceite de oliva, el zumo del limón, el sake (anís si queréis hacerlo bien)




Espolvoreo el queso feta sobre los higos y las naranjas. Añado la rúcola y luego, el aliño de la sartén (el sartén)




Y nada, ya está presto a ser devorado:




Venga, besotes, que ya estuvo suave como dicen en México



mercredi 3 octobre 2018

El Museo Picasso y otros sitios interesantes en la ciudad de Málaga



Este verano, que ya nos ha dejado (y no voy a decir que ya era hora, porque el calorcito siempre es bienvenido, por lo menos aquí, en Bruselas) pasé unos días en la ciudad de Málaga. Una ciudad que apenas conocía, así es que vuestro seguro servidor, aprovechó para hacer algunas de las visitas de rigor. Ya sé que me vais a decir cuando, si tenéis valor y coraje, lleguéis al final de este escrito: pues vaya, Sorokin, aparte de un Museo, lo que más has visitado son sitios de tapas y copas. Y es cierto, es que para tomar el pulso de una ciudad no hay como irse a tomar vinitos y cervecitas.

Pero bueno, todavía estáis al principio de este bodrio de artículo, así es que, tomad aire, respirad, relajaos y disponeos a soportar las aventuras de Sorokin. Si lo hacéis de un tirón, mejor, así el rollo se acaba rápido y de una vez.

La primera visita fue al Museo Picasso, un museo excelente, en un antiguo palacete. Y no solo excelente por lo que alberga, no, sino porque en el interior, el aire acondicionado funciona a las mil maravillas, y eso, cuando fuera están cayendo cuarenta grados en plena solanera, es muy de agradecer. El patio, es de lo más acogedor:




Pero, bueno, una vez que os habéis sacudido el calor, hay que considerar que estamos aquí para ver lo que hay dentro. Hay varias salas. En la primera están, sobre todo las obras de un Picasso joven, que ya dominaba todos los resortes del dibujo y la pintura, como puede verse en este retrato de Sabatés:



Hay que decir, aunque ya sé que lo sabéis, (por Dios, no dudo de vuestros conocimientos), que su padre era profesor de pintura, o sea que algo se le pegaría desde muy pequeño. Aunque luego vivió en Barcelona y en París, el museo de Málaga conserva bastantes obras muy interesantes. Aunque claro, don Pablo (es que yo le doy el título de Don, qué diantres) pintó tanto que no es de extrañar que haya obras suyas por todas partes.

En el museo se conserva el retrato que hizo de su primera amante mujer (1), la bailarina rusa Olga Khoklolova:




Retrato que hizo incluso después de sus primeras pinturas no convencionales. Por cierto y, llegados a este punto, tengo que confesar que, una vez más tuve que andar burlando a los vigilantes que estaban a la que saltaba, prohibiendo hacer fotos. Pero uno, ya tiene experiencia en estos menesteres. Leica en ristre, a la altura de la cintura y que salga lo que Dios quiera. La verdad, me parece una prohibición absurda. En Bélgica no está prohibido si las fotos se hacen sin flash y mejor es que te dejen apuntar la cámara, centrar el cuadro y disparar, que que te salga un engendro porque la cámara no estaba derecha. Pero, en fin, ahí vamos:

Este cuadro, anterior a las señoritas de Aviñón, parece como si fuera la cara de una de ellas:



Posiblemente, el cuadro más famoso que hay en Málaga es el de las tres gracias:


Magnífico. Una desnuda, otra semivestida y otra vestida. El movimiento del conjunto es de lo más armónico.

Ya cien por cien Picasso es este cuadro de 1936, "mujer con los brazos levantados":


Sus famosas palomas:


En el museo hay mucha cerámica picassiana. La verdad, aquí tuve más difícil lo de hacer fotos, porque la mayoría de las piezas estaban en urnas a un metro del suelo, y para fotografiarlas hubiera tenido que levantar la cámara y me hubieran pillado. Pero en fin, alguna había en la pared:




 Y buen, pues nada, amigos, si tenéis oportunidad no os perdáis el museo. Vale la pena y está fresquito.

De los otros sitios que os recomiendo en Málaga, empiezo por el hotel. Hotel California, enfrente de la playa de la Malagueta. De lo más simpático y con una gente encantadora. Tiene una magnífica terraza:



En el interior, una decoración cuidadísima:


Buen desayuno, buenas habitaciones y se encargan de tu coche.Se lo das al llegar, se lo llevan (ni sé donde) y te lo devuelven intacto el día que te vas (en Málaga no os hace falta para nada). Os lo recomiendo.

Por supuesto, la primera recomendación de tapeo y vinitos es el famoso "el Pimpi":




Podéis echar una vista al tablero donde está todo su elenco de tapas:





Sus barras están a reventar (tiene varias):




También tiene salones donde se puede cenar o tapear sentados:



Os debo decir, que, aparte de las tópicas berenjenas con miel de caña. me quedé fascinado por los tacos de bacalao frito (las fotos me salieron movidas de la emoción). Creía que los tres templos del bacalao en la península ibérica eran Lisboa, Vizcaya y Barcelona, pero he encontrado un bacalao magnífico y muy bien tratado por aquí.

El segundo sitio que os recomiendo es "casa Lola". La descubrí por casualidad:




Pero también valen la pena sus tapas:



En cambio, el fracaso más estrepitoso fue el intento de visita de la que dicen que es la taberna más antigua y más famosa de Málaga: "La antigua casa de Guardia". La buscamos en la guía, el perseguimos con el GPS del teléfono, y todo nos llevó a un sitio absolutamente inocuo, donde no había ni un letrero indicando que la taberna estaba ahí, aunque estuviera cerrada (era domingo):



Pero en fin, para consolarse, lo mejor es darse una vuelta por la gran movida malagueña:


Y bueno, pues eso es todo por hoy, me voy a cenar. Un besote a todos

(1) En un comentario que he recibido, se me dice que Olga no fue su primera amante, sino su primera mujer legítima. Lo he corregido