mardi 30 mai 2017

Ostende



Queridos amigos que me leéis (si no fuérais amigos no perderíais el tiempo en estas chuminadas de aburridos) El pasado fin de semana ha descendido sobre Bruselas una ola de calor como hace años que no disfrutábamos. O sea, del orden de 30ºC y cosas así, así que, aprovechando que era puente, vuestro bloguero querido se ha ido a la costa. Ya os he hablado en otras ocasiones de la costa belga, pero esta vez he cambiado de dirección y me he decidido por Ostende (bueno, el hecho es que todos los hoteles estaban llenos en la otra zona, de Niewpoort a La Panne, hacia la frontera francesa). Así es que venga, a Ostende.

Conseguí un hotel en Westende. Muy buen hotel que os recomiendo: Villa Hotel. Westende, mira tú por donde, quiere decir "el extremo oeste", miemtras que Ostende significa "el extremo Este". No sé de qué serán extremos, porque están separadas por una veintena de kilómetros, pero en eso de los nombres, uno que es de Albacete, ni por asomo se mete (bello y original pareado. Le pondré música uno de estos días).

Westende es una pequeña ciudad, no como su hermana Ostende, pero eso no impide tener restaurantes como se debe. Un servidor fué a cenar al "Marie Joseph". Os lo recomiendo si andáis por esas tierras. Ya sé que los españoles cuando van a Bélgica no salen de Bruselas, Brujas y Gante, pero si un día os entra el gusanillo de conocer la costa, no dejéis de disfrutar de una "Popperings" en el Marie Joseph:





El plato estrella es una sopa de pescado totalmente a la francesa, cosa que no es de extrañar porque el cocinero es francés. Magnífica, son su sabor a crustáceos, sus croutones y su rouille. Bueno, aclaro: un crouton es un pedazo de pan (como servidor, es que no tengo ni madre ni abuela, me tengo que hacer la propaganda yo solito), preferentemente duro. La rouille es una salsa superfrancesa, se hace con mayonesa, mostaza y otros ingredientes. Podéis pinchar aquí.



Y bien, ya cenados y dormidos, lo suyo es ir a Ostende al día siguiente:



Toda la costa es zona de playas, de una arena muy fina y con fuertes mareas. Normalmente no hay quien se meta en el agua de puro fría que está, pero este fin de semana ha sido diferente:


Lo suyo es coger el tranvía de la costa. Ya os he hablado del tranvía en otras ocasiones. Vale la pena. No es caro y se ve toda la costa:



Lo más impactante del recorrido es el "Domein Raverside", donde los alemanes habían instalado una impresionante serie de fortificaciones y casamatas pensando que la invasión de los aliados iba a ser por aquí. Se colaron, fue en Normandía como todos sabéis, pero las defensas ahí están. Se pueden visitar:



Antiaéreos:


Que, como se ve están al borde mismo del mar:



Y bien, ya estáis llegando a Ostende. La primera impresión es que por un alboroto en el espacio-tiempo habéis llegado a un barrio obrero de Moscú o de Pekín:



Pero no. Tanto si os lo créeis como si no, son apartamentos turísticos. Vamos, que ni Benidorm. Pero, en fin, no os dejéis impresionar y seguid. Algo más lejos, Ostende os muestra una cara más amable:




He dicho cara, cara, no me liéis.

Este fin de semana se celebraba en el puerto de Ostende una feria de buques veleros. Lo que choca al principio es una enorme bandera española:



arbolada por una reproducción de la carabela de Magallanes:



La reproducción, al parecer exacta, se hizo en Chile. Es visitable, pero con el gentío que había, servidor prefirió pasar del tema.

En la feria había de todo, incluído un constructor artesanal francés, haciendo barcos a la moda de hace varios siglos:


Pero la estrella de la feria era el "Mercator". El Mercator era el buque escuela de la marina belga. Lo quitaron del servicio activo hace años y estaba pudriéndose abandonado. Pero por fin, desde hace un par de años, se ha procedido a su restauración:




Fabuloso. Un buque magnífico. La vista es interesante, y puede constatarse que vivían mejor los comandantes:



que los cadetes:



Pero, ea, eso son cosas de la vida.

Durante la visita, un espontáneo se subió al bauprés para hacerse un "selfie", para escándalo de otros visitantes y alboroto del personal de a bordo, que consigió hacer que se bajara:



La verdad es que hay gente "pa tó". E incluso hubo un visitante que quiso hacerse una foto al timón del Marcator. Convendréis conmigo, de todos modos, que es menos grave que subirse al bauprés:





Y si despés de esa interesante visita os apetece una cervezota o -qué sé yo- un café, os aconsejo el "'t Waterhuis":




Con un interior muy marino y altamente acogedor:




Y bien, amigotes, me voy a cenar. pero, por supuesto, no os voy a dejar sin el video-bodrio tradicional que ni servidor ni me colega lopezia pueden abstenerse de hacer.

Besotes



jeudi 4 mai 2017

De Estepona a Madrid. Abril 2017



Semana santa en Estepona-¿Qué hacer con tus libros usados?-dos restaurantes, uno en Estepona y otro en Madrid

Acabo de llegar, queridos lectores de un viaje por Estepona, en Málaga (ya sé que lo sabéis, es que a lo mejor hay alguien que no lo sabe) y por Madrid, en Madrid (¿dónde si no?)

Bruselas me ha recibido con un tiempo que la gente de aquí da en llamar "podrido", frío, lluvia y mal humor, con lo que mi cuerpo serrano ha contraído virulento catarro y me ha hecho encerrarme en mi casita. Eso sí, con una buena provisión de cerveza, de buen vino y de alguna cosa para entretener el estómago. Me he tragado ayer el debate entre la LePen y Macron, y la verdad, la doña me ha parecido, grosera, barriobajera y mal educada. Vamos, como una copia de Trump. Macron, a su vez, muy finito, parece que se va a romper, pero no, aguanta a pie firme y no estuvo mal. Los que no se cuescaron fueron los dos moderadores, pobrecicos. No les dejaban ni intervenir.

Así es que, cabellos al fluido elemento oceánico (pelillos a la mar). Os voy a contar unas cositas de Estepona y de Madrid.

En Estepona estuvimos viendo la procesión del miércoles santo. Ya sé lo que algunos me vais a decir. Sin ir más lejos ya he tenido interesante diálogo con un amigo, que opina que no le gustan las manifestaciones de religión ni los nazarenos vestidos de KKK. Vale, un servidor que no es religioso disfrutó de espectáculo étnico-folclórico, porque en Andalucía se lo montan en plan show total. Yo he visto de niño procesiones de semana santa en otros sitios de España. Nada que ver. Esto es diferente. En fin, si no me créis, podéis pasar al capítulo siguiente.





Las imágenes las llevan los costaleros a hombros, nada de ruedas de camión y otras cosas que hacen en otras partes para simplificarse la vida




No voy a hacer comentarios sobre las señoras que acompañan a la procesión:



Aunque algunas estén de buen ver:



Podéis ver todo más a lo vivo en uno de esos vídeos basura que tengo la mala costumbre de haceros tragar:

    

Lo mejor es el desplante final del cantaor que se acaba de marcar una saeta: ahí queda eso, gurriatos.

Pero bueno, para que veais que no todo es serio en esta época, os pongo un anuncio de un bar del puerto de Estepona: lista de precios de las excusas que están disponibles si llama tu mujer o tu novia:



1. Se ha ido: 5€
2. Está de camino: 7€
3. No ha estado aquí: 9€
4. No lo conocemos: 11€


Muy útil.

Bien. Os he prometido hablar de dos restaurantes, uno en Estepopna y otro en Madrid. Ahí va el de Estepona: "Las Gitanillas".




Después de una procesión es lo mejor que se puede hacer, ir a cenar. En "Las gitanillas" tienen un pescado buenísimo, amén de otros pequeños manjares, como aguacate frito con miel de caña:



Vuestro bloguero se metió para el cuerpo una gallineta "a la espalda". Que ¿qué es una gallineta?, pues es un pez que en otros sitios se llama cabracho, cap roig, etc. Pinchad aquí, si queréis, claro.




Mis acompañantes, guiris (aunque esté feo decirlo) se empeñaron en comer paella. Ya les dije que no, que no lo hicieran, pero ea, se empeñaron. No saco la foto porque mis amigos valencianos se enfadarían. No es que estuviera mal, es que no era paella. Era un arroz caldosillo. Ello sí, con bichos crustácicos y molúsquicos dentro. (ya he parido dos palabros nuevos, atención RAE, para la próxima edición del diccionario)

Y tras esos extraordinarios sucesos, vuestro bloguero se fue a Madrid. Cogí el avioncito de Iberia y ¡hale! Estaba en el asiento de emergencia, así es que antes del despegue se me acerca la bella azafata:

-¿Habla español?
-Sí
-¿Es la primera vez?
-Pues no, he hablado español otras veces

(risas azafatiles)

-Noooo, que si es la primera vez que se sienta en el asiento de emergencia
-Pues no, ya he estado otras veces en el asiento de emergencia
-Y¿Sabe usar la salida de emergencia?
-Pues verá, no la he usado nunca

(grandes carcajadas azafatiles)

Me encanta hacer reir a las mujeres bellas.

En Madrid, os he prometido contaros qué hacer si tenéis muchos libros usados y quertéis deshaceros de ellos (yo no lo haría nunca, así están mis casas en Madrid y Bruselas: a reventar de libros). En la calle Padilla, entre Montesa y Alcántara hay un local donde se almacenan libros procedentes de donaciones, etc. Te puedes llevar los que te quepan en una sola mano a cambio de un donativo voluntario:





El restaurante de Madrid del que os voy a hablar es el Yakitoro, de Chicote, en Castellana 130:



Fusión japonesa-española con un ambiente muy convivial. Largas mesas con botellas de cerveza enmedio y ¡Oh maravilla! tienen mi cerveza española preferida: la Alhambra 1925:


Cocina de fusión, ¡qué menos! siendo de Chicote. Me encantan las berenjenas cortadas en tacos y fritas con una salsita:



Los pinchos de vieira






O el tataki de atún rojo



Todo magnífico, pero atención hay que reservar con antelación. Los fines de semana está a reventar. Además, sorpresa, los precios son muy comedidos.


Bueno, amigotes, me voy a toser a otro lado, que estoy poniendo el teclado perdido. Besotes