jeudi 30 janvier 2014

Costa Rica (y 3). La playas del Pacífico


Mis queridos amigos, amiguetes, amigotes, amiguitos y otra fauna: voy a poner fin a esta serie  sobre Costa Rica, porque ya empiezo a ser cansino, me doy cuenta, y no quiero que me guardéis rencor por pesado. Además, diablos, es que ya os he contado casi todo y, aunque me machaque el seserío, no se me va a ocurrir nada más. Más bien, las nieblas y la llovizna bruselense me empiezan a borrar los fastuosos recuerdos de la tierra de los Ticos.

La verdad es que tengo un morro más largo que los Platters cantando el "Only You", porque titular el post de hoy "las playas del Pacífico" es una licencia poética, ya que de hecho solo conozco dos, que helas aquí: Las playas del coco y la playa de Matapalo:



Pero, en fin, en castellano, como todos sabéis, dos, es plural. Así es que, venga, "las playas". Tras las vibrantes excursiones por la selva y por los volcanes, decidimos que unos dias de descanso en la playa no nos iban a ir mal y elegimos el hotel RIU Guanacaste, que está en la playa de Matapalo:




En la foto de Google Earth se le ve solitario en la pequeña bahía de Matapalo, pero el hecho es que  ya han construido otro hotel al lado de éste al que han bautizado como "RIU Palace", como se ve en esta foto promocional de RIU:




No estuve en el nuevo "Palace" (que es el de la derecha), pero el "Guanacaste" ya es bastante palaciego:



El hotel, por supuesto, es buenísimo. Además, en nuestra reserva iba "todo incluído", desde el desayuno hasta la cena, mas todas las cervezotas y otras bebidorras que te quisieras tomar a lo largo del día. Aunque, con un cáveat: si no has cenado a las nueve y media de la noche en cualquiera de los cinco restaurantes que tiene, te quedas a dos velas. Nos pasó una noche y nos quedamos bastante furiosos. La solución: llenarse los bolsillos con las bananas del desayuno (la única fruta que no está pelada en los bufetes) y con croissants, etc.

El problema de un hotel como éste, es que es magnífico, cómodo, magníficas habitaciones, piscinas, pero realmente no te sientes en el país en el que estás: te sientes en un RIU. Ya conozco varios, en Cabo Verde, República Dominicana, etc y todos se parecen (por no decir que son iguales). Pero bueno, eso es quejarse de vicio. El hotel está al ladito de la playa, una playa bastante virgen:



Basta darse una vuelta por la playa, andar un par de cientos de metros (os ha gustado eso ¿eh?, podía haber dicho "doscientos", pero hubiera quedado menos guay), asomarse a la vegetación que la bordea para encontrar un letrero como éste y darse cuenta que uno no está en Mallorca:




Naturalmente, vuestro bloguero puso pies en polvorosa, que ya había visto cocodrilos en Tortuguero.

La playa delante del hotel, con todo y tumbonas, tambien es un nido de tortugas. Hay zonas marcadas y protegidas con vallas. Hay que decir que en Costa Rica esas cosas se toman en serio.





De hecho, una camada de tortuguitas rompió los huevos mientras estábamos en el hotel:




Los guardas de seguridad recogieron a las tortugas en bidones y las guardaron bajo llave en un edificio preparado con ese fin, para soltarlas en el mar al anochecer y evitar así a los diversos depredadores  que hubieran estado encantados de comérselas.

La mayoría de la gente que trabaja en el hotel son inmigrantes "nicas" (nicaragüenses). Si veis el mapa, más arriba, veréis que Nicaragua está justo al ladito. En general, por lo que yo he visto, los nicas no son discriminados ni encuentran un ambiente hostil en Costa Rica. En la playa hay varios vendedores de artesanía "nica". Son gente simpática y agradable. Os presento a Yermina:





Los collares y pulseras que vende son auténticos de jade, de coral, de ámbar, y no son caros. Si vais por Matapalo, no dejéis ¡oh amiguetes! de comprar a Yermina. No es que los otros no sean buenos, es que Yermina es nuestra amiga. Detrás de esa mirada triste, se esconde una persona encantadora, que gana con sus collares para alimentar a sus hijos y hacernos felices a los compradores.

Otra cosa que me pasó en el hotel, lleno de supuestos "animadores" que empujan a la gente a hacer juegos ridículos, bailar cosas exóticas, etc, es que las chicas me miraban con una sonrisa, diríase que procaz  mirando mi camiseta. Y es que comprendí que mi camiseta, que compré en Bangkok, podía ser interpretada de una manera bastante diferente en esta latitudes. "Singha" es una marca de birra tailandesa, pero en latinoamérica suena a otra cosa (mis amigos latinoamericanos saben a qué me refiero):



Hablemos de comida, que si no, me van a decir que si he estado ayunando durante dos semanas. Pues bien, me he puesto morado de fruta, esa es la verdad. Un desayuno con papaya, buenísima papaya,, granadilla tropical, banana y un café de Costa Rica, creo que es el nirvana desayunil:




Por supuesto, es conveniente acompañarlo de un "gallo pinto" que, quiérase o no se quiera, es el plato nacional de Costa Rica. Arroz, con frijoles negros:




Acompañado de una tortilla (que aquí tambien se llama "omelette", como en México), puede quedar así:




Fuera de eso, casi todo lo que comido ha sido comida casi europea. Bistecs, pescado, etc. Sólo un día, en Monteverde intenté pedir un "casado", un platillo con arroz, verduras, pollo, etc. No me dejó una impresión imborrable, la verdad:




Volviendo al "gallo pinto", nuestro mejor guía, Carlos, el de Tortuguero, me explicó que aunque se confunde con el famoso "rice and beans" (sí, sí, en inglés), no es lo mismo. Este último es un platillo caribeño, traído por la gente de Puerto Limón y, además del arroz y frijoles debe llevar coco. En Puerto Limón, en la costa del Caribe, habitan todos los ex-esclavos que inmigraron de Jamaica hace más de un siglo. Lamento no haber ido, no tenía tiempo, pero soy consciente de que me falta una parte importante de Costa Rica. Escuchad este Calipso de Puerto Limón, donde se explica como se come el "rice and beans". Hasta el final, colegas porque es ahí donde dice la clave definitiva:





Y, nada más recordar que el café es fascinante en Costa Rica. Hasta los capuchinos tienen una cara especial:







Besotes, mis amigos. Dejo de daros la vara

19 commentaires:

  1. Jaja, qué buenas siempre tus crónicas viajeras, si hay algo que echo de menos de mi tierra son la s frutas, platos como esos, llenos de mango, papaya… en cuanto a las playas, qué te puedo decir, yo nací ene le Caribe y mi concepto de "playa" es el Caribe y lo demás es mar, lo juro, me es difícil escapar de ello.
    En cuanto a lo que puede entenderse con tu camiseta, jajaja, me parto, me imagino las caras de la gente. Qué bueno que lo hayas disfrutado mucho.
    Saludos

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    1. Sí, Claudia, he comprendido que hay que tener cuidado con las camisetas que se lleva uno para el cuerpo y no mezclar, que desorientas al personal. Es como las marcas de coches, como el Mitsubishi "Pajero", que en España le tuvieron que cambiar el nombre. Es duro eso de ser "internacionalista".
      Y las frutas... ¡ay, las frutas del trópico, qué maravilla! Aunque bueno, por aquí hay otras: por ejemplo, este año están las naranjas de Valencia que se salen. Por lo menos, las que llegan a Bruselas.

      Saluditos

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  2. Qué pintaza la fruta Monsieur, debe ser un gustazo desayunar esa fruta que no ha viajado miles de kilómetros para estar en la mesa, sino que ha sido cortada hace poquitas horas, más fresca imposible.

    Lo del Shinga y otros palabros aquí y allá es una lío, la de veces que me he tenido que morder la lengua en Argentina cuando digo "he cogido un..." Anda qué...

    Esperando su próximo viaje monsieur, no he podido ver el vídeo aún que en el trabajo está capado youtube. Lo miraré desde casa.

    Saludazos

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    1. Ja ja ja, Madame. Lo de "coger" lo hemos sufrido todos los peninsulares que hemos pasado por América Latina. Luego viene las hipercorrecciones de algunas gentes, como una señora en Veracruz que se tenía por muuuy muuuy española y para demostrarlo decía "coger" cada dos por tres, eso sí, poniéndose roja en cada ocasión. De todas formas, en Costa Rica es donde he oido el español menos "americanizado" de todos los paises de la zona que conozco, y lo tienen a mucha honra.

      Y la fruta, para qué le voy a contar. Hasta las bananas, que cuando llegan a Europa de Costa Rica están verdes, recias y parecen más una verdura que una fruta, "sur place" son extraordinarias, tiernas, dulces...

      Un abrazo, Madame y gracias por la visita y el comentario

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  3. Que´bien te lo pasas tunante!!
    Y yo leyéndote que algo es algo, :)
    Lo de la camiseta lo imagino. Es como una vez que a mi ,por aquel entonces novio, se le ocurrió traer unos bocatas en una bolsa de plástico que decia "el mejor chorizo de Galicia", jajaja, no veas lo que me reí,:)
    A mí me encanta el mango, supongo que también habría no?
    Bicos.

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    1. Ja ja ja. La historia de tu novio está muy bien también, Ohma.

      Y la verdad, mango había menos, es que no está en sazón: su temporada es en Abril-Mayo (eso lo aprendí yo en México). Pero sí, sí había. Solo que había que ir a desayunar antes que la chusma invadiera el comedor, porque se lanzaban todos como buitres sobre los pedacitos que había. Pero vaya, la Papaya es la mejor que he comido nunca.

      Besos

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    2. No hay como comer la fruta en su tiempo y en su país de origen.
      Sorokin, respecto al puñetero concurso, tú punteaste el blog o sólo has comentado?
      Y otra cosa, querido amigo, te recomiendo que animes a tus lectores que tu blog merece estar arriba, coño!!
      Es que están dormidos. Pero hay que despertarlos, jejejeje

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    3. Bueno, creo que puntée, pero voy a verificarlo rápidamente.

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  4. Ay, la papaya, qué manjar... y qué difícil es encontrar una buena en Madrid. Casi tanto como encontrar un tomate que sepa a tomate y no a poliespán.
    Y me encanta el nombre de Playas del Coco, todas las playas tropicales deberían llamarse así.

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    1. Sííí. Una papaya madura, carnosa, tierna, suave... y lo mejor, tal como la ponen en los buffets: ya pelada y sin toda esa masa de perdigones negros. Yo nunca sé qué hacer primero cuando me enfrento a una papaya entera, si vaciarla de semillas, con lo que luego pelarla es más difícil porque se pone blandorra, o pelarla primero y tener serios problemas con las semillas después.

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  5. Mmmh, no entendí el chiste de la camiseta y eso que soy latina, a menos que sea en alusión a la palabra: chinga. Pero no veo el porque sorprenderse. Aquí la gente oye canciones y usa camisetas más obscenas que no das crédito.
    Y sí, ya te vi que dices que Costa RIca es el mejor país de Latinoamérica que has visto. Yo creo que sí, pero es porque es muy pero muy pequeñito. Tan sólo es más pequeño que el estado de Veracruz. Y aclaro que no me ofendo en absoluto. Así son las cosas y celebro que les vaya bien a los ticos, y tengan un país tan bonito.
    Un abrazo querido Sorokin

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    1. Hola Carmen. La verdad es que oí gente de por allá decir "singar" por "chingar", pero a ver si las chicas no miraban eso, sino a Sorokin completamente corroídas por el deseo. Y Veracruz, sin duda debe ser uno de los estados más variados y ricos de la república, así que que Costa Rica sea más chico es normal. Pero mira, El Salvador todavía es más chiquito y no debe ser igual. En cualquier caso se que te gusta Costa Rica a ti también y que no te enfadas



      Un abrazo

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  6. Buen punto. El Salvador, Guatemala y Honduras, ¿pues qué pasó con ellos? tienes mucha razón. Es triste la situación social y económica de esos países, puf. Y el mío tristemente se encamina hacia el abismo....

    Cambiando de tema, ese hombre de tu templete no tiene nada de aburrido. Me parece una manifestación tan libre y tan valemadrista al estar pintado de payaso y que todos los miren, es bastante teatral su actitud. Esto te lo quería decir desde hace mucho y ahora aproveche, jaja.
    Abrazo y mejora por favor, nos tenemos que ver en uno de tus múltiples viajes

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    1. Carmen, lo de México me duele a mí como al que más. Ya te he dicho en ocasiones que llevo a México en un hueco muy grande del alma. Espero, de verdad, espero que salgan de ésta como salieron de otras. Y Costa Rica no siempre ha sido la balsa de tranquilidad que es ahora. También hubo guerras civiles no hace tanto, allá por los años cincuenta del siglo XX.
      Me gustan mucho las reflexiones que haces sobre el payaso. Sin qué yo me diera cuenta, me he autorretratado de forma inconsciente y tú lo has visto. Chapeau
      Un gran abrazo

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  7. ¿Sabes? Yo oigo lo del todo incluído y me pongo mala, pero bueno, eso es algo personal por la parte que me toca a este lado del Mediterráneo, donde el todo incluído es algo así como un parásito. Y sí, ya sé que en algunas zonas es la única opción porque no hay nada alrededor. Me hace gracia lo de los cocodrilos, me imagino al bicho clavando el letrero para que los turistas de la playa le dejen tranquilo. Lo que no nos has contado es: ¿cómo estaba el agua? ¿te quemaste mucho?

    Besos
    Y, por mí, puedes escribir todo lo que quieras sobre Costa Rica. Me gustan estas entradas

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    1. La verdad es que yo no suelo practicar el "all in" si es posible evitarlo, pero en Matapalo y sin medio de transporte propio es una garantía para conseguir una línea de esas que causan la envidia de propios y extraños. El restaurante más cercano está en playas del coco, a unos veinte kilómetros. Pero en fin, no estuvo mal. En ese aspecto, RIU cuida al personal.
      ¿El agua? Buena, menos ardiente que en Ibiza en verano, pero menos fría que en el Cantábrico.
      Y tal vez tengas razón, que el letrero lo han puesto los cocodrilos para que no les pisen la cola la horda turistera

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    2. Quise decir que no estar. "All inn" te puede hacer guardar la línea, no lo contrario. Aquí no había alemanes, pero he visto gringos y canadienses comiendo y bebiendo como sí estuvieran almacenando reservas para todo el año. :)

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  8. Como siempre, el buen humor con ese toque irónico salpica y acompaña tus entradas. Todo un placer dejarse llevar por ellas.

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    1. Hola Oteador. La verdad es que un poco de irónica y suave mala leche no sé cómo podríamos soportar este cacao en el que estamos metidos. Ya sé que hay muchísima gente para la que "este cacao" es una terrible tragedia. Somos afortunados después de todo

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