vendredi 14 mai 2010

Viva San Isidro




Pues bien queridos amigos, parientes, primos, colegas, ex-colegas, novias, ex-novias, etc, yo siempre he sido un gran admirador de San Isidro. Por muchas razones. La mayor de las cuales es, sin duda, su buen talante: un santo que se iba a dormir (bueno, rezar, dicen) y dejaba a los ángeles que hicieran su trabajo, eso no tiene precio. Además, es mi santo patrón, con lo que el mérito es doble (ustedes perdonen, es que no tengo abuela, y si no me hago alabanzas yo mismo, no sé quién me las iba a hacer).

Bueno, pues que San Isidro es un gran santo. Y para celebrarlo he pasado unos dias en Madrid (Madrí para los madrileños, Madriz para los del norte, Madrrit para los catalanes, "los Madriles" como decía mi abuela). Como corresponde, he estado en el desfile que precede al pregón de las fiestas (del pregón en sí mismo, je m'en fous, que este año lo daba nada menos que Raphael). He disfrutado como una abeja con una malva y he hecho unas cuantas fotos que ahí van. Nunca había visto el desfile, pero constato que entre los gigantes están Goya, Isabel II, San Isidro (obvio), y, tomen nota, escépticos... el profesor Tierno Galván.









Tambien intenté filmar la procesión de las chirimías (¿o no se llaman así?) y los tamboriles... pero ¡ay! la incompetencia y la falta de previsión, hicieron que me quedara sin batería en mitad del baile de los gigantes en la Puerta del Sol. Peccato.

Me quedé un poco flipado al ver que no había masas de madrileños viendo tan divertido desfile. Mucho guiri de todo tipo, turistas, tipos execrables -como yo mismo-, etc. Vi dos niños vestidos de chulapos madrileños y me dije : ¡al fin!, la etnia sale a la calle, cuando en esto, la madre de ambos los llamó: Venez vite, les enfants qu'il y a tante Christine qui veut vous prendre une photo!


No es broma, es absolutamente en serio.

Bien colegas, y con esto me despido por unos cuantos dias. Ya os contaré a la vuelta dónde he estado.



Tal vez os sorprenda que el video proceda de YouTube. Me explico: he tenido que cargarlo primero ahí para pasarlo luego al blog, porque no había manera de cargarlo. Y eso que, como veis, no hay ninguna imagen obscena...ni hay ningún panfleto a favor de Garzón, ni nada.

lundi 10 mai 2010

"Marshal Shaposhnikov", Vladivostok, los piratas de Somalia y el transiberiano








Estuve en Vladivostok en Mayo de 2007. Ya se lo que me vais a decir, porque os voy conociendo: Pero... Sorokin, cómo nos vienes ahora con la que está cayendo, con una batallita de hace tres años, diablos, ¡por cien mil truenos de Brest!. Bien, me explico: resulta que hice unas fotos en el puerto, que como todos -que sois gente leída y escribida- sabéis es la base de la flota rusa del pacífico. El buque (queda fino lo de buque ¿eh?) que sale en la foto de cabecera es el "Marshal Shaposhnikov", y si no me creéis lo leéis en el casco del chisme. Está en Cirílico -lógico- pero se entiende. Y, mira tú por donde, es el barco que, según la prensa ha atacado a los piratas somalís que habían invadido un petrolero lleno de rusos. O sea, que el tal Marshal Shaposhnikov se ha vuelto el barco más famoso de la armada rusa (quitando al submarino "Kursk", claro). y ¿quien lo fotografió? un servidor, aunque no supiera que estaba fotografiando algo famoso.

Aparte de eso, sólo estuve en Vladivostok tres días, y el último me llovió hasta el forro de los calcetines, pero suficiente para darme cuenta que es una ciudad interesante, muy rusa, pero llena de influencias chinas y coreanas (al fin y al cabo, Moscú está a ocho mil kilómetros, y Seúl está ahí al lado). Curioso que todos los coches llevan el volante a la derecha, como en Japón, pero se circula por la derecha, como en Moscú. Me dijeron que es porque todos los coches son japoneses de segunda mano. La ciudad tiene un aire próspero, donde las nenas se pasean a caballo por las calles:




La marina está presente en todos los rincones, incluso en la calle:





Todo tiene una aire de ¿cómo diría yo? ¿colonial? como los "comptoirs des indes", como de gente que se sabe y se quiere rusa, pero que están un poco dejados de la mano de la metrópoli, que está lejos, muy lejos... y China está cerca, muy cerca...

Me hubiera gustado tirarme el farol de que fuí en el transiberiano, pero no, que fuí en un Ilyushin desde Moscú. Ocho horas de vuelo. No es el el lujo del tren, pero por lo menos las tualetes eran de cobre electrolítico:



En fin, que fue un viaje interesante, que se comía buen pescado y que menos mal que estuve en Mayo, porque es una ciudad llena de cuestas. En invierno, con todas las cuestas heladas, hay como para pegarse unas mangurrinas resbalando que válame dios. ¡Ah! y que me he enterado por la Wiki que el Mariscal Shaposhnikov existió de verdad y fue un héroe de la URSS.

Qué cosas.

dimanche 2 mai 2010

The Wire. El rincón más oscuro del experimento americano





Vaya por delante, queridos lectores reales o imaginarios, que soy un adicto incorregible a las historias de ciencia-ficción. Que me deleito como un gato con un menudo leyendo a Stephen Baxter o Ursula K. Leguin, por no hablar de los superclásicos como Bradbury o Asimov. Como es lógico en un ser tan poco serio como yo, estoy totalmente pillado por las series de TV Lost y Flash Forward (por cierto, la semana pasada no ha habido capítulo de "Lost", deben estar reflexionando los guionistas en cómo salir del embrollo en el que andan metidos). Pero, la verdad, estoy un poco hasta los glomérulos de Malpigio de esa ola de interpretaciones baratas de la mecánica cuántica.

"Vaya, ¿con que con esas andamos, Sorokin?" me diréis ustedes vosotros, un sí es no es escépticos considerando que voy de farol. Pues sí, y en vista de eso hoy os voy a hablar de una serie que es todo lo contrario. "The Wire" es una serie casi casi para sociólogos, neorrealismo a la italiana en Baltimore, sin concesiones, sin mecánica cuántica, pero con universos paralelos: el de la gran mayoría de la población de color de Baltimore y las minorías (sí, minorías, en Baltimore son minorías) blancas. Gangsters matándose por un rincón de calle para vender droga, y al mismo tiempo amantes de sus niños. Políticos corruptos, policías de todo pelaje, color y sexo que engañan a sus mujeres cuando se tercia y se pelean entre ellos. Sindicalistas del puerto que roban contenedores de vez en cuando... Todo un elenco de personajes de carne y hueso, en el rincón más oscuro del experimento americano.

Yo ya me he chapado las cinco temporadas de la serie de cabo a rabo. Cada una tiene un motivo dominante, siempre con los mismos personajes. A mí la que más me gustó es la temporada 2, cuyo tema principal es el puerto de Baltimore y los protagonistas, sus sindicatos. Pero en la temporada 3 encontré alucinante la secuencia que os copio. Los polis están velando en un bar a uno de sus compañeros que ha muerto. El muerto está de cuerpo presente en una mesa de billar, los demás beben hasta caerse. Un policía gordo hace el elogio fúnebre del difunto, y es ahí cuando dice, tras una breves alabanzas adornadas con algún chascarrillo, la frase final: "Aquí estamos, compartiendo el lugar más oscuro del experimento americano". Impresionante.

No os la perdáis si podéis, en serio






Tom Waits. Way down in the hole