samedi 22 novembre 2008

Viena


Bueno, queridos e insistentes lectores (válame Dios, que paciencia tenéis ustedes), os abandono por una semana. Si. Me voy a Viena pero volveré, como dijo Rajoy al salir de la Moncloa el otro día. No pienso perderme la obligada visita al "Zwölf Apostellkeller" (como si dijéramos, el Mesón de los doce apóstoles) a deglutir un escalope vienés con ensalada de patatas (suena horrible en español, pero si lo dices en alemán "Wienerschnitzel mit Kartoffelnsalat", suena mejor, y lo importante es que es una verdadera delicia)

Y claro, no puedo menos que contaros una historieta: una de las veces fuí con mi colega Michel, que lo que quería era un codillo. En fin, dijo: "moi, je veux un jamboneau", pero claro es que tiene la particularidad (compartida con otros sesenta millones de personas) de ser francés. Yo, que así me aporreen no reconozco que no sé algo, leí en la carta "Schweinbraten" y vi que era el único plato que empezaba por "Schwein...", le dije, está aquí, es eso. El pobre Michel se confió, pero la cara que puso de odio y sorpresa cuando le trajeron dos lonchas de una especie de mortadela rodeada, eso sí, de chucrut no se me olvidará nunca.

En fin, en peores me he visto.

2 commentaires:

  1. Buen viaje y buenos codillos con chucrut, kartoffel y cervezotas!

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  2. ¡Buen viaje y mejor disfrute!
    Maestro Sorokin, me pudiera explicar lo de las largas tardes de invierno, la chimenea prendida y el aburrimiento. En menos de un mes, dos vueltecillas por esos mundos de Dios. Poco "aburri" y algo de "miento" (¡es broma por supuesto!).
    Ya nos contará del periplo. Hasta entonces.

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